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Still, you will see it as a flower [Privado Wasserfall] [Hanami]
Death City :: Death City :: Parque
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Still, you will see it as a flower [Privado Wasserfall] [Hanami]
—Ni de broma.
O eso fue lo que dijo en un principio. Estaba descansando tan plácidamente en el sillón cuando a cierta persona se le ocurrió hacer el ofrecimiento, pero la palabra clave para obtener una negativa por parte de la demonio era “salir”.
—No veo la finalidad en salir, ni en moverme de mi lugar. Mucho menos en moverme de mi lugar para salir a un lugar con más gente.
A veces la antipatía de la gata podría llegar al punto de hartar a cualquiera que no tuviera la paciencia para aguantarla, o, en su defecto, estuviera a su mismo nivel de cinismo. Especialmente considerando como casi todas sus respuestas se basaban en excusas malas hechas adrede, o con ese tonito amargo que llegaba a hacer parecer que nada le venía bien aunque probablemente así era. Por desgracia, Tsuki tenía la particularidad de ser un gato, y todos saben que a los gatos se los compra con comida. Wasserfall más que nadie parecía saberlo porque no tardó en recurrir al soborno alimenticio, que con la demonio rara vez fallaba.
Así es como llegaron a una de esas escenas que en un principio a ella le podían resultar bastante incómodos y extraños por la falta de costumbre, pero que unos minutos y un pescado frito en un palito después ya se le olvidaba. Ciertamente era una fiesta popular, pues estaba bastante lleno de gente, estaba particularmente repleto de familias(Desgraciadamente, con niños pequeños) y parejas, pero todos tenían en común el estar muy en lo suyo. Era notable, al menos en ellos dos, que la salida era en principio solo para no juntar hongos por quedarse en casa (Al menos ella porque era quién se pasaba el setenta por ciento del día dormida en algún rincón del departamento), pues fuera del aura relajada de ambos, el pelinegro iba con ropa informal, y la chica tampoco tenía muchas opciones de ropero así que estaba igual de desastrosa visualmente que siempre.
—La próxima vez juro no caer tan fácil ante tus sobornos baratos.
Aún con esas, ya llevaba comida la mitad del pescado frito, e incluso se había quejado con parte del dichoso “soborno barato” en la boca, lo cuál no ayudaba a recuperar la dignidad perdida cuando accedió a salir del cómodo sillón por tan solo algo de pescado en un palito. Un pequeño avance tal vez era que se había resignado y en vez de su acostumbrada actitud defensiva hacia la gente solo estaba más bien aburrida, la cola apenas oscilando de forma lenta, y los hombros bajos como si ya se hubiera rendido con la vida y tan solo estuviera expresándolo.
—Y bien, ¿Cuál era tu plan?—Preguntó ni bien acabó su comida, apenas desviando la mirada hacia un lado donde su compañero caminaba, usando el palillo ahora vacío para quitar los trozos de pescado que se le habían quedado entre los dientes.
O eso fue lo que dijo en un principio. Estaba descansando tan plácidamente en el sillón cuando a cierta persona se le ocurrió hacer el ofrecimiento, pero la palabra clave para obtener una negativa por parte de la demonio era “salir”.
—No veo la finalidad en salir, ni en moverme de mi lugar. Mucho menos en moverme de mi lugar para salir a un lugar con más gente.
A veces la antipatía de la gata podría llegar al punto de hartar a cualquiera que no tuviera la paciencia para aguantarla, o, en su defecto, estuviera a su mismo nivel de cinismo. Especialmente considerando como casi todas sus respuestas se basaban en excusas malas hechas adrede, o con ese tonito amargo que llegaba a hacer parecer que nada le venía bien aunque probablemente así era. Por desgracia, Tsuki tenía la particularidad de ser un gato, y todos saben que a los gatos se los compra con comida. Wasserfall más que nadie parecía saberlo porque no tardó en recurrir al soborno alimenticio, que con la demonio rara vez fallaba.
Así es como llegaron a una de esas escenas que en un principio a ella le podían resultar bastante incómodos y extraños por la falta de costumbre, pero que unos minutos y un pescado frito en un palito después ya se le olvidaba. Ciertamente era una fiesta popular, pues estaba bastante lleno de gente, estaba particularmente repleto de familias(Desgraciadamente, con niños pequeños) y parejas, pero todos tenían en común el estar muy en lo suyo. Era notable, al menos en ellos dos, que la salida era en principio solo para no juntar hongos por quedarse en casa (Al menos ella porque era quién se pasaba el setenta por ciento del día dormida en algún rincón del departamento), pues fuera del aura relajada de ambos, el pelinegro iba con ropa informal, y la chica tampoco tenía muchas opciones de ropero así que estaba igual de desastrosa visualmente que siempre.
—La próxima vez juro no caer tan fácil ante tus sobornos baratos.
Aún con esas, ya llevaba comida la mitad del pescado frito, e incluso se había quejado con parte del dichoso “soborno barato” en la boca, lo cuál no ayudaba a recuperar la dignidad perdida cuando accedió a salir del cómodo sillón por tan solo algo de pescado en un palito. Un pequeño avance tal vez era que se había resignado y en vez de su acostumbrada actitud defensiva hacia la gente solo estaba más bien aburrida, la cola apenas oscilando de forma lenta, y los hombros bajos como si ya se hubiera rendido con la vida y tan solo estuviera expresándolo.
—Y bien, ¿Cuál era tu plan?—Preguntó ni bien acabó su comida, apenas desviando la mirada hacia un lado donde su compañero caminaba, usando el palillo ahora vacío para quitar los trozos de pescado que se le habían quedado entre los dientes.
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Fecha de inscripción : 19/11/2013
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Localización : Vigilandote desde las sombras, por cierto, bonitas sábanas
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Tsuki
Re: Still, you will see it as a flower [Privado Wasserfall] [Hanami]
Me permití sonreír, al menos levemente, mientras avanzábamos por uno de los amplios senderos del parque que, curiosamente, parecía estar atestado de gente a diferencia de las anteriores veces que había visitado el lugar. Sí, definitivamente la palabra de que se celebraría aquel evento festivo había corrido rápido entre los habitantes de la ciudad. Y claro, malditos deathcianos, cada oportunidad que tenían para llevar acabo esa clase de festividades no iba a ser ignorada y, de hecho, iba a ser aprovechada con creces. Lo había comprendido luego de haber pasado tantos años instalado en la Ciudad de la Muerte y, por absurdo que sonara, era algo que me seguía sorprendiendo cada vez que acontecía. Entonces, ¿De qué se trataba esta vez la celebración? Nada menos que algo venido de mi querido Japón; el Hanami. A pesar de que yo había vivido en mis años de infancia aquella tradición, no podía recordarlo muy bien realmente… Además tampoco quería hacerlo. Pero al menos sabía que en esos tiempos había sido algo mucho más sencillo y, si se quiere, tradicional. En estos momentos, sin embargo, la situación difería mucho. Había puestos de comida, de juegos, de venta de recuerdos. Se podían divisar diversos concursos de lo más graciosos e interesantes un poco más adelante. Resultaba realmente ridículo, pero bueno, al menos tenían a los condenados cerezos.
