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Ievan Polkka [Priv. Asu]
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Ievan Polkka [Priv. Asu]
<< Hambre…. Tengo hambre >>
Aquel pensamiento atravesó mi cabeza terminando de esa forma mi siesta. Pestañe un poco intentando acostumbrar mis ojos a la iluminación de la habitación. Al parecer me había quedado dormida mientras leía uno de los libros que había conseguido de la biblioteca. Mire a mi alrededor en búsqueda del reloj que recordaba haber lanzado como un intento de apagar el despertador la noche anterior.
16:30 PM
Solté un pequeño suspiro al corroborar que era demasiado tarde para almorzar, pero demasiado temprano para cenar. Me levante de la cama y estire mis brazos para luego dirigirme al refrigerador en búsqueda de algo que saciara mi hambre, pero como siempre, la despensa estaba completamente vacía.
<< Rayos… otra vez olvidé hacer las compras…Si Doors se entera me volverá a regañar>> -Hice una mueca al recordar como el pelinegro desaprobaba mi forma de alimentación a base comida instantánea y donas… De seguro no le haría mucha gracia que además de eso olvidara que debía comparar algo para comer… ¡Casi parecía mi madre!
Suspire con resignación para luego acercarme a un espejo e intentar arreglar un poco mi desordenado cabello. Debía salir, por lo menos a comprar algo para que decorara la despensa y comer algo. Cogí mi billetera y revisé su contenido, gracias a Shinigami-sama aun me quedaba algo del presupuesto del mes.
<< ¡Muy bien Aria! ¡Iras al mercado sin distracciones y sin desviarte a comer donas o algo… conseguirás algo de comida decente y cocinaras como se debe! >> -Pensé con decisión, pero casi pude escuchar una riza de burla de algún lugar de mi cabeza.
Finalmente salí de las residencias de estudiantes del Shibusen para dirigirme al centro de Death City en búsqueda de los víveres. El clima estaba especialmente agradable, no hacia tanto frió como los días anteriores, pero se encontraba lo bastante lejos de considerarse caluroso. Apresure el paso para llegar lo antes posible al mercado, mi estómago parecía exigirme alimentes de forma casi impaciente y lo último que deseaba era que el maldito órgano se le diera por manifestar su urgencia de forma sonora.
<< Solo un poco más y… >>
El dulce aroma de los panecillos y el café llego a mi nariz como una dulce y cruel tortura. Instintivamente mis pies me dirigieron a la tienda culpable de que mi estómago comenzara a rugir, hasta que finalmente estuve frente a ella.
DEATHBUCKS COFFEE
Hice una mueca al leer aquel nombre. Amaba la comida que ahí preparaban, pero… no podíamos decir que fuera un lugar que pudiese frecuentar a diario a no ser que quisiera llegar como mendiga a finales de mes.
<< Solo unas donas y un refresco no harán daño… >> Pensé rindiéndome al hambre y mis deseos para luego entrar a la tienda.
Una vez en el interior recorrí la sala con la mirada intentando encontrar algún puesto vacío. El lugar seguía tan acogedor como recordaba y por un minuto agradecí haber tomado la decisión de caer a mis impulsos consumistas de comida dulce.
Me acerqué a la caja y ordene lo habitual, dos donas y un refresco -Si, solo dos, el presupuesto no daba para más- y luego espere pacientemente a que me entregaran mi pedido. Cuando finalmente uno de los empleados me dio mi tan esperada comida mis ojos se iluminaron de felicidad ¿Qué podía ser mejor que las donas?
Antes de que mi deseo de comer al fin se hiciera realidad y por no prestar atención en el camino choque accidentalmente con otro cliente haciendo que una de mis donas se estrellara en la frente de una chica. Aquella escena pareció sacada de una película cómica… y yo me hubiera reído sin dudarlo de no ser porque era la principal responsable… toda la gente tenía la mirada puesta en nosotras y… había perdido una dona lo que era más parecido a una escena de terror o drama.
