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Junk of the Heart [Priv. Aria]
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Junk of the Heart [Priv. Aria]
Suspiro por segunda vez en el día, había llegado veinte o treinta minutos antes y se sentía nervioso, se había acostumbrado a ver a Aria casi todos los días desde el momento en que se hubieran conocido, conocerla poco a poco, pero aún estaba ese sentimiento que ahora podría describir sin problema y que se sorprendía por tener. ¿Quién diría que un montón de estudiantes lo notarían antes que él, mucho antes de que si quiera él se imaginara lo que sentiría en algún momento por ella? Trago con fuerza y se recargo en el respaldo de la banca donde ahora se encontraba sentado, lo cierto es que había comenzado a tomar gusto por los días como aquel, donde las nubes grises que amenazaban con llover. Y aunque al mismo tiempo no eran sus favoritos debido a que amenazaban con terminar sus encuentros con la peliblanca antes.
Miro hacia todos lados y saco su teléfono donde observo una foto que tenia de ella, se la había tomado sin que lo notara ya que solía ponerse un poco nerviosa cuando él lo sugería, desde hacía un tiempo tenía una opinión muy clara de su carácter, amable, graciosa, a veces un poco torpe, pero completamente pura. Y hacía mucho tiempo, casi desde el mes de conocerla, que la consideraba su mejor amiga, era con quien más tiempo pasaba desde que se conocían y sin lugar a dudas esto no le molestaba para nada al pelinegro, pero no podía decir lo mismo de ella, porque a pesar de todo la timidez de la chica no le permitía conocer del todo sus sentimientos, lo que hacía que el mismo contuviera los suyos, porque tenía claro hacia un tiempo, que el sentía mucho más que amistad hacia ella.
-Creo que llegue demasiado pronto. –soltó mirando al cielo. Metió las manos en su abrigo azul que llegaba más debajo de sus rodillas, tenía como siempre los visores puestos de lado sobre su frente y mantenía las piernas cruzadas. Había llegado demasiado impaciente, a pesar de que le había dicho a Aria que se vieran aquel día, para Izaak era en definitiva diferente a como otras ocasiones, lo había pensado durante algunos días, pero no se atrevía a llamarle pidiendo una “cita” no estaba seguro de su decisión, decirle lo que de verdad sentía podría destruir su amistad, y la verdad es que le gustaban las cosas como estaban ahora, no había nada mejor que lo que tenían.
Se puso de pie de inmediato y comenzó a caminar de un lado a otro sin alejarse demasiado del punto que habían marcado para su encuentro. Suspiro nuevamente y se imaginó comiendo una dona, se había vuelto adicto a estos dulces por culpa de ella, porque parecía ser lo único que comía todo el tiempo, era lo que comían cada vez que se veían y no había ninguna salida completa si no iban al final o al inicio por una de ellas, lo que le causaba cierta gracia al chico pelinegro que anterior mente no había sido alguien que gustara mucho de los dulces o caramelos, pero ahora no había momento en que no se lo pasara comiendo donas, inclusive en su apartamento tenía una caja de donas para desayunar. Negó con el rostro y después sonrió. No podía pasar más de diez minutos sin pensar en ella, a veces incluso mientras pensaba en su hermano ella llegaba a su mente.
Miro hacia el frente, sus ojos se posaron en el reloj, eran quince minutos antes de la hora pactada. Volvió a sentarse en el banco y meter las manos a los bolsillos de su chaqueta, las personas comenzaban a pasar frente a él mirando el cielo y comentando el clima que se aproximaba, porque era obvio que en poco tiempo comenzaría a llover, pero Izaak ya no tenía problema con ello, de echo estaba preparado para cualquier cosa que pudiera ocurrir. Sonrió y cerró los ojos, el día que la había conocido recordaba que fue bajo circunstancias similares.
Miro hacia todos lados y saco su teléfono donde observo una foto que tenia de ella, se la había tomado sin que lo notara ya que solía ponerse un poco nerviosa cuando él lo sugería, desde hacía un tiempo tenía una opinión muy clara de su carácter, amable, graciosa, a veces un poco torpe, pero completamente pura. Y hacía mucho tiempo, casi desde el mes de conocerla, que la consideraba su mejor amiga, era con quien más tiempo pasaba desde que se conocían y sin lugar a dudas esto no le molestaba para nada al pelinegro, pero no podía decir lo mismo de ella, porque a pesar de todo la timidez de la chica no le permitía conocer del todo sus sentimientos, lo que hacía que el mismo contuviera los suyos, porque tenía claro hacia un tiempo, que el sentía mucho más que amistad hacia ella.
-Creo que llegue demasiado pronto. –soltó mirando al cielo. Metió las manos en su abrigo azul que llegaba más debajo de sus rodillas, tenía como siempre los visores puestos de lado sobre su frente y mantenía las piernas cruzadas. Había llegado demasiado impaciente, a pesar de que le había dicho a Aria que se vieran aquel día, para Izaak era en definitiva diferente a como otras ocasiones, lo había pensado durante algunos días, pero no se atrevía a llamarle pidiendo una “cita” no estaba seguro de su decisión, decirle lo que de verdad sentía podría destruir su amistad, y la verdad es que le gustaban las cosas como estaban ahora, no había nada mejor que lo que tenían.
Se puso de pie de inmediato y comenzó a caminar de un lado a otro sin alejarse demasiado del punto que habían marcado para su encuentro. Suspiro nuevamente y se imaginó comiendo una dona, se había vuelto adicto a estos dulces por culpa de ella, porque parecía ser lo único que comía todo el tiempo, era lo que comían cada vez que se veían y no había ninguna salida completa si no iban al final o al inicio por una de ellas, lo que le causaba cierta gracia al chico pelinegro que anterior mente no había sido alguien que gustara mucho de los dulces o caramelos, pero ahora no había momento en que no se lo pasara comiendo donas, inclusive en su apartamento tenía una caja de donas para desayunar. Negó con el rostro y después sonrió. No podía pasar más de diez minutos sin pensar en ella, a veces incluso mientras pensaba en su hermano ella llegaba a su mente.
Miro hacia el frente, sus ojos se posaron en el reloj, eran quince minutos antes de la hora pactada. Volvió a sentarse en el banco y meter las manos a los bolsillos de su chaqueta, las personas comenzaban a pasar frente a él mirando el cielo y comentando el clima que se aproximaba, porque era obvio que en poco tiempo comenzaría a llover, pero Izaak ya no tenía problema con ello, de echo estaba preparado para cualquier cosa que pudiera ocurrir. Sonrió y cerró los ojos, el día que la había conocido recordaba que fue bajo circunstancias similares.
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Izaak Doors
Re: Junk of the Heart [Priv. Aria]
Alce la mirada hacia el cielo que se encontraba completamente cubierto por una gruesa y extensa capa de nueves. Amaba los días nublados, más aún los días en donde parecía que en cualquier momento la lluvia haría aparición. Es por ello que no pude evitar dibujar una alegre sonrisa en mi rostro al corroborar el estado actual del clima. O así fue hasta que recordé que iba en camino a reunirme con Izaak. Por algún extraño motivo la lluvia perdía en cierta forma su encanto cuando me reunía con aquel pelinegro. ¿La razón? Lo había descubierto solo hace unos días atrás, y era simplemente que cuando estaba con él, el tiempo pasaba considerablemente más rápido de lo habitual, y la lluvia solo acortaba más dicho tiempo.
Desde nuestro primer encuentro, habíamos tomado la costumbre de reunirnos con cierta frecuencia, por no decir casi a diario. En un primero momento he de confesar no creí del todo en sus palabras, sobre todo en la advertencia de que me llamaría tanto hasta conseguir que la señora de la residencia de hartara de él ¡Pero! Lo logro, llegando al punto en que cada vez que llama la mujer no se molesta ni en coger el teléfono, simplemente me lo extendía en silencio con una expresión que me deja entrever su aburrimiento, para luego, al terminar, decirme algo como “¿No crees que ya es momento de conseguir un móvil propio?”.
Una nueva sonrisa se dibujó en mi rostro al recordar este pequeño suceso. Si, definitivamente desde que había conocido al pelinegro todo se había vuelto más divertido. Era extraño, si en este instante me preguntaran por quién es mi mejor amigo no dudaría ni un segundo en responder que se trataba de aquel extraño técnico.
Nunca he tenido muchos amigos, a decir verdad, antes de conocer al técnico solo había mantenido relaciones cordiales con las personas, pero no específicamente algo que se podía llamar como tal “Amistad”. Poder contar con alguien y que escuchara cada estupidez que dijera y tener la confianza de que seguiría ahí era algo totalmente nuevo. Estaba agradecida, ¡Más que eso! Gracias a él también ahora podía ir a misiones y tener un presupuesto lo suficientemente aceptable para permitirme pagar las cuentas y comprar una caja de donas a la semana.
<< ¡Tengo que buscar la forma de agradecérselo algún día! >> Resolví con alegría mientras me seguía moviendo por las transitadas calles aunque luego descubrí que el verdadero problema era ¿Cómo hacerlo?.
Cuando mi vista se fijó en uno de los relojes que poseía la cuidad y corroboré que aún quedan 15 minutos para nuestro encuentro, supe que debía apresurarme. El chico tenía la extraña costumbre de siempre llegar antes del tiempo acordado ¡Siempre! Había intentado adelantarme para sorprenderlo en numerosas ocasiones, pero siempre fallaba y solo me ganaba un “Oh, llegas temprano” como si él no hubiera sido el del problema.
