With all of these sweets without a home, maybe we can become friends...[Aizack]

El rubio no parecía tener intención alguna de retirarse, o al menos no la demostraba, su actitud era la de alguien que estaba teniendo una charla amena sobre el estupendo clima que hacia el día de hoy o algo por el estilo, me limite entonces a no dirigirle la mirada, a actuar como si enserio ya no estuviese ahí parado en frente de mí, no podía hablar solo para siempre, terminaría fastidiándose y se iría de una vez por todas, pero no pude mantener aquella total indiferencia por mucho tiempo. Estoy segura que de haber estado bebiendo algo lo hubiese escupido medio asfixiándome en el acto, un leve color rojizo se apodero de mis mejillas ¡¿Qué acababa de decir?! No contento con soltar esas palabras así de golpe, le dio también por sentarse cerca de mí, estúpidamente cerca de mí, casi por acto reflejo, como un imán que repelía a otro me deslice un poco en dirección contraria para hacer distancia mientras él seguía hablando.

Lo observaba de forma crispada, con algo de nerviosismo en la mirada, durante años, me había esforzado en hacer una firme muralla alrededor mío, esa que lograba alejar a la gente así como a su vez, me aislaba de mi misma, de la “yo” que no necesitaba en lo absoluto, gracias a ello estaba en donde estaba. Pero ahora… ahora él, un rubio salido de quien sabe dónde llegaba como si nada y se acercaba como si lo recibiese con los brazos abiertos. Solté una risa áspera y nerviosa… sobre todo nerviosa, me sentía acorralada.

-¿Y qué?-me aleje un poco más de él-¿Qué si no lo soy?

Clave la mirada en él, nerviosa, alterada y un tanto agresiva, tratando de encontrar la forma que había usado para poder soltar todas esas palabras como lo había hecho.

-¿A ti qué te importa si lo soy o no?-Tenia un impulso enorme de empezar a gritar maldiciones e insultos en mi idioma natal, me limite a separarme otro poco sin quitarle la mirada de encima hasta que la encontré, la única razón lógica para toda esta situación. Poseía la percepción de almas, algo que varios de los que habitaban o visitaban esta ciudad controlaban, algunos mejor que otros, era una habilidad que resultaba realmente útil, en especial para quienes nos ganábamos la vida como técnicos o armas, alguna vez había oído de lo escasas que eran las personas con la habilidad que Aizack parecía poseer, si bien podía estarme equivocando era la única explicación que encontraba en esos momentos.

-¡Entonces es eso!-grite con una sonrisa nerviosa que desapareció en pocos segundos-¡E-eres un abusivo! ¿¡T-te parece muy gracioso ir por ahí haciendo este tipo de cosas con todos los que te cruzas?! ¡Pues no lo…!-antes de que pudiera terminar aquella frase me encontré a mí misma tirada en el piso, sin darme cuenta al estarme separando de él me topé con el fin de la banca y al tratar de alejarme un poco más termine en el suelo. Un pesado bochorno se hizo presente en mi rostro coloreándolo completamente de rojo, me sentía ridícula y torpe, incluso con ganas de lloriquear y hacer un puchero.

No logre escuchar una sola palabra del muchacho tras su advertencia de cuidado. Sentí aquella sensación por todo el cuerpo, la horrible sensación que me atormentaba desde pequeña, no pude decir nada durante un par de segundos, mi mirada completamente crispada y perdida, un temblor incontrolable apoderándose de mi por completo-Su...suéltame-Fue lo único que alcanse a musitar a secas, de forma casi inaudible, como si lo hubiera dicho faltandome el aire-¡Suéltame!-Logre gritar después, con el pánico latente en mi voz, me revolvía de forma torpe y violenta para que me soltara, empujándolo bruscamente, dándole un pequeño choque con mi onda de alma, la cual estaba completamente alterada e inestable en aquel momento, más logrando con ello separarme de él, cayendo al suelo al instante.

Las rodillas me fallaban, no se cuantos intentos hice de levantarme, ¿cuatro? tal vez cinco... no estaba para contar en ese momento, trate de amenazar al rubio, decirle cualquier cosa para que se alejara pero solo logre tartamudear algo inentendible con voz quebrada, lo miraba de forma crispada, más con la vista completamente perdida, no lo veía a él, no escuchaba nada de lo que pudiese estarme diciendo, si es que decía algo, solo podia escuchar los gritos de mi madre, podia ver el cuarto lleno de sangre y la sonrisa aterradora de aquel monstruo-S-solo no...-Logre articular de forma penosa y quebrada, apenas entendible-No t-te acerques, no m-me toques-Fruncí el ceño como pude, aunque sentía los ojos algo llorosos, más estaba segura que me veía más como un animal aterrorizado que como alguien que enserio estuviera molesto, además de que era obvio que no podia engañarlo, no a él, no con sus ojos, por lo que parecía, aquellos ojos dorados podían ver a la perfección el pánico que luchaba por controlar dentro mio.

