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Magic Camping: Hairy Meeting [Priv. Nicolas, N, Robin y Luki]
Death City :: Death City :: Bosque
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Magic Camping: Hairy Meeting [Priv. Nicolas, N, Robin y Luki]
Pocas veces como esa, desde que hubiera llegado de Death City, el joven peliverde podía poner una sonrisa tan alegre y sincera. Aquel día, con los planes que tenía, se había levantado de un ánimo particularmente alto. En esos momentos había ido a la cocina para servirse su desayuno, al igual que guardar alimentos para el resto del día, con la salida que tenía programada junto a su amigo, al cual había dejado dormir más a su gusto al no haber la necesidad de levantarse temprano. Sirviéndose un tazón de cereales mixtos, el cual comió con leche de coco como prefería en lugar de leche normal, empezó su desayuno junto a un jugo de naranja recién exprimido, dando bocados y sorbos mientras revisaba la cocina en busca de diferentes artículos que pudieran serle útiles.
Mentalmente hizo un repaso, mientras sus manos se adentraban en cajones y estantes, teniendo la mochila en la mesa, ya abierta, y mientras masticaba su desayuno con gusto en el paladar. Agarro un par de cantimploras, pero no de aquellas comerciales que vendían de metal en las tiendas de artículos de acampar, aquellas eran de una tela especial que había comprado en sus viajes, los cuales imitaban la forma de una “Bota” un recipiente español para agua o vino, que de hecho era el lugar donde lo había conseguido. Tomo un par de lámparas de mano que tenía guardadas, al igual que algunos recipientes con comida preservada de forma manual, hecho por sí mismo. Fue metiendo todo en la bolsa, asegurándose de llevar igual fósforos y un par de utensilios de cocina, metiendo en una bolsa aparte, pero igual introduciéndola en la mochila, algunos artículos de limpieza que podrían necesitar después.
Si aún uno no podía adivinar el propósito por el cual el peliverde guardaba todo eso, pues la respuesta no era muy complicada de adivinar. El peliverde había hablado ya con su amigo de ir una noche al bosque, quedarse un día entero en el lugar, recordar viejos tiempos. La ciudad contaba con su propio bosque para su suerte, un bosque que se decía era peligroso, lleno de misterio y leyendas, que de hecho se recomendaba que nadie se acercara a dicho lugar. Pero eso no se aplicaba al par de chicos. Los bosques no eran sus enemigos, ninguno en el mundo, ellos pertenecían a lugares como ese, donde los arboles abundaran, los animales andarán libres, las hojas fueran el pavimento que hubiera y el aire fuera suave y sin tanta contaminación. Al menos así era como pensaba el joven Armonía.
Ahora bien, el bosque de la ciudad no era precisamente la primera opción que el peliverde tendría, después de todo era un bosque que se notaba perfectamente hecho por el hombre. La ciudad estaba en medio del desierto y eso dejaba una idea perfecta de que esa clase de vegetación no podía crecer ahí, ante lo cual era obvio la intervención de la mano humano en la ciudad para poder crear aquella zona que años después se volvería una zona llena de leyendas y rumores.
-¡Nicolas! Despierta y prepárate, salimos en un par de horas!
Alzo la voz para poder despertar al castaño, sin la necesidad de ir hasta donde él estaba. Dejo pasar un rato en el cual el otro brujo tuviera tiempo de arreglarse, aprovechando ese tiempo para terminar de desayunar su cereal con calma. Dejando que el peliverde tuviera tiempo de bañarse, arreglarse y comer algo, aprovecho su tiempo para agarrar un par de bolsas de dormir, que había comprado para la ocasión. Para ellos no eran esenciales esas cosas, de hecho ni siquiera llevaba tiendas de campaña. Aquellos dos chicos sabían vivir en la naturaleza apenas sin nada, se cubrían de hojas con toda comodidad, sabían construir refugios con ramas de árboles y hojas, aprovechando cualquier recurso que tuvieran. Mas aquella ocasión quería estar con algo más de comodidad, usando la magia al mínimo más que nada por el lugar donde estaban, y disfrutar un rato agradable como un par de chicos de campamento normales.
-Bien… Ahora acabemos de arreglar todo y veamos si no falta nada…
Horas después, cuando el sol ya estaba en su cenit, el chico de verdes cabellos amarrados en una cola de caballo y cubiertos por una gorra cómoda, avanzaba junto a su compañero por las adoquinadas calles de la ciudad, alejándose de las zonas más concurridas rápidamente, llegando en poco rato a vislumbrar los límites del bosque que normalmente era evitado por las personas de la ciudad, pero que se conservaba ahí como una de las pocas muestras de vegetación verdadera en la ciudad de los muertos. Cuando miro los arboles altos y frondosos moviéndose ante las suaves brisas del aire y siendo iluminados por los cálidos rayos del sol. Aquella vista, a lo largo de una calle donde los edificios franqueaban y bloqueaban la extencion de todo el bosque, alegraba la vista de N, acelerando algo el paso para llegar rápido.
-Vamos Nico, ahí está, ¡Ya quiero llegar! Según se hay igual un rio dentro, quiero ver que tal esta el agua
Mentalmente hizo un repaso, mientras sus manos se adentraban en cajones y estantes, teniendo la mochila en la mesa, ya abierta, y mientras masticaba su desayuno con gusto en el paladar. Agarro un par de cantimploras, pero no de aquellas comerciales que vendían de metal en las tiendas de artículos de acampar, aquellas eran de una tela especial que había comprado en sus viajes, los cuales imitaban la forma de una “Bota” un recipiente español para agua o vino, que de hecho era el lugar donde lo había conseguido. Tomo un par de lámparas de mano que tenía guardadas, al igual que algunos recipientes con comida preservada de forma manual, hecho por sí mismo. Fue metiendo todo en la bolsa, asegurándose de llevar igual fósforos y un par de utensilios de cocina, metiendo en una bolsa aparte, pero igual introduciéndola en la mochila, algunos artículos de limpieza que podrían necesitar después.
Si aún uno no podía adivinar el propósito por el cual el peliverde guardaba todo eso, pues la respuesta no era muy complicada de adivinar. El peliverde había hablado ya con su amigo de ir una noche al bosque, quedarse un día entero en el lugar, recordar viejos tiempos. La ciudad contaba con su propio bosque para su suerte, un bosque que se decía era peligroso, lleno de misterio y leyendas, que de hecho se recomendaba que nadie se acercara a dicho lugar. Pero eso no se aplicaba al par de chicos. Los bosques no eran sus enemigos, ninguno en el mundo, ellos pertenecían a lugares como ese, donde los arboles abundaran, los animales andarán libres, las hojas fueran el pavimento que hubiera y el aire fuera suave y sin tanta contaminación. Al menos así era como pensaba el joven Armonía.
