Shattered Memories [Viktor]

Hoy había sido un día particularmente bueno, ¡De los mejores! incluso mejor que mi cumpleaños. Sujetaba con fuerza la mano de mi hermano, como siempre no sonreía, aun así yo sabia que estaba feliz tal vez no tanto como yo pero seguro que lo estaba, me sentía tan feliz que incluso comencé a tararear una cancioncilla y a caminar de brinquitos-No deberías emocionarte tanto-infle los mofletes, como siempre él era un aguafiestas-No estoy emocionada, estoy feliz, ¿no me viste? ¡convertí mi mano! ¡enterita! y también se me cayo un diente-sonrei mostrandole por centésima vez el agujerito que había dejado mi diente de enfrente de la parte de arriba, él suspiro-y venimos al parque ¿no? el parque es divertido, me gusta mucho. Además, papá solo me golpeo dos veces hoy-dije con tono orgulloso y algo presumido pero al pronunciar las ultimas palabras mi hermano apretó mi mano-Eso no es algo bueno Ruri...-Después de eso seguimos en silencio.

-Bien, recuerda no alejarte mucho, tenemos que volver antes de cenar ¿de acuerdo?-Asentí de forma alegre, impaciente por que soltara mi mano para salir disparada a los juegos, apenas lo hizo me lance a la carrera, directo al juego de escalar.

Tras un par de minutos de arduo esfuerzo lo logre ¡Estaba en la cima!-¡Escuchen todos! ¡Yo, Ruriko Togashi soy la reina de este juego!-Grite con orgullo parada en la cima, ¡Era él mejor día!

Las vacaciones de verano habían llegado. Como cada año hacían, los adinerados señores Storm, iban de paseo a algún lugar del globo terráqueo, llevando a su hija. Con el paso de los años y conforme su hija fue haciéndose mayor y tenía mas compromiso, comenzaron a llevar al pequeño Viktor.

Este era apenas su segundo año que viajaba con los abuelos, ya que Sarah se había negado a que sus padres se llevaran a su hijo. Ya después de muchas Insistencias accedió, por lo que el chico pudo conocer Rusia cuando tenía 6 años. Este año habían decidido llevar al pequeño al lugar donde fue la luna de miel de los padres de Sarah, Japón.

Desde el inicio, Viktor se maravillo por aquel país, el imperio del sol naciente. Visito muchos museos y tiendas esa semana, caminaba todo el día con sus abuelos, pero no le molestaba, casi no le cansaba y era feliz conociendo cosas nuevas. Sin embargo aquel jueves sería un día diferente, habían recorrido todo cuanto pudieron en la semana, asi que ese día sería para que descansaran antes de partir a San diego el día siguiente.

El abuelo estaba en su límite, tras una semana de caminar casi todo el día bajo el sol y cuidar a su nieto (que por suerte era un niño tranquilo), lo habían agotado y ahora solo quería descansar. Su esposa estaba en las mismas, pero quería que su amado nieto disfrutara todavía un poco mas , así que decidió llevarlo a un parque cercano al hotel.

-No vayas lejos Viktor, cualquier cosa aquí estoy- Dijo la abuela después de sentarse en una banca mientras el pequeño Viktor iba hacia los juegos.

No quería preocupar a su abuela, así que se quedó en el juego mas próximo a ella. Llego al juego de escalar y con un poco de esfuerzo subió a la cima, al llegar ahí se sentó con cuidado, colgando los pies por dentro del juego. Volteó a ver a su abuela y la saludo. Llevaba al menos un minuto arriba, cuando escucho la voz de otra niña junto a el. Rio tiernamente por como se auto proclamaba la reina. Estaba parada sobre el juego, podría ser peligroso ya que era un juego hecho por tubos, debía tener cuidado.

