Pure Blood Sword [ID]

| 18 Años | Arma | Shibusen | Heterosexual | Japón | Masculino | Recadero Estudiante de Shibusen |

» Descripción Física

Aproximadamente 1.76 de estatura y de contextura delgada, pero atlética, no es un joven que resalte mucho del resto en cuanto a su apariencia física.
Dueño de un rebelde cabello negro azabache, no es raro verle despeinado, pues si bien peinarse no le es una tarea exactamente sencilla, tampoco tiene especial interés en acomodarse el cabello, siendo que suele frustrarse casi al instante intentando arreglarlo, prefiere simplemente dejarlo así. De tez blanca, sin poder describirle como alguien pálido, aunque no es difícil distinguir cuando llega sonrojar o palidecer. Su mirada es de un tono grisáceo un tanto oscuro, por lo que no es raro que la gente diga que sus ojos son negros, los mismos suelen reflejar desinterés o fastidio, aun cuando muchas veces esto se aleja de la realidad, seria más correcto describirlos como "distantes", muchas veces tienen aspecto cansado, o en ocasiones luce algunas ojeras. Si bien, como se menciono es de contextura delgada, es bastante atlético y su cuerpo a pesar de lo que podría aparentar a simple vista con la ropa encima, esta bastante trabajado, su condición física no deja mucho que desear, pues es bastante estricto consigo mismo en cuanto a mantenerse en dicha forma. Tiene varias marcas y cicatrices no muy graves por todo el cuerpo, siendo las más visibles en el torso. Prefiere la ropa simple y casual, regularmente, que le permita moverse bien, aunque tiene un apego especial a cierta chaqueta roja con rayas blancas.

Su forma de arma es la de una espada de mano o de estoqueo, de metal completamente negro, con una gema en el centro del mango de la misma, tiene varias runas antiguas en grabadas en la hoja, lo que le permite utilizar magia elemental, la cual depende de la longitud de alma (Propia o de su técnico). Si bien no es la forma original, es un arma que desciende directamente de una espada legendaria. [IMG]

» Descripción Psicológica

No es de extrañar que la primera impresión que de el joven a otras personas sea la de alguien claramente apático, desinteresado por completo en lo a lo que lo rodea se refiere, si bien en parte es la imagen que le gusta reflejar, se aleja bastante de la realidad. A pesar de ser alguien que no busca la compañía y tiende a alejarse de los grupos grandes o multitudes, aquellos que lo conocen un tanto mejor logran ver otra faceta del pelinegro. En extremo sobre-protector, tiene un fuerte sentido de la responsabilidad y tiende a reflejarlo en los demás, aunque no lo llegue a admitir con palabras, no le es difícil encariñarse con la gente, siente la necesidad de velar por sus seres queridos y protegerlos de todo lo que pueda. Este mismo cariño lo lleva a ser bastante "blando" en ocasiones, siendo que sea fácil hacerlo ceder ante peticiones o caprichos por infantiles que sean, siempre y cuando no lo vea como un riesgo potencial. Puede llegar a ser un poco gruñón y pesado cuando regaña a la gente por hacer cosas que no deben, más es solo por la preocupación que le causa.

Algo estirado, le cuesta hacer actividades de recreación por su cuenta, al punto en que no las hace a no ser que alguien lo empuje a ello, tiene cierta fijación por los estudios, entrenamiento y trabajo, podría llamarsele una leve adicción a todo esto, suele sobre-exigirse, y muchas veces forzarse más de lo que debería. Se le considera un prodigio, tanto en el ámbito intelectual como en control de sus habilidades como arma y entrenamiento en combate, tiene memoria fotográfica, cosa que le facilita recordar incluso detalles sin demasiado esfuerzo, aunque claro, no significa que no olvide cosas en ocasiones. Se toma las promesas muy en serio, todo un hombre de palabra, por lo que detesta a la gente que no cumple con lo que promete.

Es muy leal al Shinigami y sus ideales, a su vez posee un gran sentido de la justicia, aunque prefiere no actuar sin un plan, muchas veces (Sin admitirlo claro) toma el papel de "héroe" gracias a esa necesidad de cuidar a las personas, a veces consiguiéndose más problemas de los que le gustarían. No es raro que pierda el control si se altera, aunque suele tratar de mantener la cabeza fría, hay temas que simplemente lo sacan de si con facilidad impresionante. Tiene la mala costumbre de restarle importancia a sus propios problemas, sean heridas físicas, o problemas emocionales, mientras tiende a magnificar los de los demás, a veces preocupándose más de la cuenta. En el fondo, es un bastante inseguro, cosa que le impide trabajar en equipo, siempre trata de cargar todo por su cuenta, y suele frustrarse cuando no lo logra, la idea de perder seres queridos le aterra.