Apresure el paso hasta llegar finalmente a nuestro punto de encuentro de esta ocasión. Y para no alterar el orden natural de las cosas, él había llegado primero.
Solté un resignado suspiro al fijar mi vista en su espalda, la que, se encontraba recargada en el respaldo de la banca. Una vez más había fallado.
<< No te desanimes Aria, algún día llegaras antes y será tu turno de decir “Llegas temprano” >> Pensé intentando ser positiva.
Tenía la intención de acercarme de una vez y rápidamente para poder reunirme lo más pronto posible con mi compañero de equipo, pero al ver la silueta de su perfil mi corazón pareció detenerse por un segundo. Llevé una de mis manos a la zona donde anatómicamente debía estar dicho órgano algo desconcertada ¿Qué estaba mal con él? ¿Por qué tenía que actuar de aquella forma? Realmente me estaba cuestionando el hecho de estar verdaderamente enferma.
Sacudí mi cabeza intentando alejar aquella extraña sensación. << Concéntrate Aria, debes encontrar una forma de acercarte y sorprender…¡Ya se! >> Una idea poco creativa atravesó mi mente, pero era lo suficientemente convincente para intentar llevarla a cabo, provocando que una sonrisa traviesa se dibujara en mi rostro.
Acercándome por su espalda, con todo el sigilo que mis meses de ladrona me otorgaron en la niñez, estiré mis brazos haciendo que pasaran por los costados de su cuello hasta que mis manos lograron cubrir por completo los ojos del chico privándolo de esta forma de su amada vista. Me acerque un poco más hasta que mi boca quedo cercana de su oído. Intenté aclarar mi voz para utilizar un tono diferente al usual, tratando se sonar más bien como un delincuente.
—Esto es un asalto, a no ser que traigas donas contigo debes entregar todo y luego seguirme para vender tu cuerpo al mercado negro… ¿Por qué te preguntaras? Fácil… llegaste antes— Susurre sin liberar sus ojos, dando de esta forma inicio una vez más a un nuevo fugaz encuentro.
Desde nuestro primer encuentro, habíamos tomado la costumbre de reunirnos con cierta frecuencia, por no decir casi a diario. En un primero momento he de confesar no creí del todo en sus palabras, sobre todo en la advertencia de que me llamaría tanto hasta conseguir que la señora de la residencia de hartara de él ¡Pero! Lo logro, llegando al punto en que cada vez que llama la mujer no se molesta ni en coger el teléfono, simplemente me lo extendía en silencio con una expresión que me deja entrever su aburrimiento, para luego, al terminar, decirme algo como “¿No crees que ya es momento de conseguir un móvil propio?”.
Una nueva sonrisa se dibujó en mi rostro al recordar este pequeño suceso. Si, definitivamente desde que había conocido al pelinegro todo se había vuelto más divertido. Era extraño, si en este instante me preguntaran por quién es mi mejor amigo no dudaría ni un segundo en responder que se trataba de aquel extraño técnico.
Nunca he tenido muchos amigos, a decir verdad, antes de conocer al técnico solo había mantenido relaciones cordiales con las personas, pero no específicamente algo que se podía llamar como tal “Amistad”. Poder contar con alguien y que escuchara cada estupidez que dijera y tener la confianza de que seguiría ahí era algo totalmente nuevo. Estaba agradecida, ¡Más que eso! Gracias a él también ahora podía ir a misiones y tener un presupuesto lo suficientemente aceptable para permitirme pagar las cuentas y comprar una caja de donas a la semana.
<< ¡Tengo que buscar la forma de agradecérselo algún día! >> Resolví con alegría mientras me seguía moviendo por las transitadas calles aunque luego descubrí que el verdadero problema era ¿Cómo hacerlo?.
Cuando mi vista se fijó en uno de los relojes que poseía la cuidad y corroboré que aún quedan 15 minutos para nuestro encuentro, supe que debía apresurarme. El chico tenía la extraña costumbre de siempre llegar antes del tiempo acordado ¡Siempre! Había intentado adelantarme para sorprenderlo en numerosas ocasiones, pero siempre fallaba y solo me ganaba un “Oh, llegas temprano” como si él no hubiera sido el del problema.
Apresure el paso hasta llegar finalmente a nuestro punto de encuentro de esta ocasión. Y para no alterar el orden natural de las cosas, él había llegado primero.
Solté un resignado suspiro al fijar mi vista en su espalda, la que, se encontraba recargada en el respaldo de la banca. Una vez más había fallado.
<< No te desanimes Aria, algún día llegaras antes y será tu turno de decir “Llegas temprano” >> Pensé intentando ser positiva.
Tenía la intención de acercarme de una vez y rápidamente para poder reunirme lo más pronto posible con mi compañero de equipo, pero al ver la silueta de su perfil mi corazón pareció detenerse por un segundo. Llevé una de mis manos a la zona donde anatómicamente debía estar dicho órgano algo desconcertada ¿Qué estaba mal con él? ¿Por qué tenía que actuar de aquella forma? Realmente me estaba cuestionando el hecho de estar verdaderamente enferma.
Sacudí mi cabeza intentando alejar aquella extraña sensación. << Concéntrate Aria, debes encontrar una forma de acercarte y sorprender…¡Ya se! >> Una idea poco creativa atravesó mi mente, pero era lo suficientemente convincente para intentar llevarla a cabo, provocando que una sonrisa traviesa se dibujara en mi rostro.
Acercándome por su espalda, con todo el sigilo que mis meses de ladrona me otorgaron en la niñez, estiré mis brazos haciendo que pasaran por los costados de su cuello hasta que mis manos lograron cubrir por completo los ojos del chico privándolo de esta forma de su amada vista. Me acerque un poco más hasta que mi boca quedo cercana de su oído. Intenté aclarar mi voz para utilizar un tono diferente al usual, tratando se sonar más bien como un delincuente.
—Esto es un asalto, a no ser que traigas donas contigo debes entregar todo y luego seguirme para vender tu cuerpo al mercado negro… ¿Por qué te preguntaras? Fácil… llegaste antes— Susurre sin liberar sus ojos, dando de esta forma inicio una vez más a un nuevo fugaz encuentro.
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Aria Clownlay
Re: Junk of the Heart [Priv. Aria]
Observo nuevamente el reloj y después sonrió, seguramente Aria no tardaría mucho en llegar. Parecía que quería competir con él, pero Izaak siempre estaba demasiado ansioso por verla que terminaba llegando mucho antes. A estas alturas ella terminaría pensando que la acosaba e invernaba en los lugares donde quedaban para verla. Incluso a él le daría miedo pensar en una persona de esa manera.
Sintió como los brazos pasaban por detrás de él y cubría sus ojos por lo cual sonrió, un escalofrió recorrió su espalda erizando todos los vellos de su cuerpo cuando le susurro aquello al oído haciéndolo sentir un poco más ansioso, escucho sus palabras y dejo salir una suave carcajada tomando una de sus manos y dándose vuelta para verla a los ojos y entonces el escalofrió se intensifico, y sintió como si su corazón se detuviera por un momento y después comenzara a latir con mucha más fuerza al conectar su mirada con la de ella. Se puso de pie y salto por sobre la banca mirándola a un a los ojos y sonrió. –Señorita por favor no, al mercado negro no. La llevare por una dona en este momento si me deja vivir. –comento sonriendo y después pasando sus manos por los hombros de Aria para atraerla envolviéndola en un abrazo y enterrando el rostro en el cuello ajeno. Solo por un momento, solo por un momento quería poder tenerla en esa cercanía.
Al separarse le sonrió y le revolvió cariñosamente el cabello perdiéndose en aquellos orbes color azul que lo mantenían totalmente fuera de la realidad. ¿Algún día se iría ese efecto? Esperaba realmente que no. Sonrió para Aria y medito si tomarla de la mano, pero descarto la idea al momento colocándose a un lado de ella y rasando con el dorso de su mano la de ella. –No tengo muy claro el que haremos hoy. No tenemos ninguna misión y el día no se presta para entrenamientos. –comento mirando hacia el frente, no quería hacer nada de compañeros, quería hacer algo de amigos, algo que les permitiera hablar, y que le dejara mirarla.
Por shinigami, en qué momento se había vuelto tan dependiente de ella. La miro de reojo y después sonrió colocándose al frente y sonriendo. – ¿Qué me dices a una dona y después vamos a… -se llevó una mano a la nuca. – al cine? –pregunto mirándola un poco nervioso, a pesar de que salía todo el tiempo con ella, la llamaba todo el tiempo, y aun así no recordaba haberla invitado a lugares tan básicos como ese. –Aunque si quieres podemos hacer otras cosas. –comento volviendo a ponerse a los lados de ella dispuesto a retomar la caminante y esperando la respuesta de Aria. La verdad es que se sentía demasiado nervioso cuando se trataba de Aria, no importaba el tiempo que hubiera pasado aún se sentía como el primer día. Volvió a mirarla y sonrió al ver su rostro, no podía evitarlo, incluso el solo decir su nombre.
Sintió como los brazos pasaban por detrás de él y cubría sus ojos por lo cual sonrió, un escalofrió recorrió su espalda erizando todos los vellos de su cuerpo cuando le susurro aquello al oído haciéndolo sentir un poco más ansioso, escucho sus palabras y dejo salir una suave carcajada tomando una de sus manos y dándose vuelta para verla a los ojos y entonces el escalofrió se intensifico, y sintió como si su corazón se detuviera por un momento y después comenzara a latir con mucha más fuerza al conectar su mirada con la de ella. Se puso de pie y salto por sobre la banca mirándola a un a los ojos y sonrió. –Señorita por favor no, al mercado negro no. La llevare por una dona en este momento si me deja vivir. –comento sonriendo y después pasando sus manos por los hombros de Aria para atraerla envolviéndola en un abrazo y enterrando el rostro en el cuello ajeno. Solo por un momento, solo por un momento quería poder tenerla en esa cercanía.