—La próxima vez juro no caer tan fácil ante tus sobornos baratos.
Negué con la cabeza mientras la sonrisa en mi rostro se ampliaba solo un poco más. Habría contestado, sí, pero la verdad no tenía ganas de iniciar alguna clase de discusión, después de todo los dos teníamos nuestro carácter y era más que seguro que algo así se desencadenaría con solo decir las palabras equivocadas. Solía ocurrir todo el tiempo durante nuestra convivencia bajo el mismo techo y, por extraño que pareciera, al mismo tiempo no quería asistir al evento sin ella. Era… tan simple como eso, supongo. Tal vez me había acostumbrado a tenerla cerca, si no era para molestarla mientras dormía en cada lugar cómodo de la casa, o para tener alguna conversación más o menos decente y profunda. Se puede aprender muchas cosas de un demonio de la talla de Tsuki, lo sabía, no solo por tener un punto de vista muy diferente al que me inculcaban en Shibusen, sino en general por toda su existencia. Además, la idea de salir a divertirme y dejarla a ella a sus anchas en casa no se me hacía tan atractiva. Jalé un poco del cuello de la camiseta gris oscuro que llevaba puesta, pues si bien recién había terminado la estación más fría del año, el buen clima comenzaba a sentirse y, con el, el calor.
Pude escuchar la pregunta de la de cabello violáceo aun por sobre bullicio que naturalmente se formaba con tantas personas en un solo punto, y tuve que desviar mi mirada del camino para observarla de reojo, notando como ya había terminado el bocadillo que habíamos conseguido para ella. Bien, ¿tal vez el plan sería conseguir más comida? -Primero consigamos un buen lugar, se supone que esto es para ser espectadores de la “belleza de las flores”- Aclaré primero, finalmente devolviendo mi mirada hacia el camino. -Pero con suerte presenciaremos algo más-… entretenido.- Tuve que cortar mi frase solo para moverme un poco y hacerme a un lado del camino de un grupo bastante grande de gente que pasara en dirección contraria a nosotros, al parecer una familia. Sí, había muchas de esas hoy, además de parejas. Hice una pequeña mueca con mi rostro cuando, al intentar enfocar mis ojos de nuevo en mi compañera, me la encontré algo más atrasada. Sí, había mucha gente, y si sabía de algo que le disgustaba de sobremanera a Tsuki, tanto como a mi, era el exceso de gente. Las multitudes, vamos. Era demasiado difícil avanzar juntos sin tener que toparnos con algún otro grupo, así que antes de que la felina perdiera la paciencia y decidiera huir o algo, me acerqué a ella y tomé su mano con una de las propias, ofreciéndole una pequeña sonrisa de disculpas al hacerlo. -Hay demasiada gente.- Eso fue todo lo que dije, antes de comenzar a caminar esperando que ella no se molestara demasiado por el contacto. Con suerte ya me conocía lo suficiente como para saber que no tendría ninguna intención graciosa o algo parecido. -¿Qué te parece allí? Es perfecto.- Con mi mano libre señalé a un claro en el césped muy cercano, justo debajo de uno de los árboles de cerezo más pequeño pero que igualmente ofrecía su decente dosis de sombra. -Te diré que esto dura bastante, Tsu~ Pero… Siempre puedes hacer lo que más te gusta y solo dormir, apuesto a que será relajante una vez todo se tranquilice. Y no dejaré que nadie se te acerque a joderte el sueño o algo, ni siquiera uno de esos críos.- Sí, ese se supone que era el sentido que se le daba al Hanami. Relajación bajo el disfrute simple del florecimiento. Aquella tradición solía durar hasta bien entrada la noche así que teníamos todo el día para hacer lo que nos pareciera mejor. Solo que fuera de casa, claro. Ese era el punto en primer lugar, por eso me gustaba sacarla de la cueva después de todo.
—La próxima vez juro no caer tan fácil ante tus sobornos baratos.
Negué con la cabeza mientras la sonrisa en mi rostro se ampliaba solo un poco más. Habría contestado, sí, pero la verdad no tenía ganas de iniciar alguna clase de discusión, después de todo los dos teníamos nuestro carácter y era más que seguro que algo así se desencadenaría con solo decir las palabras equivocadas. Solía ocurrir todo el tiempo durante nuestra convivencia bajo el mismo techo y, por extraño que pareciera, al mismo tiempo no quería asistir al evento sin ella. Era… tan simple como eso, supongo. Tal vez me había acostumbrado a tenerla cerca, si no era para molestarla mientras dormía en cada lugar cómodo de la casa, o para tener alguna conversación más o menos decente y profunda. Se puede aprender muchas cosas de un demonio de la talla de Tsuki, lo sabía, no solo por tener un punto de vista muy diferente al que me inculcaban en Shibusen, sino en general por toda su existencia. Además, la idea de salir a divertirme y dejarla a ella a sus anchas en casa no se me hacía tan atractiva. Jalé un poco del cuello de la camiseta gris oscuro que llevaba puesta, pues si bien recién había terminado la estación más fría del año, el buen clima comenzaba a sentirse y, con el, el calor.