Admiraba mi glorioso reinado cuando una risa me hizo girar la vista algo molesta, me tope entonces con un chico de cabello café ¿Osaba reírse de mi? ¿Quien se creía? No solo se reía, si no que había subido a MI juego sin permiso ¡Se estaba buscando problemas! Lo señale mirándole molesta, tambaleándome un poco por girar tan brusco hacia él-¡¿De que te ríes?! Soy la reina de este juego por que lo escale primero hasta arriba ¡No puedes reírte de la reina!-dije haciendo un leve puchero, me di cuenta de que tal vez, estaba haciendo demasiado escándalo, sentía la mirada asesina de mi hermano sobre mi, esa que solo significaba "Si te metes en problemas, adiós parque" trague saliva, no, no iba a dejar que este día se hiciera malo.

-Y como soy la reina, es mi juego, tienes que pedir permiso para usarlo-Dije mirándolo aun molesta pero más tranquila, sin alzar la voz como antes, no quería que Shintaro me regañara y me llevara a casa. Por otro lado me tome más tiempo para ver al chico, parecía tranquilo, pero había algo curioso en el, a decir verdad nunca lo había visto por aquí ¿Se acababa de mudar? hubiese dudado en preguntarle, pero yo era la reina, podía hacer y preguntar lo que quisiera-Dime plebeyo ¿Eres nuevo por aquí? nunca había visto que jugaras cerca antes...-dije con autoridad, y mucha, mucha curiosidad, tal vez por eso o sabia las reglas de los juegos...si ese era el caso podría perdonarle y jugar con él, si, solo por esta vez

La chica rubia que estaba ahí sentada, ahora le miraba y le reclamaba, tal vez pensaba que su risa había sido una burla. pero era lo contrario, le había parecido lindo que se creyera la reina. Ciertamente Viktor había llegado primero al juego, pero no le interesaba mucho quien era el rey. Es mas, subía mas al juego para que su abuela no pensara que se estaba aburriendo, al fin y al cabo había hecho un esfuerzo en llevarlo.

-Disculpa, no me reia de ti-le dijo el castaño para después dirigirle una sonrisa, ladeando un poco la cabeza-¿Puedo estar en su juego majestad?-

No le pedía permiso realmente, tan solo lo hacía para seguir el juego con ella y poder estar tranquilos. Miró de nuevo sus ojos ámbar, eran parecidos a los suyos, a los de su madre. Escuchaba como preguntaba curiosa si el chico era o no era de esos rumbos -Es que no soy de aqui, vengo de paseo- Tal vez eso calmara sus dudas.Bajó la mirada, como si le diera pena, aunque ese no era el motivo si no por que apenas estaba parada en el juego, podría caerse si llegara a cometer un error.

-Debería sentarte, podrías caerte-Podría llegar a ser un accidente, tal vez realmente no sería algo grave, pero conociendo a su abuela, se acercaría a ayudar a aquella chica rubia. No quería causarle molestias a su abuela.

-Ya que lo pides amablemente de dejare estar aquí y perdonare tu falta-dije colocando mis manos en la cintura, cerrando los ojos y sonriendo con suficiencia-¿Ves que soy una reina benelo... benevel... benelovente!-dije abriendo levemente el ojo derecho para mirarlo, parecía un niño un poco aburrido, mucho más cuando me pidió que me sentara, bufe con orgullo, negando con la cabeza aun con la sonrisa plantada en mi rostro-No me caeré ¡Por que soy genial!-reí un poco y continué-Mi nombre es Ruri ¿El tuyo?-dije sin intención alguna de sentarme, ahora aunque quisiese hacerlo no lo haría... el niño pensaría que me daba miedo caerme y me perdería el respeto como reina, no podia permitirlo.

-Si vienes de paseo... ¡Podría mostrarte los alrededores!-al decir esto me di la vuelta bruscamente para mostrarle con la mano un lado del parque, entonces paso lo que había advertido aquel niño castaño, empece a tambalearme hasta que finalmente no pude mantener el equilibrio. Si era sincera había sido casi un reflejo, pero... ¡había sido genial!, había logrado transformar mi mano como lo había hecho en casa y en esa forma termino atorándose en el juego, ¡así no había caído! me incorpore y escale de nuevo, sentando me esta vez-¿Viste? ¡Soy genial!-exclame antes de soltarme a reír, mi mano seguía siendo una lanza o la punta de una al menos-¡Completamente genial!