Al separarse le sonrió y le revolvió cariñosamente el cabello perdiéndose en aquellos orbes color azul que lo mantenían totalmente fuera de la realidad. ¿Algún día se iría ese efecto? Esperaba realmente que no. Sonrió para Aria y medito si tomarla de la mano, pero descarto la idea al momento colocándose a un lado de ella y rasando con el dorso de su mano la de ella. –No tengo muy claro el que haremos hoy. No tenemos ninguna misión y el día no se presta para entrenamientos. –comento mirando hacia el frente, no quería hacer nada de compañeros, quería hacer algo de amigos, algo que les permitiera hablar, y que le dejara mirarla.
Por shinigami, en qué momento se había vuelto tan dependiente de ella. La miro de reojo y después sonrió colocándose al frente y sonriendo. – ¿Qué me dices a una dona y después vamos a… -se llevó una mano a la nuca. – al cine? –pregunto mirándola un poco nervioso, a pesar de que salía todo el tiempo con ella, la llamaba todo el tiempo, y aun así no recordaba haberla invitado a lugares tan básicos como ese. –Aunque si quieres podemos hacer otras cosas. –comento volviendo a ponerse a los lados de ella dispuesto a retomar la caminante y esperando la respuesta de Aria. La verdad es que se sentía demasiado nervioso cuando se trataba de Aria, no importaba el tiempo que hubiera pasado aún se sentía como el primer día. Volvió a mirarla y sonrió al ver su rostro, no podía evitarlo, incluso el solo decir su nombre.
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Izaak Doors
Re: Junk of the Heart [Priv. Aria]
La pequeña risa proveniente del chico me hizo entender que mi pequeña broma había tenido éxito. No se lo había creído, pero por lo menos lo divirtió y eso era lo importan ¿No?. Luego de esto sentí el roce de sus dedos sobre una de mis manos que aun se mantenía cubriendo sus ojos, para a continuación ver como se giraba en mi búsqueda. Mis ojos se encontraron más cerca de la azulina mirada del chico de lo que había tenido presupuestado y ante esto mi corazón pareció sufrir un nuevo ataque al igual que mi sistema respiratorio, el que parecía haber decidido dejar de funcionar por un segundo.
<< ¿Por qué tiene que pasar esto cuando estoy con él? ¿Qué está mal? ¡Oh oh! ¡Tal vez desarrolle algún tipo de alergia! Pero… ¡Yo no quiero tenerle alergia a Izaak! Debe haber una cura… sí... la próxima vez le preguntare a un médico o algo… >>
Mis delirantes pensamientos me desconcentraron unos cuantos segundos, tiempo suficiente para que el pelinegro lograra saltar por sobre la banca para posicionarse frente a mí. Mi miraba volvió a encontrarse con la suya, pero esta vez sí fui capaz de sonreír y decir algo atingente… bueno, dejemos en que logré decir algo con sentido.
—Ugh… Está bien, por el momento es trato hecho, pero no te aseguro que no cambie de opinión durante el día… quedas advertido— Bromee antes de sentir como era atrapada por los brazos del contrario. Si antes mi condición era mala, esta vez podría asegurar mi corazón se detuvo por un momento. Sentí como su cabeza se apoyaba en el espacio que quedaba entre mi cuello y hombros sin saber cómo reaccionar. Mi pulso pareció aumentar, o esa era la sensación que tenía al igual que podía sentir como mis mejillas comenzaba a arder. Estaba tan cerca que podía sentir su respiración sobre mi piel y el calor que emitía su cuerpo y su aroma y…
<< ¡Concentrare Aria! Esta debe ser una práctica habitual entre mejores amigos… ¡sí! ¡Debe ser eso! No hay necesidad de estar ansiosa solo por un simple abrazo… ¿Nerviosa? ¿Quién está nerviosa? Ahahaha… ya está, estoy al límite de que me internen por loca… sabía que la falta de relaciones interpersonales me pasaría la cuanta algún día >>
Volví a divagar sin darme cuenta que una de mis manos había subido hasta el cabello del chico para acariciarlo, perfecto, lo que me faltaba, ahora mi cuerpo se comenzaba a mandar solo.
—D-demasiado cerca…— Murmure con cierta dificultad, no estaba acostumbrada al contacto físico, es por ello que aquellos gestos era una verdadera batalla para mi subconsciente, exactamente como había sucedido hace solo unos segundos atrás.
Sentir como revolvían mis cabellos fue todo lo que necesite para salir de mis absurdos pensamientos. Alcé nuevamente la mirada para fijar mi vista una vez más en la del contrario. Era extraño, pero me había dado cuenta de que realmente me gustaban los ojos de Izaak. Debía ser eso, si no, no tenía como explicar todo el tiempo que parecía gastar en solo mantenerle la mirada.
Cuando el chico se posiciono a mi lado solo lo seguí con la vista esperando a escuchar los planes para el día. Últimamente nuestras actividades solo consistían en entrenar o ir a misiones, después de todo eso era lo que hacían los compañeros. “Compañeros” aquella palabra me causaba cierta alegría, a decir verdad, nunca imagine conseguir a nadie como para llamarlo de esa forma y ahora ahí estaba el, solo le tomo una tarde de entrenamiento obligado para que le dijera “si” a su oferta. Definitivamente eso solo podría lograrlo aquel pelinegro.
Para mi sorpresa el chico descarto mis dos primeras opciones, haciendo que mis ojos se abrieran con algo de sorpresa ¿Qué harían entonces? Lleve una de mis manos a mi mentón pensativa y luego alce mi mirara para ver el cielo, el que parecía entrever que dejaría caer la lluvia en cualquier momento.
—Tienes razón… no parece haber un buen clima como para entrenar…—Murmure antes de ver que el chico volvía a colocarse frente a mí. ¿Donas? ¿cine? escuchar su propuesta me hizo sonreír con cierta alegría.
Entonces, una idea -Brillante según yo- atravesó mi mente provocando que soltara una pequeña exclamación, definitivamente debía aprovechar este día al máximo ¡No había tiempo que perder!.
—¡Izaak tengo una idea!— Pronuncie con cierta emoción acercándome un poco más a él — Como forma de agradecerte por todo lo que has hecho por mi hoy te acompañaré a todo lo que quieras hacer ¡Todo! ¡Y como tu mejor autoproclamada mejor amiga te prohíbo decir que no! ¡Puedo ser como tu copiloto hoy! —Dije con entusiasmo aferrándome a su brazo para comenzar a jalar un poco de él dando de esta forma inicio a nuestro recorrido juntos.
—Entonces… donas y luego cine… ¿Qué película quieres ver? —Pregunte con curiosidad sin soltarlo intentando recordar la cartelera actual, rayos… si tan solo la hubiera visto antes de salir en la mañana —Por ti vería hasta esos dramas amoroso súper románticos— Dije sintiendo un escalofríos recorrer mi espalda. Aun no lograba entender como a la gente le gustaba sufrir viendo aquellas peleas de pareja... extraño —Por otro lado… si quieres ver una película de terror digo yo… no es que me gusten ni nada, pero me parecen una buena opción, consideralo — Dije intentando no intentando persuadirlo de elegir ese género ¿Qué? hacer todo lo que él quisiera no significaba que no podía hacer sugerencias ¿Verdad? Además hace mucho que no iba al cine e.... imaginar a Izaak asustado me causaba cierta ternura, tal vez podría estar par él y decirle algo como "tranquilo, no pasa nada, es solo una película"... Si... eso si parecía un buen plan.
—Entonces… ¿Qué dices? — Le pregunte haciendo la primera parada del día frente a la tienda de donas habitual. — ¿Hay algo más que desees hacer hoy? ¡No te contengas! nuestro único limite es el dinero... mientras no sean solo lugares pagados todo bien—Cuestione con curiosidad girándome en su dirección para ver su rostro, si, definitivamente hoy le haría pasar un buen día… o por lo menos eso intentaría.
<< ¿Por qué tiene que pasar esto cuando estoy con él? ¿Qué está mal? ¡Oh oh! ¡Tal vez desarrolle algún tipo de alergia! Pero… ¡Yo no quiero tenerle alergia a Izaak! Debe haber una cura… sí... la próxima vez le preguntare a un médico o algo… >>
Mis delirantes pensamientos me desconcentraron unos cuantos segundos, tiempo suficiente para que el pelinegro lograra saltar por sobre la banca para posicionarse frente a mí. Mi miraba volvió a encontrarse con la suya, pero esta vez sí fui capaz de sonreír y decir algo atingente… bueno, dejemos en que logré decir algo con sentido.