Ahora bien, el bosque de la ciudad no era precisamente la primera opción que el peliverde tendría, después de todo era un bosque que se notaba perfectamente hecho por el hombre. La ciudad estaba en medio del desierto y eso dejaba una idea perfecta de que esa clase de vegetación no podía crecer ahí, ante lo cual era obvio la intervención de la mano humano en la ciudad para poder crear aquella zona que años después se volvería una zona llena de leyendas y rumores.
-¡Nicolas! Despierta y prepárate, salimos en un par de horas!
Alzo la voz para poder despertar al castaño, sin la necesidad de ir hasta donde él estaba. Dejo pasar un rato en el cual el otro brujo tuviera tiempo de arreglarse, aprovechando ese tiempo para terminar de desayunar su cereal con calma. Dejando que el peliverde tuviera tiempo de bañarse, arreglarse y comer algo, aprovecho su tiempo para agarrar un par de bolsas de dormir, que había comprado para la ocasión. Para ellos no eran esenciales esas cosas, de hecho ni siquiera llevaba tiendas de campaña. Aquellos dos chicos sabían vivir en la naturaleza apenas sin nada, se cubrían de hojas con toda comodidad, sabían construir refugios con ramas de árboles y hojas, aprovechando cualquier recurso que tuvieran. Mas aquella ocasión quería estar con algo más de comodidad, usando la magia al mínimo más que nada por el lugar donde estaban, y disfrutar un rato agradable como un par de chicos de campamento normales.
-Bien… Ahora acabemos de arreglar todo y veamos si no falta nada…
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Horas después, cuando el sol ya estaba en su cenit, el chico de verdes cabellos amarrados en una cola de caballo y cubiertos por una gorra cómoda, avanzaba junto a su compañero por las adoquinadas calles de la ciudad, alejándose de las zonas más concurridas rápidamente, llegando en poco rato a vislumbrar los límites del bosque que normalmente era evitado por las personas de la ciudad, pero que se conservaba ahí como una de las pocas muestras de vegetación verdadera en la ciudad de los muertos. Cuando miro los arboles altos y frondosos moviéndose ante las suaves brisas del aire y siendo iluminados por los cálidos rayos del sol. Aquella vista, a lo largo de una calle donde los edificios franqueaban y bloqueaban la extencion de todo el bosque, alegraba la vista de N, acelerando algo el paso para llegar rápido.
-Vamos Nico, ahí está, ¡Ya quiero llegar! Según se hay igual un rio dentro, quiero ver que tal esta el agua
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N Armonia
Re: Magic Camping: Hairy Meeting [Priv. Nicolas, N, Robin y Luki]
Se removió por quinta o sexta vez sobre el sillón de su amigo, no había podido pegar un ojo en toda la noche por la emoción. Miro nuevamente hacia el reloj. 1:36 a.m. Si mal no recordaba N le había dicho que por la mañana ¿pero qué tan en la mañana? No estaba seguro, aun así se lo había pasado todo el tiempo moviéndose de un lado a otro esperando porque el momento llegara pronto, tenía un montón de expectativas en aquel viaje de campo, más que nada porque desde que se había encontrado con N no había viajado al bosque, no es que le molestase vivir con su amigo, de echo le encantaba pasar el tiempo con un amigo y poder descubrir nuevos experimentos sin necesidad de usar la magia, pero necesitaba esa sensación de libertad que solo el bosque le presentaba. A pesar de que como N había dicho, el mismo no era un bosque del todo natural nacido de la madre Gaia, si no que había sido sembrado por los humanos quienes habían trabajado la tierra para hacer el lugar apropiado.
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Se había pasado la mayor parte de la madrugada pensando en su viaje que no recordaba en qué momento se había quedado dormido, de hecho se había quedado tan profundamente dormido que hasta ahora venía reaccionando. Abrió los ojos con lentitud cuando su amigo le llamo, se sentó con pereza sobre el sillón de forma correcta mientras tallaba su ojo izquierdo observando a N y sonriendo para este. –Buenos días. –dijo en un tono algo infantil mientras se ponía de pie. Avanzo hasta el cuarto de baño donde abrió el agua caliente. Normalmente se había acostumbrado a ducharse con agua fría, pero con las comodidades que un apartamento brindaba se había vuelto un poco “huraño” y ahora solo le gustaba ducharse si el agua estaba caliente, para de esa forma poder relajarse un poco. Salió del cuarto de baño totalmente vestido, con un pantalón café recto, su tenis favorito y una camiseta negra, su cabello como siempre era un lio apuntando en todas direcciones y caído en la frente.
Camino hasta donde encontró un tazón limpio, lo tomo y se sirvió cereales con leche comenzando a desayunar mientras observaba a su amigo prepararse. El mismo ya tenía su capa lista, así como una pequeña mochila con algunas cosas que ocuparía, como frascos y recipientes para recolectar muestras de flores o semillas de ser necesario. Una vez que hubo terminado avanzo hasta la habitación del peliverde y asintió a lo que este decía, mientras tomaba su capa y se la colocaba en los hombros cubriendo todo su cuerpo, tomo una de las mochilas y sonrió.
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Echo a correr tras su compañero arrebatando al mismo mientras se introducía en el bosque, los rayos del sol era cubiertos por las ramas, dejando ver apenas haces de luz penetrar por los mismos. –Seguro que será sensacional darse un chapuzón en el rio, N. –comento avanzando mientras miraba hacia el cielo, el cual era en su mayoría cubierto por las ramas de los árboles. Una sonrisa se posó en los labios del chico y dio un salto sujetándose de una rama y comenzando a balancease sobre la misma salto aún más alto quedando con las puntas de los pies sobre una rama aún más alta. Así continuo avanzando, de rama en rama mientras sonreía animadamente. Pero un salto no fue lo que él esperaba. Cayendo de forma ruidosa sobre una de las ramas, cual se rompió al momento de su contacto y cayendo de culo al suelo, observo como unos arbustos se movían colocándose de pie rápidamente, tratando de fingir su dolor. – ¿Quién anda ahí? –pregunto poniéndose a la defensiva mirando al arbusto que momentos antes se había movido.