El chico reía ante las palabras de la chica aunque ahora un poco mas discreto para que no pensara que se reía de ella. Parecía una niña realmente tierna, o al menos eso pensaba el castaño. Sus respuestas parecían tan simples que hacían que sonriera ante cada una de sus palabras. -Me llamo Viktor-Dijo el castaño mientras le sonreía entrecerrando los ojos. Volteo a ver a su abuela, quien estaba tejiendo en una de las bancas del parque y le sonrió al verlo.

-Me encantaría, pero...-Se vio interrumpido el chico al ver como la rubia caía del juego, justo lo que el había intentado prevenir. El castaño se aventó hacía ella intentando detener su caída, cosa que fue en vano. Mas sin embargo no calló, quedo colgando del juego con su mano transformada en una especie de lanza. El niño miraba atonito a su compañera, ¿como diablos había logrado eso?. La chica se reincorporo y rió como si no hubiera pasado nada, parecía incluso contenta. Viktor volteó a ver a su abuela, quien seguía tejiendo. El niño suspiro aliviado, no había visto nada.

-¿Como hiciste eso?-Señalo con su dedo a la mano de Ruri que seguía transformada en aquel objeto que la había salvado.

Solté un soplido con la nariz, sonriendo con orgullo y suficiencia ante la pregunta que me acababa de hacer el chico-Pues por que soy un arma, una sumamente genial-respondí como si fuera algo obvio, desvié la mirada hacia mi hermano con cautela y sonrei al ver que hablaba con su amiga en lugar de ponerme atención, no me regañaría si alardeaba un poquito entonces.La idea de que, seguramente, el chico había hecho tal pregunta por que no podia hacerlo paso por mi mente, por lo que con la mano que no estaba transformada le di unas palmaditas en el hombro, mirándolo fijamente sin borrar la sonrisa de mi rostro-No te preocupes, tu podrás hacerlo si te esfuerzas-Le dije con confianza, hasta que recordé, lo que papá, mamá y Shin decían, no todos nacíamos siendo armas-Si eres un arma, claro-Reí sonoramente entonces-Si no seria inútil que lo intentaras-Aclare moviendo la mano transformada de una lado a otro, como si espantara un insecto o abanicara, fue entonces que note que aun no volvía a la normalidad.

Como no quería problemas, los cuales habría si mi hermano me veía, quise volver mi mano a la normalidad, un intento, otro, cerré mis ojos para esforzarme y arreglarlo pero nada, mi mano no cambiaba, una ola de nervios me invadió-¡¿POR QUÉ NO CAMBIAS?!-grite lloriqueando mientras golpeaba mi mano desesperadamete contra el juego una y otra vez, provocando un sonido metálico, pare de golpe y escondí la punta tras mi espalda al darme cuenta de que con el escándalo mi hermano había girado la vista, sus oscuros ojos negros me veían con severidad, casi como si me hablaran y regañaran por ellos mismos, no hice más que saludarlo con mi mano normal y luego con esta misma tomar la muñeca del niño y jalarlo para empezar a bajar del juego-Rayos...hay que escondernos-Le dije con determinación-O huir de ser necesario-Dije con seriedad-¡Es una tarea importante! ¡De alto riesgo! ¿Cuento contigo?-dije girando la cabeza para mirarlo con entusiasmo.

Sentia un tanto de miedo a la chica, mas bien no hacia ella sino a su brazo transformado. Tampoco era un miedo como para huir corriendo, aunque de todos modos Viktor no era muy asustadizo.

-¿Un arma?-Dijo ante su explicación, algo confundido, viniendole a la mente la imagen de dos personas forjando al rojo vivo a la chica, sacudió su cabeza intentando disipar aquel extraño pensamiento. Volteaba a ver regularmente a un chico de cabello negro, casi con la misma frecuencia con la que el castaño volteaba a mirar a su abuela. -No creo ser algo como eso, o al menos nunca me lo han dicho- Era muy extraño, le daba mucha curiosidad lo que era ella.