—Ugh… Está bien, por el momento es trato hecho, pero no te aseguro que no cambie de opinión durante el día… quedas advertido— Bromee antes de sentir como era atrapada por los brazos del contrario. Si antes mi condición era mala, esta vez podría asegurar mi corazón se detuvo por un momento. Sentí como su cabeza se apoyaba en el espacio que quedaba entre mi cuello y hombros sin saber cómo reaccionar. Mi pulso pareció aumentar, o esa era la sensación que tenía al igual que podía sentir como mis mejillas comenzaba a arder. Estaba tan cerca que podía sentir su respiración sobre mi piel y el calor que emitía su cuerpo y su aroma y…
<< ¡Concentrare Aria! Esta debe ser una práctica habitual entre mejores amigos… ¡sí! ¡Debe ser eso! No hay necesidad de estar ansiosa solo por un simple abrazo… ¿Nerviosa? ¿Quién está nerviosa? Ahahaha… ya está, estoy al límite de que me internen por loca… sabía que la falta de relaciones interpersonales me pasaría la cuanta algún día >>
Volví a divagar sin darme cuenta que una de mis manos había subido hasta el cabello del chico para acariciarlo, perfecto, lo que me faltaba, ahora mi cuerpo se comenzaba a mandar solo.
—D-demasiado cerca…— Murmure con cierta dificultad, no estaba acostumbrada al contacto físico, es por ello que aquellos gestos era una verdadera batalla para mi subconsciente, exactamente como había sucedido hace solo unos segundos atrás.
Sentir como revolvían mis cabellos fue todo lo que necesite para salir de mis absurdos pensamientos. Alcé nuevamente la mirada para fijar mi vista una vez más en la del contrario. Era extraño, pero me había dado cuenta de que realmente me gustaban los ojos de Izaak. Debía ser eso, si no, no tenía como explicar todo el tiempo que parecía gastar en solo mantenerle la mirada.
Cuando el chico se posiciono a mi lado solo lo seguí con la vista esperando a escuchar los planes para el día. Últimamente nuestras actividades solo consistían en entrenar o ir a misiones, después de todo eso era lo que hacían los compañeros. “Compañeros” aquella palabra me causaba cierta alegría, a decir verdad, nunca imagine conseguir a nadie como para llamarlo de esa forma y ahora ahí estaba el, solo le tomo una tarde de entrenamiento obligado para que le dijera “si” a su oferta. Definitivamente eso solo podría lograrlo aquel pelinegro.
Para mi sorpresa el chico descarto mis dos primeras opciones, haciendo que mis ojos se abrieran con algo de sorpresa ¿Qué harían entonces? Lleve una de mis manos a mi mentón pensativa y luego alce mi mirara para ver el cielo, el que parecía entrever que dejaría caer la lluvia en cualquier momento.
—Tienes razón… no parece haber un buen clima como para entrenar…—Murmure antes de ver que el chico volvía a colocarse frente a mí. ¿Donas? ¿cine? escuchar su propuesta me hizo sonreír con cierta alegría.
Entonces, una idea -Brillante según yo- atravesó mi mente provocando que soltara una pequeña exclamación, definitivamente debía aprovechar este día al máximo ¡No había tiempo que perder!.
<< ¡Este es mi momento para agradecerle!>>
—¡Izaak tengo una idea!— Pronuncie con cierta emoción acercándome un poco más a él — Como forma de agradecerte por todo lo que has hecho por mi hoy te acompañaré a todo lo que quieras hacer ¡Todo! ¡Y como tu mejor autoproclamada mejor amiga te prohíbo decir que no! ¡Puedo ser como tu copiloto hoy! —Dije con entusiasmo aferrándome a su brazo para comenzar a jalar un poco de él dando de esta forma inicio a nuestro recorrido juntos.
—Entonces… donas y luego cine… ¿Qué película quieres ver? —Pregunte con curiosidad sin soltarlo intentando recordar la cartelera actual, rayos… si tan solo la hubiera visto antes de salir en la mañana —Por ti vería hasta esos dramas amoroso súper románticos— Dije sintiendo un escalofríos recorrer mi espalda. Aun no lograba entender como a la gente le gustaba sufrir viendo aquellas peleas de pareja... extraño —Por otro lado… si quieres ver una película de terror digo yo… no es que me gusten ni nada, pero me parecen una buena opción, consideralo — Dije intentando no intentando persuadirlo de elegir ese género ¿Qué? hacer todo lo que él quisiera no significaba que no podía hacer sugerencias ¿Verdad? Además hace mucho que no iba al cine e.... imaginar a Izaak asustado me causaba cierta ternura, tal vez podría estar par él y decirle algo como "tranquilo, no pasa nada, es solo una película"... Si... eso si parecía un buen plan.
—Entonces… ¿Qué dices? — Le pregunte haciendo la primera parada del día frente a la tienda de donas habitual. — ¿Hay algo más que desees hacer hoy? ¡No te contengas! nuestro único limite es el dinero... mientras no sean solo lugares pagados todo bien—Cuestione con curiosidad girándome en su dirección para ver su rostro, si, definitivamente hoy le haría pasar un buen día… o por lo menos eso intentaría.
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Aria Clownlay
Re: Junk of the Heart [Priv. Aria]
Sonrió al escuchar las palaras de Aria, pero la verdad es que el seria más feliz haciendo lo que le gustase a ella, a diferencia de Izaak quien había vivido más o menos bien, disfrutando de cosas vánales, Aria no había tenido mucha oportunidad por lo que le había contado a Izaak. Era por ello que aquel día hubiera querido llevarla a donde más le gustase, pero la verdad es que no podían dejar demasiado tiempo el shibusen y no estaba seguro de que un viaje para hacer turismo fuera la mejor de todas las ideas, después de todo si pasaban la mayor parte de su tiempo juntos, pero aquello sería demasiado para la chica quien era especialmente tímida a veces ¿No?
Pues no planeaba decir que no. –comento sonriendo. –Qué bueno que te ofreces voluntaria, tengo intención de que vayamos todo el día a la biblioteca a leer acerca de la fotosíntesis. –comento sonriendo animado y tomándola de la mano para arrastrarla pero deteniéndose al momento y mirándola sonriendo. –Es broma. –dijo finalmente con su mejor cara de niño bueno que no le compraría ninguna abuela en el mundo, de eso estaba seguro. Levanto la mano libre llevándola a su mentón sin recordar el hecho de que no había soltado a Aria. –Creo que una de esas súper románticas y melosas sería la mejor opción. –comento sonriendo y mirando de soslayo a su amiga para después negar con un movimiento de mano. –No, no, hay una buena cartelera en películas de terror, podríamos ver una. –dijo sonriendo fingiendo que no había notado el hecho de que ella quería ver una película de terror. La verdad es que no era especialmente fan de ellas, pero por aquel día quería poder darle la satisfacción en cosas que a ella le interesaran.
Comenzó a caminar aun sin soltarla de la mano, para el aquello era tan natural y cómodo que ni siquiera había notado que lo estaba haciendo, porque de haberlo sabido se habría soltado y sentido bastante avergonzado. –Espero a ver como saltas, si tienes miedo puedes abrazarte a mí. –comento sintiendo animado de forma traviesa. Observo los diferentes locales de comida mientras los iba señalando. –Después vayamos a comer algo, después de la película. Y tú decides. –comento sonriéndole mientras sacaba su teléfono para ver la hora. Lo cierto es que iba a buen tiempo para ver cualquier película de la cartelera. Aun no era tan tarde a pesar de que el día nublado les decía que se marcharan a casa. Aquel día no sería el caso, iba más que preparado para no tener que separarse de ella en lo que quedaba de la tarde. Después miro al suelo un tanto apenado notando por fin que sus manos aún seguían unidas, sin pensarlo mucho la soltó de forma tranquila mintiendo ambas manos en el bolcillo de su pantalón. –Disculpa. –Comento recordando que Aria no estaba demasiado acostumbrada al contacto humano. Se renazco la nuca y después la miro.
Sabes, he estado pensado esto por un tiempo pero…. ¿No crees que sería bueno que tuvieras un celular? –pregunto mirándola. –No es que no me guste llamarte a la residencia, de hecho es que creo que me gusta hablar tanto contigo que la encargada ya me odia. –Comento sonriendo, al recordar las veces que aquella señora le decía que no prefería ir a verla, no le negaría el paso si con eso dejaba de ser recadera. –Además… Así podríamos hablar más tiempo, sin la presión de ella mirándote pidiendo el teléfono con la mirada. –comento sonriendo. –Yo puedo ayudarte a usarlo… -comento de forma atropellada.
Después de un momento al estar parados frente al cine sonrió de forma maliciosa sacando el teléfono nuevamente y poniendo la cámara. –Y ya que dijiste que hoy harás lo que pida. –comento poniéndose a un lado de ella y colocando el teléfono frente a ambos sonrió. –Di Whisky. –comento Izaak antes de que el flash brillara en ellos y tomando el teléfono observo la foto. –Perfecto. Tomare una foto de cuando estés muerta de miedo por la película. –comento sonriéndole y acercándose a la taquilla para comprar las entradas. Aquel día apenas estaba comenzando y la verdad es que ya se veía como uno bastante agradable.
Pues no planeaba decir que no. –comento sonriendo. –Qué bueno que te ofreces voluntaria, tengo intención de que vayamos todo el día a la biblioteca a leer acerca de la fotosíntesis. –comento sonriendo animado y tomándola de la mano para arrastrarla pero deteniéndose al momento y mirándola sonriendo. –Es broma. –dijo finalmente con su mejor cara de niño bueno que no le compraría ninguna abuela en el mundo, de eso estaba seguro. Levanto la mano libre llevándola a su mentón sin recordar el hecho de que no había soltado a Aria. –Creo que una de esas súper románticas y melosas sería la mejor opción. –comento sonriendo y mirando de soslayo a su amiga para después negar con un movimiento de mano. –No, no, hay una buena cartelera en películas de terror, podríamos ver una. –dijo sonriendo fingiendo que no había notado el hecho de que ella quería ver una película de terror. La verdad es que no era especialmente fan de ellas, pero por aquel día quería poder darle la satisfacción en cosas que a ella le interesaran.