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Se había pasado la mayor parte de la madrugada pensando en su viaje que no recordaba en qué momento se había quedado dormido, de hecho se había quedado tan profundamente dormido que hasta ahora venía reaccionando. Abrió los ojos con lentitud cuando su amigo le llamo, se sentó con pereza sobre el sillón de forma correcta mientras tallaba su ojo izquierdo observando a N y sonriendo para este. –Buenos días. –dijo en un tono algo infantil mientras se ponía de pie. Avanzo hasta el cuarto de baño donde abrió el agua caliente. Normalmente se había acostumbrado a ducharse con agua fría, pero con las comodidades que un apartamento brindaba se había vuelto un poco “huraño” y ahora solo le gustaba ducharse si el agua estaba caliente, para de esa forma poder relajarse un poco. Salió del cuarto de baño totalmente vestido, con un pantalón café recto, su tenis favorito y una camiseta negra, su cabello como siempre era un lio apuntando en todas direcciones y caído en la frente.
Camino hasta donde encontró un tazón limpio, lo tomo y se sirvió cereales con leche comenzando a desayunar mientras observaba a su amigo prepararse. El mismo ya tenía su capa lista, así como una pequeña mochila con algunas cosas que ocuparía, como frascos y recipientes para recolectar muestras de flores o semillas de ser necesario. Una vez que hubo terminado avanzo hasta la habitación del peliverde y asintió a lo que este decía, mientras tomaba su capa y se la colocaba en los hombros cubriendo todo su cuerpo, tomo una de las mochilas y sonrió.
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Echo a correr tras su compañero arrebatando al mismo mientras se introducía en el bosque, los rayos del sol era cubiertos por las ramas, dejando ver apenas haces de luz penetrar por los mismos. –Seguro que será sensacional darse un chapuzón en el rio, N. –comento avanzando mientras miraba hacia el cielo, el cual era en su mayoría cubierto por las ramas de los árboles. Una sonrisa se posó en los labios del chico y dio un salto sujetándose de una rama y comenzando a balancease sobre la misma salto aún más alto quedando con las puntas de los pies sobre una rama aún más alta. Así continuo avanzando, de rama en rama mientras sonreía animadamente. Pero un salto no fue lo que él esperaba. Cayendo de forma ruidosa sobre una de las ramas, cual se rompió al momento de su contacto y cayendo de culo al suelo, observo como unos arbustos se movían colocándose de pie rápidamente, tratando de fingir su dolor. – ¿Quién anda ahí? –pregunto poniéndose a la defensiva mirando al arbusto que momentos antes se había movido.
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Localización : Cerca del arroyo
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Nicolas Green
Re: Magic Camping: Hairy Meeting [Priv. Nicolas, N, Robin y Luki]
Su vida se resumía a esconderse en el bosque, demasiado asustada para acercarse al concilio de las brujas donde supuestamente pertenecía, demasiado insegura para acercarse a la ciudad aún con el soul protect puesto. Incluso a veces había salido del bosque, si, a las afueras de la ciudad de la muerte pero había salido, no es que pudieras decir que tenía mucho para hacer de todos modos, a parte de corretear por ahí en busca de alguien con quién jugar, morder raíces sueltas del suelo, comer fruta, o dormir. Dormir mucho. Pero ese día decidió que iba a ponerse a cosechar frutas, por lo que tomó su sombrero a modo de canasta y se subió al primer árbol. No estaba segura de cómo se llamaba ese fruto, pero había visto a otros anteriormente comerlos por lo que debía ser comestible, en cualquier caso podría averiguar después y evitar morir de una forma tan patética como envenenada por una futa. Así que recogió dos con una mano y las metió en su sombrerito.
Bajó y examinó unas bayas, las olfateo e hizo una mueca. Las bayas eran diferentes a las frutas, tenían más probabilidades de parecerse entre sí y había muchísimas que eran venenosas, ¿Sería seguro llevarse algunas? Tal vez, cogió algunas y las metió, esperó que no se aplastaran o podrían manchar su sombrero y ella no quería eso, no, su sombrero era uno de sus bienes más preciados(en vista de no tener ningún otro, claro) y no podía permitir que se viera arruinado por algo que a lo mejor ni siquiera podría lograr sacar de la tela. Caminó un rato más y consiguió algunas frutas mas, de ninguna estaba segura de su comestibilidad, pero al menos no se envenenaría al contacto con alguna, a fin de cuentas traía siempre puestos sus guantes. Suspiró, tenía hambre pero no podía arriesgarse a comer cosas que no estaba segura de que no la iban a envenenar lentamente y matarla al cabo de semanas, o a acabar con ella rápido, en cuestión de horas. Se echó al suelo, justo al lado de unos grandes arbustos, mirando hacia las copas de los árboles. Pero una voz la hizo sobresaltarse, luego de un golpe seco que le llamó la atención, había alguien ahí, por lo que se irguió de golpe, con una llama sostenida en su mano. Pero la apagó y esbozó una sonrisa una vez que vio quién era.
—¡Nico! —Exclamó y se lanzó a abrazarlo, aunque inmediatamente luego de ese saludo se echó hacia atrás, con una sonrisita tonta en el rostro—. Me habías asustado.
Estaba feliz de encontrarse una cara conocida, y es que no conocía a demasiada gente tampoco por lo que pocas veces conseguía ver a alguien más de una vez, así que le resultaba bastante gratificante. No le costaba imaginarse que haría el castaño en el bosque, a fin de cuentas era todo un hippie.
—¿Estás solo? ¿O vienes en compañía? —Ya había empezado con aquel bombardeo de preguntas tan propio de ella, en el que necesitaba saber prácticamente todo lo que a la otra persona se refiriese, si andaba solo o con alguien, quién era ese alguien, que hacían por esos lugares, si tenían hambre, y todo tipo de cosas de ese estilo.
Bajó y examinó unas bayas, las olfateo e hizo una mueca. Las bayas eran diferentes a las frutas, tenían más probabilidades de parecerse entre sí y había muchísimas que eran venenosas, ¿Sería seguro llevarse algunas? Tal vez, cogió algunas y las metió, esperó que no se aplastaran o podrían manchar su sombrero y ella no quería eso, no, su sombrero era uno de sus bienes más preciados(en vista de no tener ningún otro, claro) y no podía permitir que se viera arruinado por algo que a lo mejor ni siquiera podría lograr sacar de la tela. Caminó un rato más y consiguió algunas frutas mas, de ninguna estaba segura de su comestibilidad, pero al menos no se envenenaría al contacto con alguna, a fin de cuentas traía siempre puestos sus guantes. Suspiró, tenía hambre pero no podía arriesgarse a comer cosas que no estaba segura de que no la iban a envenenar lentamente y matarla al cabo de semanas, o a acabar con ella rápido, en cuestión de horas. Se echó al suelo, justo al lado de unos grandes arbustos, mirando hacia las copas de los árboles. Pero una voz la hizo sobresaltarse, luego de un golpe seco que le llamó la atención, había alguien ahí, por lo que se irguió de golpe, con una llama sostenida en su mano. Pero la apagó y esbozó una sonrisa una vez que vio quién era.
