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The Dream Thief [Arabella ID] [Loading 65%]
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Arabella Lynch
Ara, Bella, Bell.
20 años.
Soñadora [CM]
Neutral
Francesa
Desocupada
Orden [Inhibidora]
No aplica
Femenino
Demisexual
Descripción Física & Psicológica
La personalidad de Arabella podría marcarse en dos partes. Una que muestra a las personas que recién conoce y otra para aquellas cercanas a ella.
En el primer caso, puede describirse como alguien extremadamente carismática. Logrando sociabilizar fácilmente con las personas de su alrededor, además de lograr de esta forma manipular a las personas ¿Conscientemente? No, no es la clase de chica que le guste hacer esa clase de cosas, pero de ser necesario lo hará. Pero a aprendido que en esta vida es necesario hacer todo lo posible para sobrevivir y que las cosas salgan a tu beneficio aun cuando eso puede perjudicar a otros. De poder evitarlo lo hará sin dudarlo, pues se trata de alguien extremadamente noble, sin embargo, tampoco puede arriesgarse a que las cosas terminen en su contra, más aún tomando en cuenta su situación actual como criatura mágica. Esta “cara” de la rubia también se ve como alguien amable, aunque esto va de cierta forma de la mano con todo lo anterior.
Por otro lado, la parte de ella que se relaciona con personas de confianza es ligeramente diferente mencionada. No es como si hablásemos de alguien con doble personalidad, pues su amabilidad y carisma siguen completamente intactos, pero si se trata de una persona mucho más… ¿Excéntrica? Si, definitivamente esa sería la palabra sus gustos son bastante curiosos en ocasiones. Si llama su atención es capaz de buscar hasta debajo de las piedras para saber más al respecto, demasiado curiosa quizás, ella prefiere la palabra “apasionada” además de impulsiva. No pensará en las consecuencias sino después de haber actuado, aunque esto también está bastante ligado con el hecho de que cree ciegamente que se debe disfrutar el presente y no pensar en el futuro.
Fiel y leal con aquellas personas que considera cercanos a ella. Jamás cuestionará o dudará de ellos a menos que le den un verdadero motivo para ello ¿Demasiado confiada? No lo diría de esa manera, pues suele ser bastante cuidadosa a la hora de meter personas a su círculo cercano. Todo debido a que ha descubierto de primera mano lo crueles que pueden ser las personas y aún más tomando en cuenta su poder. Pero es la clase de persona que jamás dejara a alguien solo o atrás, llegando a ser un poco ilusa con respecto a estos individuos. Es por ello que en esta clase de cosas suele depender bastante de Reve, siendo esta quien le abra los ojos o quien espante a los susodichos sin que la rubia se entere.
Tiene una fuerte política de no mentir. Ella no lo hace, suele simplemente no responderlo o dejar la pieza clave fuera de la respuesta para que no sea una mentira, pero al mismo tiempo no sea la verdad. ¿Por qué? Porque su padre le enseño que debía ocultarse, ocultar lo que era y ya bastantes veces ha roto aquellas simples reglas que le enseñaron de niña. Además, hay muchas cosas que prefiere callar para que las personas cercanas a ellas no sufran a menos que sea estrictamente necesario ¿Egoísta? Quizás, todo está bastante ligado a lo que fue su tiempo en el orfanato, donde aprendió a ocultar su dolor y sonreír a pesar de todo.
Ligado con esto hay otro pequeño problema con su persona… Arabella mientras más quiera algo menos hablara al respecto. Es muy recelosa en ese aspecto a sus sentimientos de apego hacia las cosas materiales o personas que van más allá de una simple amistad ¿Por qué? Por el simple hecho de que está segura de que posiblemente no lograra obtenerlo, y prefiere restarle importancia al tema en lugar de que sientas lastima por ella. Es por lo mismo que no suele tener un verdadero apego por las cosas, suele entregarlas bastante fácil si es que eso asegura la felicidad de otros y más aún si se trata de otra persona, la felicidad del resto siempre será su prioridad, sobre por su propia felicidad.