Comenzó a caminar aun sin soltarla de la mano, para el aquello era tan natural y cómodo que ni siquiera había notado que lo estaba haciendo, porque de haberlo sabido se habría soltado y sentido bastante avergonzado. –Espero a ver como saltas, si tienes miedo puedes abrazarte a mí. –comento sintiendo animado de forma traviesa. Observo los diferentes locales de comida mientras los iba señalando. –Después vayamos a comer algo, después de la película. Y tú decides. –comento sonriéndole mientras sacaba su teléfono para ver la hora. Lo cierto es que iba a buen tiempo para ver cualquier película de la cartelera. Aun no era tan tarde a pesar de que el día nublado les decía que se marcharan a casa. Aquel día no sería el caso, iba más que preparado para no tener que separarse de ella en lo que quedaba de la tarde. Después miro al suelo un tanto apenado notando por fin que sus manos aún seguían unidas, sin pensarlo mucho la soltó de forma tranquila mintiendo ambas manos en el bolcillo de su pantalón. –Disculpa. –Comento recordando que Aria no estaba demasiado acostumbrada al contacto humano. Se renazco la nuca y después la miro.
Sabes, he estado pensado esto por un tiempo pero…. ¿No crees que sería bueno que tuvieras un celular? –pregunto mirándola. –No es que no me guste llamarte a la residencia, de hecho es que creo que me gusta hablar tanto contigo que la encargada ya me odia. –Comento sonriendo, al recordar las veces que aquella señora le decía que no prefería ir a verla, no le negaría el paso si con eso dejaba de ser recadera. –Además… Así podríamos hablar más tiempo, sin la presión de ella mirándote pidiendo el teléfono con la mirada. –comento sonriendo. –Yo puedo ayudarte a usarlo… -comento de forma atropellada.
Después de un momento al estar parados frente al cine sonrió de forma maliciosa sacando el teléfono nuevamente y poniendo la cámara. –Y ya que dijiste que hoy harás lo que pida. –comento poniéndose a un lado de ella y colocando el teléfono frente a ambos sonrió. –Di Whisky. –comento Izaak antes de que el flash brillara en ellos y tomando el teléfono observo la foto. –Perfecto. Tomare una foto de cuando estés muerta de miedo por la película. –comento sonriéndole y acercándose a la taquilla para comprar las entradas. Aquel día apenas estaba comenzando y la verdad es que ya se veía como uno bastante agradable.
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Izaak Doors
Re: Junk of the Heart [Priv. Aria]
Una sonrisa alegre se dibujó en mi rostro al escuchar que el chico aceptaba mi propuesta ¡Debía esforzarme! ¡Definitivamente lograría que Izaak se divirtiera!
—No te hubiera permitido decir que no de todas formas— Bromee hasta que escuche su maravilloso plan para el día. Frente a su idea de pasar todo el día en la biblioteca leyendo sobre la “fotosíntesis” no pude evitar que mi rostro perdiera toda expresión de diversión ¿Cómo se suponía que leer sobre las plantas fuera divertido? Además… ¿Por qué un tema tan específico? Si tan solo hubiese querido ir a la biblioteca podría haberlo acompañado leyendo alguna otra cosa… Amaba leer pero…¿De plantas?¡¿Plantas?!
<< Tal vez te está diciendo implícitamente que los árboles son más agradables que tu... Es que…Si lo piensas bien, ellos tienen esas hojas verdes que cambian de color con las estaciones… y tienen tantas formas y… ¡¿Tu qué tienes?! Solo un cabello de indescifrable color que todos piensas es teñido ¿Cómo te creíste capaz de competir contra la naturaleza? >>
Y así fue como mi yo interna perdió completamente contra un árbol. Mis absurdos pensamientos fueron interrumpidos cuando el pelinegro tomo mi mano para arrastrarme unos cuantos pasos antes de volver a detenerse.
—¿Es broma? Digo…¡Y-ya sé que es broma! ¿Quién pensaría que puede perder contra una planta? Ja ja ja…— Reí falsamente y desvié un poco mi mirada un poco avergonzada por mis palabras ¿Es que no podía mantener mi boca cerrada por unos momentos?
Suspire algo aliviada dibujando nuevamente una sonrisa en el rostro eso…hasta que el chico volvió a dar su nueva idea.
—¿P-películas súper románticas y melosas? — Por mi cabeza casi sentí que repasé la última película de ese estilo que me habían obligado a ver… Tanto drama y lágrimas y separaciones ¿Por qué? ¡Si silo bastaba que hubieran dicho que querían estar juntos en un inicio! Solo sufrieron gratuitamente.
El hilo de mis ideas volvió a ser interrumpido por el chico cuando cambio su recomendación de genero a una de terror. No pude evitar dibujar una amplia sonrisa de alegría al escuchar aquella variación, en definitiva, esa idea me llamaba mucho más la atención. Fruncí ligeramente el ceño y utilizando mi hombro lo empujé ligeramente.
—Deja de jugar con mis frágiles sentimientos— Bromee con cierto dramatismo antes de comenzar a seguir su paso sin soltar su mano.
—Claro que no saltare ¡Yo no le temo a nada! O bueno… a casi nada—Dije con orgullo para luego entrecerrar ligeramente los ojos y observarlo. —Por otro lado… Siempre puedes aferrarte a mi si sientes miedo, yo puedo prestarte mi brazo con confianza como ya había dicho— Le ofrecí sonriendo.
—Aunque una de suspenso o comedia tampoco estarían mal… claro si quieres— Dije abriendo más las opciones, en cierta forma sentía que me había dado el gusto y ¡No! Aquel día debía para agradecerle a él, no para que consintiera.
Fije mi vista en los diferentes locales de comida en el momento en que Izaak los comenzó a apuntar.
—Me parece una buena idea que comamos luego de ver la película, pero… ¡Qué te parece si compro palomitas! Las palomitas son un clásico de una salida al cine— Le ofrecí para luego mirar al cielo mientras el miraba la hora en su celular. Las nubes continuaban cubriendo por completo el espacio amenazando con en cualquier momento dejar caer las esperadas gotas de lluvia pronosticadas, pero a pesar de ello, ya no estaba del todo preocupada. Las ideas de Izaak nos parecía mantener bajo techo en todo momento, disminuyendo la posibilidad de tener que separarnos por culpa del mal clima.
La pérdida de calor en mi mano llamo mi atención, haciendo que mi vista se dirigiera inmediatamente a la zona que ahora parecía que le faltase algo.
—¿Perdón por qué? — Pregunte en un ligero murmullo sin entender del todo sus palabras mientras observaba mi palma como si fuera una parte extraña. Mis mejillas se sonrojaron al comprender que todo el tiempo nos habíamos mantenido tomados de las manos ¿Aquello era extraño? Es decir… ¿No siempre estábamos tomados de las manos? Cuándo entrenábamos, por ejemplo… ¿Los amigos no hacen eso?... Rayos, creo que lo he incomodado.
—T-tendré más cuidado la próxima vez— Dije sonriendo con algo de nerviosismo.
Volví a dirigir una mirada a su rostro algo confundida cuando hablo sobre mi falta de teléfono móvil. A decir verdad, antes de la llegada de él a mi vida no había notado la falta que me hacía poseer uno, a excepción claro, cuando Shinigami-sama para contactarme utilizaba el espejo de mi habitación.
—Ella no te… Bueno creo que si la tenemos algo cansada— Sentí un escalofrío al recordar la mirada de la encargada cuando me entregaba el teléfono.
—Pero… no quiero gastar dinero comprando uno, es decir… es cierto que ahora tengo una mejor situación económica gracias a las misiones, pero…—Negué con la cabeza— Tienes razón, creo es momento de adquirir uno… Intentare conseguir algún trabajo de medio tiempo —Sonreí, pero luego me detuve al considerar otra opción… probable opción que tal vez pasara por la mente de mi compañero—¡Te prohíbo comprarme uno o intentar ayudarme a pagarlo! —Le advertí antes de volver a colocarme a su lado.
La cámara me tomo desprevenida, tanto así que solo alcance a sentir que mis mejillas adquirían cierto calor para luego intentar sonreír algo avergonzada antes de que el flash cegara por unos cortos segundos mi visión.
—¡H-hey! Eso no es justo… N-nunca he sido especialmente fotogénica ni nada como para que vengas y saques una foto sorpresa... ¡Deberías borrarla!— Intente reclamar algo nerviosa mientras lo seguía sin alcanzar a detenerlo antes de que comprara las entradas.
—¡Se supone pagaría yo! —Refunfuñe antes de que una brillante idea cruzara mi cabeza — ¡Espérame aquí! —Le dije antes de correr en dirección a la tienda de comestibles que se encontraba en el cine y comprar un balde con palomitas y dos refrescos. Una vez obtenida la comida volví donde había dejado a Izaak esperando minutos atrás.
—Ahora si ¡Todo listo! — Dije sonriendo ampliamente y posicionándome frente al pelinegro. —Entonces… ¿Qué película veremos? ¡Y sueña que me veras gritar! — Le cuestione buscando con la mirada la posible sala donde deberíamos ingresar en unos momentos. Mentiría si digiera que no estaba disfrutando de aquella inusual salida con el chico.