—¡Nico! —Exclamó y se lanzó a abrazarlo, aunque inmediatamente luego de ese saludo se echó hacia atrás, con una sonrisita tonta en el rostro—. Me habías asustado.
Estaba feliz de encontrarse una cara conocida, y es que no conocía a demasiada gente tampoco por lo que pocas veces conseguía ver a alguien más de una vez, así que le resultaba bastante gratificante. No le costaba imaginarse que haría el castaño en el bosque, a fin de cuentas era todo un hippie.
—¿Estás solo? ¿O vienes en compañía? —Ya había empezado con aquel bombardeo de preguntas tan propio de ella, en el que necesitaba saber prácticamente todo lo que a la otra persona se refiriese, si andaba solo o con alguien, quién era ese alguien, que hacían por esos lugares, si tenían hambre, y todo tipo de cosas de ese estilo.
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Luki
Re: Magic Camping: Hairy Meeting [Priv. Nicolas, N, Robin y Luki]
No consideraba en lo absoluto prudente entrar un tanto más cerca de la ciudad, siempre entraba por la zona boscosa por precaución. Aunque había que decir que tampoco era algo que le desagradase. Si bien era cierto y más que obvio que el peliblanco era más una persona de interiores, no encontraba del todo molesto caminar por los vedes parajes que el singular bosque tenía que ofrecer, sin mencionar que le parecía en extremo interesante que una vegetación así, fuese capaz de crecer a mitad del desierto, sabía que tenía algo que ver con que el lugar fuera aledaño a la ciudad de los muertos, pero exactamente por eso le parecía aún más fascinante, era otro atractivo de Death City, aquella aparente capacidad de desafiar las leyes naturales, como si fuese magia, pero esa opción era (por obvios motivos) la primera que uno descartaba.
Pero como se mencionó, el principal motivo de que sus visitas clandestinas empezaran por el bosque, era precisamente precaución, aun si no era del todo seguro y a veces por una u otra razón pudieras terminar con gatos encima de ti, normalmente no había más personas por ahí. Pero este día en particular parecía haberse encontrado con una pequeña excursión, o tal vez solo un grupo de amigos que les había parecido buen pasatiempo pasearse por el bosque.
Se escondió tras un árbol lo suficientemente ancho como para cubrirle, guardando silencio con la esperanza de evitarlos, no tenía visibilidad, por lo que no sabía realmente cuantos eran, solo escuchaba sus voces. No pudo evitar sentirse un tanto incomodo por la situación ¿Por qué se escondía? No había hecho nada, en cualquier caso, solo era otro joven dando un paseo, pero si se escondía de esa manera, parecía que su intención era espiar a hurtadillas; negó con la cabeza para sí mismo, lo mejor era seguir con su camino, si lo notaban o no era un asunto aparte, es decir, no tenían por qué detenerle ¿cierto? Ni siquiera había motivos para que le dirigiesen la palabra. Tomó un respiro para calmarse antes de salir de su improvisado escondite.
Fue tan solo capaz de dar un par de pasos antes de que lograse tropezarse con una de las raíces que, irónicamente, pertenecían al árbol que hasta ahora le había servido de escondite. El sonido de las ramas y hojas aplastadas en la aparatosa caída fueron suficiente, no solo para hacerle un par de rasguños, si no para anunciar su presencia a cualquiera que estuviese presente. Maldijo un par de veces en su mente antes de levantarse de forma un tanto torpe, comenzando a sacudirse las ramitas, hojas y tierra que ahora traía encima.
-E-eh, yo solo estaba de paso-Se explicó ante el pequeño grupo, dispuesto a irse lo más rápido que pudiese del lugar, bastante avergonzado por la forma en la que se había hecho notar, al menos, claro hasta que logro reconocer, sin mucho esfuerzo, al joven de cabellos verdes que aparentemente también formaba parte de la excursión. Sin estar muy seguro de que hacer o decir, termino haciendo un pequeño saludo con la mano en su dirección, con la confusión presente en el bronce de su mirar, no es que le extrañara que alguien como él estuviese en el bosque, pero encontrarse justamente después de poco tiempo, terminaba por ser una coincidencia de lo más curiosa.
Pero como se mencionó, el principal motivo de que sus visitas clandestinas empezaran por el bosque, era precisamente precaución, aun si no era del todo seguro y a veces por una u otra razón pudieras terminar con gatos encima de ti, normalmente no había más personas por ahí. Pero este día en particular parecía haberse encontrado con una pequeña excursión, o tal vez solo un grupo de amigos que les había parecido buen pasatiempo pasearse por el bosque.
Se escondió tras un árbol lo suficientemente ancho como para cubrirle, guardando silencio con la esperanza de evitarlos, no tenía visibilidad, por lo que no sabía realmente cuantos eran, solo escuchaba sus voces. No pudo evitar sentirse un tanto incomodo por la situación ¿Por qué se escondía? No había hecho nada, en cualquier caso, solo era otro joven dando un paseo, pero si se escondía de esa manera, parecía que su intención era espiar a hurtadillas; negó con la cabeza para sí mismo, lo mejor era seguir con su camino, si lo notaban o no era un asunto aparte, es decir, no tenían por qué detenerle ¿cierto? Ni siquiera había motivos para que le dirigiesen la palabra. Tomó un respiro para calmarse antes de salir de su improvisado escondite.
Fue tan solo capaz de dar un par de pasos antes de que lograse tropezarse con una de las raíces que, irónicamente, pertenecían al árbol que hasta ahora le había servido de escondite. El sonido de las ramas y hojas aplastadas en la aparatosa caída fueron suficiente, no solo para hacerle un par de rasguños, si no para anunciar su presencia a cualquiera que estuviese presente. Maldijo un par de veces en su mente antes de levantarse de forma un tanto torpe, comenzando a sacudirse las ramitas, hojas y tierra que ahora traía encima.
-E-eh, yo solo estaba de paso-Se explicó ante el pequeño grupo, dispuesto a irse lo más rápido que pudiese del lugar, bastante avergonzado por la forma en la que se había hecho notar, al menos, claro hasta que logro reconocer, sin mucho esfuerzo, al joven de cabellos verdes que aparentemente también formaba parte de la excursión. Sin estar muy seguro de que hacer o decir, termino haciendo un pequeño saludo con la mano en su dirección, con la confusión presente en el bronce de su mirar, no es que le extrañara que alguien como él estuviese en el bosque, pero encontrarse justamente después de poco tiempo, terminaba por ser una coincidencia de lo más curiosa.