En el primer caso, puede describirse como alguien extremadamente carismática. Logrando sociabilizar fácilmente con las personas de su alrededor, además de lograr de esta forma manipular a las personas ¿Conscientemente? No, no es la clase de chica que le guste hacer esa clase de cosas, pero de ser necesario lo hará. Pero a aprendido que en esta vida es necesario hacer todo lo posible para sobrevivir y que las cosas salgan a tu beneficio aun cuando eso puede perjudicar a otros. De poder evitarlo lo hará sin dudarlo, pues se trata de alguien extremadamente noble, sin embargo, tampoco puede arriesgarse a que las cosas terminen en su contra, más aún tomando en cuenta su situación actual como criatura mágica. Esta “cara” de la rubia también se ve como alguien amable, aunque esto va de cierta forma de la mano con todo lo anterior.
Por otro lado, la parte de ella que se relaciona con personas de confianza es ligeramente diferente mencionada. No es como si hablásemos de alguien con doble personalidad, pues su amabilidad y carisma siguen completamente intactos, pero si se trata de una persona mucho más… ¿Excéntrica? Si, definitivamente esa sería la palabra sus gustos son bastante curiosos en ocasiones. Si llama su atención es capaz de buscar hasta debajo de las piedras para saber más al respecto, demasiado curiosa quizás, ella prefiere la palabra “apasionada” además de impulsiva. No pensará en las consecuencias sino después de haber actuado, aunque esto también está bastante ligado con el hecho de que cree ciegamente que se debe disfrutar el presente y no pensar en el futuro.
Fiel y leal con aquellas personas que considera cercanos a ella. Jamás cuestionará o dudará de ellos a menos que le den un verdadero motivo para ello ¿Demasiado confiada? No lo diría de esa manera, pues suele ser bastante cuidadosa a la hora de meter personas a su círculo cercano. Todo debido a que ha descubierto de primera mano lo crueles que pueden ser las personas y aún más tomando en cuenta su poder. Pero es la clase de persona que jamás dejara a alguien solo o atrás, llegando a ser un poco ilusa con respecto a estos individuos. Es por ello que en esta clase de cosas suele depender bastante de Reve, siendo esta quien le abra los ojos o quien espante a los susodichos sin que la rubia se entere.
Tiene una fuerte política de no mentir. Ella no lo hace, suele simplemente no responderlo o dejar la pieza clave fuera de la respuesta para que no sea una mentira, pero al mismo tiempo no sea la verdad. ¿Por qué? Porque su padre le enseño que debía ocultarse, ocultar lo que era y ya bastantes veces ha roto aquellas simples reglas que le enseñaron de niña. Además, hay muchas cosas que prefiere callar para que las personas cercanas a ellas no sufran a menos que sea estrictamente necesario ¿Egoísta? Quizás, todo está bastante ligado a lo que fue su tiempo en el orfanato, donde aprendió a ocultar su dolor y sonreír a pesar de todo.
Ligado con esto hay otro pequeño problema con su persona… Arabella mientras más quiera algo menos hablara al respecto. Es muy recelosa en ese aspecto a sus sentimientos de apego hacia las cosas materiales o personas que van más allá de una simple amistad ¿Por qué? Por el simple hecho de que está segura de que posiblemente no lograra obtenerlo, y prefiere restarle importancia al tema en lugar de que sientas lastima por ella. Es por lo mismo que no suele tener un verdadero apego por las cosas, suele entregarlas bastante fácil si es que eso asegura la felicidad de otros y más aún si se trata de otra persona, la felicidad del resto siempre será su prioridad, sobre por su propia felicidad.
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Historia
Desde que poseo memoria, mi padre me había hecho repetir un centenar de veces “las tres reglas fundamentales” que debía seguir al pie de la letra. Jamás me dio la explicación de porqué y la verdad es que en realidad nunca me las cuestione, la palabra de mi padre era ley a menos que fuese en contra de alguno de mis caprichos. Actualmente entiendo que debí prestarle mucha más atención e importancia a estas.
1. Nunca digas de donde salió el objeto.
2. No dejes que alguien lo descubra.
3. Bajo ninguna circunstancia saque algo vivo de tus sueños.
Sonaba bastante sencillo, y lo seria… De no ser por el hecho de que ella teniendo tan solo seis años de edad ya había roto cada una de esas reglas que se suponían que debían ser mis reglas para toda la vida.
Nació en lo que podría decirse fue una cuna de oro. Arabella Elizabeth Lynch Parrish, así fue como se llamó la única hija del matrimonio Lynch, siendo tanto la alegría para sus padres como para sus los cercanos a ellos. Brillante como su madre, pero siendo una perfecta combinación de sus progenitores, la pequeña niña simplemente era alguien que siempre fue el centro de atención de su familia ¿Había algo más gratificante que aquello? No, pues nada se le había negado desde muy temprana edad gracias a que su padre literalmente podía darle lo que quisiera, incluso aquello que no existía en ningún lugar a excepción de los sueños de las personas.