—No te hubiera permitido decir que no de todas formas— Bromee hasta que escuche su maravilloso plan para el día. Frente a su idea de pasar todo el día en la biblioteca leyendo sobre la “fotosíntesis” no pude evitar que mi rostro perdiera toda expresión de diversión ¿Cómo se suponía que leer sobre las plantas fuera divertido? Además… ¿Por qué un tema tan específico? Si tan solo hubiese querido ir a la biblioteca podría haberlo acompañado leyendo alguna otra cosa… Amaba leer pero…¿De plantas?¡¿Plantas?!
<< Tal vez te está diciendo implícitamente que los árboles son más agradables que tu... Es que…Si lo piensas bien, ellos tienen esas hojas verdes que cambian de color con las estaciones… y tienen tantas formas y… ¡¿Tu qué tienes?! Solo un cabello de indescifrable color que todos piensas es teñido ¿Cómo te creíste capaz de competir contra la naturaleza? >>
Y así fue como mi yo interna perdió completamente contra un árbol. Mis absurdos pensamientos fueron interrumpidos cuando el pelinegro tomo mi mano para arrastrarme unos cuantos pasos antes de volver a detenerse.
—¿Es broma? Digo…¡Y-ya sé que es broma! ¿Quién pensaría que puede perder contra una planta? Ja ja ja…— Reí falsamente y desvié un poco mi mirada un poco avergonzada por mis palabras ¿Es que no podía mantener mi boca cerrada por unos momentos?
Suspire algo aliviada dibujando nuevamente una sonrisa en el rostro eso…hasta que el chico volvió a dar su nueva idea.
—¿P-películas súper románticas y melosas? — Por mi cabeza casi sentí que repasé la última película de ese estilo que me habían obligado a ver… Tanto drama y lágrimas y separaciones ¿Por qué? ¡Si silo bastaba que hubieran dicho que querían estar juntos en un inicio! Solo sufrieron gratuitamente.
El hilo de mis ideas volvió a ser interrumpido por el chico cuando cambio su recomendación de genero a una de terror. No pude evitar dibujar una amplia sonrisa de alegría al escuchar aquella variación, en definitiva, esa idea me llamaba mucho más la atención. Fruncí ligeramente el ceño y utilizando mi hombro lo empujé ligeramente.
—Deja de jugar con mis frágiles sentimientos— Bromee con cierto dramatismo antes de comenzar a seguir su paso sin soltar su mano.
—Claro que no saltare ¡Yo no le temo a nada! O bueno… a casi nada—Dije con orgullo para luego entrecerrar ligeramente los ojos y observarlo. —Por otro lado… Siempre puedes aferrarte a mi si sientes miedo, yo puedo prestarte mi brazo con confianza como ya había dicho— Le ofrecí sonriendo.
—Aunque una de suspenso o comedia tampoco estarían mal… claro si quieres— Dije abriendo más las opciones, en cierta forma sentía que me había dado el gusto y ¡No! Aquel día debía para agradecerle a él, no para que consintiera.
Fije mi vista en los diferentes locales de comida en el momento en que Izaak los comenzó a apuntar.
—Me parece una buena idea que comamos luego de ver la película, pero… ¡Qué te parece si compro palomitas! Las palomitas son un clásico de una salida al cine— Le ofrecí para luego mirar al cielo mientras el miraba la hora en su celular. Las nubes continuaban cubriendo por completo el espacio amenazando con en cualquier momento dejar caer las esperadas gotas de lluvia pronosticadas, pero a pesar de ello, ya no estaba del todo preocupada. Las ideas de Izaak nos parecía mantener bajo techo en todo momento, disminuyendo la posibilidad de tener que separarnos por culpa del mal clima.
La pérdida de calor en mi mano llamo mi atención, haciendo que mi vista se dirigiera inmediatamente a la zona que ahora parecía que le faltase algo.
—¿Perdón por qué? — Pregunte en un ligero murmullo sin entender del todo sus palabras mientras observaba mi palma como si fuera una parte extraña. Mis mejillas se sonrojaron al comprender que todo el tiempo nos habíamos mantenido tomados de las manos ¿Aquello era extraño? Es decir… ¿No siempre estábamos tomados de las manos? Cuándo entrenábamos, por ejemplo… ¿Los amigos no hacen eso?... Rayos, creo que lo he incomodado.
—T-tendré más cuidado la próxima vez— Dije sonriendo con algo de nerviosismo.
Volví a dirigir una mirada a su rostro algo confundida cuando hablo sobre mi falta de teléfono móvil. A decir verdad, antes de la llegada de él a mi vida no había notado la falta que me hacía poseer uno, a excepción claro, cuando Shinigami-sama para contactarme utilizaba el espejo de mi habitación.
—Ella no te… Bueno creo que si la tenemos algo cansada— Sentí un escalofrío al recordar la mirada de la encargada cuando me entregaba el teléfono.
—Pero… no quiero gastar dinero comprando uno, es decir… es cierto que ahora tengo una mejor situación económica gracias a las misiones, pero…—Negué con la cabeza— Tienes razón, creo es momento de adquirir uno… Intentare conseguir algún trabajo de medio tiempo —Sonreí, pero luego me detuve al considerar otra opción… probable opción que tal vez pasara por la mente de mi compañero—¡Te prohíbo comprarme uno o intentar ayudarme a pagarlo! —Le advertí antes de volver a colocarme a su lado.
La cámara me tomo desprevenida, tanto así que solo alcance a sentir que mis mejillas adquirían cierto calor para luego intentar sonreír algo avergonzada antes de que el flash cegara por unos cortos segundos mi visión.
—¡H-hey! Eso no es justo… N-nunca he sido especialmente fotogénica ni nada como para que vengas y saques una foto sorpresa... ¡Deberías borrarla!— Intente reclamar algo nerviosa mientras lo seguía sin alcanzar a detenerlo antes de que comprara las entradas.
—¡Se supone pagaría yo! —Refunfuñe antes de que una brillante idea cruzara mi cabeza — ¡Espérame aquí! —Le dije antes de correr en dirección a la tienda de comestibles que se encontraba en el cine y comprar un balde con palomitas y dos refrescos. Una vez obtenida la comida volví donde había dejado a Izaak esperando minutos atrás.
—Ahora si ¡Todo listo! — Dije sonriendo ampliamente y posicionándome frente al pelinegro. —Entonces… ¿Qué película veremos? ¡Y sueña que me veras gritar! — Le cuestione buscando con la mirada la posible sala donde deberíamos ingresar en unos momentos. Mentiría si digiera que no estaba disfrutando de aquella inusual salida con el chico.
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Aria Clownlay
Re: Junk of the Heart [Priv. Aria]
Escucho a Aria por lo cual frunció el ceño confundido al escuchar sus palabras – ¿Perder contra una planta? –dijo sonriendo y mirándola confundido, pero rápidamente se olvidó del tema cuando comenzaron a hablar sobre las películas que podrían ver aquel día. El plan de hecho era bastante sencillo, todo lo que Izaak quería era poder pasar tiempo con ella, no le importaba el lugar ni la actividad, aunque de verdad quería más que nada que ella disfrutara. –Yo no estoy jugando con tus frágiles sentimientos. –comento sonriendo y jalando un poco su nariz. –Voy completamente enserio. –dijo mirándola fijamente, perdiéndose por un momento en sus ojos, pero dando media vuelta para seguir con lo suyo.
¿No te incomoda que vayamos de la mano? –pregunto mirándola un tanto avergonzado, el había pensado que la incomodaría por ir así, por lo cual estiro nuevamente la mano cuando ella comentaba que tendría más cuidado. –Entonces… ¿vamos de la mano? –pregunto mirándola con un poco de nervios y cierta vergüenza. Nunca la había tomando de la mano en las calles, normalmente solo lo hacía cuando tenían una misión y era obligatorio que fuese así, aunque lo cierto es que le encantaba aquella sensación, y cuando no la tomaba de la mano se sentía un extraño vacío, como si algo hiciera falta.
Asintió, la mujer de los dormitorios ya debía odiarlo. Cuando la escucho hablar asintió y después suspiro. –Sabes… -pero se quedó callado al escuchar que tenía prohibido regalarle el teléfono. Trago con fuerza ¿Qué se suponía que hiciera ahora? Se llevó la mano al bolsillo de la chaqueta mientras la veía un tanto nervioso, pero finalmente se rindió y saco la pequeña caja que tenía ahí, había pensado en dárselo al final del día, pero era demasiado impaciente y quería hacerlo ahora. Le entrego la caja y después desvió la mirada. –creo que me lo prohibiste demasiado tarde. –apunto y levanto una mano. –Y si, te prohíbo que me lo pagues. Te lo pensaba dar en navidad… pero no tuve la oportunidad. –desvía la mirada mientras habla sintiéndose un poco torpe, ahí mismo estaba el brazalete que había comprado en aquel día con Wass, el chico le había ayudado a elegirlo, y el teléfono solo era por su propio egoísmo, su necesidad de tener que hablar con ella todo el tiempo. –Ya tiene mi número guardado, y soy marcación rápida oprimiendo el uno. –admite un tanto avergonzado.