"Cálmate. No estas en peligro. Él no es peligroso" Decía tratando inútilmente de calmarme, ¿Podía decir que alguien no era peligroso cuando lo conocía de apenas hoy? La respuesta para mi era obvia, no, por supuesto que no.

Seguia mirando preocupado a Emma, se le notaba nerviosa, pero no alcanzaba a entender del todo por que. Mas de una vez habia sacado a las personas de su zona de confort, aquel espacio tranquilo y seguro que todos poseian, en donde se sentian felices, relajados, aquella zona en donde uno tenia confianza, seguridad de que las cosas saldrian bien. Cuando se sacaba a uno de esa zona, era normal el nerviosismo, el temor, la inexperiencia, el simple miedo a lo desconocido, pero aquello era muy diferente...

Ella parecia atemorizada, de alguna u otra forma aterrada. Era como si yo fuera alguna clase de monstruo, o algun asesino o algo, era verdad que se me podia clasificar asi por mis habilidades o por anteriores trabajos, pero aun asi la chica no sabia nada de ellas, por lo cual no tenia motivo de pensar asi de mi, la unica habilidad que ella conocia era mi vision de almas, mi capacidad para ver las frecuencias de los demas, pero aun asi esa habilidad no valia tal intimidacion.

Entonces... ¿Por que la peliazul me miraba asi? Por que habia panico, horror en sus facciones. No entendia, no comprendia. Era como si ella simplemente tuviera un miedo irracional, por mi presencia, por mi ser, o por mi tacto. Mi tacto...

-¿Eh?

Esa palabra logra causar algo dentro de mi que no habia sentido en años. Siento mi interior tembrar, como si un nudo se creara en mi estomago y me asfixiara desde dentro. Siento como se revuelve debajo mia, evitando asi que la pudiera soltar sin que ella se diera de bruces contra el suelo. Tan ocupado estaba tratando de que no cayera que me toma de sorpresa. Solo logro sentir un fuerte dolor en la parte frontal de mi cuerpo mientras era lanzado hacia atras. Derrapo por la fuerza del intangible golpe, un golpe que mas que mi cuerpo habia dañado mi interior. Caigo sentado, frenando mi caida con mis manos, lo que solo lograba causar que sintiera entumecida las palmas.

-Yo...

Alzo la mirada, notando como ella se trataba de levantar. Temblaba, de forma extraña, como si las fuerzas la fallaran. Dicha vision, tal perspectiva, no logra si no aterrarme. Pero no por ella, no por temor a que le estuviera pasando algo o que tuviera alguna clase de ataque. En ese instante solo observo, superpuesta sobre ella, otra figura, mucho mayor, y mucho mas acabada. Mis ojos se crispan al escucharla, pero no como una, si no como dos voces, que en resonancia emitian una sola palabra, una sola orden, que hacia que mi piel entero se erizara, que mi panico aumentara "No me toques"

-Pero... Yo solo, solo queria ayudar... Solo... Ayudarte...

Mi vista queda sujeta a ella, mi mano derecha se adelanta de forma inconciente, como si tuviera una fuerza propia. Estiro los dedos, como si tratara de alcanzarla, pero la misma palabra es emitida, no por ella, si no por la otra voz, mas fuerte, mas potente, nuevamente una orden, en cuyo tono se notaba un gran dolor, un sufrimiento que solo con palabras no se llegaba comprender. "No me toques"

Nuevamente la veo, superpuesta a ella como dos negativos uno sobre otro. Aquella figura, esbelta, fantasmal, cubriendola como un velo. Tratod e retroceder, no queria verla ahi, no podria soportar verla, su imagen me volveria loco, me haria perder la razon, si enfocaba mas la vista la veria, en esos momentos, a pesar de los tantos años dependiendo de ellos, agradeciendolos, queria arrancarme los ojos, no queria ver. Mis manos siguen jalando de mi hacia atras, arrastrandome de una forma que seguro seria penosa. Tratandod e ganar distancia, si me acercaba, lo diria de nuevo, no queria oirlo, enloqueceria si lo escuchaba.