<<¿Por qué siempre debo terminar humillándome…? Sería más fácil si tuviera el poder de que me tragara la tierra…si… esa es la solución para mis problemas… eso o no volver a salir de casa>>
—Y-yo Lo siento mucho— Dije al fin reaccionando y acercándome a la chica dejando de paso mi bandeja sobre una de las mesas.
—D-de verdad lo lamento ¿Estas bien? ¿Hay algo que quieras que haga para compensarlo? —Dije mirándola sin despegar mi vista de la dona que parecía pegada a su rostro por culpa del glaseado—Tienes una... Podemos conseguir una servilleta o algo…— Propuse sin que más hacer… y así es como se dio inicio a un nuevo encuentro.
Última edición por Aria Clownlay el Miér Dic 28, 2016 12:57 am, editado 1 vez
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Aria Clownlay
Re: Ievan Polkka [Priv. Asu]
Las tardes tranquilas eran las candidatas perfectas para relajarse sin tener que hacer nada productivo, esos momentos en los que daban ganas de simplemente despejarse y no dedicarse a nada que se tratara de los estudios o el trabajo. La joven arma se estiró para quitarse la pereza de encima, había decidido buscar algo que hacer saliendo de su residencia, paseando en el parque para ver si se le ocurría algo más con lo que poder ocupar su tiempo. Música se escuchaba saliendo de sus audífonos, los cuales usaba cuando se encontraba completamente sola, pues nadie podía interrumpirle sus melodías. Llevando su vestimenta favorita, sin la capa ni nada extremadamente llamativo y, sin siquiera llevar abrigo, pues la época se lo permitía, se levantó del banco en el que se encontraba descansando para dirigirse hacia otro lugar.
Era una buena hora, se podía decir que la mayoría de la gente que se encontraba fuera, disfrutando de lo que la ciudad les entregaba, al menos en ese horario, eran los jóvenes. Poco a poco se fue encontrando con más gente pues decidió acercarse a la zona de tiendas, donde tenía su objetivo fijado. Le había dado algo de hambre, a pesar de haber almorzado hace al menos un par de horas, por lo que, para poder comer algo pequeño en lo que llegaba el momento de la cena, escogió como el local indicado a Deathbucks coffee. - Hace tiempo que no lo visito. - Aquella frase pasó por su mente mientras caminaba, llevando una pequeña mochila con las cosas necesarias, como su reproductor de música y, obviamente, el dinero.
Dentro de un corto periodo de tiempo ya había llegado, entró sin pensarlo dos veces sintiendo el agradable aroma de la comida dulce que ahí preparaban, junto con las bebidas calientes que tanto le gustaban, especialmente en invierno. Antes de hacer la fila correspondiente en la caja, decidió mantenerse un poco al margen para decidir lo que iba a pedir, no quería arriesgarse a tener que hacer esperar a más gente mientras elegía su comida. Definitivamente tenía ganas de comer algún tipo de pastel y tal vez solo eso, pues no hacía tanto frío como para pedir algo de Mocaccino. ¿Y no sería más adecuado encontrar algún puesto antes? Pues sí, pero se sentía segura al ver varias mesas vacías.
No se lo esperó para nada, tampoco se enteró lo suficientemente pronto como para esquivarlo, pues estaba distraída viendo el menú y decidiendo qué consumiría exactamente. De la nada, sintió como algo le golpeaba de forma no tan terrible en el rostro, quedándose en su frente, bastante sorprendida como para reaccionar después de eso. De seguro parecía una comedia, sintió sin siquiera tener que mirar a todas las personas que debían estarle observando. De repente, escuchó una voz, la de una chica que parecía acercarse, por lo que dedujo al oír sus pasos cada vez más cerca. Se disculpaba, se notaba bastante preocupada, el tono con el que emitía sus palabras lo revelaba. Por fin Asuka decidió tomar la dona con cuidado y quitársela, sin saber completamente donde dejarla, aún no podía creerse la situación que estaba viviendo.