Pude escuchar la pregunta de la de cabello violáceo aun por sobre bullicio que naturalmente se formaba con tantas personas en un solo punto, y tuve que desviar mi mirada del camino para observarla de reojo, notando como ya había terminado el bocadillo que habíamos conseguido para ella. Bien, ¿tal vez el plan sería conseguir más comida? -Primero consigamos un buen lugar, se supone que esto es para ser espectadores de la “belleza de las flores”- Aclaré primero, finalmente devolviendo mi mirada hacia el camino. -Pero con suerte presenciaremos algo más-… entretenido.- Tuve que cortar mi frase solo para moverme un poco y hacerme a un lado del camino de un grupo bastante grande de gente que pasara en dirección contraria a nosotros, al parecer una familia. Sí, había muchas de esas hoy, además de parejas. Hice una pequeña mueca con mi rostro cuando, al intentar enfocar mis ojos de nuevo en mi compañera, me la encontré algo más atrasada. Sí, había mucha gente, y si sabía de algo que le disgustaba de sobremanera a Tsuki, tanto como a mi, era el exceso de gente. Las multitudes, vamos. Era demasiado difícil avanzar juntos sin tener que toparnos con algún otro grupo, así que antes de que la felina perdiera la paciencia y decidiera huir o algo, me acerqué a ella y tomé su mano con una de las propias, ofreciéndole una pequeña sonrisa de disculpas al hacerlo. -Hay demasiada gente.- Eso fue todo lo que dije, antes de comenzar a caminar esperando que ella no se molestara demasiado por el contacto. Con suerte ya me conocía lo suficiente como para saber que no tendría ninguna intención graciosa o algo parecido. -¿Qué te parece allí? Es perfecto.- Con mi mano libre señalé a un claro en el césped muy cercano, justo debajo de uno de los árboles de cerezo más pequeño pero que igualmente ofrecía su decente dosis de sombra. -Te diré que esto dura bastante, Tsu~ Pero… Siempre puedes hacer lo que más te gusta y solo dormir, apuesto a que será relajante una vez todo se tranquilice. Y no dejaré que nadie se te acerque a joderte el sueño o algo, ni siquiera uno de esos críos.- Sí, ese se supone que era el sentido que se le daba al Hanami. Relajación bajo el disfrute simple del florecimiento. Aquella tradición solía durar hasta bien entrada la noche así que teníamos todo el día para hacer lo que nos pareciera mejor. Solo que fuera de casa, claro. Ese era el punto en primer lugar, por eso me gustaba sacarla de la cueva después de todo.
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Wasserfall Leiter
Re: Still, you will see it as a flower [Privado Wasserfall] [Hanami]
Probablemente la peor parte de las multitudes era que el oído superdesarrollado de Tsuki captaba más de lo que le gustaría, por lo tanto el ruido que el tumulto de gente causaba llegaba a sus oídos sensibles unas 20 veces más amplificado, por lo que no era raro que de tanto en tanto volteara hacia los lados o se parara a escuchar algo que le llegaba de unos metros más allá, allá, pero rápidamente regresaba la vista al frente aunque siempre moviendo las orejas de modo de captar todos los sonidos posibles. En determinado momento perdió de vista a su acompañante, y cuando por su mente ya empezaba a cruzar la idea de transformarse y volver a casa para continuar con su actividad favorita desde hace 20 años, dio un respingo al sentir el contacto con su mano y aunque su reacción instantánea habría sido apartar la mano y alejarse medio metro(que aunque lo intentara, había gente por todos lados) al comprobar que había sido cosa del pelinegro por alguna razón se tranquilizó un poco más, pero la falta de costumbre y su eterna vergüenza injustificada e irracional solo lograron que desviara la mirada hacia un lado.
—E-Está bien, no es nada, ¿V-Verdad? —Aunque así y todo acomodó la mano con la contraria, siempre con la mirada apartada.
Su idea en un principio probablemente habría sido quitar la mano de forma brusca y o bien huír, o bien solo continuar caminando con su dignidad(suponiendo que a estas alturas del partido aún le quedara algo de eso), pero por obra y gracia de de la constantemente cambiante personalidad de la demonio, prefirió permanecer así aunque sin decir ni una palabra hasta que el otro volvió a hablar.
—Si, está bien supongo. Y aunque se calme no podría dormir aquí, seguiría habiendo demasiado ruido.—Y se encogió de hombros, aunque probablemente si podría dormir un poco o toda la tarde, aunque de ese modo la salida no habría tenido sentido alguno.
De todos modos, ¿Que iban a hacer?¿Hablar hasta hartarse con ocasionales salidas a comprar comida para mantener el interés de la gata en el mundo exterior? Todos esos detalles corrían por cuenta de Wasserfall según Tsuki, pues él había tenido la idea y se había esmeradomás o menos en despegarla del sillón. Además, la demonio tenía ese detalle que la llevaba a no hacerse cargo de absolutamente nada que no fuera de su interés y beneficio propio. Aunque aún con esas y sus ganas de irse, cuando se acomodaron bajo el árbol para hacer lo que sea que se haga en ese tipo de festivales, lo primero que hizo fue asegurarse que el suelo estaba relativamente limpio para ser tierra y pasto, y echarse de costado dándole la espalda a quién le acompañaba. Y al parecer eso era todo, o así lo demostraba su cola sacudiéndose de forma furiosa a pesar de que hasta entonces no parecía enojada, y probablemente no lo estaba ahora.
—E-Está bien, no es nada, ¿V-Verdad? —Aunque así y todo acomodó la mano con la contraria, siempre con la mirada apartada.
Su idea en un principio probablemente habría sido quitar la mano de forma brusca y o bien huír, o bien solo continuar caminando con su dignidad(suponiendo que a estas alturas del partido aún le quedara algo de eso), pero por obra y gracia de de la constantemente cambiante personalidad de la demonio, prefirió permanecer así aunque sin decir ni una palabra hasta que el otro volvió a hablar.
—Si, está bien supongo. Y aunque se calme no podría dormir aquí, seguiría habiendo demasiado ruido.—Y se encogió de hombros, aunque probablemente si podría dormir un poco o toda la tarde, aunque de ese modo la salida no habría tenido sentido alguno.
De todos modos, ¿Que iban a hacer?¿Hablar hasta hartarse con ocasionales salidas a comprar comida para mantener el interés de la gata en el mundo exterior? Todos esos detalles corrían por cuenta de Wasserfall según Tsuki, pues él había tenido la idea y se había esmerado
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Tsuki
Re: Still, you will see it as a flower [Privado Wasserfall] [Hanami]
Negué con la cabeza, sonriendo apenas mientras escuchaba las palabras algo negativas de su acompañante. No es que pudiera culparla, conocía como era ella y sabía que una salida así seguramente no se le haría en lo más mínimo interesante, pero ya estaban allí. Tenía que intentar al menos que la contraria se entretuviera con aquella salida algo espontánea. Hice lo mismo que ella, sentándome en el suelo allí donde el verde césped estaba mas cuidado, apoyando el codo de mi brazo izquierdo sobre una de mis piernas y posteriormente dejando descansar mi barbilla sobre la mano, mirando los alrededores con ojos curiosos. Tenía… vagos recuerdos de una situación similar de cuando niño, junto a mi familia. Cuando estaba completa. -Recuerdo que cuando tenía como, ¿siete años? El Hanami se me hacía aburrido. Allá en Okinawa, donde nací-… No era como lo es aquí. Todo era más pequeño y, sencillo, supongo. Pero si es como debería ser, o al menos como lo recuerdo de aquellos días, podrás dormir. Yo lo hacía.- A medida que hablaba mi voz se fue apagando un poco, sintiendo un poco la amargura de hablar sobre mis días junto a lo que alguna vez fueron las personas más importantes para mi, mi mundo. -En el regazo de mi madre, claro. El suelo es cómodo solo hasta cierto punto, así que yo te puedo servir de almohada.- Bromeé, intentando parecer un poco más animado luego de ese recuerdo. Volteándome solo para encontrarme con la espalda de la de llamativo cabello violeta, solté un pequeño suspiro. A pesar de todo, se sentía bien sincerarme con respecto a mi pasado, al menos solo un poco. Con Tsuki, al menos era así, tal vez porque llevábamos ya nuestro buen tiempo juntos. Tal vez porque sabía que la contraria no me juzgaría o algo así.
