We are made from Broken Parts - Mack ID

Historia
La realidad de algunas personas puede cambiar en cualquier momento, las situaciones pueden convertirse de una paz absoluta a un caos sin salida con solo estar en el momento equivocado en el lugar equivocado. Los colores de tu vida pueden cambiar de un brillante y vivo rojo optimista, hasta un apagado y triste gris, pasando por toda una gama de tonalidades que nunca pensaste que experimentarías. Curiosamente así es como actúa la mente de este afectado individuo, que puede cambiar de la nada o no hacerlo nunca. Y también así es como ha resultado su vida y su historia a lo largo de los años.

Los únicos hijos y predilectos elegidos de la familia Doors, una familia cada vez más quebrada y separada de lo que cualquiera de sus integrantes podría haber imaginado nunca. Mack nació en la nación de Inglaterra, parte del Reino Unido. Su padre siempre fue alguien duro, fuerte, que no expresaba demasiado cariño pero sí era alguien que cuidaba de los suyos y que estaba muy comprometido con su deber, tanto familiar como laboral, era un ferviente creyente de su religión y de su deber como enemigo declarado de los seres llamados como brujas. Su madre, por otro lado, también era alguien de carácter fuerte y que no se dejaba llevar por nada ni nadie, pero a la misma vez expresaba ese cuidado y cariño que solo la figura materna podría dar. Sin embargo, solo cinco años fueron los que el pequeño niño pudo disfrutar junto a ella antes de que la misma fuera capturada y asesinada por una bruja. Fuera la fortuna del destino o la crueldad de alguna entidad superior, la cuestión era que toda su familia siempre sería atormentada por estas criaturas, por que había algo especial en cada integrante que resultaba llamativo y hasta atractivo para las brujas. Por eso su madre les fue arrebatada. A ambos hermanos. Verán, si hay algo que siempre le dio fuerzas a Mack, ese fue el pequeño Izaak, quien naciera solo dos años después que el mayor de los hermanos Doors y quien se volvería el pilar principal para que Mack pudiera sobrellevar las situaciones adversas que estaban por venir. Ambos fueron entrenados bajo la rigurosa pero efectiva disciplina de un cazador de brujas, porque eso era lo que estaban destinados a ser.

Esto solo pudo ser, sin embargo, hasta que el condado sufriera el avance de las criaturas a las que intentaba derrotar. Las brujas capturaron a varios niños, quienes formaban parte de las clases casi militares que recibían. Y entre ellos, como no, cayeron los hermanos. Experimentos, torturas, no solo físicas, sino mentales. El daño era enorme y se incrementaba con cada día que los pequeños permanecían allí. Uno a uno los niños fueron cayendo bajo el sufrimiento y la locura, pero Mack lo soportó, porque no podía permitirse el perder a su hermano. Era algo increíble, pero aquel niño era capaz de superar cada experimento y tortura que las brujas le impusieran. Era como si fuera, ¿Inmune? A la propia Locura. ¿Era eso posible? Mack no lo sabía, pero estaba feliz por él, a pesar de que su propia alma y razón se iban fragmentando poco a poco con cada experiencia vivida bajo el cuidado de las brujas. Él lo sabía, estaba perdiendo, a cada segundo que permanecían allí, estaba perdiendo frente a la Locura. Estaba siendo devorada por ella de una manera lenta y cruel, y no podía hacer nada al respecto para detenerlo.

¿Cuánto tiempo estuvieron así? Según el grupo de búsqueda y rescate que había usado Shibusen para salvarlos, habían sido seis años en total. Seis años deberían ser suficiente para perder la cordura, ¿No? Claro que no. Haha. Nunca. No con un hermano a quién cuidar. No con una fami-… Bueno, realmente ahora solo le quedaba su hermano. Al volver a su condado, los Doors se encontraron la noticia de que su padre había muerto. ¿Qué más les quedaba? Solo ellos dos. Y ahora Shibusen. Ambos niños, Mack ahora de 15 años y su hermano con apenas 13 años, se aferraron a Shibusen para continuar. No dejarían de lado su sangre, su origen. Pero era difícil, muy difícil luego de lo que había tenido que sufrir. Sin embargo Mack intentó continuar. Su entrenamiento y las cosas vividas le volvieron un genio a su propia manera. Su hermano tal vez habría nacido como uno, pero Mack también logró llegar a eso por sus propios medios. Shibusen era fácil después de todo, y ambos se habían vuelto muy unidos del viejo Shinigami, eso también era bueno. Pero hay un momento de quiebre, tiene que haber uno, en especial para una persona que estaba llena de brechas, una persona que estaba hecha de pequeñas partes rotas. No alcanzó los 19 años, antes de hacerse trizas y tener que abandonarlo todo, incluso a su hermano el cual había jurado proteger.

Vagó como un desquiciado, pero con la clara intención de alejarse lo más posible de Shibusen, de su hermano, de lo único importante que le quedaba. No quería perderlo y por o mismo era necesario que se separaran. Aquel tiempo que pasó es sumamente borroso para el joven, es como si cada vez que intentara recordar algo en concreto sufriera de una interferencia cual televisión averiada. Sabe que al finalmente romperse se ahogó en miles de emociones negativas que le hicieron volverse uno con la Locura que se encerraba en su alma y que había guardado y soportado por tanto tiempo, y que por la misma razón no tiene memorias claras de ese tiempo… A excepción de algo. Un ¿Recuerdo? Actualmente  todavía tiene sus dudas, pero está seguro de que lo primero fue un encuentro en el parque, con una joven, fuera por la fortuna del destino o la bondad de alguna entidad superior. Era alguien que, como él, también se había quebrado, de una forma diferente. Simpatía, compasión, incluso un vínculo, eso es lo que sintió el mayor de los hermanos Doors al verla y escucharla. Y por aquel instante de su vida, por aquellos días que pasó junto a la chica, pudo volver a ser la persona que alguna vez había sido, antes de convertirse un ser tan patético y vulnerable. Se encargó y tomó como deber el consolarla y enseñarle lo que sabía, porque la joven era un arma y él ya era un consagrado Técnico, ¿Por qué no hacerlo? Pero claro, es como si para el muchacho fuera necesario el tener que separarse de toda persona importante para él en algún momento dado, y esta no fue la excepción. Un día dejó de verla, así, simplemente.

Pero esta vez sería diferente. Mack Doors llegó a una nueva resolución luego de conocerla. Volvería a ser el individuo completo. Podía estar hecho de partes rotas, pero se fortalecería por los suyos. Superaría a la Locura que residía en su interior y regresaría a ser la persona a la altura para cuidarlos. Su hermano debería estar todavía en Shibusen. Y ella, con suerte, también. Volvería a encontrarse con ellos, debía hacerlo. Como solía decir su viejo, solo necesitaba la ayuda de una entidad superior… Hey, el viejo Shinigami es una de ellas, ¿No?