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Robin Lightwood
Re: Magic Camping: Hairy Meeting [Priv. Nicolas, N, Robin y Luki]
La visión del bosque resultaba en un ánimo para su persona, especialmente debido a que estar en medio de un desierto era una experiencia para nada placentera para él. Para él que había crecido rodeado de árboles, césped y flores en todas direcciones, ver algo tan vasto y sin vida como el desierto resultaba en una experiencia no muy placentera. Aunque entendía que en el mundo existían todo tipo de ecosistemas, que había desiertos, junglas, bosques y tundras, que todo eso era parte de la naturaleza y parte del equilibrio de la madre Gaia, sus raíces estaban muy arraigadas en su mente, haciendo que lo único en donde pudiera sentirse a gusto fuera en un lugar como aquel, una pradera que resplandeciera del tono de la esmeralda o un bosque donde se escuchara el correr del aire entre las hojas y el correr de los animales pequeños.
-Eh, ¡Espérame Nico!-La calmada voz del joven Armonía subió un poco en volumen al momento en su compañero le adelanto, acelerando el paso para llegar lo más posible al bosque. Aun asi, sonrió de lado mientras soltaba un suspiro, no podía culpar la emoción de su amigo, el mismo la sentía, pero su forma de ser no era igual de extrovertida que la del chico, lo que le hacía imposible salir corriendo tal como él lo hacía. Siguiendo a un paso acelerado pero sin llegar a correr, como hacia Nico, llego a los límites del bosque a tiempo para ver como el chico empezaba a saltar, agarrándose de las ramas de los árboles y avanzando. La idea de un mono paso rápidamente por la cabeza del peliverde y solo atino a negar con diversión-Ten cuidado Nicolás, ¡No te vayas a caer!-
Rio de nuevo, sintiendo en su propia voz la de una madre preocupada más que la de un amigo de su misma edad. Tal vez debería ser más como el en esos momentos, dejarse llevar y solo divertirse, entregarse al placer de correr entre los árboles, balancearse con las ramas, sentir la madera y hojas rozas su piel. Todo eso resultaba en realidad tan atractivo que poco le falto al chico armonía para imitarlo, pero el peso en su espalda, de la amplia maleta donde había guardado todo lo que pudiera considerar necesario, lo detuvo de hacer alguna temeridad. De imitar a Nico posiblemente pudiera acabar perdiendo o dañando algo de lo cual portaba, por lo cual solo empezó a avanzar entre las raíces y por el suelo, dejando atrás todo rastro de la ciudad, internándose en el bosque.
Con rapidez pero cuidado fue avanzando entre los árboles, intento no perder el rastro de su amigo, al menos asi hasta que escucho un extraño ruido, parecido a un chasquido, característico de la madera al quebrarse, seguido del sonido del grito de su amigo y el sordo impacto de un cuerpo contra el suelo-¿Uh? ¿Nico?-Llamo el chico Armonía mientras empezaba avanzar más deprisa, llegando a trotar mientras se acercaba al origen del sonido.-Oe Nico, ¿Estas…?-Su voz se paró de golpe, al haber llegado al lugar, mirando como su castaño compañero estaba abrazado a una desconocida pelirroja. Su expresión debía de mostrar la sorpresa que tendría en su interior, mientras observaba como la chica se separaba de su compañero y le sonreía. Rápidamente cerro la boca, agradeciendo no haber hablado lo suficientemente alto para llamar la atención, pero acercándose lentamente mientras pisaba de forma firme algunas ramas caídas para provocar ruido, queriendo anunciando se acercaba, esperando en serio no estar interrumpiendo alguna clase de reencuentro. No conocía de nada a la chica ni estaba consciente de su origen, pero suponía sin duda era alguna amiga, por la forma efusiva en que le había saludado. No sabía cómo reaccionar ante la idea que empezaba a formarse en su cabeza, mientras se acercaba a aquel chico que era casi como un hermanito menor para él. Pero aun asi, logro formar una sonrisa en sus labios, mientras se acercaba y miraba a ambos chicos, sonriéndoles-¡Hola!-Saludando a la pelirroja mientras se acercaba.
-¿Eres una conocida de Nico? Es un gusto, soy un amigo, mi nombres es N-Se presentó el peliverde mientras a se acercaba a la chica, queriendo ofrecerle la mano, tratando de actuar amable con ella, ya que en realidad parecía agradable y quería ser amable por ser conocida de su amigo. Aun asi, cuando estuvo lo suficientemente cerca, una casi imperceptible fragancia llego a la nariz del peliverde, mientras ladeaba el rostro a un lado, buscando el origen de aquel aroma. Aunque no estuviera en su forma de animal, la nariz del peliverde era sensible, aunque no tanto como su forma animal. En la ciudad le sería imposible, pero el bosque era su elemento y habitad natural, por lo cual ahí sus sentidos estaban mucho más cómodos y despiertos. Girando el rostro ubico un sombrero a poca distancia, empezando a acercarse lentamente, mientras olfateaba un poco-Eso… Ese aroma…-Se había acercado un poco más, pero de repente, en la misma dirección a la cual iba, escucho el sonido de las ramas crujir, abriendo los ojos sorprendidos.
Detrás del área donde estaba el sombrero, miro alzarse una cabellera albina que hizo abriera más los ojos. Con rapidez el peliverde reconoció al albino, aquel cabello blanco como la nieve, la piel tan clara, y los ojos del color del ámbar, eran difíciles de confundir-¿Robin?-Miro al chico mientras este se limpiaba las hojas que le habían caído encima. Una expresión curiosa e impresionada se adueñó del rostro del chico mientras se acercaba más al brujo, el cual hubiera conocido antes en uno de los extremos de la ciudad, muy alejado de donde estaban en ese momento.-Estas… ¿Estas bien?-Sonrió un poco divertido el armonía, mientras le extendía la mano para ayudarle a cruzar entre las raíces que había a sus pies, invitándole a acercarse al curioso grupo que se empezaba a formar con ellos. Parecía que las coincidencias ese dia eran un orden natural, y el peliverde se divertía un poco de aquellos encuentros inesperados-¿Qué hacías por aquí, Robin? ¿Viniste de camping igual?-Pregunto el chico con una pequeña sonrisa, esperando la respuesta del albino, pensando en qué clase de desenlace tendría todo ese encuentro.