Su padre era nada más y nadie menos que Ronan Lynch, un hombre que si bien no llamaba verdaderamente la atención gracias a su pésimo carácter y personalidad, pero si por su gran fortuna. Un hombre que muy pocos soportaban, pero con la increíble cualidad de poder sacar cosas de los sueños, en pocas palabras el sujeto se trataba de un “Soñador”, una criatura mágica del siglo VIII A.C. Por otro lado, su madre, Adamina Parrish era simplemente una mujer que jamás hizo lo que aquel hombre quiso y aun siendo una humana había logrado lo que muchas habían buscado, conseguir el corazón de un hombre que prácticamente era una raza extinta ¿Cuántos soñadores quedaban en el mundo? Podían contarse con los dedos de una mano y era por ello que el mismo padre de Ronan le había dejado en bastante claro que debía dejar descendencia en aquel mundo.
Ninguno podría ser capaz de responder de donde había nacido el amor -Al menos por parte de la mujer-, pero lo hizo, trayendo con ello a la pequeña Bella. Y sabiendo de antemano el hecho de su naturaleza, Ronan no había dudado en hacer todo lo necesario para que la susodicha estuviese protegida del mundo, había vivido lo suficiente como para saber que aquel lugar era demasiado despiadado para una niña inocente como ella. Por ello no había dudado en intentar dejarle las cosas claras desde temprana edad a su hija, tres reglas que él mismo había creado en base a experiencias vividas, tres reglas que le asegurarían a Arabella una vida tranquila y “normal” de llegar a seguirlas. Pero no importaba del todo realmente, pues él siempre estaría a su lado para que su hija no cometiera errores, o al menos eso había deseado…
Un día Arabella despertó solo para poder observar el techo blanco de un hospital ¿Por qué se encontraba allí y no en su habitación? No lo recordaba, como tampoco el dónde estaba y por lo mismo se levantó asustada, sintiendo como rápidamente el dolor se hacía presente en su cuerpo. Busco hacia todos lados intentado encontrar un rastro de sus padres y completamente decidida a ello había sacado todo aquello que estaba conectado a sus brazos para ir en su búsqueda. Mas antes de poder abrir la puerta pudo escuchar perfectamente lo que decía el medico… El matrimonio Lynch había muerto en un “accidente”, o al menos así habían decidido catalogarlo al choque automovilístico, dejando como única sobreviviente a su hija. Antes de notarlo las lágrimas habían comenzado a descender por sus mejillas y sus piernas habían dejado de funcionar solamente para dejarla caer al suelo. Luego de haberlo tenido todo en la vida se lo habían quitado. Sabía que jamás volvería escuchar a su madre cantar y contarle un cuento, que su padre no volvería a sentarla sobre sus piernas haciendo que recitase las tres reglas, todo eso le había sido quitado sin anestesia siendo aún demasiado pequeña. Con tan solo seis años de edad Arabella Elizabeth Lynch Parrish estaba sola en el mundo.
La vida luego de aquel suceso no fue para nada fácil. Los amigos de su padre se encontraban en otro país, haciendo prácticamente imposible el hecho de poder comunicarse con ellos y siendo tan pequeña simplemente no le era posible mantenerse a si misma, pues todo lo que había pertenecido a sus padres solo le sería entregado cuando fuese mayor de edad ¿En resumen? Había terminado en un orfanato local, o como ella lo había definido a su corta edad “El infierno en tierra”.
La pequeña rubia había sido víctima de los actos más crueles por parte de los menores ¿Por qué? Sinceramente ella no podría responder una pregunta, pues casi parecía que desde que puso el primer pie dentro había sido seleccionada como el blanco de todos; Pintura, chicle, insectos, objetos rotos, todo lo que pertenecía a la niña tendría el mismo final y ella simplemente podía morder su labio intentando contener las lágrimas, ocultándose en pequeños lugares oscuros para que nadie la encontrara ¿Qué había hecho ella? ¿No bastaba con ahora estar sola en aquel mundo? Aparentemente no, pues cada día se iba volviendo peor y solitario. Nadie quería estar al lado de aquella niña que ahora corría el rumor traía mala suerte y que debido a eso sus padres habían muerto, la misma Arabella había llegado a creer aquello, eso hasta que ella llego a su vida.