- Es la forma más curiosa de conocer gente que he visto. - Fue lo primero que le respondió, sonriendo tranquilamente a pesar del glaseado que había quedado en su rostro, ya se lo limpiaría en un momento, le importaba más el poder hablar con la autora del aparente ataque. - Si fue un accidente, tranquila, no hay problema. - Más que molesta, que en realidad no lo estaba, parecía muy divertida con lo que sucedía, al contrario de la persona que tenía frente a ella, quien se veía muy mal, aunque cualquiera lo estaría en su lugar. Caminó hasta una de las mesas vacías para dejar su mochila ahí y tomar una servilleta, limpiándose el rostro y luego volviendo con la chica de ojos azules. Al parecer, la gente ya se había distraído del incidente, no habían tantas personas mirándoles.
- Hay una forma en la que puedes compensarme. - Confesó, esta vez hablándole con seriedad, nada más para ver qué reacción presentaba a la tensión que estaba generando con su frase, era entretenido para ella causar diversas respuestas con sus pequeños engaños. - Comamos juntas, ¿te parece bien? - Sugirió ahora sonriendo, en lo que le señalaba la mesa en donde había dejado su mochila y la dona, mientras ella se dirigía a la caja pues aún no había ordenado nada, aunque ya estaba decidido qué pediría. - Ya que perdiste una dona, pediré algunas más, espérame en la mesa. - Propuso antes de ponerse en la fila, dispuesta a comprar donas para ambas, no le parecía mala idea como reemplazo para la porción de pastel que tenía como idea principal. Ni siquiera esperó una respuesta, no aceptaría un no pues era lo que le había pedido como compensación.
Era una buena hora, se podía decir que la mayoría de la gente que se encontraba fuera, disfrutando de lo que la ciudad les entregaba, al menos en ese horario, eran los jóvenes. Poco a poco se fue encontrando con más gente pues decidió acercarse a la zona de tiendas, donde tenía su objetivo fijado. Le había dado algo de hambre, a pesar de haber almorzado hace al menos un par de horas, por lo que, para poder comer algo pequeño en lo que llegaba el momento de la cena, escogió como el local indicado a Deathbucks coffee. - Hace tiempo que no lo visito. - Aquella frase pasó por su mente mientras caminaba, llevando una pequeña mochila con las cosas necesarias, como su reproductor de música y, obviamente, el dinero.
Dentro de un corto periodo de tiempo ya había llegado, entró sin pensarlo dos veces sintiendo el agradable aroma de la comida dulce que ahí preparaban, junto con las bebidas calientes que tanto le gustaban, especialmente en invierno. Antes de hacer la fila correspondiente en la caja, decidió mantenerse un poco al margen para decidir lo que iba a pedir, no quería arriesgarse a tener que hacer esperar a más gente mientras elegía su comida. Definitivamente tenía ganas de comer algún tipo de pastel y tal vez solo eso, pues no hacía tanto frío como para pedir algo de Mocaccino. ¿Y no sería más adecuado encontrar algún puesto antes? Pues sí, pero se sentía segura al ver varias mesas vacías.
No se lo esperó para nada, tampoco se enteró lo suficientemente pronto como para esquivarlo, pues estaba distraída viendo el menú y decidiendo qué consumiría exactamente. De la nada, sintió como algo le golpeaba de forma no tan terrible en el rostro, quedándose en su frente, bastante sorprendida como para reaccionar después de eso. De seguro parecía una comedia, sintió sin siquiera tener que mirar a todas las personas que debían estarle observando. De repente, escuchó una voz, la de una chica que parecía acercarse, por lo que dedujo al oír sus pasos cada vez más cerca. Se disculpaba, se notaba bastante preocupada, el tono con el que emitía sus palabras lo revelaba. Por fin Asuka decidió tomar la dona con cuidado y quitársela, sin saber completamente donde dejarla, aún no podía creerse la situación que estaba viviendo.
