A "Welcome Home" for Every "I'm Back" as Well [Priv.]

Se lo había dicho tan solo el día anterior y tan solo en el transcurso de ese día, había logrado emocionarse a más no poder. ¡Viktor había conseguido un arma! O al menos eso había entendido, habían estado hablando y a la rubia le había parecido una idea más que excelente que se mudara a vivir con ellos, sí, todos estaban de acuerdo… todos menos su hermano, claro, pero ella no tenía la culpa de que se fuera a tantas misiones… “No podemos esperarlo para todo”, Había declarado encogiéndose de hombros, al decirle al castaño que le parecía bien que la chica se mudase.

Había regresado tan pronto como había podido a casa ese día, con la total intención de ganarle al técnico y a la nueva inquilina, cosa que logro sin muchos problemas. Tenían que festejar, esa idea se le había metido en la cabeza esa mañana y no se la había sacado en todo el día, por lo que de camino, paso a la tienda y compro un montón de chatarra de todo tipo, refrescos, dulces, frituras, paletas heladas… en fin, de todo, tan pronto entró procedió a acomodarlo en la pequeña mesa de la sala. Le hubiese encantado conseguir decoración también pero… no tenía tiempo ¡Todo había sido tan de improviso! Pero si en algo era buena, era improvisando, por lo que no tardo en idearse algo.

Miró su “obra” completamente satisfecha, y entonces, empezó la verdadera espera. Rondaba por todo el apartamento como león enjaulado, se asomaba a la ventana una y otra vez y miraba de forma retadora al reloj, como si pudiese intimidarlo para ir más rápido, aunque no esperaba una hora justa de llegada.

Finalmente, y como si hubiese sido una eternidad, escucho sonido fuera del apartamento ¡Tenían que ser ellos! Su corazón se aceleró y fue a tomar su “posición” para dar una gran bienvenida, detrás de ella, una mesa llena de golosinas, y guirnaldas de papel de baño rayoneado torpemente con marcadores eran lo que la rubia llamaba “decoración de emergencia” Y que tanto le enorgullecía. Se había subido a un banquito, para gritar como se debía y arrojar trocitos de papel que debían cumplir la función de confeti.

-¡BIENVEN-!-Gritó, interrumpiéndose al, por tratar de lanzar el “confeti”, solo logro perder el equilibrio y caer del banco, exactamente sobre la recién llegada y nueva inquilina, regando todo el papel… ¡Primera impresión impecable!

Tenía que admitir que había mejores formas de dar una bienvenida que caerle encima a la gente… Debía dejar de hacerlo, en definitiva. El golpe la atolondro lo suficiente como para no darle oportunidad de levantarse por su cuenta, siendo el castaño el que jalase su ropa para retirarla de encima de quien, por simple lógica, debía ser la nueva chica que desde ahora viviría con ellos. Se liberó del agarre del técnico con un leve tirón, mirándolo de reojo mientras se sacudía el papel de la ropa-Por supuesto que no lo haría apropósito-Le espetó, inflando levemente la mejilla.

Su atención no tardo demasiado en volver a la pelirroja, y su expresión cambio por completo, la miraba emocionada-¡Magguko, es un gusto!-Exclamó con una amplia sonrisa y sin pensarlo dos veces, tomo fuertemente la mano de la contraria y la agito con efusividad a modo de saludo-¡Estaba bastante emocionada por conocerte!-Le dijo con total sinceridad, aun mirándola como si fuese alguna clase de celebridad. Soltó la mano de la chica y corrió hasta ubicarse a mitad de la sala, donde la decoración “casera” de papel de baño y las golosinas estaban, alzando la barbilla con orgullo, extendió los brazos, como si quisiera hacer énfasis en el ambiente.

-¡Ejem! Formalmente… ¡Te doy la bienvenida a nuestro super genial apartamento!-Gritó probablemente más fuerte de lo que debería, y como si no fuera obvio, agregó-¡Por eso prepare esta fiesta oficial de bienvenida super-archi-especial!-Regreso a donde estaba la chica y sin hacer muchas preguntas, la tomo de la muñeca, tironeando para que la siguiera a la sala también, con la intensión de mostrarle todo lo que había comprado-No tenía idea de que dulces te gustan… Así que compre bastantes, lo mismo con los refrescos… espero este bien así-Terminó, mirándole aun con la sonrisa puesta en el rostro, como si esperara una especie de elogio, o simplemente una reacción positiva de su parte, como un cachorro que acaba hacer un truco y espera un halago o aprobación.