-De todas formas…- Murmuré, mirándola ahora con ojos entrecerrados y una pequeña mueca de fastidio en mi rostro, mis labios levemente curvados hacia abajo aunque ella no pudiera verme. -¿Por qué demonios me estás dando la espalda, Tsuki?- Pregunté cual niño molesto por no recibir atención, apoyando una mano en el fresco suelo mientras me inclinaba hacia ella para estar más cerca. -No me digas que ya te enfadaste por algo…- Volví a soltar en apenas un hilo de voz, de cierta forma esperando que la contraria no me escuchara. De todas maneras, comencé a picar con mi mano libre a la espalda y costillas de la contraria, haciendo uso de mi dedo índice, buscando que dejara de mostrarse tan fría incluso cuando estaban al aire libre. No es como si alguna de las demás personas les estuviera prestando atención, cada quien estaba en lo suyo, admirando la belleza de las flores, o solo pasando un buen momento junto a sus propios seres queridos. -Hey~, ¿quieres que vaya por algo de comida ya?- Pregunté sin haber dejado de molestarla tan solo para que no me diera la espalda en una actitud algo infantil que, realmente, solo podría mostrar con ella y nadie más, me imaginaba. En fin, sin dudas ese iba ser un día como mínimo distinto a lo normal. Pero no sabía si eso era bueno o malo, claro, no cuando se trataba de la felina a mi lado.
-De todas formas…- Murmuré, mirándola ahora con ojos entrecerrados y una pequeña mueca de fastidio en mi rostro, mis labios levemente curvados hacia abajo aunque ella no pudiera verme. -¿Por qué demonios me estás dando la espalda, Tsuki?- Pregunté cual niño molesto por no recibir atención, apoyando una mano en el fresco suelo mientras me inclinaba hacia ella para estar más cerca. -No me digas que ya te enfadaste por algo…- Volví a soltar en apenas un hilo de voz, de cierta forma esperando que la contraria no me escuchara. De todas maneras, comencé a picar con mi mano libre a la espalda y costillas de la contraria, haciendo uso de mi dedo índice, buscando que dejara de mostrarse tan fría incluso cuando estaban al aire libre. No es como si alguna de las demás personas les estuviera prestando atención, cada quien estaba en lo suyo, admirando la belleza de las flores, o solo pasando un buen momento junto a sus propios seres queridos. -Hey~, ¿quieres que vaya por algo de comida ya?- Pregunté sin haber dejado de molestarla tan solo para que no me diera la espalda en una actitud algo infantil que, realmente, solo podría mostrar con ella y nadie más, me imaginaba. En fin, sin dudas ese iba ser un día como mínimo distinto a lo normal. Pero no sabía si eso era bueno o malo, claro, no cuando se trataba de la felina a mi lado.
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Wasserfall Leiter
Re: Still, you will see it as a flower [Privado Wasserfall] [Hanami]
Cada tanto, algo así como una o dos veces por mes, sucedía que al pelinegro se le ocurría sincerarse un poco sobre su pasado, contar alguna anécdota de la infancia o adolescencia. Tsuki le prestaba atención, y a veces llegaba a preguntarse si ella debería hacer lo mismo, pero apenas lo hacía recordaba que ni siquiera estaba siendo sincera con su verdadero nombre y rápidamente se resignaba por dejar las cosas como estaban, al menos por ahora.
—Bueno, eso fue hace mucho, ¿No? Hace como… —Y se quedó en blanco—¿Cuántos años tienes?
Y eso era algo que pasaba más seguido, caer en la cuenta de que llevaba el suficiente tiempo viviendo con compañía como para estar sin saber algunas cosas básicas como su edad, tampoco es que le importara mucho realmente, lo que quedaba claro es que ella era mayor por unas cuantas décadas y poco más.
—Eres la última persona en la cual recostaría cualquier parte de mi cuerpo.—Respondió aún sin mirarle, solo restando importancia al tema con un movimiento de la mano, la cual se aseguró de levantar de manera que él pudiera verla.
Ah, y al final había acabado por hacer exactamente lo mismo que en casa, dormir. O algo así, realmente no estaba dormida porque a fin de cuentas eso no era la casa, era un festival al que(de alguna manera) había accedido a ir, y dormirse y dejar al otro hablando solo probablemente sí sería de mala educación cuando no hay nada para entretenerse. Más bien si había con qué entretenerse, pero era inútil ir con alguien si al final se iba a quedar dormido en el suelo y tú tenías que o bien quedarte al lado y dormir también(no muy recomendable) o salir y hacer algo para matar el rato, solo para verte como el único idiota que está solo en ese lugar. Cuando empezó a quejarse sobre el hecho de que estaba dándole la espalda, Tsuki solo pudo poner los ojos en blanco con su mejor cara de exasperación posible, y optó por ignorarlo de manera muy conveniente hasta que sintió un algo un las costillas, un montón de toquecitos molestos que no parecía que fuesen a cesar pronto. Suspiró pesada, y como si fuera un solo movimiento se dio la vuelta, tomando uno de los brazos de su compañero y luego dando un tirón para hacerlo agacharse aún más, quedando a unos veinte centímetros de su rostro, usando dos dedos de la mano libre para apoyarlos sobre sus labios y dejar en claro que quería que se callara.
—¿Estás aburrido? Que mal porque no es mi problema—Empezó con su típica expresión seria y amargada, aunque luego esbozó una sonrisa ladina y burlona—. Fue tu idea, ¿No? Tu piensa en algo, y si no se te ocurre, mejor. Puedo dormir.