- Es la forma más curiosa de conocer gente que he visto. - Fue lo primero que le respondió, sonriendo tranquilamente a pesar del glaseado que había quedado en su rostro, ya se lo limpiaría en un momento, le importaba más el poder hablar con la autora del aparente ataque. - Si fue un accidente, tranquila, no hay problema. - Más que molesta, que en realidad no lo estaba, parecía muy divertida con lo que sucedía, al contrario de la persona que tenía frente a ella, quien se veía muy mal, aunque cualquiera lo estaría en su lugar. Caminó hasta una de las mesas vacías para dejar su mochila ahí y tomar una servilleta, limpiándose el rostro y luego volviendo con la chica de ojos azules. Al parecer, la gente ya se había distraído del incidente, no habían tantas personas mirándoles.
- Hay una forma en la que puedes compensarme. - Confesó, esta vez hablándole con seriedad, nada más para ver qué reacción presentaba a la tensión que estaba generando con su frase, era entretenido para ella causar diversas respuestas con sus pequeños engaños. - Comamos juntas, ¿te parece bien? - Sugirió ahora sonriendo, en lo que le señalaba la mesa en donde había dejado su mochila y la dona, mientras ella se dirigía a la caja pues aún no había ordenado nada, aunque ya estaba decidido qué pediría. - Ya que perdiste una dona, pediré algunas más, espérame en la mesa. - Propuso antes de ponerse en la fila, dispuesta a comprar donas para ambas, no le parecía mala idea como reemplazo para la porción de pastel que tenía como idea principal. Ni siquiera esperó una respuesta, no aceptaría un no pues era lo que le había pedido como compensación.
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Asuka Tachibana
Re: Ievan Polkka [Priv. Asu]
No sabía que esperar la reacción de alguien podía ser como una tortura ¿Por qué el tiempo parecía transcurrir tan lento? Pero la mayor duda era…. ¿Cómo me respondería?
<< Bien Aria, piensa en las opciones… no podían ser tan terribles, solo era una dona.>>
OPCIONES POSIBLES PARA CUANDO UNA DONA QUE TE GOLPEA EN LA CARA POR LOS PENSAMIENTOS LOCOS FUGACES DE ARIA:
1.- El vengativo: Típica persona que basalmente odia a todo el mundo y tiene poca tolerancia. la reacción más probable es que agarrara la dona y me la estampara de vuelta en la cara para luego tomar mi refresco y vertérmelo encima… bueno… por lo menos así tendría mi dona de vuelta.
2.- El estafador: Estos son el tipo de persona que ven negocios hasta en las desgracias. Seguramente terminaría cobrándome hasta por daños morales y falta a la ética… mi bolsillo lloró ante la opción.
3.-La victima: Este era el que ante el menor daño quería verte tras las rejas. Seguro terminaría demandada con 3 cadenas perpetuas sin derecho a libertad condicional… Tal vez Izaak podría ir a visitarme de vez en cuando y llevarme donas…
Si… Porque en mi mente no podían existir una reacción normal… No… Eso era demasiado común.
Mis estúpidos y desviados pensamientos fueron interrumpidos por la tranquila voz de la chica, la que, para mi sorpresa no parecía nada molesta.
—E-es que te vi y mi mente dijo “Tienes que conocer a esa chica como sea, parece agradable” entonces busque la forma más creativa de acercarme a ti y ya ves… no me culpes a mí, culpa a los consejos de internet — Casi le giño el ojo, pero fui capaz de procesar mis palabras antes de que volviera a soltar otra idiotez de la que me arrepentiría luego.
Y entonces… Cuando de verdad pensé que ya no tenía salvación de Shinigami-sama… Cuando mis esperanzas de una buena resolución comenzaban a extinguirse ella dijo: “Si fue un accidente, tranquila, no hay problema”
Era una santa… Una santa inmersa en un mundo lleno de maldad
—¿D-de verdad no te molesta? Es decir, si fue un accidente y realmente lo lamento —Me disculpe esta vez como correspondía inclinándome ligeramente hacia adelanta. Suspiré aliviada para luego volver a alzar mi mirada y fijarla en la castaña, la que ahora se encontraba limpiándose el glaseado del rostro ¿Por qué debía ser tan torpe? Seguramente la amable chica nunca se imaginó que terminaría con una dona estampada en la cara cuando salió de casa, pero realmente agradecía que fuera tan comprensiva. Eso hasta que pronuncio las palabras que si bien las esperaba no dejaban provocarme temor.
