Un paseo por el bosque. [Priv Luki]

El bosque era uno de los pocos lugares seguros para un brujo, pues no podrías culpar a un brujo por encontrarte con él si tú habías tomado el riesgo de meterte al bosque como si nada, toda la ciudad tenía bien sabido que adentrarse ahí podía ser peligroso si no tenías cuidado y las habilidades suficientes para hacer frente a cuya criatura quisiese meterse en tu camino. Pero de todos los brujos, justamente una de las más inocentes era la que no medía los riesgos de andarse por ahí como si nada, bueno, en realidad si los medía pues sabía a partir de qué parte del bosque era seguro no llevar el soul protect puesto, pero a partir de ahí probablemente cualquiera diría que se pasaba de despreocupación, y de hecho eso la llevaba a estar en esa zona del bosque ese día.

Se había sentado al pie de un árbol, tenía una manzana sostenida con ambas manos que estaba comiendo a delicados mordiscos propios de ella, un poco del jugo del fruto se le había resbalado por la barbilla aunque ella no lo noto. El ambiente era satisfactoriamente calmo, se escuchaba solo el viento pasar entre las hojas de los frondosos árboles, y a veces se podía escuchar algún que otro animal escurriéndose entre los matorrales. Luki ya se encontraba mordisqueando los restos de su manzana, la cual luego se encargó de enterrar una vez ya no podía masticar nada, y se desperezó con un largo bostezo. Tal vez debería dormir un poco, había bostezado mucho lo que llevaba del día y además sentía el cuerpo cansado, así que resolvió buscar un espacio donde poder echarse.

Encontró finalmente un pequeño lugar donde adquirió su forma animal y se ovilló, cubriéndose con unas cuantas hojas para que el pelaje rojizo lo resaltara tanto entre el verde vivo del bosque. Usaba su característico sombrero como una almohada, y justo cuando estaba a punto de sumirse en un sueño profundo, un impacto mandó el pequeño cuerpo de su forma animal un metro más lejos de donde estaba. Se paró rápidamente y se sacudió para quitarse del pelaje cualquier hoja o palito que se le pudiera haber quedado cuando rodó lejos de su lecho improvisado.

— ¡Hey! Ten más…¿Cuidado? —Dijo con la voz exageradamente infantil de su forma animal, mientras miraba curiosa al individuo que tenía enfrente. Realmente no tenía nada de peculiar a simple vista, lo que si, era que ella estaba supuestamente sola en esa zona, ¿Quién era? ¿Era de fiar? Insegura, se alejó un poco del chico que había caído del cielo.

Probablemente la posición defensiva de la brujita hubiera sido más fácil de tomar en serio si se tratara de un animal más grande y no de un zorro de 40 centímetros de alto. Aún así, sus corazonadas le decían que no se había encontrado a una persona con malas intenciones, y es que siendo Luki una persona que bebería limpia vidrios porque tiene color bonito no era fácil creer que sus corazonadas podían tener razón bastante seguido, pero de todas formas se acercó lentamente a olfatear la mano del extraño chico castaño, que, por cierto, ¿Qué diablos le pasaba en el pelo? Pero ese pensamiento se desvío de sus prioridades cuando se llevó ambas patas al hocico al recordar que se suponía que no debía hablar en su forma animal, no era tan difícil adivinar que era, pues cualquiera sabría que había dos únicas opciones, una criatura mágica, o una bruja. La última vez que había hablado podría haberle costado la vida si no fuera porque aquel rubio era especialmente flexible, al menos en lo que a brujas respectaba. Y de hecho ese encuentro había terminado relativamente bien, para como podría haber terminado en realidad.

Por otro lado, ¿Quién era él? Parecía estar extrañamente familiarizado con los bosques, y por un momento se sintió culpable de que su magia pudiese ser responsable de la destrucción de alguno de ellos. Se acercó curiosa a la manzana que había dejado en el suelo, apoyando su pata sobre ella y haciéndola rodar, rodeándola, olfateándola, al menos hasta que volvió a escuchar a su compañía, pero cuando volteó a verlo dio un respingo y un paso hacia atrás pero luego se tranquilizó. ¿Acaso se había encontrado con otro brujo? Era lo más probable, y era seguro que ya había descubierto que ella estaba en las mismas, por lo que dejó de lado la preocupación por eso. Por otra parte, trataba de seguir al can con la vista pero saltaba tanto que la mareaba y terminó cayendo sentada hacia atrás. Pero el chico no era el único que tenía ese impulso juguetón, y la brujita no tardó en salir de su confusión y adoptar la típica posición de un cachorro que está a punto de saltarle encima a otro. Es más, así lo intentó pero no llegó a tiempo y solo cayó en el suelo, pero eso no le impidió seguir persiguiéndolo.

Aunque a veces podía hacerse muchos dramas acerca de mantenerse segura fingiendo no ser la bruja que era no duraba mucho, especialmente ahora que podía estar casi totalmente segura de que se había encontrado con alguien que estaba de su lado, ¿No es así? De lo contrario ya la habría atacado o algo, aunque podría ser fácilmente verdad, también estaba ese riesgo de ser capturada, o peor, que la maten. Pero verla ahí, persiguiendo a un pequeño perrito(¿Tigre?¿Los tigres ladran?)  en ánimos de juego nadie podía imaginar que le preocupara.