“La niña cuervo”, ese había sido el primer apodo que la pequeña de sus sueños había recibido. Idéntica a ella al mismo tiempo completamente distinta. La chica que solo aparecía mientras dormía era quien se había convertido en su sustento, todo lo que ella debería ser si quería sobrevivir en aquel lugar, pero por su dulce personalidad no podía. Su única amiga y compañía en aquel infernal lugar, no poseía un nombre propio y lo sabía porque en más de una ocasión se lo había preguntado y de hecho aquel apodo había salido porque siempre que estaba junto a ella un cuervo se posaba en aquel bosque que suponía su “lugar”. ¿Cuántas veces había deseado que aquella chica estuviese a su lado al despertar? Muchas veces, más de las que pudiese contar, porque sabía que ella la salvaría, que ella sería quien la protegería y que todo estaría bien a su lado, solo tenía que tocar su mano y creer que era real. No era difícil, pero si implicaba romper una de las reglas que su padre le había repetido un millón de veces. Era por ello que siempre que alzaba su mano para tocarla se detenía a medio camino, aquello estaba prohibido y ella respetaría las reglas de su padre.
O eso había pensado hasta que ya no pudo más. Su paciencia y tolerancia llego al límite cuando luego de haber manchado su cabello le habían quitado uno de los pocos recuerdos de sus padres que había podido conservar con ella. Un pequeño relicario y la armónica que siempre había cuidado con recelo. Había intentado recuperarlo por sus medios, pero ella no podía hacer mucho contra cinco niños claramente más fuerte que ellas y, además, para su desgracia las encargadas del hogar se encontraban de lado de los susodichos ¿Qué podía hacer ella contra eso? Nada, impotencia y rabia rápidamente nublaron su juicio, haciendo que al irse a dormir hiciese lo que había jurado jamás hacer… Toco la mano de aquella chica y creyó que era real, jamás había creído algo con tanto fervor como lo hizo aquel día, fue entonces que gracias a eso nació su “hermana gemela”.
Como todo en esta vida tenía un precio, el sacar a un ser “humano” de los sueños no había sido algo barato. Para Arabella Lynch había significado entregarle la mitad de su alma y estar varios días en coma, pero para cuando había despertado lo primero que había sido capaz de ver fue a la chica cuervo junto con el mismo, haciendo una mueca de desaprobación antes de entregarle sus “tesoros”. Sin poder evitarlo o realmente querer hacerlo sonrió ampliamente, ahora que la chica estaba a su lado definitivamente todo estaría bien, no tenía nada a lo cual temer, ya que la contraria siempre estaría para ella.
1. Nunca digas de donde salió el objeto.
2. No dejes que alguien lo descubra.
3. Bajo ninguna circunstancia saque algo vivo de tus sueños.
Sonaba bastante sencillo, y lo seria… De no ser por el hecho de que ella teniendo tan solo seis años de edad ya había roto cada una de esas reglas que se suponían que debían ser mis reglas para toda la vida.
«No se aprende nada importante en la vida. Simplemente se recuerda.»
Nació en lo que podría decirse fue una cuna de oro. Arabella Elizabeth Lynch Parrish, así fue como se llamó la única hija del matrimonio Lynch, siendo tanto la alegría para sus padres como para sus los cercanos a ellos. Brillante como su madre, pero siendo una perfecta combinación de sus progenitores, la pequeña niña simplemente era alguien que siempre fue el centro de atención de su familia ¿Había algo más gratificante que aquello? No, pues nada se le había negado desde muy temprana edad gracias a que su padre literalmente podía darle lo que quisiera, incluso aquello que no existía en ningún lugar a excepción de los sueños de las personas.
Su padre era nada más y nadie menos que Ronan Lynch, un hombre que si bien no llamaba verdaderamente la atención gracias a su pésimo carácter y personalidad, pero si por su gran fortuna. Un hombre que muy pocos soportaban, pero con la increíble cualidad de poder sacar cosas de los sueños, en pocas palabras el sujeto se trataba de un “Soñador”, una criatura mágica del siglo VIII A.C. Por otro lado, su madre, Adamina Parrish era simplemente una mujer que jamás hizo lo que aquel hombre quiso y aun siendo una humana había logrado lo que muchas habían buscado, conseguir el corazón de un hombre que prácticamente era una raza extinta ¿Cuántos soñadores quedaban en el mundo? Podían contarse con los dedos de una mano y era por ello que el mismo padre de Ronan le había dejado en bastante claro que debía dejar descendencia en aquel mundo.