“Hay una forma en la que puedes compensarme”
Todo rastro de alegría y alivio de mi rostro desapareció al ver la expresión seria de la chica ¿Qué me pediría? Tal vez no era una santa, tal vez era una de mis antiguas opciones disfrazadas de una tierna arma, eso dolía más era como una gran estafa << ¡Shinigami-sama, deja de jugar con mis sentimientos! Mi frágil corazón y bolsillo no lo soportan>> —Me lamente exageradamente en mi cabeza.
Iba a pedirle que me dijera cual era la forma de compensarle para acabar de una vez con la tortura, pero la contraria se me adelanto, provocando que mis ojos se abrieran con algo de sorpresa. Me quede unos segundos desconcertada en silencio lo que le permitieron agregar que ira por más donas y que la esperara en la mesa. No era una santa…
ERA UN ÁNGEL CAÍDO DEL CIELO.
—¡C-claro comamos juntas! —Respondí con rapidez cuando mi cerebro se dignó a funcionar una vez más. Pero no la obedecí cuando dijo que la esperara en la mesa, al contrario, la seguí colocándome detrás de ella en la fila. —Que haya perdido una dona no es tu culpa, de hecho, yo soy la que debería estar comprándote algo para compensar… ¿Hay algo que quieras probar? —Le pregunte mirando las opciones, si era algo para ella, ahora no me importaba salirme del presupuesto.
—¡Por cierto! Mi nombre es Aria, un gusto y disculpa una vez más por el incidente —Me presenté dibujando una amplia sonrisa en mi rostro. —¿Cuál es tu nombre? — La observe con curiosidad esperando la respuesta, no quería referirme a ella como “La chica” “La desconocida de la dona” “La santa” o “El ángel” Seguro que con los últimos dos se asustaba y ahora si me demandaba y pedía una orden de alejamiento. Aunque a decir verdad… realmente comenzaba a considerar un enigma real la posibilidad de que la castaña no fuera un simple mortal sino que un ser divino iluminado… Habría que averiguarlo en algún momento.
<< Bien Aria, piensa en las opciones… no podían ser tan terribles, solo era una dona.>>
OPCIONES POSIBLES PARA CUANDO UNA DONA QUE TE GOLPEA EN LA CARA POR LOS PENSAMIENTOS LOCOS FUGACES DE ARIA:
1.- El vengativo: Típica persona que basalmente odia a todo el mundo y tiene poca tolerancia. la reacción más probable es que agarrara la dona y me la estampara de vuelta en la cara para luego tomar mi refresco y vertérmelo encima… bueno… por lo menos así tendría mi dona de vuelta.
2.- El estafador: Estos son el tipo de persona que ven negocios hasta en las desgracias. Seguramente terminaría cobrándome hasta por daños morales y falta a la ética… mi bolsillo lloró ante la opción.
3.-La victima: Este era el que ante el menor daño quería verte tras las rejas. Seguro terminaría demandada con 3 cadenas perpetuas sin derecho a libertad condicional… Tal vez Izaak podría ir a visitarme de vez en cuando y llevarme donas…
Si… Porque en mi mente no podían existir una reacción normal… No… Eso era demasiado común.
Mis estúpidos y desviados pensamientos fueron interrumpidos por la tranquila voz de la chica, la que, para mi sorpresa no parecía nada molesta.
—E-es que te vi y mi mente dijo “Tienes que conocer a esa chica como sea, parece agradable” entonces busque la forma más creativa de acercarme a ti y ya ves… no me culpes a mí, culpa a los consejos de internet — Casi le giño el ojo, pero fui capaz de procesar mis palabras antes de que volviera a soltar otra idiotez de la que me arrepentiría luego.
