I would like to be anywhere except here {Priv. Rin}

Observo con terror hacia atrás notando como aquel pequeño aun la perseguía, no sabia que hacer, la desesperación era demasiada, rezaba a todos los dioses porque detuvieran a esa cosa, ¿Por qué no la dejaba en paz? ¿Qué había hecho ella para merecer eso? ¡Nada! ¡Juraba que era una buena chica! ¡Siempre ayudaba a los abuelitos a cruzar la calle! ¡Ella no merecía eso!.

-Waaah!- Apresuro el paso al ver aquel bebé mutante aun estaba siguiendo sus pasos, era horrible, por ello no dudo en cruzar la calle buscando perderle de vista de una vez por todas, claro que freno al escuchar lo que aparentemente había sido un choque, grande fue su sorpresa al ver al adefesio tirado en la acera, atropellado «Me salve, gracias dios» Cerró los ojos suspirando despacio, claro que al abrirlos y ver como aquel ser en lugar de morir se había multiplicado el terror fue claro en su rostro, más aun al notar que todos aquellos seres comenzaban a caminar hasta donde se encontraba.

-NOOOOOOO- Se sentó de golpe sudando y jadeando, había sido una pesadilla… Solo una pesadilla y por ello suspiro despacio, había sido verdaderamente horrible y es que soñar con el hijo de una amiga de su madre que en lugar de parecer un bebe parecía el hijo del diablo era verdaderamente… espantoso, no existía nada peor que aquello, ¡Ese niño era capaz de aparecer en sus pesadillas! «Horrible…. No se ni siquiera como esa mujer puede criarlo» Suspiro despacio mientras removía un poco su cabello, al menos había terminado y solo había sido un sueño, nada que no pudiese superar con el tiempo. Giró su rostro para ver que hora se suponía que era y fue entonces cuando una nueva mueca de terror se formo en su rostro, no podía ser cierto, esa no podía ser la bendita hora.


-Demonios- Murmuro por lo bajo antes de levantarse de golpe, aun tenia una pequeña posibilidad de poder lograr llegar a tiempo y no la iba a desperdiciar, por ello no dudo en hacer todo lo que debía, si no mal recordaba era el peor día para que algo así ocurriese, su profesor era un tirano hijo de los mil demonios, aun recordaba a la pobre chica que había osado a entrar tarde al aula, decir que tuvo que ordenar la biblioteca unas 3 veces era poco, el hombre era verdaderamente cruel, no tenia ni idea como alguien como el había terminado enseñando allí o porque Shinigami no había hecho nada al respecto, claro, ese no era él tema sino que debía llegar a tiempo o definitivamente seria su perdición.


«Por favor que no haya llegado… Por favor» Trago saliva antes de lograr subir la ultima escala la gran academia, corriendo a todo lo que daba su cuerpo para llegar a tiempo, si no había fallado en sus calculos se suponía que aun podría entrar al aula, solo tenia que hacerlo y por un segundo creyó que así era, pues la puerta aun se encontraba abierta ¡Lo había logrado! ¡Su victoria estaba asegurada! «Tome eso señor Anderson» Si, claro que aquel pensamiento solo duro hasta que fue capaz de visualizarlo entrar al aula antes de que ella llegase, no, no era posible ¡¿De donde diablos había salido?! No podía ser posible. Acelero el paso a lo que más podía, pero al ver la sonrisa en el rostro del hombre supo que no lo había logrado.

-Llega tarde, señorita Clownlay- Musito antes de cerrarle la puerta en las narices y de hecho la de cabellos claros ante ello se dejo caer al suelo derrotada, ese hombre había ganado la batalla y al ver el reloj en su muñeca quiso llorar, ¿Como era posible que la suerte no estuviese de su parte? Y es que si solo hubiese despertado un poco antes lo habría logrado y habría sido capaz de reírse en la cara de aquel hombre sin remordimientos.