Cuando la chica sacudió la mano, por reflejo se hizo para atrás, intentando que no lo tocara aquella punta de lanza, aunque no estaban muy cerca como para que esos sucediera. Parecía desesperada y preocupada, cosa que alteraba un poco al castaño. Pensaba que tenía controlado todo, que solo la dejaba transformada para mostrarle, pero su reacción le hizo ver lo contrario.

Bajo del juego casi arrastrado por la chica , estaba realmente apanicada y quería esconderse de aquel que probablemente fuera su hermano.
-¿Huir? Pero yo no puedo ir lejos-Contestó volteando a ver a su abuela que lo miraba sonriendo de que ahora jugara con una amiga.
El paseo en el parque que el quería fuera tranquilo había tomado un camino un tanto distinto.

¿Qué no podia huir lejos?, en definitiva esa no era la respuesta que quería, apreté un poco mi agarre en su muñeca y lo mire con una sonrisa ladina, mirándolo fijamente-Me temo que no tienes opción, Vikky-Le dije con confianza, como si lo conociera desde hacia tiempo,y una vez que ambos estábamos en el suelo, no chiste ni un segundo antes de empezar a correr, jalándolo conmigo sin que pudiera objetar otra cosa, me dirigí tan rápido como pude a un juego con agujeros, como un pequeño domo de cemento, lo podías escalar o meterte dentro, siempre había pensado que parecía un queso, más aun con el color amarillo brillante con el que estaba pintado. Si te metías dentro del queso la gente no podia verte ¡Era perfecto para esconderse! y también hacia una base secreta genial, muchos niños llorones no entraban debajo por que aveces había insectos, incluso había un chico que contaba haber visto un murciélago, si me lo preguntaban a mi, eran puras patrañas, los insectos eran lindos, los murciélagos también.

Gatee para entrar al juego por uno de los agujeros, aun jalando como podia al castaño, me senté satisfecha una vez que nuestro escape había resultado exitoso, respirando algo agitada por la carrera-No nos va a atrapar aquí-dije con orgullo, usando el plural como si nada, ambos estábamos metidos en esto ahora, tenia que ayudarme le gustara o no. Mire de reojo, con cierto recelo mi torpe mano que no parecía tener intenciones de obedecerme y cambiar, infle las mejillas y la azote contra el suelo, levantando algo de tierra-Si no cambia antes de la hora de la cena estaré en problemas-Admití al joven algo más tranquila y un tanto frustrada, con la vista fija en mi mano.

-No me digas Vikky-No le agradaban los sobrenombres, era una de las pocas cosas que le molestaban, e incluso le era incomodo molestarse por un cariño, pero siempre había preferido llamar a las personas por su nombre completo, A menos que pidiera lo contrario. Corrió junto con ella, hacia donde la había llevado, un juego similar, aunque este era un poco mas cerrado, perfecto para esconderse. Era un poco estrecho, haciendo que el castaño al ser un poco mas alto, tuviera que agacharse un poco mas.

-No debimos huir, no te hará nada, es tu hermano-Decía el castaño, preocupado por lo que diría su abuela al ver que no estaba.No le gustaba estar escondido, sentía que había hecho algo malo.

Tosió al sentir la tierra en su nariz, mirando como intentaba destransformar su mano golpeándola con el suelo. -¿Enserio no puedes hacer que vuelva?, parecías saber lo que hacias-Cuestiono el castaño, aunque mas que un reproche era una verdadera duda.

Suspire con resignación, algo desanimada por todo el asunto, estaba seguro que el chico ya no estaba impresionado, me vería igual que papá ahora...Un arma que aun no lograba transformarse del todo-Se que no me hará nada-Replique inflando las mejillas, sin levantar el rostro del pero si la mirada-Aunque me jalara las mejillas y me regañara-Admití bajando la vista de nuevo-Se va a preocupar-Sabia lo que haría, me regañaría y se enfadaría, pero al final sabia que lo hacia por que le preocupaba-Si llego a cenar así papá se enfadara mucho-Toque por reflejo, con la mano normal mi brazo contrario, cerca del hombro, me dolía un poco y estaba segura de que tenia una marca morado oscuro allí, la manga de mi remera la cubría, se suponía que el único moretón de hoy seria ese-Te lo voy a confesar, Vikky-Mire al chico a los ojos, para hacerle saber que hablaba enserio-No puedo transformarme aun, hoy aprendí a cambiar mi mano, pero nada más y bueno...-Lance otra fugaz mirada a mi mano en el suelo-Creo que no lo controlo después de todo-Dicho eso estire el cuello para asomarme por uno de los agujeros, todo en orden, no parecían buscarnos aun.