<< ¿Por qué Aria? ¿Qué te hizo pensar que un intento de ligue iba a funcionar para que dejara pasar el incidente? Deberías dejar de ver y leer esas basuras románticas, te están pudriendo el cerebro… Mira que elegir interpretar el papel de protagonista de shojo…>>
Y entonces… Cuando de verdad pensé que ya no tenía salvación de Shinigami-sama… Cuando mis esperanzas de una buena resolución comenzaban a extinguirse ella dijo: “Si fue un accidente, tranquila, no hay problema”
Era una santa… Una santa inmersa en un mundo lleno de maldad
—¿D-de verdad no te molesta? Es decir, si fue un accidente y realmente lo lamento —Me disculpe esta vez como correspondía inclinándome ligeramente hacia adelanta. Suspiré aliviada para luego volver a alzar mi mirada y fijarla en la castaña, la que ahora se encontraba limpiándose el glaseado del rostro ¿Por qué debía ser tan torpe? Seguramente la amable chica nunca se imaginó que terminaría con una dona estampada en la cara cuando salió de casa, pero realmente agradecía que fuera tan comprensiva. Eso hasta que pronuncio las palabras que si bien las esperaba no dejaban provocarme temor.
“Hay una forma en la que puedes compensarme”
Todo rastro de alegría y alivio de mi rostro desapareció al ver la expresión seria de la chica ¿Qué me pediría? Tal vez no era una santa, tal vez era una de mis antiguas opciones disfrazadas de una tierna arma, eso dolía más era como una gran estafa << ¡Shinigami-sama, deja de jugar con mis sentimientos! Mi frágil corazón y bolsillo no lo soportan>> —Me lamente exageradamente en mi cabeza.
Iba a pedirle que me dijera cual era la forma de compensarle para acabar de una vez con la tortura, pero la contraria se me adelanto, provocando que mis ojos se abrieran con algo de sorpresa. Me quede unos segundos desconcertada en silencio lo que le permitieron agregar que ira por más donas y que la esperara en la mesa. No era una santa…
ERA UN ÁNGEL CAÍDO DEL CIELO.
—¡C-claro comamos juntas! —Respondí con rapidez cuando mi cerebro se dignó a funcionar una vez más. Pero no la obedecí cuando dijo que la esperara en la mesa, al contrario, la seguí colocándome detrás de ella en la fila. —Que haya perdido una dona no es tu culpa, de hecho, yo soy la que debería estar comprándote algo para compensar… ¿Hay algo que quieras probar? —Le pregunte mirando las opciones, si era algo para ella, ahora no me importaba salirme del presupuesto.
—¡Por cierto! Mi nombre es Aria, un gusto y disculpa una vez más por el incidente —Me presenté dibujando una amplia sonrisa en mi rostro. —¿Cuál es tu nombre? — La observe con curiosidad esperando la respuesta, no quería referirme a ella como “La chica” “La desconocida de la dona” “La santa” o “El ángel” Seguro que con los últimos dos se asustaba y ahora si me demandaba y pedía una orden de alejamiento. Aunque a decir verdad… realmente comenzaba a considerar un enigma real la posibilidad de que la castaña no fuera un simple mortal sino que un ser divino iluminado… Habría que averiguarlo en algún momento.
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Aria Clownlay
Re: Ievan Polkka [Priv. Asu]
Las reacciones y respuestas de la joven con la que se había encontrado en el lugar no hacían más que divertirle, la mejor parte para Asuka fue cuando se vio tan asustada al decirle lo de la compensación. Al estar por fin en la fila para comprar algo, sintió como aquella chica se le acercaba, quedándose atrás de ella, parecía bastante emocionada como para seguir su sugerencia de que la esperara en la mesa que le señaló. La castaña giró levemente hacia atrás para poder mirarla mejor, escuchando lo que le decía después de su respuesta positiva. Volvió a sonreír tras la sorpresa de encontrársela atrás, negando levemente con su cabeza.
