Of Fog & Bridges [Misión | Niebla]

Cabeceaba dormitando durante la clase hasta que la voz fuerte y clara del profesor llamó su nombre, logrando que pegara un pequeño salto sobre su asiento, regresando a un estado de alerta inmediatamente, moviendo la mirada desorientada por todos lados un par de segundos antes de fijarla en el profesor que lo  miro arqueando una ceja, con cierto reproche detrás de sus gafas-Ejém, como decía, Jace Fox y… Tempesta, Frewin Tempesta; misión de reconocimiento en Washington-El primer reflejo del pelirrojo fue seguir la mirada del docente en tanto menciono al otro chico, ubicaba a Frewin apenas de vista, por lo que cuando los ojos de ambos chicos se cruzaron no pensó en más que hacer que dedicarle una leve sonrisa resignada con la tarea como una especie de “Ya que, tenemos trabajo” condescendiente para ambos, su gesto, sin embargo, no fue correspondido por el chico de cabellos rojizos a lo que el arma solo se encogió un poco sobre sí mismo-Pasen al escritorio después de clase para darles los detalles-El profesor continuó con la clase tras esa indicación y a Jace le invadió el presentimiento de que no sería una actividad del todo agradable.

Las indicaciones lograron calmarle un poco. La misión se basaba meramente en ir, observar, explorar, hacer algo si era posible y si el asunto se salía de sus manos, regresar. Totalmente adecuada para solo dos personas de clase NOT. Probablemente ni siquiera habría necesidad de entrar en combate o de que Jace se transformase, cosa que lo aliviaba bastante. Un problemita con niebla y un puente, aparentemente, les dijeron que tal vez podía ser causado por ranas de cierta variedad peculiar, cosa que a la espada le pareció incluso un tanto cómico, pero al reír levemente cuando lo escucho, su compañero provisional mantuvo una expresión neutra que lo incomodó lo suficiente como para callarse el resto de la explicación. Si detectaban la presencia de un Kishin regresarían, para que el asunto fuera asignado a un arma y un técnico, a propias palabras del profesor “Más capacitados”, cosa en lo que el ojiverde no podía estar más de acuerdo.

-Tenemos suerte ¿Eh? Se escucha fácil-Menciono con tono ligero, de nuevo con una leve sonrisa, como respuesta solo consiguió una mirada, misma que le advirtió sobre lo que sería el resto del trabajito a su lado.

Siendo imposible hacer un vuelo directo gracias a la niebla tan espesa, no les quedó más remedio que volar hasta el centro de Washington y de ahí tomar transporte terrestre hasta el extremo opuesto a la isla del imponente puente, ya que, por la niebla, su autobús no llegó más lejos que eso-Si quieren llegar a Whidbey lo harán caminando, chicos… con cuidado-Fueron las palabras del chofer cuando ambos bajaron. Durante todo el trayecto y desde que les habían asignado la misión, sería mucho decir si había intercambiado dos o tres monosílabos con su compañero, quien parecía decidido a ignorarlo tanto como le fuese posible. En cierto momento, Jace había dejado de intentarlo.

-Tal vez encontremos algo antes de siquiera llegar a la isla-Dijo, hablando un poco para sí, pues no esperaba una respuesta del contrario. Se estiró un poco, desperezándose del viaje y miro unos momentos por delante de sí, donde la niebla se espesaba tanto que parecía un muro totalmente tangible, dudaba que pudiesen ver más allá de sus narices. Dio un paso hacia delante, como si tuviese la total intención de empezar a caminar sin tomar conciencia del técnico, más se detuvo de inmediato. Tomo un respiro hondo, no muy agradable gracias a la humedad tan densa del lugar y volteo por sobre su hombro, posando los ojos esmeralda sobre su “alegre” compañero-Sí caminamos separados vamos a perdernos-Le soltó esta vez sin mucho ánimo, era obvio que la idea al contrario no le iba a agradar en lo absoluto, pero, les gustara o no, era verdad y sin conocer el lugar lo ideal era no separarse.