«Tiempo… ¿Por que cuando ando viendo anime o estoy atrasada te pasas tan rápido pero cuando hago algo aburrido pasas extremadamente lento? ¿Me odias? No seria raro, seguro eres amigo de Shinigami y por eso me haces esto» Suspiró pesadamente antes de levantarse y comenzar a caminar a alguna parte, sabia que de intentar entrar le iría mucho peor, ese hombre definitivamente era pariente del diablo, quizás él era el padre del bebe de la amiga de su madre y por eso aquel engendro era como era, aunque si lo pensaba bien le había salido bastante “barato”, claro, ahora por esta clase estaba expulsada del aula y posiblemente estaría en la vista del maestro por al menos un tiempo, posiblemente seria la favoritas en interrogaciones y demás, seguramente todos sentirían pena peor la chica que estaría en el ojo del huracán, pero ya nada importaba ¡Al menos era libre por ahora! «Ni quería estar en su clase realmente y no le deseo mal, pero ojala en la cita que tiene hoy se encuentre con una mujer vieja y gorda que si desee quedarse con él pero él no quería quedarse con ella» Rió ante aquello, si bueno, realmente le estaba deseando bastante mal pero… ¡No era su culpa que fuese tan malditamente puntual! ¡Solo había sido un jodido minuto! Aunque en realidad ya no había nada que hacer aparte de ir a algún lado esperando que terminara el bloque de clases.

«Debe ser medio ninja.... No hay otra explicación de que llegase de la nada para cerrarme la puerta en la cara» Aquello seguía rondando en su cabeza mientras caminaba hasta los balcones y se sentó en una esquina para sacar su cuaderno y comenzar a rayarlo, el cual si bien tenia que poseer lo que pasaban en clase, este estaba completamente rayado pero con frases al aire y dibujos a los bordes, de hecho sonrió de lado mientras dibujaba un pequeño profesor regañando a todos mientras hablaba de lo importante que era la afinidad de las almas y por ello no pudo evitar soltar una carcajada, no era por presumir pero el hombre realmente le había quedado bien, podría mostrarlo luego para alegrar la cara larga del resto de los alumnos que se encontraban siendo torturados por la interminable platica del maestro en el aula «Quizás debería ser una artista callejera…. Ganaría dinero y no tendría que escuchar a este hombre nunca más» Asintió despacio ante la idea, no era malo, de hecho el plan era bueno, podría hacerlo sin ningún problema, incluso podría ganarse a las afueras del Shibusen a dibujar a la gente, había visto hombres hacerlo en su país y solía irles bien ¿Por que no dejar todo botado y hacerlo? «Ah, claro, tengo que encontrar a Mack y prepararme mentalmente para enfrentarme a Aria» Volvió a suspirar aunque luego inflo las mejillas al momento en que comenzaba a agregarle cuernos al maestro, y porque no, una cola y tridente como si se tratase del diablo, una nueva risa escapo de su boca mientras lo hacia, si, podría sobrevivir si hacia aquello y como si fuera una bomba extra comenzó a escribir en el rostro del dibujo.

-Soy. Un. Hombre. Aburrido. Y. Por. Eso. Todas. Mis. Citas. Salen. Corriendo. A. La. Primera. Salida.- Murmuro despacio mientras lo escribía y al terminar una sonrisa se satisfacción se formo ahora en su rostro mientras alzaba su cuaderno un poco para contemplar su “obra maestra” podría enmarcarlo, realmente le había quedado genial y ella no era de las personas que solía alagarse a si misma, pero diablos, realmente le había quedado idéntico al hombre que la había cerrado la puerta en la cara «Podría ganar un premio por esto» Bien, se estaba burlado tanto de su apariencia como de su mala suerte con las mujeres solo porque la expulso del aula, pero en su defensa eran hechos irrefutables, medio Shibusen sabia de aquello, de hecho a cualquier persona que le hubiese tocado de maestro de preguntarle hablaría de lo mal que estaba en las mañanas luego de una cita fallida, ni hablar de su humor de perro por culpa de ello, las interrogaciones en ocasiones como esas no se hacían esperar, todos el alumnado sufría con ello.

«¿Qué debería hacer ahora? Aun me quedan clases...» Suspiro despacio antes de apoyar su cabeza en la muralla para observar el cielo, la cafetería aun no estaba abierta como para poder ir a comer algo y realmente dudaba que la dejasen pasar a cualquier otro lado…. ¿Qué podría hacer realmente? No mucho, ir a su cuarto era ridículo considerando que en un par de minutos tendría que volver, así que… «Supongo que tendré que quedarme aquí…. » Nuevamente dejo escapar el aire de sus pulmones antes de gruñir, quizás podría dormir un rato, no era verdaderamente una mala idea o podría seguir haciéndole bullying al maestro.