Ninguno podría ser capaz de responder de donde había nacido el amor -Al menos por parte de la mujer-, pero lo hizo, trayendo con ello a la pequeña Bella. Y sabiendo de antemano el hecho de su naturaleza, Ronan no había dudado en hacer todo lo necesario para que la susodicha estuviese protegida del mundo, había vivido lo suficiente como para saber que aquel lugar era demasiado despiadado para una niña inocente como ella. Por ello no había dudado en intentar dejarle las cosas claras desde temprana edad a su hija, tres reglas que él mismo había creado en base a experiencias vividas, tres reglas que le asegurarían a Arabella una vida tranquila y “normal” de llegar a seguirlas. Pero no importaba del todo realmente, pues él siempre estaría a su lado para que su hija no cometiera errores, o al menos eso había deseado…
Un día Arabella despertó solo para poder observar el techo blanco de un hospital ¿Por qué se encontraba allí y no en su habitación? No lo recordaba, como tampoco el dónde estaba y por lo mismo se levantó asustada, sintiendo como rápidamente el dolor se hacía presente en su cuerpo. Busco hacia todos lados intentado encontrar un rastro de sus padres y completamente decidida a ello había sacado todo aquello que estaba conectado a sus brazos para ir en su búsqueda. Mas antes de poder abrir la puerta pudo escuchar perfectamente lo que decía el medico… El matrimonio Lynch había muerto en un “accidente”, o al menos así habían decidido catalogarlo al choque automovilístico, dejando como única sobreviviente a su hija. Antes de notarlo las lágrimas habían comenzado a descender por sus mejillas y sus piernas habían dejado de funcionar solamente para dejarla caer al suelo. Luego de haberlo tenido todo en la vida se lo habían quitado. Sabía que jamás volvería escuchar a su madre cantar y contarle un cuento, que su padre no volvería a sentarla sobre sus piernas haciendo que recitase las tres reglas, todo eso le había sido quitado sin anestesia siendo aún demasiado pequeña. Con tan solo seis años de edad Arabella Elizabeth Lynch Parrish estaba sola en el mundo.
«Con el tiempo, la soledad se te mete dentro y no se va.»
La vida luego de aquel suceso no fue para nada fácil. Los amigos de su padre se encontraban en otro país, haciendo prácticamente imposible el hecho de poder comunicarse con ellos y siendo tan pequeña simplemente no le era posible mantenerse a si misma, pues todo lo que había pertenecido a sus padres solo le sería entregado cuando fuese mayor de edad ¿En resumen? Había terminado en un orfanato local, o como ella lo había definido a su corta edad “El infierno en tierra”.
La pequeña rubia había sido víctima de los actos más crueles por parte de los menores ¿Por qué? Sinceramente ella no podría responder una pregunta, pues casi parecía que desde que puso el primer pie dentro había sido seleccionada como el blanco de todos; Pintura, chicle, insectos, objetos rotos, todo lo que pertenecía a la niña tendría el mismo final y ella simplemente podía morder su labio intentando contener las lágrimas, ocultándose en pequeños lugares oscuros para que nadie la encontrara ¿Qué había hecho ella? ¿No bastaba con ahora estar sola en aquel mundo? Aparentemente no, pues cada día se iba volviendo peor y solitario. Nadie quería estar al lado de aquella niña que ahora corría el rumor traía mala suerte y que debido a eso sus padres habían muerto, la misma Arabella había llegado a creer aquello, eso hasta que ella llego a su vida.
“La niña cuervo”, ese había sido el primer apodo que la pequeña de sus sueños había recibido. Idéntica a ella al mismo tiempo completamente distinta. La chica que solo aparecía mientras dormía era quien se había convertido en su sustento, todo lo que ella debería ser si quería sobrevivir en aquel lugar, pero por su dulce personalidad no podía. Su única amiga y compañía en aquel infernal lugar, no poseía un nombre propio y lo sabía porque en más de una ocasión se lo había preguntado y de hecho aquel apodo había salido porque siempre que estaba junto a ella un cuervo se posaba en aquel bosque que suponía su “lugar”. ¿Cuántas veces había deseado que aquella chica estuviese a su lado al despertar? Muchas veces, más de las que pudiese contar, porque sabía que ella la salvaría, que ella sería quien la protegería y que todo estaría bien a su lado, solo tenía que tocar su mano y creer que era real. No era difícil, pero si implicaba romper una de las reglas que su padre le había repetido un millón de veces. Era por ello que siempre que alzaba su mano para tocarla se detenía a medio camino, aquello estaba prohibido y ella respetaría las reglas de su padre.