Luki no tardó en distraerse de sus preocupaciones iniciales para comenzar a jugar en toda su plenitud con el otro, correteando con él y de vez en cuando dedicándose a mordisquear con suavidad sus orejas, o tumbándolo para inmovilizarlo durante unos segundos y luego reanudar la carrera que cambiaba constantemente de persecutor. No era muy difícil entretener a la brujita, pero hasta ella admitía que eso era excepcionalmente divertido por sobre todas las otras cosas que solía hacer para entretenerse, léase perseguirse la cola o mordisquear ramas, como demasiado. Eso de encontrar nuevos amigos le encantaba, especialmente tratándose de un igual. Pero al rato de juguetear, su compañero paró de corretear con ella, parecía cansado. Al dejar de estar en movimiento, Luki también sintió el peso del cansancio, pero eso probablemente no le detendría de retomar el jugueteo. Se quedó observándolo cuando cambió de forma, recordando que ella hasta ahora solo había mostrado su forma animal, ¿Tal vez debería equilibrar y cambiar también? Decidió que sí y adquirió su forma humana cuando le ofreció agua.

— Gracias —Dijo con una sonrisa antes de comenzar a beber. El agua estaba fresca y ayudó a aliviar el subidón de calor que tuvo al agitarse mientras corría— Es un lindo nombre.

Bebió otro sorbo y le devolvió al castaño la cantimplora con agua, llevando sus manos hacia la nuca para ajustar la coleta que recogía la melena pelirroja que tenía por cabello. Solía ser bastante recelosa con mostrarse en su forma humana, pero esta vez no se sentía tan insegura, sabía que el otro era un brujo y además era lo menos que podía hacer si el ojiverde se había mostrado así. De cualquier modo, ya había despejado su mente de cualquier sospecha que pudiera tener sobre Nicolas, y eso era mucho mejor que estar comiéndose la cabeza todo el día sobre estar a la defensiva para huir si es necesario, se podía relajar.

— Me llamo Luki —Dijo mientras se señalaba a sí misma con ambos dedos índices y una sonrisita infantil en la cara.

Pero dio un respingo sorprendida con lo que hizo con la manzana, hasta que recordó que estaba en frente de un brujo, ¿Era esa su magia? ¿De las plantas? Al parecer sí pues le fue confirmado por el mismo chico. Tomó la manzana y la observó con detenimiento durante unos segundos, llegó incluso a sentirse culpable pues su magia de fuego tranquilamente podría devastar un bosque con facilidad si no se detenía el incendio rápidamente. Sacudió levemente la cabeza para quitarse ese pensamiento de la cabeza, tenía total control sobre su magia, ¿Verdad? Dio una mordida a la manzana y luego de saborearla sus ojos violáceos tuvieron un destello de satisfacción. Estaba dulce y jugosa.

— Yo soy bruja de fuego —Agregó algo incómoda luego de tragar el trozo de manzana que había estado masticando.

Le dedicó una sonrisa de esas que ella solía hacer todo el tiempo, infantil y alegre, cuando oyó el cumplido respecto a su nombre. El muchacho era agradable, la desconfianza que Luki solía mostrar al principio nunca duraba más de unos segundos, y en general era una persona bastante imprudente por más que dijera lo contrario, aunque de momento no le había causado mayores problemas. Además no había mucho que pudiera hacer si aún con casi 19 años se comportaba como una niña de 6 que le seguía el juego a cualquiera que lo iniciara.

—Bueno, no tengo a donde ir a decir verdad, y el bosque suele ser un lugar seguro para evitar que te atrapen.

Explicó, con ‘evitar que te atrapen’ se refería claramente a ser cazada por Shibusen, que aunque algunos tenían cierta consideración por aquellos brujos y brujas inocentes que no molestaban a nadie, algunos solo mataban a diestra y siniestra a cualquiera que supieran era de una de aquellas razas que según la vocacional previamente dicha resultaban un peligro para la humanidad. Por desgracia, esta lista se limitaba a una sola orden; liquidar a todas las brujas. Aunque ese era el obvio punto de vista por parte de una criatura que vivía con el miedo a que esa institución, que algunos padres brujos usaban para asustar a sus hijos, viniera a darle caza.

—Es que hay mucho verde… mucho pasto y árboles, me da algo de miedo incendiar algo—Admitió, pues el riesgo era real, si prendía fuego algo y no podía apagarlo a tiempo terminaría en un incendio forestal—. ¡Ah! ¿Tu también?

Al oír que él tenía ese tipo de habilidades también, o al menos relacionadas con el fuego, era válido de todas formas. Eso de alguna extraña manera hacía que se sintiera más a gusto, un poco menos nerviosa por la posibilidad de echar a perder un bosque entero, a pesar de que la misma siguiera ahí.

—Bueno, no tengo nadie más con quién estar… supongo—Ni siquiera ella lo tenía muy claro, tampoco es que conociera a demasiada gente, pasaba la mayor parte del tiempo aislada en el bosque donde difícilmente te encontrabas a alguien dispuesto a hacer amigos. Aunque estaba esa vez en el desierto, y aquel chico rubio...—. ¿Me vas a hacer compañía?

Dijo emocionada ante la idea de poder pasar el día con alguien, aunque solo lo fuera a ver una sola vez en la vida, dos a o sumo, el bosque era extenso y perderse era fácil. Aunque siempre estaba la posibilidad de la ciudad o el territorio de las brujas, pero al pensar en este último Luki hizo una mueca casi imperceptible; prefería mil veces el riesgo de la ciudad a esa zona que tanto le inquietaba, y de la que se había ido hace años y nunca volvió, de todos modos nadie se había molestado en buscarla.

Apartó esos recuerdos de su mente y con un ‘poof’ volvió a su forma animal, agazapándose a modo de invitación para jugar, pues daba por hecho que luego de las presentaciones se estaba en condiciones de divertirse un rato como si fueran tan solo un par de cachorros sin mayores preocupaciones.