Observa la foto y sonríe negando con el rostro. –Que dices, eres hermosa! –comenta sonriendo solo para callarse observándola bastante avergonzado y negando con el rostro, vamos, vamos película. –comenta empujando a Aria y quitándole el bol de palomitas y un refresco. –Iremos a ver la remasterización de It. –comenta sonriendo y mostrando los tickets. ¿Prometes que no gritaras? Sera aburrido si no das al menos un saltito. –comenta a modo de broma mientras entran en la sala. –Aunque no esperes que a mí me da miedo, recuerda que he visto peores escenas. –comenta de forma natural y avanza hasta sus asientos quedando justo detrás de una pareja súper melosa, los observa por un momento y después mira a Aria acercándose a ella para susurrarle al oído. –Aunque parece que presenciaremos un par de escenas de romance. –señala en tono juguetón, volviendo a tomar su mano entrelazando sus dedos con los de ella con naturalidad. –Bueno, espero que sea tan buena como la versión antigua.
¿No te incomoda que vayamos de la mano? –pregunto mirándola un tanto avergonzado, el había pensado que la incomodaría por ir así, por lo cual estiro nuevamente la mano cuando ella comentaba que tendría más cuidado. –Entonces… ¿vamos de la mano? –pregunto mirándola con un poco de nervios y cierta vergüenza. Nunca la había tomando de la mano en las calles, normalmente solo lo hacía cuando tenían una misión y era obligatorio que fuese así, aunque lo cierto es que le encantaba aquella sensación, y cuando no la tomaba de la mano se sentía un extraño vacío, como si algo hiciera falta.
Asintió, la mujer de los dormitorios ya debía odiarlo. Cuando la escucho hablar asintió y después suspiro. –Sabes… -pero se quedó callado al escuchar que tenía prohibido regalarle el teléfono. Trago con fuerza ¿Qué se suponía que hiciera ahora? Se llevó la mano al bolsillo de la chaqueta mientras la veía un tanto nervioso, pero finalmente se rindió y saco la pequeña caja que tenía ahí, había pensado en dárselo al final del día, pero era demasiado impaciente y quería hacerlo ahora. Le entrego la caja y después desvió la mirada. –creo que me lo prohibiste demasiado tarde. –apunto y levanto una mano. –Y si, te prohíbo que me lo pagues. Te lo pensaba dar en navidad… pero no tuve la oportunidad. –desvía la mirada mientras habla sintiéndose un poco torpe, ahí mismo estaba el brazalete que había comprado en aquel día con Wass, el chico le había ayudado a elegirlo, y el teléfono solo era por su propio egoísmo, su necesidad de tener que hablar con ella todo el tiempo. –Ya tiene mi número guardado, y soy marcación rápida oprimiendo el uno. –admite un tanto avergonzado.
Observa la foto y sonríe negando con el rostro. –Que dices, eres hermosa! –comenta sonriendo solo para callarse observándola bastante avergonzado y negando con el rostro, vamos, vamos película. –comenta empujando a Aria y quitándole el bol de palomitas y un refresco. –Iremos a ver la remasterización de It. –comenta sonriendo y mostrando los tickets. ¿Prometes que no gritaras? Sera aburrido si no das al menos un saltito. –comenta a modo de broma mientras entran en la sala. –Aunque no esperes que a mí me da miedo, recuerda que he visto peores escenas. –comenta de forma natural y avanza hasta sus asientos quedando justo detrás de una pareja súper melosa, los observa por un momento y después mira a Aria acercándose a ella para susurrarle al oído. –Aunque parece que presenciaremos un par de escenas de romance. –señala en tono juguetón, volviendo a tomar su mano entrelazando sus dedos con los de ella con naturalidad. –Bueno, espero que sea tan buena como la versión antigua.
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Izaak Doors
Re: Junk of the Heart [Priv. Aria]
“¿No te incomoda que vayamos de la mano?”
Aquella pregunta me tomo por sorpresa y no pude evitar ladear ligeramente mi cabeza algo confundida ¿Me molestaba? No, creo que definitivamente no era el caso ¿Por qué me molestaría? ¿Qué tenía de malo que dos personas fueran tomadas de las manos por la…? Oh.
OH OH OH OH
Y entonces la realidad me golpeo como si fuera un balón de futbol. No es que fuera malo, es que aquella acción no estaba destinada para dos amigos.
<< Rayos Aria, es aceptable que seas algo despistada ¿Pero esto? Ya te pasas >>
Y fue así como sentí como si mis mejillas explotaran de pronto, estaba segura que debí haber paso tan rápido del casi blanco al rojo que era imposible que no lo hubiese notado.
<< Maldición, maldición, maldición, maldición… ¡Piensa en algo Aria! >>
—¡NO, SE TE PEGARA LA RABIA! —Dije más fuerte de lo que tenía planeado. Maldita vergüenza, nunca llegas a tiempo y cuando lo haces solo apareces para dejarme peor.
—L-lo que quiero decir es que no es necesario ja ja ja…— Intente soltar una “relajada y nada forzada risa” … vaya éxito estaba teniendo. — Solo estaba despistada, sigamos. —Intenté restarle importancia y comencé a caminar hasta llegar a nuestro destino.
Cuando Doors extendió la caja mi mente quedo un blanco unos segundos ¿Cómo se supone que debía reaccionar? Por una parte estaba feliz de recibir un obsequio de su parte y no quería rechazarlo… pero…¡Era tan costoso! ¿Por qué gastaría tanto dinero en algo para mí? ¿Cómo se supone que debía compensárselo? No recordaba la última vez que alguien me había dado algo especialmente para mí. Sin pensarlo demasiado tome la caja y me quede observándola sin decir nada por algunos segundos.
—¿Cómo se supone que debo reaccionar? —Expuse una de mis dudas alzando mi mirada para encontrarme con los azules ojos del técnico. —Izaak idiota, sabes que no debes hacer este tipo de cosas… Y no puedes prohibirme intentar pagártelo… Pero… — Mordí mi labio inferior sin saber cómo continuar. — Y-yo… gracias. —Dije finalmente desviando la mirada por unos momentos antes de volver a enfrentarlo —¡Pero ni pienses que dejare que quede así! ¡Te lo pagaré de alguna forma! —Refunfuñe jugando con el hermoso brazalete que tenía el teléfono, ese debía ser un regalo extra. —Me gusta… gracias por eso también.
Si bien era cierto que aún no lograba aceptar de todo el costoso obsequio no pude evitar soltar una pequeña risa al escuchar que había registrado su número en el marcado rápido.
—Muy útil, ahora cada vez que quiera quejarme de algo simplemente apretare el uno, te has sentenciado a ti mismo a la peor tortura. — Bromee para luego fruncir ligeramente el ceño cuando me quito de las manos el bol de palomitas y los refrescos ¿Es que acaso parecía la típica chica que no podía cargar nada? Tal vez esa era la imagen que mostraba ¡Y yo creyendo que parecía una mafiosa rusa!
—¿Hermosa? Por favor, parezco la hija de Némesis —Rebatí para luego sonreír ampliamente al escuchar el nombre de la película. ¡Amaba IT! Definitivamente era una buena elección.
—¡Claro que no gritaré! Recuerda quien es el “Payaso”— Guiñe uno de mis ojos al hacer aquella referencia relacionada con mi apellido. Aunque pensándolo bien, no estaba tan lejano a la realidad, seguro en algún momento alguien realmente me debió ver como aquel sanguinario personaje de ficción.
Avance hasta entrar a la sala y llegar finalmente a nuestros asientos. La reparación de Izaak cerca de mi oído provoco que mis mejillas volvieran a sonrojarse. Frente a nosotros y tal y como había insinuado el pelinegro, se encontraba una pareja que parecía querer dejar en claro lo cariñosos que eran entre ellos.
—¿Quién decía que solo era una película de terror? Mejor historia de amor que crespúsculo— Le susurre para luego sentir aquel cálido tacto sobre mi mano. No la aparte, después de todo, realmente no me molestaba, casi parecía una extraña costumbre.
—¿L-listo para asustarte? Tranquilo, si te despiertas en la noche producto a la pesadilla tienes permiso de llamarle, yo te consuelo —Bromee antes de prestar atención a la pantalla, la que ya comenzaba a mostrar tráiler de otras películas.
Dirigí mi mano libre en dirección al bol de palomitas para coger unas cuantas y llevarlas a mi boca. Cuando terminé de comer volví a sacar una palomita para esta vez lanzarla a la mejilla del técnico y esbozar una amplia sonrisa.
—Gracias— Murmure antes de volver a prestar atención a la película que finalmente iniciaba.
Como lo había pronosticado no me asusto, pero solté una que otra risa cuando la chica que se encontraba delante de nosotros saltaba por cada pequeña escena de terror.
—Esto es divertido— Le susurre a Izaak cerca de su oído sin dejar de ver la proyección, realmente esperaba que el la estuviera disfrutando tanto como yo.
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Aria Clownlay
Re: Junk of the Heart [Priv. Aria]
Seguía nervioso por lo del teléfono aunque claro se había adelantado un montón y sabía que finalmente ella terminaría por querer pagarlo, pero le tenía sumamente prohibido hacerlo. El lo único que quería y en lo único que había pensado era en que quería poder hablar con ella sin sentir que tenía un límite de tiempo para hacerlo o que tenía que apresurarse antes de que la miraran feo, estaba emocionado, muy emocionado sabiendo que podría hacerlo más normal y que podría hablar con ella mucho más que antes a pesar de que ella le dijera que se había sometido a la peor de las torturas justo en ese momento creía que la peor de las torturas sería que Aria dejara de hablar con el. Últimamente el simplemente poder intercambiar un buenos días o un buenas noches con ella era algo que le podía emocionar bastante, esas simples palabras le podrían alegrar el día completamente.
Si fueras la hija de némesis... creo que me daría miedo acercarme a ti por lo que podría hacer tu padre —Comentó mirando al cielo. —Bueno vayamos a ver la película.