-¿Sabes?-Le mire con un nuevo brillo en la mirada, algo más entusiasmada, pasando de la platica anterior casi por completo-Yo no lo controlo, pero mi hermano... ¡Mi hermano es sumamente genial!-Exclame emocionada-No podrías tener un hermano que fuera siquiera la mitad de genial de lo que es Shin-Dije orgullosa, alardeando-Él si que puede transformarse y desde pequeño, algún día yo podre hacerlo también-Alcé la barbilla con orgullo, sonriendo con suficiencia, regresaría mi mano a la normalidad antes de la cena, enserio lo haría.

Miraba a la chica con preocupación, se veía con temor a no poder regresar su mano, si tal vez exageraba pues su hermano no se veía realmente terrible, por alguna razon le tenía miedo, quien sabe el por que.

-Pe..pero bueno, no creo que te llegue a decir algo por no saber regresar o ¿acaso es muy terrible?-Cuestiono el castaño pues aun no comprendía la gravedad de que no pudiera volver su mano a la normalidad.

-Yo no tengo hermanos-Dijo Viktor tras escucharla decir lo "genial que era Shin. No le molestaba decirlo, pero aun así siempre le había gustado la idea de tener un hermano pequeño a quien cuidar y proteger.Verla sonreír al hablar de su hermano era enserio agradable, era algo que alegraba al castaño y que lo hacía confiar fácilmente en la gente.-Seguro lo lograras igual que el, enserio para mi es sorprendente lo que puedes hacer, quisiera saber hacerlo- No era tanto envidia, era admiración hacia la pequeña Ruri, le sorprendía que a tan joven edad pudiera desarrollar tales habilidades.

A Viktor le carcomía la curiosidad, deseaba saber el por que de su habilidad y queria averiguar mas de ella, al fin y al cabo, uno no se encontraba diario con una chica capaz de transformar su mano en lanza.Verla sonreir era enserio agradable, era algo que alegraba al castaño y que lo hacía confiar fácilmente en la gente.-¿Entonces es un don familiar?¿Todos se transforman en lanza como tu?-

La chica comenzaba a recobrar el animo con cada momento que pasaba, enserio creía que lograría todo aquello, que lograría ser un arma que pudiese hacer honor a su apellido-Aunque los tuvieras no lo serian-Repuso con orgullo y superioridad, mirándolo con estos mismos sentimientos-Shin-Nii-san no es terrible, bueno... a veces cuando se enoja puede dar miedo... pero no es terrible-Le aclaro con una sonrisa tranquila-Me trae a jugar y también me compra helados y dulces, también me ayuda cuando papá...-hizo una pausa un tanto incomoda-Cuando papá me castiga por no ser una buena arma...-se mordió levemente el labio inferior, bajando la mirada un poco consternada, era verdad, si no regresaba su mano a la normalidad... No solo se le arruinaría el día a ella, se lo arruinaría a su hermano también.

Entorno la ambarina mirada de nuevo al castaño cuando pregunto si era hereditario, ¿enserio no sabia nada de nada? Asintió-Pero no todos somos lanzas... Shin es una espada, papá es un hacha y mamá un arco... Los abuelos tampoco son lanzas-La pequeña miraba hacia arriba, tratando de recordar las formas de sus otros familiares, más le dio pereza al final y creyendo que el chico había captado el punto lo dejo así-Aunque quieras no podrías hacerlo si no eres un arma, eso es lo que me dicen-Explico mirando ladinamente al chico unos momentos, como un cachorro que mira algo con curiosidad. luego ensancho su chimuela sonrisa de forma realmente amplia-¡Ya se!- Exclamo alegre de verdad-¡No puedes transformarte pero eso esta bien!-Grito soltando una carcajada entusiasta-¡Vamos a hacer un equipo! ¡Tú y yo! ¡Vikky y Ruri! ¡Técnico y Arma! ¡El equipo de estrellas!-Grito alzando amabas manos con emoción y empezando a reír alegremente.