-Eh, ¡Espérame Nico!-La calmada voz del joven Armonía subió un poco en volumen al momento en su compañero le adelanto, acelerando el paso para llegar lo más posible al bosque. Aun asi, sonrió de lado mientras soltaba un suspiro, no podía culpar la emoción de su amigo, el mismo la sentía, pero su forma de ser no era igual de extrovertida que la del chico, lo que le hacía imposible salir corriendo tal como él lo hacía. Siguiendo a un paso acelerado pero sin llegar a correr, como hacia Nico, llego a los límites del bosque a tiempo para ver como el chico empezaba a saltar, agarrándose de las ramas de los árboles y avanzando. La idea de un mono paso rápidamente por la cabeza del peliverde y solo atino a negar con diversión-Ten cuidado Nicolás, ¡No te vayas a caer!-
Rio de nuevo, sintiendo en su propia voz la de una madre preocupada más que la de un amigo de su misma edad. Tal vez debería ser más como el en esos momentos, dejarse llevar y solo divertirse, entregarse al placer de correr entre los árboles, balancearse con las ramas, sentir la madera y hojas rozas su piel. Todo eso resultaba en realidad tan atractivo que poco le falto al chico armonía para imitarlo, pero el peso en su espalda, de la amplia maleta donde había guardado todo lo que pudiera considerar necesario, lo detuvo de hacer alguna temeridad. De imitar a Nico posiblemente pudiera acabar perdiendo o dañando algo de lo cual portaba, por lo cual solo empezó a avanzar entre las raíces y por el suelo, dejando atrás todo rastro de la ciudad, internándose en el bosque.
Con rapidez pero cuidado fue avanzando entre los árboles, intento no perder el rastro de su amigo, al menos asi hasta que escucho un extraño ruido, parecido a un chasquido, característico de la madera al quebrarse, seguido del sonido del grito de su amigo y el sordo impacto de un cuerpo contra el suelo-¿Uh? ¿Nico?-Llamo el chico Armonía mientras empezaba avanzar más deprisa, llegando a trotar mientras se acercaba al origen del sonido.-Oe Nico, ¿Estas…?-Su voz se paró de golpe, al haber llegado al lugar, mirando como su castaño compañero estaba abrazado a una desconocida pelirroja. Su expresión debía de mostrar la sorpresa que tendría en su interior, mientras observaba como la chica se separaba de su compañero y le sonreía. Rápidamente cerro la boca, agradeciendo no haber hablado lo suficientemente alto para llamar la atención, pero acercándose lentamente mientras pisaba de forma firme algunas ramas caídas para provocar ruido, queriendo anunciando se acercaba, esperando en serio no estar interrumpiendo alguna clase de reencuentro. No conocía de nada a la chica ni estaba consciente de su origen, pero suponía sin duda era alguna amiga, por la forma efusiva en que le había saludado. No sabía cómo reaccionar ante la idea que empezaba a formarse en su cabeza, mientras se acercaba a aquel chico que era casi como un hermanito menor para él. Pero aun asi, logro formar una sonrisa en sus labios, mientras se acercaba y miraba a ambos chicos, sonriéndoles-¡Hola!-Saludando a la pelirroja mientras se acercaba.
-¿Eres una conocida de Nico? Es un gusto, soy un amigo, mi nombres es N-Se presentó el peliverde mientras a se acercaba a la chica, queriendo ofrecerle la mano, tratando de actuar amable con ella, ya que en realidad parecía agradable y quería ser amable por ser conocida de su amigo. Aun asi, cuando estuvo lo suficientemente cerca, una casi imperceptible fragancia llego a la nariz del peliverde, mientras ladeaba el rostro a un lado, buscando el origen de aquel aroma. Aunque no estuviera en su forma de animal, la nariz del peliverde era sensible, aunque no tanto como su forma animal. En la ciudad le sería imposible, pero el bosque era su elemento y habitad natural, por lo cual ahí sus sentidos estaban mucho más cómodos y despiertos. Girando el rostro ubico un sombrero a poca distancia, empezando a acercarse lentamente, mientras olfateaba un poco-Eso… Ese aroma…-Se había acercado un poco más, pero de repente, en la misma dirección a la cual iba, escucho el sonido de las ramas crujir, abriendo los ojos sorprendidos.
Detrás del área donde estaba el sombrero, miro alzarse una cabellera albina que hizo abriera más los ojos. Con rapidez el peliverde reconoció al albino, aquel cabello blanco como la nieve, la piel tan clara, y los ojos del color del ámbar, eran difíciles de confundir-¿Robin?-Miro al chico mientras este se limpiaba las hojas que le habían caído encima. Una expresión curiosa e impresionada se adueñó del rostro del chico mientras se acercaba más al brujo, el cual hubiera conocido antes en uno de los extremos de la ciudad, muy alejado de donde estaban en ese momento.-Estas… ¿Estas bien?-Sonrió un poco divertido el armonía, mientras le extendía la mano para ayudarle a cruzar entre las raíces que había a sus pies, invitándole a acercarse al curioso grupo que se empezaba a formar con ellos. Parecía que las coincidencias ese dia eran un orden natural, y el peliverde se divertía un poco de aquellos encuentros inesperados-¿Qué hacías por aquí, Robin? ¿Viniste de camping igual?-Pregunto el chico con una pequeña sonrisa, esperando la respuesta del albino, pensando en qué clase de desenlace tendría todo ese encuentro.
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N Armonia
Re: Magic Camping: Hairy Meeting [Priv. Nicolas, N, Robin y Luki]
Sintió una pequeña punzada de dolor donde se había golpeado al mismo tiempo que se miraba las manos buscando algún rasguño pero no vio nada significativo, entonces escucho su nombre, pero no era la voz de su amigo N con quien había llegado ahí, si no que aquella era una voz más aguda, la de una chica, otra voz que Nico conocía, porque recordaba haber jugado con aquella chica en otra ocasión, por eso en el momento en que Luki le abrazo este no dudo en devolver el abrazo de forma instantánea rodeándola por la cintura y sonriendo abiertamente y con emoción. Cuando ella le soltó el hizo lo mismo dejando que se alejara y sonriéndole de vuelta. – ¡Luki! –Exclamo un emocionado Nicolás –Disculpa. –dijo sonriendo de lado para la chica mientras se sentaba a modo de indio acercándose para mirarla mejor. –Hace mucho tiempo que no te veía, ¿Cómo has estado? –pregunto de vuelta ante el ataque de preguntas que la chica soltó, de echo una carcajada silenciosa salió de sus labios, la chica seguía sin cambiar, preguntando directamente todo aquello que le causaba curiosidad, uno de los encantos de la misma.
Al ella preguntar que si venia solo se volteo rápidamente para llama a N y presentarlos, pero el peliverde ya se encontraba ahí y estaba saludando como era normal en el mismo. –Bueno yo quería presentarlos, pero él me ha ganado. –comento sonriendo amigable mientras observaba a Luki. –Este es mi amigo y N –comento mientras señalaba a Luki con la mano como si se tratara de un mayordomo. –Ella es Luki, una amiga mía. –comento sonriendo. –La verdad es que me emocionaba demasiado venir al bosque porque pensé que podríamos vernos de nuevo. –comento hacia la chica mientras picaba su mejilla. –N también es un brujo de la naturaleza como yo. –se sinceró esperando no ser reprendido por su compañero, pues sabía que aquella información no la podía decir tan a la ligera como lo había soltado el castaño, pero no era nada, después de todo Luki también era una bruja y además de todo el confiaba en ella, porque no había visto maldad en la chica desde que la conociera, incluso ahora, ella le resultaba demasiado transparente a veces.
