Hurricane [Privado Vittoria Ilyina]

— ¿Y? Esto no es un parque de perros. Puedo pasear la mascota que me de la gana.

Cruzado de brazos y con la barbilla alzada el rubio discutía con otra persona que sostenía la correa de un golden retriever, mientras él sostenía aquella bestia peluda que él llamaba Azúcar en sus brazos, aparentemente a la gente que pasaba criaturas normales en el parque no le agradaba que una bola de pelos con patas y rostro caminara plácidamente con su dueño. Rin por supuesto no iba a dejar que alguien le dijera que pasear y que no, especialmente tratándose de su querido montón de pelo que comía dulces. La discusión no llegó a demasiado, Rin se negó a irse a casa solo porque su criatura no compartía similitudes como todos los perros.

— No te preocupes Azúcar, para mi eres mejor que un perro.


Le aseguró mientras seguía caminando con el en brazos por el parque. Realmente nunca supo si podía entenderlo del todo lo que decía, pero él aún así le hablaba, no le importaba si comprendía o le importaba. De todos modos, la criatura no era muy expresiva. Aparentemente ese día su compañera iba a estar ocupada, y de todos modos Rin no quería agobiarla saliendo siempre con ella por lo que decidió salir él solo a pasear ese día. Era sábado por lo que no había clases, el clima estaba bien, no hacía calor pero tampoco hacía demasiado frío por lo que se había puesto una remera de manga corta y unos pantalones que aunque eran largos, estaban hechos con una tela fina de modo que no le daban calor.

Cuando se disponía ya a regresar a casa, Azúcar comenzó a correr a lo largo del parque, cosa que tendía a hacer de forma espontánea y sin razón aparente. Prácticamente entrenado para reaccionar a las carreritas que se echaba la bola de pelos, dio la vuelta rápidamente para perseguirla. No estaba en mala forma ni mucho menos, entrenaba bastante, pero por alguna razón Azúcar era una criatura bastante rápida, y por más velocidad a la que Rin fuera difícilmente podía alcanzarle, aún así el parque era bastante grande y aún no lo habían recorrido todo pero el rubio ya traía bastante carrerilla y frenar a esas alturas le iba a ser difícil, probablemente esa fue la razón por la cual antes de siquiera darse cuenta, colisionó con otra persona, causando que ambos cayeran dolorosamente al suelo, especialmente el chico, que venía a toda velocidad. Por su parte, Azúcar parece que tan solo quería la diversión de ser perseguido, pues apenas oyó el golpe se dio la vuelta y se acercó trotando de nuevo hacia Rin.

Cuando se levantó, más bien se irguió para sentarse, ya que el impacto contra el suelo hizo que se le sacudieran todos los huesos, aún los sentía raros, pero decidió ignorar eso. Al parecer se había estrellado contra una chica, de pelo bastante largo y ojos púrpura o algo así. Esperaba que el golpe no le hubiera dolido tanto como a él.

— A-Ah, ¡Disculpa! No iba prestando atención, estaba persiguiendo a mi mascota.

La mañana había comenzado bien, dentro de lo que se puede. Un año asistiendo al Shibusen y aun no podía acostumbrarse al clima de la ciudad, siempre supo que  el haber vivido en Rusia siempre tan fría algún día le arruinaría el termostato de alguna forma.

– Por favor, avisa a mi abuelo que cumplí con lo solicitado, y agradecería al menos unos días libres para estudiar. –Su habitual expresión neutra muestra una pequeña mueca en sus labios mientras hablaba con un hombre de apariencia bastante sospechosa, vestir de traje negro y lentes siempre a causado esa impresión al parecer. Vittoria entrego unos documentos y procedió a girar sobre sus talones, abrazando algunos libros que había tomado prestados de la biblioteca, ignorando totalmente a postas todas las peticiones de atención que el hombro a sus espaldas pedía ¡Era sábado! Sabe que debe trabajar y que sigue siendo solo una máquina para su abuelo, pero también merecía un día de descanso al menos para repasar materias y no acabar mal en cualquiera de los exámenes, eso sería imperdonable.

El clima parecía agradable, para la mayoría, para su desgracia tuvo que olvidarse de sus prendas habituales y ver algo más fresco para el infierno que sentía; una blusa sin mangas, shorts y una coleta en su cabello habían sido su única elección para poder capear el calor de la mejor manera hasta llegar a casa y quedarse junto al aire acondicionado. Comenzó la caminata hacia la zona comercial en la cual planeaba comprar más libros para su colección que ya amenazaba con dejarla sin espacio para caminar en su habitación, tomando un desvió por el parque. Dentro de sus pensamientos literarios ni por asomo llego a notar a la bestia que paso a su lado y tampoco parecía tener intenciones de tomar interés por su alrededor hasta que sintió un golpe de frente que la dejo de sentón en el suelo.

– Ugh… –Se le escapo un pequeño quejido, provocado mas por ver sus libros en el suelo que por el dolor que estaba sintiendo en la parte baja de la espalda. Alzo la vista hacia el rubio… ¿Rubio, o era rubia? Por unos segundos el sol no le permitió ver bien al contrario, su cabello largo le hizo dudar hasta que comenzó con las disculpas– .Rubio… –Se auto respondió, asintiendo más para si misma que para dar a entender algo al chico.

– Deberías tener más cuidado, y también con tu perr-…¿o? –Alzo una ceja mirando al ‘animal’ que se había acercado ladeando la cabeza ¿Eso era un perro? Si no lo era pues era un animal/bestia/lo-que-sea, bastante adorable a ojos de Vittoria– ¿Cómo se llama? –Vuelve a ignorar toda la situación por mirar a la criatura, dejando ver en sus ojos un brillo algo emocionado aunque su cara seguía con la expresión neutra de habitual.