La miró un tanto preocupado, su semblante había cambiado, había bajado la mirada al mencionar los castigos de su padre, no tenía idea de a que se refería, pero parecía no ser un agradable recuerdo. Ahora enserio quería ayudarla, ya no estaba ahí con ella obligado, quería evitar que su padre la castigara. Era un compromiso con él mismo, tal vez nunca se volverían a ver, pero recordaría que logro ayudar a aquella chica.

Escucho atento la explicación de sus familiares, llamándole la atención el arco, era un arma que le gustaba, incluso se imaginó a el transformándose en uno, aunque inmediatamente saco el pensamiento de su mente. –Entonces Heredan el talento, mas no la forma en la que se transforman.- Pensó con curiosidad que gran cantidad de armas existían, imaginándose a muchas personas transformándose en ellas. En eso estaba, cuando la chica comenzó a emocionarse, mencionando lo del equipo, le emocionaba la idea y mucho, no entendía totalmente lo que significaba ser un técnico, entendía que así se les decía a los que usaban ese tipos de armas. -Sera un honor para mi ser su técnico señorita, no se aun bien a lo que se refiere, pero sería genial ser equipo-Rió junto con ella, aunque de una forma un tanto menos estruendosa.

Inmediatamente se calló e hizo una señal a la chica de que callara igual-Shhh- dijo, riendo un poco –Recuerda que estamos a escondidas- levanto la mirada, acariciándose la barbilla e intentando encontrar una forma de des transformar a la chica-Mmm, de alguna forma aprendiste a transformarla, así que debes poder  des transformarla, pienso que es mas fácil, solo falta que te concentres.-tomo la mano de la chica, examinando con cuidado aquella punta de lanza, intentando imaginar si quiera como la transformo, aunque no tenía idea, su disposición a ayudar a su nueva amiga era mayor.

Asintió y bajo la voz, calmándose un poco y soltando una risita entre dientes, el chico había aceptado aunque no tenia idea de que era todo eso al parecer, pero era precisamente por eso que le dio mucha más confianza, parecía un buen chico y un perfecto compañero-Entonces voy a explicarte todo...-Le dijo sonriente y aspiro una buena bocanada de aire-Las armas somos geniales por nuestra cuenta, pero al fin y al cabo es lo que somos... armas ¿no? Necesitamos a un compañero que nos utilice-Admitió con los ojos fijos en los del chico-¡Pues eso es un técnico!, los técnicos y las armas entrenan, muy muy muy duro para encargarse de la gente mala, de los monstruos y las brujas-Dijo completamente ilusionada, compartiendo el sueño de miles de pequeños de esa edad-Todos ellos son héroes, héroes de verdad, mi hermano sera uno también, ¡Nosotros lo seremos!-las palabras "Héroe u Heroína", significan mucho para casi cualquier infante de esa edad, aun sumergidos en cuentos y relatos fantásticos, era más que obvio que esas palabras sonasen prometedoras para la pequeña de ojos ambarinos, que con esa exclamación había vuelto a subir en exceso la voz, notándolo rápidamente, puso su mano humana sobre su boca, soltando entre dientes una risista-Lo siento lo siento-Susurro sonriente-El punto es que es algo genial, por eso tienes que ser genial para poder hacerlo...¿Entendiste?

Tranquilamente dejo que el chico mirara su mano transformada cuando este la tomo, mirándola ella misma también, sabia hacerlo pero no podia, era un poco frustrante, como si supiese como caminar, pero sus piernas por más que les decía que caminasen, se empeñaran en no hacerlo, de repente sonrió y el rostro se le ilumino-¡Ya se!-subió la voz y de nuevo se tapo la boca-Ya se-Continuo en voz baja-Lo logre para evitar caerme...¿no? Por que la necesitaba... tal vez si hacemos que necesite mi mano...-Sugirió ladeando un poco la cabeza, parecía una buena idea, ¿Pero en que podia necesitar su mano?