Dicho esto, lo soltó, y con la mano que había dejado sobre su boca para callarlo lo empujó lo más moderadamente posible para alejarlo y volvió a recostarse de manera relajada, aunque inconscientemente hizo caso a su queja y ya no le daba la espalda.
—Comida suena bien.—Agregó por último, recuperando el tono neutral.
—Bueno, eso fue hace mucho, ¿No? Hace como… —Y se quedó en blanco—¿Cuántos años tienes?
Y eso era algo que pasaba más seguido, caer en la cuenta de que llevaba el suficiente tiempo viviendo con compañía como para estar sin saber algunas cosas básicas como su edad, tampoco es que le importara mucho realmente, lo que quedaba claro es que ella era mayor por unas cuantas décadas y poco más.
—Eres la última persona en la cual recostaría cualquier parte de mi cuerpo.—Respondió aún sin mirarle, solo restando importancia al tema con un movimiento de la mano, la cual se aseguró de levantar de manera que él pudiera verla.
Ah, y al final había acabado por hacer exactamente lo mismo que en casa, dormir. O algo así, realmente no estaba dormida porque a fin de cuentas eso no era la casa, era un festival al que(de alguna manera) había accedido a ir, y dormirse y dejar al otro hablando solo probablemente sí sería de mala educación cuando no hay nada para entretenerse. Más bien si había con qué entretenerse, pero era inútil ir con alguien si al final se iba a quedar dormido en el suelo y tú tenías que o bien quedarte al lado y dormir también(no muy recomendable) o salir y hacer algo para matar el rato, solo para verte como el único idiota que está solo en ese lugar. Cuando empezó a quejarse sobre el hecho de que estaba dándole la espalda, Tsuki solo pudo poner los ojos en blanco con su mejor cara de exasperación posible, y optó por ignorarlo de manera muy conveniente hasta que sintió un algo un las costillas, un montón de toquecitos molestos que no parecía que fuesen a cesar pronto. Suspiró pesada, y como si fuera un solo movimiento se dio la vuelta, tomando uno de los brazos de su compañero y luego dando un tirón para hacerlo agacharse aún más, quedando a unos veinte centímetros de su rostro, usando dos dedos de la mano libre para apoyarlos sobre sus labios y dejar en claro que quería que se callara.
—¿Estás aburrido? Que mal porque no es mi problema—Empezó con su típica expresión seria y amargada, aunque luego esbozó una sonrisa ladina y burlona—. Fue tu idea, ¿No? Tu piensa en algo, y si no se te ocurre, mejor. Puedo dormir.
Dicho esto, lo soltó, y con la mano que había dejado sobre su boca para callarlo lo empujó lo más moderadamente posible para alejarlo y volvió a recostarse de manera relajada, aunque inconscientemente hizo caso a su queja y ya no le daba la espalda.
—Comida suena bien.—Agregó por último, recuperando el tono neutral.
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Tsuki
Re: Still, you will see it as a flower [Privado Wasserfall] [Hanami]
¿Cuántos años tienes? Ante la pregunta parpadeé con cierto destello de curiosidad avivándose en mis ojos, pues la pregunta no sólo me trajo a cuenta todos los años que habían transcurrido en mi vida, sino también -y tal vez, hasta en un punto, más importante- el tiempo que había estado compartiendo hasta ahora, bajo el mismo techo, con aquella mujer. Sí, de nuevo volvía a caer en cuanto había transcurrido junto a la contraria. Curiosamente, además, últimamente me hallaba a mi mismo pensando demasiado tiempo en la de ojos heterocromáticos, como si ya no fuera suficiente convivir día y noche con ella. -Ehm, tengo diecinueve, ¿Acaso olvidaste el día de mi cumpleaños?- Terminé por bromear, pues aquel día había pasado tan normal como cualquier otro, pues así era como yo estaba acostumbrado y realmente no lo querría de otra forma.
Y, sin embargo, ante la respuesta a mi broma anterior sólo pude evocar una fingida mueca de dolor en mi rostro, aunque no me sintiera lastimado, pues la de cabellos violáceos ya me tenía acostumbrado a esa clase de frases cortantes. Por lo cual no dejé que mis ánimos decayeran y continué intentando llamar su atención mientras picaba sin piedad sus costillas con mi dedo índice, buscando que al menos se dignara a dirigirme una mirada. Pero, a pesar de que estaba buscando molestarla jamás me habría esperado su reacción. De un segundo a otro me encontré devolviendo la mirada a aquellos afilados ojos en una cercanía que me resultaba algo, ¿Incómoda? Mayormente por el hecho que yo no estaba de ninguna forma acostumbrado a la invasión de mi espacio personal…
… Pero aún así no pude ni siquiera reclamar, pues sentía el suave tacto de los dedos ajenos contra mis labios, contacto que me hizo sentir una extraña sensación en el pecho, una de pura ansiedad y nerviosismo, como si estuviera en medio de una maratón olímpica de grandes exigencias físicas. Como si me encontrara en medio de una reñida batalla en la que tan sólo pestañear podría resultar en un error fatal. Y fue esa sensación que ni siquiera me atreví a realizar dicha acción tan simple, limitándome solamente a mirar fijamente a mi compañera de piso mientras sentía una gota de sudor recorriendo mi mejilla y a mi corazón latir con más fuerza de lo habitual, ¿Qué rayos me pasaba? Mi modo automático pareció tomar el control y simplemente asentí despacio ante las primeras palabras las cuales, de nuevo por culpa de aquel sentimiento tan cercano a mi alma, ni siquiera fui capaz de escuchar con claridad.