Que asco que asco que asco. La sola idea de estar en ese lugar ya le asqueaba e incluso aterraba, estaba constantemente rodeado del enemigo, nadie parecía notarlo pero el sentía que cada cosa que hacía era observaba con detenimiento y hacía crecer sospechas sobre su verdadera naturaleza. Nunca fue un buen mentiroso, pero no podía ser así de obvio, ¿O si? Esperaba que no, era lo último que necesitaba, ya le aterraba bastante estar rodeado de gente entrenada específicamente para matarlo, se sentía particularmente vulnerable cuando hablaban de las brujas, como matarlas, incluso tenían conocimiento de los portales. Eso no hacía más que aterrarlo, pero estaba bien, ¿No? Al fin y al cabo, era solo asistir a las clases y llevarle reportes a las personas que lo traían con la soga al cuello.

Misiones. ¿Por qué nadie le dijo que los de la clase NOT también podían ser enviados a misiones? Que asco. Cuando oyó su nombre pegó un leve respingo pero enseguida regresó a su cara de mal humor habitual que aunque era genuina igual la usaba para ocultar el terror que sentía al estar en ese lugar. Su mirada se encontró con la de quién supuso era su compañero para esa misión, pues también había mirado a Frewin. Le dirigió una sonrisa, pero Frewin solo se limitó a hacer una mueca y mirar al frente de nuevo. Ojalá no fuera alguien particularmente optimista que tratara de subirle los ánimos durante todo el viaje, no estaba de buen humor ni lo iba a estar mientras tuviera que encontrarse involucrado con la vocacional. “Extraño a mamá”, pensó. La única razón por la cuál estaba en esa situación, era ella.

— Tsk. —Fue su única respuesta a todo lo que el pelirrojo le dijera, no estaba dispuesto a darle charla, ni a él ni a nadie que le asignaran, no quería, le habían hecho tan mal en la vida, no merecían un buen trato.

Aún así, lo mínimo que podía hacer era un esfuerzo por solucionar el problema, mientras más rápido, más rápido se iría a su casa. Escuchaba las explicaciones de quienes los guiaban pero se mantenía callado, era preferible eso a dejarse llevar por su temperamento por una charla innecesaria. Incluso cuando caminaban hacia el puente mantenía una distancia prudencial, no solo por su antipatía predilecta para con los de shibusen si no en cierto modo por incomodidad al estar a solas con uno de los mismos, no era lo mismo al miedo que sentía en los salones, donde estaba rodeado de potenciales enemigos.

— Que fastidio… —Se quejó pero avanzó hasta quedar caminando junto a su compañero, aunque esa palabra no le terminaba de gustar no encontraba sinónimos. Probablemente era la primera vez que el pelirrojo oía su voz, ya que ni siquiera en clases era muy hablador.

Una vez internados en la niebla tuvo que entrecerrar los ojos. No sabía que esperaba en primer lugar, al fin y al cabo no era solo niebla, sino encima niebla sobrenatural, que ya sabrán los dioses qué diablos podía hacer, si ya había desaparecido un coche. Aún así, tenía sus dudas al respecto. Sacudió la mano en el aire, la dichosa niebla era increíblemente espesa para ser niebla.

— No quiero ser el Capitán Obvio, pero, ¿Estamos seguros de que esto es realmente niebla?

Es decir, ‘niebla’ era tranquilamente una palabra que podía ser usada a modo de comodín a falta de palabras más adecuadas, o a falta de conocimiento real sobre el objeto en cuestión, usar la apariencia para describirlo era lo único que restaba. Pero… si parecía niebla, o algo así. Ah, qué fastidioso era todo. Miró atrás, ni siquiera habían pasado tanto tiempo en el puente y ya no podía ver por donde habían entrado, de todos modos, no era como si tuvieran la opción de regresar. Recordó lo que el profesor había dicho, “si están en apuros, llamen refuerzos”.

— ¿Traes tu celular? —preguntó, él no traía el suyo, casi nunca lo traía con él.— ¿Tienes señal dentro de esta cosa?

Lo último que necesitaban era que no funcionaran los teléfonos móviles.