» Historia

El primer hijo del matrimonio arreglado entre Reisuke Togashi y Tomoyo Kasuga, ambos armas sobresalientes, de sangre pura, mantenida así por el arreglo de matrimonios entre clanes de armas a través de generaciones. Creció en un ambiente privilegiado, en una enorme casa tradicional de su país de origen, con atenciones de servidumbre y sin carecer de recursos de ningún tipo, siendo educado con disciplina e impaciencia. Con tan solo dos años de diferencia la familia dio la bienvenida a su segunda hija, una niña de ojos claros y expresión risueña a la que nombraron Ruriko, ninguno de los dos pareció tener problemas para encariñarse con el otro, por lo que crecieron con una relación estrecha. Como era costumbre en el clan, a la edad de cinco años inició sus primeros adiestramientos para controlar su condición como arma, al igual que los estudios correspondientes con todo lo que refería el tema, no fue necesario mucho tiempo para que todos notaran que era un prodigio no solo a nivel intelectual, si no también en lo que a su raza refería, logrando una transformación completa y controlada desde el primer día de entrenamiento, dando a conocer que había heredado los poderes del padre de Tomoyo, su abuelo, quien era una espada legendaria, y si bien Shintaro no era por su cuenta un arma "legendaria" casi tenia la capacidad y poder de una. El pelinegro no tardo en inflar su ego, orgulloso no solo de sus habilidades si no de su apellido también, aunque gracias a la disciplina que imponía su familia (Especialmente su padre) sobre la importancia de sus estudios, nunca dejo los mismos, así como tampoco sus entrenamientos, mejorando día con día, la arrogancia no era algo que le faltara.

Era lo obvio esperar resultados, si bien no idénticos, similares en cuanto a competencia se refería de su hermana, el chico estaba realmente emocionado cuando los entrenamientos de la pequeña comenzaron, haciéndose ideas de enseñarle él mismo y darle todo tipo de consejos, incluso competir entre ellos de vez en vez no sonaba mal, llenó de ideas la cabecita de la niña quien solo asentía emocionada. Resulto un completo desastre. Lo que tenían frente a ellos era una niña torpe que no podia tomar la forma de un arma, el clan por supuesto no aceptaba esto en lo absoluto, era una deshonra, una mancha negra en el impecable lienzo de la familia, ganándose rápidamente el desprecio de todos, su padre especialmente estaba realmente escandalizado al respecto, el joven espada fue el único que no pudo ver de forma diferente a la chiquilla, transformación o no, era su hermana. Le disgustaba por completo el trató que se le daba a la pequeña, pero si habia algo que no soportaba eran las golpizas que su padre le propinaba prácticamente diario, por lo que comenzó a meterse en las mismas con intensión de pararlas, aun si solo lograba que los golpeara a ambos. Después de algún tiempo la pequeña, quien habia perdido parte de su vitalidad con todo el asunto, comenzó a sonreír, y actuar con bastante entusiasmo. Aun con el cambio de actitud, el pelinegro seguia odiando los castigos de su padre.
Shintaro resulto en un niño un tanto impulsivo, orgulloso y un bastante prepotente, no era raro que viese a algunas personas hacia abajo, no tanto como si los hiciera menos, sino que él mismo se sentía más. No tenia malas intenciones, más no le costaba meterse en pleitos o presumir más de la cuenta. Sin embargo muchas veces se frenaba por cierta chica, igualmente un arma, de sonrisa tranquila, ambos eran compañeros desde preescolar, a veces parecia ser la única que soportaba al pelinegro y su orgullo en aumento constante. "Amiga" probablemente era la palabra para usar en esa situación.
Cuando ambos estuvieron en edad, ingresaron al Shibusen, cosa que solo sirvió para inflar el ego del Togashi, el apellido lo precedía, y no decepciono a nadie, prepotente, y con un grave problema de orgullo, el chico creía que tenia el mundo en la palma de su mano; aunque era perfectamente capaz de trabajar, le llovían propuestas para trabajar en equipo, no tenia un técnico fijo, le asignaban misiones avanzadas para alguien de su edad, en fin, se podia decir que era bastante popular. Aun así, de alguna forma u otra, la amistad prevaleció, aun con los arrebatos de reclamos y narcisismo del ojigris.
La chica por su parte, no resaltaba demasiado, habia pasado ya un tiempo para que le asignaran su primera misión de campo, una misión sencilla, exploración nada más, sin embargo a la jovencita le ponía un poco nerviosa, por lo que decidió pedirle al chico que la acompañara, este se negó rotundamente, argumentando que era muy aburrido para él, que incluso alguien como ella podia manejarlo. Él por su parte, se fue a otra misión, de mayor nivel.