Pareciera que quieren crear otro tipo de película aquí dentro —comentó mientras se estremecía y fingía asco con el rostro mirando divertido a Aria, a veces era tan sencillo observarla y perderse en sus ojos lo que le parecían eternos momentos y al momento lucían tan cortos que se maldecía por no haberla podido conocer antes, todos esos años que habían perdido, pero aún tenían todo un futuro por delante ¿no? Todavía quedaban un montón de cosas que hacer con ella. Suspiro recargándose en el asiento y levantando la mano con que tenía sujeta la ajena y observando ambas manos le parecía tan natural que estuvieran de esa manera que sonrío sin poderlo evitar.
Si no puedo dormir en la noche estoy seguro de que no será debido a la película —comentó señalando con el mentón a los vecinos de enfrente que parecían no querer dejar de besarse —¿Es que no necesitan aire? —Preguntó en un susurro divertido mirando a Aria mientras tomaba un puño de palomitas que se metía en la boca, sintió el golpe en su mejilla y se giró a la chica con una sonrisa divertida lanzando una palomita de vuelta. —Gracias a ti. —comentó acercándose a ella susurrando en su oído y por alguna extraña razón dando un suave beso en su mejilla alejándose un poco y comenzando a ponerse nervioso y sentirse avergonzado ¡¿POR QUE DEMONIOS HABÍA HECHO ESO?! trato fuertemente y miro a Aria de reojo, no era algo extraño que hiciera eso... CUANDO LA SALUDABA O SE DESPEDÍA NO DE LA NADA.
Seguro que en aquel momento la chica estaba pensando lo peor de el, seguramente estaba pensando en cómo decirle que se mantuvieran a distancia, que se alejara un par de asientos, porque lo que había hecho sin lugar a dudas se salía completamente de las normas de amigos, ellos eran solo amigos, compañeros no podía pasar esa línea no lo tenía permitido para nada.
El momento de terror fue sustituido por alivio al notar que ella no apartaba su mano y comentaba que aquello había sido divertido, la película, seguramente ni siquiera le había tomado importancia al beso, probablemente no lo había notado, de hecho parecía más y más divertida cada vez que la chica de adelante saltaba abrazándose a su compañero. —¿Cuanto crees que tarde en asfixiarlo? —Seguía observando a los de enfrente de hecho creía que aquella chica gritaba mucho más que cualquier otra persona del cine, se estaba comenzando a sentir ridiculo por ellos, es decir la película no es que diera tanto miedo.
Al finalizar la película sonrío estirándose sobre sí mismo y soltando por primera vez desde que comenzara la película, la mano de Aria. Se giró a mirar a la chica con una sonrisa en el rostro mientras escuchaba como la pareja de enfrente se iba con una cama bastante asustada y el chico tratando de reconfortarla. —Fue una gran película ¿No crees? —Ahora que veía el rostro de Aria sin aquella penetrante oscuridad los nervios anteriores habían vuelto con más fuerza. La oscuridad había creado cierto efecto durante toda la proyección que había puesto a Izaak bastante nervioso, el solo sentir el roce de su brazo y sus manos unidas habían puesto al técnico completamente nervioso.
Bueno vayamos a comer —Dijo levantándose de golpe y volviendo a tomar la mano de Aria entrelazando sus dedos y arrastrándola fuera del cine, observo cómo las nubes de aquel día seguían siendo tristes y no solo eso habían comenzado a llenar las calles de una fina llovizna ... Izaak se emociono con aquello y se giró a ver a la albina con emoción. —¿cuando fue la última vez que saliste a jugar en la lluvia? —Estaba de verdad emocionado. Sería divertido ir por ahí haciendo el tonto además era una llovizna leve y podrían ir a cenar después. —Ya sabes, para abrir el apetito. —Comentó sonriendo mientras jalaba de ella hacia la calle de donde las personas huían refugiándose debajo de los faldones de los negocios o dentro de los mismos.
Comenzó a caminar por la calle con lluvia saltando de vez en cuando en alguno de los charcos mientras el agua mojaba su cabello resbalando por su rostro y sin soltar en ningún momento la mano de Aria dándose la vuelta y observándola de vez en cuando. —No recuerdo cuando fue la última vez que estuve bajo la lluvia divirtiéndome y no escondiéndome o en alguna misión. Contigo me puedo relajar tanto y ser yo mismo —La sonrisa en el rostro de Izaak podría deslumbrar a todo el mundo en aquel momento, porque estaba tan contento como un pequeño niño, de verdad que se emocionaba estando con ella todo el tiempo. —Sería genial si este día no terminará. —comentó en un susurro casi para si mismo mirando el cielo mientras entrecerraba los ojos evitando que las gotas de lluvia entrarán en sus ojos.
Si fueras la hija de némesis... creo que me daría miedo acercarme a ti por lo que podría hacer tu padre —Comentó mirando al cielo. —Bueno vayamos a ver la película.
Pareciera que quieren crear otro tipo de película aquí dentro —comentó mientras se estremecía y fingía asco con el rostro mirando divertido a Aria, a veces era tan sencillo observarla y perderse en sus ojos lo que le parecían eternos momentos y al momento lucían tan cortos que se maldecía por no haberla podido conocer antes, todos esos años que habían perdido, pero aún tenían todo un futuro por delante ¿no? Todavía quedaban un montón de cosas que hacer con ella. Suspiro recargándose en el asiento y levantando la mano con que tenía sujeta la ajena y observando ambas manos le parecía tan natural que estuvieran de esa manera que sonrío sin poderlo evitar.
Si no puedo dormir en la noche estoy seguro de que no será debido a la película —comentó señalando con el mentón a los vecinos de enfrente que parecían no querer dejar de besarse —¿Es que no necesitan aire? —Preguntó en un susurro divertido mirando a Aria mientras tomaba un puño de palomitas que se metía en la boca, sintió el golpe en su mejilla y se giró a la chica con una sonrisa divertida lanzando una palomita de vuelta. —Gracias a ti. —comentó acercándose a ella susurrando en su oído y por alguna extraña razón dando un suave beso en su mejilla alejándose un poco y comenzando a ponerse nervioso y sentirse avergonzado ¡¿POR QUE DEMONIOS HABÍA HECHO ESO?! trato fuertemente y miro a Aria de reojo, no era algo extraño que hiciera eso... CUANDO LA SALUDABA O SE DESPEDÍA NO DE LA NADA.
Seguro que en aquel momento la chica estaba pensando lo peor de el, seguramente estaba pensando en cómo decirle que se mantuvieran a distancia, que se alejara un par de asientos, porque lo que había hecho sin lugar a dudas se salía completamente de las normas de amigos, ellos eran solo amigos, compañeros no podía pasar esa línea no lo tenía permitido para nada.
El momento de terror fue sustituido por alivio al notar que ella no apartaba su mano y comentaba que aquello había sido divertido, la película, seguramente ni siquiera le había tomado importancia al beso, probablemente no lo había notado, de hecho parecía más y más divertida cada vez que la chica de adelante saltaba abrazándose a su compañero. —¿Cuanto crees que tarde en asfixiarlo? —Seguía observando a los de enfrente de hecho creía que aquella chica gritaba mucho más que cualquier otra persona del cine, se estaba comenzando a sentir ridiculo por ellos, es decir la película no es que diera tanto miedo.
Al finalizar la película sonrío estirándose sobre sí mismo y soltando por primera vez desde que comenzara la película, la mano de Aria. Se giró a mirar a la chica con una sonrisa en el rostro mientras escuchaba como la pareja de enfrente se iba con una cama bastante asustada y el chico tratando de reconfortarla. —Fue una gran película ¿No crees? —Ahora que veía el rostro de Aria sin aquella penetrante oscuridad los nervios anteriores habían vuelto con más fuerza. La oscuridad había creado cierto efecto durante toda la proyección que había puesto a Izaak bastante nervioso, el solo sentir el roce de su brazo y sus manos unidas habían puesto al técnico completamente nervioso.
Bueno vayamos a comer —Dijo levantándose de golpe y volviendo a tomar la mano de Aria entrelazando sus dedos y arrastrándola fuera del cine, observo cómo las nubes de aquel día seguían siendo tristes y no solo eso habían comenzado a llenar las calles de una fina llovizna ... Izaak se emociono con aquello y se giró a ver a la albina con emoción. —¿cuando fue la última vez que saliste a jugar en la lluvia? —Estaba de verdad emocionado. Sería divertido ir por ahí haciendo el tonto además era una llovizna leve y podrían ir a cenar después. —Ya sabes, para abrir el apetito. —Comentó sonriendo mientras jalaba de ella hacia la calle de donde las personas huían refugiándose debajo de los faldones de los negocios o dentro de los mismos.
Comenzó a caminar por la calle con lluvia saltando de vez en cuando en alguno de los charcos mientras el agua mojaba su cabello resbalando por su rostro y sin soltar en ningún momento la mano de Aria dándose la vuelta y observándola de vez en cuando. —No recuerdo cuando fue la última vez que estuve bajo la lluvia divirtiéndome y no escondiéndome o en alguna misión. Contigo me puedo relajar tanto y ser yo mismo —La sonrisa en el rostro de Izaak podría deslumbrar a todo el mundo en aquel momento, porque estaba tan contento como un pequeño niño, de verdad que se emocionaba estando con ella todo el tiempo. —Sería genial si este día no terminará. —comentó en un susurro casi para si mismo mirando el cielo mientras entrecerraba los ojos evitando que las gotas de lluvia entrarán en sus ojos.
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