Pink rain [Privado Alcyna][Hanami]

Sus enormes ojos rosados se habían inyectado con entusiasmo y determinación apenas escucho la palabra “vigilancia”. Ante ella estaba la oportunidad de hacer una misión realmente heroica ¡Realmente noble! Y es que vigilar un festival para que todos quisieran disfrutarlo, pudiesen hacerlo sin sentir el menor de los riesgos le parecía una tarea de suma importancia, una que estaba más que dispuesta a aceptar, claramente gustosa. Su entusiasmo chocaba con las quejas sonoras de sus compañeros cuando se notificó que la misión no sería voluntaria, si no asignada. Soltó un leve bufido orgulloso, inflando el pecho con altanería. Tal y como había corrido a asegurarle a su “pequeño” amigo, a alguien TAN calificado para la tarea como ella seguramente le darían…

-¡¿El día libre?! ¡No no no no! ¡Profesor, t-tiene que haber un error!-Fue lo que chillo en cuanto la decepcionante noticia llego a su poder, entre aquellos afortunados (Que por algún motivo se quejaban en voz alta) que tendrían que cuidar el grandioso evento no estaba ella. “Solo ve a divertirte un rato, Vitiello” Habían sido las palabras que el profesor había dicho a oídos sordos de la rubia, que salió puchereando de la vocacional, directo al bosque para quejarse con el can.

Desde que había llegado hasta casi el anochecer no había hecho otra cosa más que quejarse sobre “La ineficiencia del sistema” y “Lo injusto de las selecciones aleatorias”, horas y horas de quejas para el pelinegro, y sin embargo lo más probable era que la técnica no lograra repetir una sola palabra que le hubiera dicho Kiro, si es que había dicho alguna, realmente, estaba tan enfada y sumergida en sus quejas que no lo había escuchado en lo absoluto. La palabra “indignada” se quedaba corta para describir el estado de la italiana aquella tarde. Fue hasta que, poco antes del anochecer, logro tomar un gran respiro, calmándose de una vez por todas y mirando fijamente a los ojos amarillos de su compañero, logro tener casi una epifanía.

-¡Tal vez podemos ir juntos!-Exclamó acortando la distancia entre ella y su amigo con un saltito, con aquel brillo en sus ojos una vez más, claro, si no podía vigilar, al menos podía asistir, en todo caso si hubiera alguna emergencia realmente grave, nadie le prohibiría ayudar, además de que, si lo pensaba, no estaba segura de que Kiro hubiese salido mucho del bosque desde que lo había conocido… ¿Había salido por su cuenta alguna vez? Realmente no lo sabía. Se retiró con una enorme sonrisa y la promesa de verse al otro día en el parque, donde el simpático evento se llevaba a cabo.

Al día siguiente, vestida acorde al buen clima, con un par de shorts de mezclilla, un par de tenis rojos algo gastados y una playera de igual color, con un pequeño rayo, (símbolo de cierto héroe algo rápido)estampado sobre la tela, no tardo demasiado en encontrarse con su compañero para el paseo.

-Podemos…-Recorrió el lugar vestido de tonos rosados con aquellos ojos que compartían dichas tonalidades, atentos y curiosos, dispuesta a responder la pregunta del chico de manera inmediata-¡Ya, vayamos a eso, Kiro!-Exclamó con emoción, dando un par de saltitos en su sitio y tirando del brazo del chico de forma insistente-¡Cuando acabe eso, podemos ir a donde tú quieras!-Prometió mientras corría hacia un pequeño escenario donde una obra de marionetas se presentaba ante un pequeño grupo de niños pequeños, todos sentados frente al improvisado escenario. La historia era simple, un valiente caballero rescatando una damisela de un dragón, historia que la chica veía con quizás más ilusión y atención que los niños pequeños.

-Kiro…-Le llamó, con una sonrisa emocionada en el rostro, la voz casi temblándole de la emoción, sin retirar la vista de las marionetas-¡Algún día yo hare eso! ¡Voy a derrotar un dragón!-Afirmó con determinación, esta vez mirándole directamente a los ojos, con fuego de entusiasmo en aquella infantil mirada de tono pastel.