Cuando regreso de su encargo se suponía que también la chica estaría de vuelta, pero no era así, en un principio no le dio mucha importancia, incluso le fastidió la idea de que una misión de ese tipo le estuviera costando tanto, pero tan pronto puso un pie en la escuela se entero de todo. La simple misión de reconocimiento había resultado mal, la chica no regresaba y, por lo poco que se sabia, aun no se podia enviar a un equipo de rescate o búsqueda pues el asunto era "delicado"; No habían más detalles al respecto. El muchacho estaba horrorizado, un sentimiento de culpa se apodero de él por completo y sin pensarlo dos veces, aun sin tener permiso por parte del colegio, fue solo en busca de su compañera, aquella que durante tantos años lo había acompañado, soportando su actitud tan pesada, estaba en problemas, solo por que no habia querido ir con ella, solo por que le resultaba "aburrido" o poca cosa para él. No paraba de repetirse a si mismo que solo tendría que ir a rescatarla y todo quedaría en el pasado, que él podría hacerlo y que todo salaria bien, incluso le reclamaría por ser tan descuidada y preocuparlo tanto. No fue así.

El Kishin que era mucho para él, no había logrado ni hacerle un solo rasguño, y este lo había apaleado sin demasiado esfuerzo, el joven no podia siquiera moverse, estaba tirado en el suelo, a diferencia de otros Kishin que pierden completamente el juicio y se convierten prácticamente en animales, este tenia una apariencia, si bien deforme y grotesca, con una mente completamente retorcida, pero funcional. El cuerpo entero de la chica tenia marcas de tortura severa, sin embargo cuando vio a su amigo se limito a esbozar una temblorosa sonrisa, y murmurar una disculpa por haberlo hecho ir al fin de cuentas. Fue lo ultimo que escucho de la boca de la joven, antes de que la sangre que broto de su garganta le salpicara el rostro.

Se podría decir, en cierto sentido que corrió con suerte, al monstruo le gustaba "jugar" un poco con sus victimas antes de matarlas, por lo que lo mantuvo tortuosamente con vida el tiempo suficiente como para que el grupo de Shibusen llegara a escena. El Kishin escapó. En el servicio medico se decía que era casi un milagro que el chico aun viviera.
Se recupero poco a poco de las heridas físicas, pero no podia cerrar los ojos sin ver la grotesca escena de nuevo, una y otra vez, todo tipo de pensamientos culposos rondaban por su cabeza, habia muerto por su culpa, por no acompañarla en primer lugar, y no habia podido protegerla, su incompetencia la habia matado, ni siquiera entendía por que el seguia vivo y ella no. No logró perdonárselo.

Cambió mucho después de eso, el pelinegro que se le había subido la fama a la cabeza desapareció por completo. Adoptó una personalidad mucho más calmada, reservada, incluso un tanto apartada y antipática. Prefiriendo no intimar mucho con la gente y centrarse en su entrenamiento y misiones a puntos obsesivos, como si no importara nada más, la mejoría que llegaba a lograr nunca le parecia suficiente. A pesar de tener propuestas por montón de gente que quería convertirse en quien lo usase como arma siempre lo rechazo sin dar una razón en concreto. Actualmente tiene poca asistencia a clases, pues se centra en misiones, tanto asignadas como las que él toma por propia voluntad.

» Habilidades

×Es capaz de usar la percepción de almas, así como canalizar la longitud de la propia.
×Es bastante hábil en el combate cercano, de cuerpo a cuerpo.
×Puede transformar parcialmente a su forma de arma, practicamente cualquiera de sus extremidades, aunque suele usar el antebrazo derecho.
×Su alma tiende a resistir mejor las ondas de locura más no es inmune a estas.

» Otros Datos

×Le tiene miedo a las alturas, así como una fobia terrible a las montañas rusas y juegos mecánicos.
×Su bebida favorita es el refresco de cola, aun cuando no le gusta mucho lo dulce.
×Siempre carga su reproductor de música y sus audífonos, es común verle con estos puestos.
×Tiene cierto instinto maternal, no puede evitarlo.
×Le gustan los conejos.
×Shintaro Kisaragi - Kagerou Project