O eso había pensado hasta que ya no pudo más. Su paciencia y tolerancia llego al límite cuando luego de haber manchado su cabello le habían quitado uno de los pocos recuerdos de sus padres que había podido conservar con ella. Un pequeño relicario y la armónica que siempre había cuidado con recelo. Había intentado recuperarlo por sus medios, pero ella no podía hacer mucho contra cinco niños claramente más fuerte que ellas y, además, para su desgracia las encargadas del hogar se encontraban de lado de los susodichos ¿Qué podía hacer ella contra eso? Nada, impotencia y rabia rápidamente nublaron su juicio, haciendo que al irse a dormir hiciese lo que había jurado jamás hacer… Toco la mano de aquella chica y creyó que era real, jamás había creído algo con tanto fervor como lo hizo aquel día, fue entonces que gracias a eso nació su “hermana gemela”.
Como todo en esta vida tenía un precio, el sacar a un ser “humano” de los sueños no había sido algo barato. Para Arabella Lynch había significado entregarle la mitad de su alma y estar varios días en coma, pero para cuando había despertado lo primero que había sido capaz de ver fue a la chica cuervo junto con el mismo, haciendo una mueca de desaprobación antes de entregarle sus “tesoros”. Sin poder evitarlo o realmente querer hacerlo sonrió ampliamente, ahora que la chica estaba a su lado definitivamente todo estaría bien, no tenía nada a lo cual temer, ya que la contraria siempre estaría para ella.
«Pasamos la mayor parte de nuestra vida soñando, sobre todo cuando estamos despiertos»
«El tiempo lo cura todo, pensé, menos la verdad.»
Habilidades
× Error 404: Not found (?)
Datos Extra
× Le encantan las cosas de mucha adrenalina.
× Lee bastante.
× Lleva un diario de las cosas que descubre cada día.
× Es fuertemente alérgica a las avispas.
× Tiene un perro akita llamado Hero.
× Siempre anda con su teléfono y reproductor de música.
× Ama hacer senderos y perderse en los bosques.
× Le gusta mucho sacar fotografías.
× No tiene mucho apego por el dinero, de hecho, suele entregarlo con bastante facilidad si cree que este puede solucionar algo.
× Es de la clase de persona que vive el ahora.
× Posee una afición por las cosas raras o sobrenaturales.
× Tiene un Impala 67.
× NO cocina.
× Es una adicta a Netflix.
× El único recuerdo de su padre que tiene siempre es una armónica.
× Su mayor miedo es quedarse sola.
× Tiene una debilidad por las cosas dulces, sobre todo por el helado.
× Su lema de vida es "Cuando naces lloras y el mundo rie, asi que vive de tal forma que cuando mueras tu rias y el mundo llore".
× Remember Everything - Five Finger Death Punch.
× Lily - Vocaloid ft Reve Lynch
× Lee bastante.
× Lleva un diario de las cosas que descubre cada día.
× Es fuertemente alérgica a las avispas.
× Tiene un perro akita llamado Hero.
× Siempre anda con su teléfono y reproductor de música.
× Ama hacer senderos y perderse en los bosques.
× Le gusta mucho sacar fotografías.
× No tiene mucho apego por el dinero, de hecho, suele entregarlo con bastante facilidad si cree que este puede solucionar algo.
× Es de la clase de persona que vive el ahora.
× Posee una afición por las cosas raras o sobrenaturales.
× Tiene un Impala 67.
× NO cocina.
× Es una adicta a Netflix.
× El único recuerdo de su padre que tiene siempre es una armónica.
× Su mayor miedo es quedarse sola.
× Tiene una debilidad por las cosas dulces, sobre todo por el helado.
× Su lema de vida es "Cuando naces lloras y el mundo rie, asi que vive de tal forma que cuando mueras tu rias y el mundo llore".
× Remember Everything - Five Finger Death Punch.
× Lily - Vocaloid ft Reve Lynch
Por favor, no poner el "Postear al terminar" juro que se los haré saber(??)
Mensajes : 1
Fecha de inscripción : 23/01/2017
Puntos : 0
Localización : Persiguiendo mi sueño (??)
Fecha de inscripción : 23/01/2017
Puntos : 0
Localización : Persiguiendo mi sueño (??)
Arabella Lynch
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