-Yo-… Puedo ir, ehm.- Tragué un poco de saliva antes agitar mi cabeza levemente para encontrar las palabras que deseaba usar, en serio. ¿Qué demonios pasa contigo, Naoki? Con cierta torpeza no intencionada me levanté de mi postura sentada luego de que la contraria me empujara para alejarme de ella. Limpié tierra que no había en mi pantalón y finalmente solté un pequeño suspiro antes de devolver mi mirada a la fémina. Pero sólo el verla nuevamente fue suficiente para recordar la cercanía que había tenido con su rostro y el tacto en mis labios hace apen-… Ok, Wasserfall Leiter, deja de pensar en eso ahora mismo. -Iré por comida, pero tienes que acompañarme.- Le ofrecí una pequeña sonrisa antes de inclinarme hasta ella, ofreciéndole de paso mi imano para que pudiera levantarse. -Lo siento pero simplemente no confío en que no escapes una vez me tengas fuera de tu radar, tienes que acompañarme.- Y como si para probar mis palabras fuera, o tal vez sólo por el orgullo de no quedar como el único idiota alterado luego de un poco de cercanía y una pizca de contacto, tomé rápidamente ambas de sus manos con las propias antes de, un tirón, hacerla levantarse de su perezosa postura, teniendo claro cuidado de no lastimarla -Aunque dudara que ella fuera una chica frágil- pero usando la suficiente fuerza como para que se levantara lo quisiera o no. -Además no puedes confiarme las compras de comida a mi, ¿Verdad? Siempre te has quejado de la simpleza de mis platillos, quien sabe lo que conseguiría de comida rápida sin tu valiosa opinión.- Y aquí es donde usted, señor, agrega un juguetón guiño con uno de sus ojos para crear la ilusión de confianza y tranquilidad. Aunque interiormente mi corazón estuviera palpitando con una intensidad mayor por el sólo hecho de todavía no haber liberado sus manos de las mías.
Y, sin embargo, ante la respuesta a mi broma anterior sólo pude evocar una fingida mueca de dolor en mi rostro, aunque no me sintiera lastimado, pues la de cabellos violáceos ya me tenía acostumbrado a esa clase de frases cortantes. Por lo cual no dejé que mis ánimos decayeran y continué intentando llamar su atención mientras picaba sin piedad sus costillas con mi dedo índice, buscando que al menos se dignara a dirigirme una mirada. Pero, a pesar de que estaba buscando molestarla jamás me habría esperado su reacción. De un segundo a otro me encontré devolviendo la mirada a aquellos afilados ojos en una cercanía que me resultaba algo, ¿Incómoda? Mayormente por el hecho que yo no estaba de ninguna forma acostumbrado a la invasión de mi espacio personal…
… Pero aún así no pude ni siquiera reclamar, pues sentía el suave tacto de los dedos ajenos contra mis labios, contacto que me hizo sentir una extraña sensación en el pecho, una de pura ansiedad y nerviosismo, como si estuviera en medio de una maratón olímpica de grandes exigencias físicas. Como si me encontrara en medio de una reñida batalla en la que tan sólo pestañear podría resultar en un error fatal. Y fue esa sensación que ni siquiera me atreví a realizar dicha acción tan simple, limitándome solamente a mirar fijamente a mi compañera de piso mientras sentía una gota de sudor recorriendo mi mejilla y a mi corazón latir con más fuerza de lo habitual, ¿Qué rayos me pasaba? Mi modo automático pareció tomar el control y simplemente asentí despacio ante las primeras palabras las cuales, de nuevo por culpa de aquel sentimiento tan cercano a mi alma, ni siquiera fui capaz de escuchar con claridad.
-Yo-… Puedo ir, ehm.- Tragué un poco de saliva antes agitar mi cabeza levemente para encontrar las palabras que deseaba usar, en serio. ¿Qué demonios pasa contigo, Naoki? Con cierta torpeza no intencionada me levanté de mi postura sentada luego de que la contraria me empujara para alejarme de ella. Limpié tierra que no había en mi pantalón y finalmente solté un pequeño suspiro antes de devolver mi mirada a la fémina. Pero sólo el verla nuevamente fue suficiente para recordar la cercanía que había tenido con su rostro y el tacto en mis labios hace apen-… Ok, Wasserfall Leiter, deja de pensar en eso ahora mismo. -Iré por comida, pero tienes que acompañarme.- Le ofrecí una pequeña sonrisa antes de inclinarme hasta ella, ofreciéndole de paso mi imano para que pudiera levantarse. -Lo siento pero simplemente no confío en que no escapes una vez me tengas fuera de tu radar, tienes que acompañarme.- Y como si para probar mis palabras fuera, o tal vez sólo por el orgullo de no quedar como el único idiota alterado luego de un poco de cercanía y una pizca de contacto, tomé rápidamente ambas de sus manos con las propias antes de, un tirón, hacerla levantarse de su perezosa postura, teniendo claro cuidado de no lastimarla -Aunque dudara que ella fuera una chica frágil- pero usando la suficiente fuerza como para que se levantara lo quisiera o no. -Además no puedes confiarme las compras de comida a mi, ¿Verdad? Siempre te has quejado de la simpleza de mis platillos, quien sabe lo que conseguiría de comida rápida sin tu valiosa opinión.- Y aquí es donde usted, señor, agrega un juguetón guiño con uno de sus ojos para crear la ilusión de confianza y tranquilidad. Aunque interiormente mi corazón estuviera palpitando con una intensidad mayor por el sólo hecho de todavía no haber liberado sus manos de las mías.
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Wasserfall Leiter
Re: Still, you will see it as a flower [Privado Wasserfall] [Hanami]
Casi no prestó atención al efecto de sus acciones, más que nada porque no pudo verlo, e igual era mejor así pues ella no tardó en sufrir algo parecido. A pesar de haber hecho como si nada, podía sentir su corazón latiendo con más rapidez de lo que era normal, también sentía algo de calor pero decidió ir por lo seguro y fingir, en un intento además de convencerse a sí misma, que era culpa del clima un poco caluroso de por sí. Sacudió las orejas en un intento por despejarse y a la vez no ser particularmente obvia, repitió la acción unas cuantas veces solo para rendirse al cabo de unos pocos intentos cuando comprobó que no iba a funcionar para nada.
Aunque al oír que no iba a tener la oportunidad de seguir durmiendo(Suponiendo que no se hartaba de esperarlo y se iba a la casa nuevamente) se olvidó de todo para esbozar una mueca de disgusto, ofreciendo nula resistencia(aunque sin colaborar tampoco) cuando la obligó a levantarse. A pesar de hacer gala de una fuerza un poco sorpresiva al principio, no era muy pesada por lo que levantarla solo de los brazos era un trabajo sencillo cuanto menos. Como si así pudiera lograr algo como por ejemplo disminuir la insistencia del pelinegro, se quedó con el cuerpo suelto de modo que si le soltaba las manos caería de espaldas al suelo. Finalmente resopló y se acomodó para apoyarse en sus piernas y finalmente levantarse, luego sacudió la cabeza para quitarse los pedacitos de pasto que se le habían pegado tras su estadía en el suelo.
—Casi que podría ir de buena gana con tal de no averiguarlo.
Tardó unos pocos segundos en reparar que en ningún momento le había soltado las manos, más bien ninguno de los dos lo hizo, y otros más en procesar la situación antes de desviar rápidamente la mirada a otro lado y soltar sus manos de las ajenas, y, casi como una excusa, usarlas para quitarse el resto de pasto que le había quedado en la ropa.