Le miró con genuina sorpresa cuando le respondió de mala gana, como si le costara reconocer que la voz era, en efecto, la del joven de cabellos rojizos. Parpadeó un par de veces mientras la mirada esmeralda no dejaba de seguirle, aun totalmente perplejo, saliendo de aquella especie de trance solamente para seguirle el paso mientras caminaba, agitando levemente la cabeza para despejarse.

Conforme avanzaban la niebla permanecía exactamente igual, un muro blancuzco que cortaba la vista y hacia el respirar ligeramente más pesado, sin llegar a generar una sensación asfixiante. Jace no podía negar que el asunto lo ponía bastante nervioso, tal vez un poco más de lo que había inocentemente pensado en su camino hacia el lugar, la actitud y obvio rechazo del chico tampoco ayudaban demasiado a su estado de ánimo general. Dio un leve respingo cuando volvió a escuchar la voz del chico, después de todo estaba poco o nada acostumbrado a la misma y la atmosfera de suspenso general no cooperaba demasiado-Ah… Pues la verdad no tengo idea… ¿Por eso nos mandaron no? Aun si es realmente niebla definitivamente no es normal-Respondió casi con cautela, esperando una mala mirada u otro “Tsk” por parte de su compañero. Lo cierto es que no había pensado en la posibilidad de que NO fuese niebla, simplemente estaba dando por hecho que era algún tipo especial o tal vez común y corriente pero controlada por algún tipo de magia… Lo que fuese, se suponía era su trabajo descubrirlo.

-¿Mi teléfono?-Por mero reflejo metió su mano en el bolsillo y saco su teléfono, quito de forma torpe el cable de los audífonos enredados alrededor del aparato y encendió la pantallita, en la misma se mostraba la hora y debajo de esta, un mensaje de “Sin servicio” que respondía a la pregunta de Frewin. Negó automáticamente con la cabeza-Ni siquiera señal débil, está muerto-Dijo mientras volvía a guardar el celular en su bolsillo-En todo caso no los necesitamos si no nos separamos, deberíamos estar bien, no es como si tuviésemos que llamar a alg…-Pausó su propia frase, pensando un poco mejor lo que iba a decir, se suponía que debían reportar todo, si era algo peligroso, tenían que pedir ayuda al instante pero ¿Exactamente cómo?-El apoyo… genial-Hizo una mueca mientras se pasaba una mano por el cabello anaranjado, revolviéndoselo levemente-Mira, si nos enviaron a nosotros lo más seguro es que sea niebla y ya, deberíamos llegar al otro lado de momento, en el pueblo seguro tienen algún teléfono que sirva-Sugirió a falta de alguna otra idea, el asunto estaba siendo más complicado de lo que debería para alumnos que, se suponía, eran la clase “pasiva”.

Siguiendo su propia sugerencia siguió caminando hacia el frente, no había forma de perderse si hacían eso, no se atrevía a acercarse demasiado al otro chico, pero se mantenía a distancia suficiente como para que fuese imposible perderse de vista mutuamente. El silenció siempre le había abrumado, pero si tenía que elegir, definitivamente era el silenció de esos momentos el peor que había experimentado hasta ahora, la tentación de ponerse los audífonos era demasiada, jugueteaba ansiosamente con el cable con la mano dentro del bolsillo, sabía que sería una horrible falta de educación y normalmente no lo hubiera considerado jamás, pero… ¿Frewin siquiera le dirigiría la palabra de nuevo? Era un total misterio.

En un leve descuido los audífonos con los que jugueteaba resbalaron entre sus dedos hacía el suelo, se detuvo, en lo que juro fue solo un instante para agacharse y recogerlos, pero… al levantar la vista no había ni rastro del pelirrojo. La ansiedad le recorrió en un parpadeo, después de todo tan solo tendrían que haber sido un par de segundos en los que el chico se adelantaba ¿no? La niebla no podía ser TAN densa y Frewin tampoco podía haberse alejado tanto. Pero aun siendo estos los pensamientos lógicos la realidad es que no podía ver al técnico-¡Tempesta!-Gritó con suficiente volumen como para que se escuchara a una buena distancia, no había forma que la niebla cortara sonidos y no podía haberse alejado lo suficiente como para no escucharlo ¿cierto?