Estaba a punto de preguntar algo más cuando escucho aquella sorda caída, al parecer Nico no sería el único que cayera para anunciar su presencia aquel día, pues ahí frente a ellos había un chico de blancos cabellos mirándoles, sonrió al notar que N también le conocía, por lo cual se puso de pie dando un giro sobre sí mismo y al mismo tiempo tomo la muñeca de Luki para jalarla junto con el hacia el chico. Soltó con suavidad la mano de Luki y se puso de canclillas observando al chico de nombre Robín según las palabras de N y saludándole. – ¡Hey! –miro a N y sonrió. – ¿Amigo tuyo? –pregunto para dirigir nuevamente su mirada al chico de blancos cabellos. –Mucho gusto, mi nombre es Nico y ella es Luki. –comento sonriente y con aquella energía que le caracterizaba.
Al ella preguntar que si venia solo se volteo rápidamente para llama a N y presentarlos, pero el peliverde ya se encontraba ahí y estaba saludando como era normal en el mismo. –Bueno yo quería presentarlos, pero él me ha ganado. –comento sonriendo amigable mientras observaba a Luki. –Este es mi amigo y N –comento mientras señalaba a Luki con la mano como si se tratara de un mayordomo. –Ella es Luki, una amiga mía. –comento sonriendo. –La verdad es que me emocionaba demasiado venir al bosque porque pensé que podríamos vernos de nuevo. –comento hacia la chica mientras picaba su mejilla. –N también es un brujo de la naturaleza como yo. –se sinceró esperando no ser reprendido por su compañero, pues sabía que aquella información no la podía decir tan a la ligera como lo había soltado el castaño, pero no era nada, después de todo Luki también era una bruja y además de todo el confiaba en ella, porque no había visto maldad en la chica desde que la conociera, incluso ahora, ella le resultaba demasiado transparente a veces.
Estaba a punto de preguntar algo más cuando escucho aquella sorda caída, al parecer Nico no sería el único que cayera para anunciar su presencia aquel día, pues ahí frente a ellos había un chico de blancos cabellos mirándoles, sonrió al notar que N también le conocía, por lo cual se puso de pie dando un giro sobre sí mismo y al mismo tiempo tomo la muñeca de Luki para jalarla junto con el hacia el chico. Soltó con suavidad la mano de Luki y se puso de canclillas observando al chico de nombre Robín según las palabras de N y saludándole. – ¡Hey! –miro a N y sonrió. – ¿Amigo tuyo? –pregunto para dirigir nuevamente su mirada al chico de blancos cabellos. –Mucho gusto, mi nombre es Nico y ella es Luki. –comento sonriente y con aquella energía que le caracterizaba.
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Nicolas Green
Re: Magic Camping: Hairy Meeting [Priv. Nicolas, N, Robin y Luki]
Estaba al borde de responder a la pregunta del castaño, y de paso bombardearlo con otras cuantas más que tal vez no tenían tanta importancia pero que ella haría de todas formas porque ni siquiera lo pensaba antes de hacerlo, le salía casi por inercia, pero fue entonces que al levantar la vista se encontró con lo que era, al parecer, un amigo de Nico. Infló la mejilla que le habían picado y esbozó otra sonrisita idiota mientras reía por lo bajo. Se levantó y sacudió la tierra y pasto que se le había pegado a algunas partes de la ropa, acercándose al peliverde que era unos pocos centímetros más alto que ella.
—¡Hola!—Saludó enérgicamente mientras observaba al chico de arriba a abajo, rodeándolo de a poco como si fuera un animal salvaje, solo que tenía curiosidad más que otra cosa, y no era precisamente cuidadosa respecto a acercarse a gente desconocida—Me llamo Luki—Se presentó a pesar de que no era necesario puesto que ya alguien más había dicho su nombre.
Estaba contenta de conocer gente nueva, como de costumbre, y también haberse encontrado con Nicolás de nuevo la ponía feliz pues el bosque era grande y difícilmente lograba encontrarse a alguien más de una vez y en tan poco tiempo además, por lo que sentía un impulso de ponerse a jugar como de costumbre, aunque recordó que había dejado su sombrero con todas las frutas en el suelo. De hecho notó que el chico nuevo había captado algo en el aroma que estas emanaban, el olfato de Luki en su forma humana no resultaba demasiado agudo por lo que con suerte podía olerlas a un metro de distancia. Iba a preguntar que pasaba pero un ruido de algo golpeándose llamó más su atención, pero al dirigir su vista hacía el nuevo individuo que había aparecido.
—Ah, hoy todos caen del cielo…—Murmuró con una mueca mientras arqueaba una ceja con curiosidad ante la repentina aparición de un niño de cabellos blancos.
Iba a acercarse por su cuenta pero Nicolás se apresuró y la tomó de la muñeca para llevarla directamente hacia donde estaba el chico. A Luki le apreció que no era muy buena idea rodearlo así, al menos no considerando que no parecía estar muy cómodo y que por lo visto solo conocía a N y no es que fueran amigos precisamente íntimos. La pelirroja permaneció a cierta distancia del chico albino y movió la mano enérgicamente para saludarlo, ofreciéndole una sonrisita alegre muy propia de ella. Algo dentro de ella le hacía cosquillas, no reparaba a menudo en su soledad hasta que cosas de este estilo ocurrían, y era especialmente emocionante siendo un grupo relativamente grande si se comparaba con los encuentros que ella solía tener, con una única persona. ¿Tal vez debería ponerse a hacer sus preguntas? Aquellas con las que bombardeaba a cualquier persona, la conociera apenas o no, pero el chico no se veía muy cómodo así que decidió que a lo mejor luego podría encargarse de averiguar todo lo que quería averiguar sin motivo alguno, pero se iba a asegurar de no irse de ahí sin preguntar.
—¡Hola!—Saludó enérgicamente mientras observaba al chico de arriba a abajo, rodeándolo de a poco como si fuera un animal salvaje, solo que tenía curiosidad más que otra cosa, y no era precisamente cuidadosa respecto a acercarse a gente desconocida—Me llamo Luki—Se presentó a pesar de que no era necesario puesto que ya alguien más había dicho su nombre.