—B-Bueno, ¿Vamos o no?
Esperó que al estar mirando hacia otro lado no se le notara mucho la vergüenza que de golpe le había entrado. Comenzó a caminar, tratando de despejar un poco la cabeza para variar. “¿Te parece momento, idiota?” se dijo a sí misma, pero su mismo intento de despejarse y reaccionar causó que se distraiga demasiado del mundo real y chocara con una mujer, que estuvo a punto de disculparse pero cambió rápidamente de opinión al ver el rostro de pocos amigos de Tsuki. Eso le recordó a otra situación que de hecho no había tenido mucho antes, y se le cruzó una idea por la cabeza que instantáneamente la hizo pensar “No”, pues normalmente sería lo primero que diría ante tal acción, pero por cuestiones que no sabía decir, se lo replanteó un poco maś. Miró a un lado, mordiéndose apenas el labio, como si el debate fuera un esfuerzo mayor del que podría parecer en un principio. Finalmente se decidió y, despacio y 'disimuladamente', acercó su mano para tomar la de su compañero, sintiendo un escalofrío que le recorrió desde el cuello hasta la punta de la cola apenas hizo contacto, aún así acomodó un poco la mano con la de él. Podía sentir como el corazón le latía más fuerte de lo normal pero decidió ignorarlo, de momento.
Lo primero que se le vino a la cabeza fue excusarse, por supuesto; decir que era para evitar perder el uno al otro como casi había sucedido cuando apenas llegaron, o alguna excusa barata del estilo. Pero enseguida se dijo que no, que era inútil, a esas alturas del partido ya había perdido suficiente dignidad como para embarrarla aún más agregando palabras que nadie había pedido oír, y es que, a juzgar por como de nervios se sentía, no estaba segura de poder decir algo en condiciones sin ponerse aún más en ridículo. “Actua normal, que no es tan difícil” se recordó, apartando la mirada todo lo que se podía permitir, esperando en silencio que el contrario no tuviese la ocurrencia de abrir la boca.
Aunque al oír que no iba a tener la oportunidad de seguir durmiendo(Suponiendo que no se hartaba de esperarlo y se iba a la casa nuevamente) se olvidó de todo para esbozar una mueca de disgusto, ofreciendo nula resistencia(aunque sin colaborar tampoco) cuando la obligó a levantarse. A pesar de hacer gala de una fuerza un poco sorpresiva al principio, no era muy pesada por lo que levantarla solo de los brazos era un trabajo sencillo cuanto menos. Como si así pudiera lograr algo como por ejemplo disminuir la insistencia del pelinegro, se quedó con el cuerpo suelto de modo que si le soltaba las manos caería de espaldas al suelo. Finalmente resopló y se acomodó para apoyarse en sus piernas y finalmente levantarse, luego sacudió la cabeza para quitarse los pedacitos de pasto que se le habían pegado tras su estadía en el suelo.
—Casi que podría ir de buena gana con tal de no averiguarlo.
Tardó unos pocos segundos en reparar que en ningún momento le había soltado las manos, más bien ninguno de los dos lo hizo, y otros más en procesar la situación antes de desviar rápidamente la mirada a otro lado y soltar sus manos de las ajenas, y, casi como una excusa, usarlas para quitarse el resto de pasto que le había quedado en la ropa.
—B-Bueno, ¿Vamos o no?
Esperó que al estar mirando hacia otro lado no se le notara mucho la vergüenza que de golpe le había entrado. Comenzó a caminar, tratando de despejar un poco la cabeza para variar. “¿Te parece momento, idiota?” se dijo a sí misma, pero su mismo intento de despejarse y reaccionar causó que se distraiga demasiado del mundo real y chocara con una mujer, que estuvo a punto de disculparse pero cambió rápidamente de opinión al ver el rostro de pocos amigos de Tsuki. Eso le recordó a otra situación que de hecho no había tenido mucho antes, y se le cruzó una idea por la cabeza que instantáneamente la hizo pensar “No”, pues normalmente sería lo primero que diría ante tal acción, pero por cuestiones que no sabía decir, se lo replanteó un poco maś. Miró a un lado, mordiéndose apenas el labio, como si el debate fuera un esfuerzo mayor del que podría parecer en un principio. Finalmente se decidió y, despacio y 'disimuladamente', acercó su mano para tomar la de su compañero, sintiendo un escalofrío que le recorrió desde el cuello hasta la punta de la cola apenas hizo contacto, aún así acomodó un poco la mano con la de él. Podía sentir como el corazón le latía más fuerte de lo normal pero decidió ignorarlo, de momento.
Lo primero que se le vino a la cabeza fue excusarse, por supuesto; decir que era para evitar perder el uno al otro como casi había sucedido cuando apenas llegaron, o alguna excusa barata del estilo. Pero enseguida se dijo que no, que era inútil, a esas alturas del partido ya había perdido suficiente dignidad como para embarrarla aún más agregando palabras que nadie había pedido oír, y es que, a juzgar por como de nervios se sentía, no estaba segura de poder decir algo en condiciones sin ponerse aún más en ridículo. “Actua normal, que no es tan difícil” se recordó, apartando la mirada todo lo que se podía permitir, esperando en silencio que el contrario no tuviese la ocurrencia de abrir la boca.
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Tsuki
Re: Still, you will see it as a flower [Privado Wasserfall] [Hanami]
-¿Una hamburguesa, tal vez? Eso es lo que habría traído.- Bromeó ante el primer comentario de la de cabellos violáceos, tan sólo para ver su reacción. Aunque una vez sentí el calor de las manos ajenas abandonar las mías, parpadeé un tanto confundido, pero bueno, ya había conseguido mi objetivo de que se levantara, ¿Por qué tendría que seguir sosteniendo sus manos? Asentí despacio a su pregunta, aunque mis ojos notaron como desde hacía unos momentos la contraria parecía haber estado esquivando mi mirada. Hm, tal vez cosa mía.