- No te preocupes, ya gastaste suficiente dinero en esa dona voladora. - Soltó una pequeña risa por esa broma, siendo luego su turno de comprar, no permitiría que la joven de ojos azules tuviera que hacer otra compra solo por un accidente. - Una porción de donas por favor, cualquier sabor está bien. Ah, un café moca de tamaño mediano también. - No pidió nada más pues logró ver anteriormente que la chica poseía un refresco y aún conservaba algunas donas más. Como si fuera una compra cualquiera, entregó el dinero correspondiente y se movió hacia un lado, esperando a que su pedido estuviera listo, sin dejar de mirar a la contraria quien seguía hablándole.
- Asuka, es un gusto, Aria. Bonito nombre, por cierto. - Mencionó respondiendo a su pregunta, ofreciéndole luego su mano en señal de saludo al haberse presentado. La memoria de la joven arma era destacable, quién sabe si la habría visto en algún lugar antes, tenía un cierto presentimiento, por lo que se le quedó observando por un momento, sin decir nada, sin siquiera pensar en si eso le asustaría o inquietaría siquiera. Por fin reaccionó cuando le llamaron para entregarle el pedido, volteándose para recibir la comida junto con su café y luego dirigirse hacia la mesa en la que había dejado sus cosas, esperando a que la chica le siguiera.
- Y ya que vamos a compartir un rato juntas, cuéntame de ti. ¿Normalmente sigues esos consejos de internet? Algunos pueden ser peligrosos. - Bromeó nuevamente, sentándose en una de las sillas y dejando las donas al medio de la mesa, tomando la taza que contenía su café. - Pareces tener mi edad... ¿estudias algo? - Lo que se le ocurriera, lo que viniera a su mente, lo ofrecía como tema de conversación, las probabilidades de que estudiara en el mismo establecimiento que ella eran altas, después de todo se encontraban en la ciudad de los muertos, no era el territorio más normal del mundo, la verdad.
- No te preocupes, ya gastaste suficiente dinero en esa dona voladora. - Soltó una pequeña risa por esa broma, siendo luego su turno de comprar, no permitiría que la joven de ojos azules tuviera que hacer otra compra solo por un accidente. - Una porción de donas por favor, cualquier sabor está bien. Ah, un café moca de tamaño mediano también. - No pidió nada más pues logró ver anteriormente que la chica poseía un refresco y aún conservaba algunas donas más. Como si fuera una compra cualquiera, entregó el dinero correspondiente y se movió hacia un lado, esperando a que su pedido estuviera listo, sin dejar de mirar a la contraria quien seguía hablándole.
- Asuka, es un gusto, Aria. Bonito nombre, por cierto. - Mencionó respondiendo a su pregunta, ofreciéndole luego su mano en señal de saludo al haberse presentado. La memoria de la joven arma era destacable, quién sabe si la habría visto en algún lugar antes, tenía un cierto presentimiento, por lo que se le quedó observando por un momento, sin decir nada, sin siquiera pensar en si eso le asustaría o inquietaría siquiera. Por fin reaccionó cuando le llamaron para entregarle el pedido, volteándose para recibir la comida junto con su café y luego dirigirse hacia la mesa en la que había dejado sus cosas, esperando a que la chica le siguiera.
- Y ya que vamos a compartir un rato juntas, cuéntame de ti. ¿Normalmente sigues esos consejos de internet? Algunos pueden ser peligrosos. - Bromeó nuevamente, sentándose en una de las sillas y dejando las donas al medio de la mesa, tomando la taza que contenía su café. - Pareces tener mi edad... ¿estudias algo? - Lo que se le ocurriera, lo que viniera a su mente, lo ofrecía como tema de conversación, las probabilidades de que estudiara en el mismo establecimiento que ella eran altas, después de todo se encontraban en la ciudad de los muertos, no era el territorio más normal del mundo, la verdad.
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Asuka Tachibana
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