Primer paseo por la ciudad y la busqueda de EL!!!!!!!!! {Priv. Luce Giglionero}

El astro rey cedía su lugar a la sonrisa tétrica de la Luna. Luce suspiró, parada en medio de la calle, mientras contemplaba el paisaje. No era la primera vez que veía los rostros de los cuerpos celestes en el cielo, pero pensaba que, sin importar cuanto tiempo se quedara en la ciudad, nunca dejaría de verlos sin pensar que, realmente, parecían salidos de un cuento. Y es que en cualquier otra parte del mundo, ni el Sol ni la Luna tenían rostros, pero claro, este no era como todos los otros lugares, había técnicos, armas, criaturas de todo tipo, y Shinigamis como ella, que cazaban Huevos de Kishin y una que otra bruja. La ciudad en sí, era demasiado particular, y ni el Sol ni la Luna podían competir en cuanto a que parte era la más rara de todas.

Habían pasado dos semanas desde que se había instalado oficialmente como Profesora en el Shibusen, haciendo de la ciudad su nuevo hogar. Extrañaba a su familia, y aunque hablaban periódicamente, de vez en cuando sentía ganas de hacer las maletas y volver con ellos. Pero se recordaba que no podía hacerlo, no de momento. Ya llegaría el tiempo de unas vacaciones, o incluso ellos podían venir a verla a ella. No podía deprimirse, había tomado una decisión al mudarse, y su propio orgullo le impedía rendirse ante la nostalgia. Por eso había comenzado a dar pequeños paseos, como el de ahora, por la ciudad. Quizás el conocerla, la hiciese sentir un poco menos sola, familiarizarse con su entorno era necesario, para no deprimirse cada tanto. Las calles eran bastante vivas, con muchas personas por todos lados, el mercado no dejaba caer su ritmo hasta que cerrara totalmente, y a Luce le encantaba pasear por los puestos, disgustándose con los diferentes aromas.

De repente, un grito llamó su atención, pero para cuando llego a la escena, ya era tarde. Al parecer, se había producido un robo en uno de los puestos, y aquel ladrón, había abandonado la escena. Algunas personas indicaron por donde éste había huido, dando la idea de que quizás, había terminado en el parque. Sin tener intenciones de armar otro alboroto, la mujer se decidió por ir hasta allí. Había otros quienes la estaban buscando, pero al cabo de unos minutos se rindieron. Luce se sentó en una banca, con una sonrisa cómica en su rostro. ¿De verdad se rendían tan fácilmente? Bueno, tampoco era como si se hubiese llevado una gran cantidad de dinero, reflexiono. Aquellas ideas fueron interrumpidas, cuando desde detrás de unos arbustos… algo salió. Luce se paró de golpe, parpadeando varias veces, como si intentara entender que estaba viendo. Era… ¿Una mujer? Con un traje un tanto particular, de color rojo y negro. Estaba de espaldas a ella. – ¿Es... Es un payaso…? –Dijo en voz alta, sin dirigirse a nadie en particular.

Ambas miradas chocaron, durante un par de segundos. Luce podía observar detalles nuevos de aquel curioso traje que la mujer llevaba, pero antes de poder hablar de nuevo, fue interrumpida. Al parecer, se había equivocado. No era un payaso, era un arlequín. De todas formas, no es como si Luce pudiese indicar las diferencias entre ambos, aunque no lo menciono, ya que la muchacha se veía ofendida por su primer pensamiento, y no quería arruinarlo aún más. – Oh, disculpa. No me había fijado bien en tu traje. –Se disculpó rápidamente, levantando levemente sus palmas, como si se estuviese rindiendo, para afirmar sus palabras. – Es mi culpa, de todas formas. –Respondió ante el segundo comentario. Pensó en acercarse, pero lo dudo fuertemente. No quería asustar a la curiosa muchacha, pero ésta se adelantó, quedando a pocos centímetros de la mujer, dando una vista clara de su rostro.

Éste era blanco. Demasiado blanco, tanto, que Luce se sintió un poco desorientada, hasta que comprobó observando un poco más, que era pintura, alguna especie de maquillaje. Y eso no era todo, también tenía un antifaz, que evitaba que sus ojos se vieran libremente. La mujer tenía ganas de echar una carcajada, no porque la apariencia de la chica le daba risa, sino porque todo se le hacia demasiado cómico. Parecía una situación salida de alguna loca fantasía de una persona cuya salud mental no se encontraba totalmente bien. Y en vez de seguir inspeccionándola, se concentró en la conversación. – Bueno, no lo dudo. Hace poco que estoy en la ciudad. Y si te hubiese cruzado alguna vez, pues lo recordaría. –Respondió, esbozando una sonrisa. Correspondió la acción de la muchacha, cuyo nombre era Harley Quinn. – Mucho gusto Harley. Mi nombre es Luce Giglionero, pero Luce esta bien. –Sonrió, tratando de dar una buena impresión. – ¿Y tú? ¿Llevas tiempo en Death City?. –Se sintió interesada por el origen de la chica, y esperaba obtener una buena respuesta.