Sin más comencé a caminar nuevamente hacia el patio de comidas, una de las zonas más ajetreadas del parque. Y a pesar de seguir avanzando no perdía pista de mi compañera de piso, mirándole de reojo sólo para que no nos separáramos entre tanto gentío. Aquello era algo difícil, pues debía seguir prestando atención a por donde yo mismo caminaba, pero aún así no me atrevía a tentar a mi suerte y volver a cometer la osada acción de tomar su mano de nuevo. Por alguna razón el pensamiento de hacerlo ahora me traía mayor nerviosismo y ansiedad que antes, así que-… -Oh.- Habría saltado de la sorpresa, de no ser por lo ridículo que habría sido eso, cuando sentí aquella calidez nuevamente invadir una de mis manos, llevé mis ojos a aquella zona y en efecto esta vez era la misma Tsuki la que había buscado aquella acción. No debería ser extraño para mi considerando la cantidad de gente que había, pero aún así, aquel molesto nerviosismo volvió a invadir mi cuerpo. Más, como el hombre que debía ser, tragué aquellos sentimientos y, luego de tomar una bocanada de aire, apreté el agarre con la mano ajena para no soltarla y que no fuera sólo ella la que buscara el contacto.
De todas formas sabía como era ella, no por nada habíamos convivido tanto tiempo juntos, y por ello con el simple hecho de sostener su mano podía darme cuenta que aquello resultaba como mínimo algo incómodo para ella, o bueno, tal vez sólo algo demasiado nuevo a lo que no estaría acostumbrada, así que volteando mi rostro hasta ella le ofrecí una pequeña sonrisa para darle a entender que no había nada malo con ello. Aún cuando mi corazón estuviera latiendo más rápido y con más fuerza de lo habitual, ¿Acaso aquel era el efecto del Hanami? ¿Las hormonas comenzaban a despertar como era de notar en tantas parejitas que nos rodeaban? Solté un pequeño suspiro sin querer pensarlo más de la cuenta. -Entonces, ¿qué te gustaría de comer?- Pregunté casualmente mientras mis ojos ahora comenzaban a recorrer los letreros de los varios carteles que anunciaban las comidas de aquellos puestos. -Ugh…- Un pequeño quejido salió de mis labios cuando mi hombro fue a chocar como por tercera vez contra otra persona, pues a pesar de que la llevaba de la mano, aún así procuraba mantener un poco la distancia para no invadir su espacio personal.
-¿Y qué te parece el gran Hanami, Tsu?- Miré entre curioso y divertido a mi compañera mientras pagaba por la comida que había elegido, tendiéndole luego su propia porción antes de tomar la mía. Había soltado su mano para poder sacar la billetera de mi pantalón y, ahora, mi mente comenzaba a volverse un caos de nuevo. ¿Tomar su mano para regresar? ¿Esperar a que ella lo hiciera? ¡No idiota, tal vez ya no hay tanta gente como para necesitar hacer eso! Pero es agradable hacerlo… Aquel último pensamiento me hizo sacudir un poco la cabeza para salir de aquel pequeño trance, volviendo a soltar un pequeño suspiro. Finalmente encaré para devolvernos a donde antes habíamos estado descansando y, mirando de reojo la mano libre de la de llamativos ojos, terminé por acercar la propia para tomarla con cierto cuidado y timidez. -¿V-volvemos?- Pregunté, un poco más nervioso de lo que quería, una sonrisa de lado apareciendo en mi rostro. Realmente no estaba acostumbrado a esta clase de cosas, pero si era con ella… No se sentía para nada mal.
Sin más comencé a caminar nuevamente hacia el patio de comidas, una de las zonas más ajetreadas del parque. Y a pesar de seguir avanzando no perdía pista de mi compañera de piso, mirándole de reojo sólo para que no nos separáramos entre tanto gentío. Aquello era algo difícil, pues debía seguir prestando atención a por donde yo mismo caminaba, pero aún así no me atrevía a tentar a mi suerte y volver a cometer la osada acción de tomar su mano de nuevo. Por alguna razón el pensamiento de hacerlo ahora me traía mayor nerviosismo y ansiedad que antes, así que-… -Oh.- Habría saltado de la sorpresa, de no ser por lo ridículo que habría sido eso, cuando sentí aquella calidez nuevamente invadir una de mis manos, llevé mis ojos a aquella zona y en efecto esta vez era la misma Tsuki la que había buscado aquella acción. No debería ser extraño para mi considerando la cantidad de gente que había, pero aún así, aquel molesto nerviosismo volvió a invadir mi cuerpo. Más, como el hombre que debía ser, tragué aquellos sentimientos y, luego de tomar una bocanada de aire, apreté el agarre con la mano ajena para no soltarla y que no fuera sólo ella la que buscara el contacto.
De todas formas sabía como era ella, no por nada habíamos convivido tanto tiempo juntos, y por ello con el simple hecho de sostener su mano podía darme cuenta que aquello resultaba como mínimo algo incómodo para ella, o bueno, tal vez sólo algo demasiado nuevo a lo que no estaría acostumbrada, así que volteando mi rostro hasta ella le ofrecí una pequeña sonrisa para darle a entender que no había nada malo con ello. Aún cuando mi corazón estuviera latiendo más rápido y con más fuerza de lo habitual, ¿Acaso aquel era el efecto del Hanami? ¿Las hormonas comenzaban a despertar como era de notar en tantas parejitas que nos rodeaban? Solté un pequeño suspiro sin querer pensarlo más de la cuenta. -Entonces, ¿qué te gustaría de comer?- Pregunté casualmente mientras mis ojos ahora comenzaban a recorrer los letreros de los varios carteles que anunciaban las comidas de aquellos puestos. -Ugh…- Un pequeño quejido salió de mis labios cuando mi hombro fue a chocar como por tercera vez contra otra persona, pues a pesar de que la llevaba de la mano, aún así procuraba mantener un poco la distancia para no invadir su espacio personal.
-¿Y qué te parece el gran Hanami, Tsu?- Miré entre curioso y divertido a mi compañera mientras pagaba por la comida que había elegido, tendiéndole luego su propia porción antes de tomar la mía. Había soltado su mano para poder sacar la billetera de mi pantalón y, ahora, mi mente comenzaba a volverse un caos de nuevo. ¿Tomar su mano para regresar? ¿Esperar a que ella lo hiciera? ¡No idiota, tal vez ya no hay tanta gente como para necesitar hacer eso! Pero es agradable hacerlo… Aquel último pensamiento me hizo sacudir un poco la cabeza para salir de aquel pequeño trance, volviendo a soltar un pequeño suspiro. Finalmente encaré para devolvernos a donde antes habíamos estado descansando y, mirando de reojo la mano libre de la de llamativos ojos, terminé por acercar la propia para tomarla con cierto cuidado y timidez. -¿V-volvemos?- Pregunté, un poco más nervioso de lo que quería, una sonrisa de lado apareciendo en mi rostro. Realmente no estaba acostumbrado a esta clase de cosas, pero si era con ella… No se sentía para nada mal.
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