Estaba contenta de conocer gente nueva, como de costumbre, y también haberse encontrado con Nicolás de nuevo la ponía feliz pues el bosque era grande y difícilmente lograba encontrarse a alguien más de una vez y en tan poco tiempo además, por lo que sentía un impulso de ponerse a jugar como de costumbre, aunque recordó que había dejado su sombrero con todas las frutas en el suelo. De hecho notó que el chico nuevo había captado algo en el aroma que estas emanaban, el olfato de Luki en su forma humana no resultaba demasiado agudo por lo que con suerte podía olerlas a un metro de distancia. Iba a preguntar que pasaba pero un ruido de algo golpeándose llamó más su atención, pero al dirigir su vista hacía el nuevo individuo que había aparecido.
—Ah, hoy todos caen del cielo…—Murmuró con una mueca mientras arqueaba una ceja con curiosidad ante la repentina aparición de un niño de cabellos blancos.
Iba a acercarse por su cuenta pero Nicolás se apresuró y la tomó de la muñeca para llevarla directamente hacia donde estaba el chico. A Luki le apreció que no era muy buena idea rodearlo así, al menos no considerando que no parecía estar muy cómodo y que por lo visto solo conocía a N y no es que fueran amigos precisamente íntimos. La pelirroja permaneció a cierta distancia del chico albino y movió la mano enérgicamente para saludarlo, ofreciéndole una sonrisita alegre muy propia de ella. Algo dentro de ella le hacía cosquillas, no reparaba a menudo en su soledad hasta que cosas de este estilo ocurrían, y era especialmente emocionante siendo un grupo relativamente grande si se comparaba con los encuentros que ella solía tener, con una única persona. ¿Tal vez debería ponerse a hacer sus preguntas? Aquellas con las que bombardeaba a cualquier persona, la conociera apenas o no, pero el chico no se veía muy cómodo así que decidió que a lo mejor luego podría encargarse de averiguar todo lo que quería averiguar sin motivo alguno, pero se iba a asegurar de no irse de ahí sin preguntar.
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Luki
Re: Magic Camping: Hairy Meeting [Priv. Nicolas, N, Robin y Luki]
Mantenía una sonrisa ciertamente incomoda, el entusiasmo de los presentes era palpable en el ambiente y el simplemente se sentía fuera de lugar, sentimiento que le incitaba a retirarse del lugar tan rápido como le fuera posible, pero con las miradas sobre él, los saludos, presentaciones y preguntas ahora era simplemente imposible irse sin más-Eh… No. Hola N-Respondió y saludo a la vez, mirando algo apenado al peliverde-En serio, solo estaba de paso, fue una coincidencia encontrarme contigo… con ustedes-Respondió, mirando con cierta timidez al par que acompañaba al brujo de la naturaleza. Les miro con cuidado, si bien sabía que el peliverde era un brujo y al estar en el bosque no era tan necesario ocultarse como en la ciudad, también estaba consiente que N asistía a Shibusen, obviamente en cubierto… ¿Eran otros brujos? ¿Compañeros de la escuela? El castaño parecia un chico común, aunque la ropa de la chica era, bueno, no podía juzgar a alguien por la ropa y ya, sin embargo, no acababa de pensar en alguna forma de preguntar aquello sin que pudiera resultar comprometedor en caso de que no fueran más que estudiantes o personas comunes.
Aun así sonrió levemente a los dos jóvenes, de nuevo con ese tinte de timidez en el rostro, asintiendo suavemente en un gesto educado-Ya lo escucharon de N, pero me presento, mi nombre es Robin, un gusto Nico y Luki-Se presentó, saludando agitando ligeramente la manita, tal como había hecho la pelirroja momentos atrás-¿Vienen de campamento, cierto? Suena divertido-Les dijo aun con aquella sonrisa un tanto formal en el rostro. Aunque realmente no tenía idea de si sonaba divertido o no, más bien, había sido un comentario cortés y punto, él jamás había salido de campamento, tampoco le resultaba una idea atractiva o algo que poner en su lista de prioridades, no era una persona de exteriores, mucho menos con condición física apta para disfrutar del todo actividades al aire libre en todo su esplendor. No era algo que odiara, nunca lo había hecho, claro, pero si tuviese la necesidad de elegir entre una noche más en su biblioteca o un campamento, la primera opción sería la que brillaría para él albino por excelencia.
-Ah pero… no deberían adentrarse tanto-Advirtió con cierta preocupación totalmente sincera-Es algo peligroso-Dijo mientras miraba de reojo el espesor del bosque que se encontraba a sus espaldas, aunque cualquiera tendría que saberlo, había sentido la necesidad de decírselos de todos modos-En todo caso, no quiero molestarlos más tiempo así que… s-supongo que me voy-Soltó finalmente, haciendo el esfuerzo de no sonar como si estuviese realmente apurado por retirarse del lugar, dando un par de pasos hacia atrás-Nos vemos lueg…-Su oración se interrumpió al momento de dar un último paso en reversa, y terminar tropezándose una vez más, cayendo de sentón al suelo.
Aun así sonrió levemente a los dos jóvenes, de nuevo con ese tinte de timidez en el rostro, asintiendo suavemente en un gesto educado-Ya lo escucharon de N, pero me presento, mi nombre es Robin, un gusto Nico y Luki-Se presentó, saludando agitando ligeramente la manita, tal como había hecho la pelirroja momentos atrás-¿Vienen de campamento, cierto? Suena divertido-Les dijo aun con aquella sonrisa un tanto formal en el rostro. Aunque realmente no tenía idea de si sonaba divertido o no, más bien, había sido un comentario cortés y punto, él jamás había salido de campamento, tampoco le resultaba una idea atractiva o algo que poner en su lista de prioridades, no era una persona de exteriores, mucho menos con condición física apta para disfrutar del todo actividades al aire libre en todo su esplendor. No era algo que odiara, nunca lo había hecho, claro, pero si tuviese la necesidad de elegir entre una noche más en su biblioteca o un campamento, la primera opción sería la que brillaría para él albino por excelencia.
-Ah pero… no deberían adentrarse tanto-Advirtió con cierta preocupación totalmente sincera-Es algo peligroso-Dijo mientras miraba de reojo el espesor del bosque que se encontraba a sus espaldas, aunque cualquiera tendría que saberlo, había sentido la necesidad de decírselos de todos modos-En todo caso, no quiero molestarlos más tiempo así que… s-supongo que me voy-Soltó finalmente, haciendo el esfuerzo de no sonar como si estuviese realmente apurado por retirarse del lugar, dando un par de pasos hacia atrás-Nos vemos lueg…-Su oración se interrumpió al momento de dar un último paso en reversa, y terminar tropezándose una vez más, cayendo de sentón al suelo.
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Robin Lightwood
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