«Hoy no es mi día» Pensó antes de cerrar los ojos, haría lo primero, estaba realmente cansada, quedarse despierta hasta tarde jugando pokémon nunca había sido una buena idea, pero ella insistía en ello y bueno, ahora estaba pagando las consecuencias.

Había mantenía los ojos cerrados intentando quedarse dormida por un buen rato, aunque realmente era algo difícil. No porque le costara dormirse en general, eso seria una gran mentira. La chica de cabellos claros era capaz de apoyar la cabeza en la almohada y dormirse prácticamente de inmediato, de hecho la menor era capaz de no despertarse aun cuando el mundo se estuviese acabando, en pocas palabras tenia el sueño extremadamente pesado. Pero no era el problema en ese momento, sino que ya se encontraba completamente despierta y cuando eso ocurría no había manera de hacer que se durmiese ¿Cuanta mala suerte podía tener para que no pudiese aprovechar esa hora libre para descansar? Aparentemente mucha «¿Por qué Dios? ¿Acaso me odias? Sé que en el examen anterior me encomendé a Arceus, pero venga, no puedes ser tan desgraciado como para desquitarte por esto, no es mi culpa que el sea aparentemente más OP que tú» Suspiró pesadamente antes de volver su rostro hacia arriba para abrir los ojos y ser capaz de ver el cielo. Estaba casi segura que no había pasado ni cinco minutos de cuando había comenzado a intentar dormir, pero simplemente no había caso, aparentemente su mente no quería caer en los brazos de morfeo «Frustrante» Volvió a dejar que el aire escapase de sus pulmones con pesadez antes de sacudir un poco su cabeza, a este paso iba a morir por aburrimiento máximo -Por favor, alguien mateme pronto- Susurró antes de gruñir despacio, definitivamente el tiempo pasaba demasiado lento cuando no tenia nada mejor que hacer.

«Si solo hubiese cargado mi teléfono nada de esto estaría pasando» Volvió a suspirar antes de cerrar los ojos, si se mantenía así seguramente terminaría dormida ¿No? ¿Que tal si cantaba? seguro haciéndolo terminaría por aburrirse y quedarse dormida de una vez por todas -We are one within a dream, so hold me close and count the stars with me, all our scattered memories, I will find the pieces, one by one- Murmuró tarareando despacio intentando que llegase a dormirse mas sin llegar a tener el efecto esperado,  por lo mismo gruñó otra vez realmente frustrada por lo que ocurria. Aparentemente no iba a poder ni siquiera llegar a  dormir un par de minutos, por lo mismo maldijo su suerte, era la única ocasión en la que podía hacer eso y su subconsciente no lo aprovechaba por simplemente no tener sueño.


-Tro?- Musitó al ver como literalmente una bola de pelos correr, haciendo que ella parpadeara varias veces sin dar verdadero crédito a lo que veía ¿Acaso se había vuelto loca por dormir solo un par de horas? ¿Era eso? De ser así juraba que dormiría las ocho horas correspondientes de ahora en adelante, porque eso de las alucinaciones definitivamente no eran lo suyo. Claro que tuvo que descartar aquella idea cuando vio al rubio tirarse encima de…. ¿La mota de pelos? ¿Oveja enana y de lana lisa? No estaba del todo segura de que era pero el tema es que el chico había logrado atraparla como si se tratase de un lobo lanzándose hacia su presa, todo ante la expectante mirada cían de la chica, que por lo mismo siguió su trayectoria hasta que termino gracias a una de sus piernas en la cual el contrario termino “chocando”. Se permitió parpadear un par de veces más antes de que el chico la saludase, más sin llegar a desviar la mirada del susodicho. No podía decir que aquello había sido normal porque… bueno, había visto a la cosa entre sus manos correr como si nada.

-Hola…- Murmuró por lo bajo antes de apuntar al peludo amigo que se encontraba entre sus manos, observándolo fijamente -Esta vivo ¿Cierto?- Había cierta duda en su voz debido a que realmente no estaba segura si sus ojos la habían engañado por culpa de la falta de sueño, por ello negó despacio con la cabeza intentando despertarse un poco más. Estaba casi segura de lo que había visto pero ese “casi” la hacia dudar ¿Y si no estaba vivo? ¿Y si solo había sido el viento? ¿Y si se había vuelto loca? Bueno…. Sabia que algo mal estaba en su cabeza pero no a tal punto que se imaginara cosas «Qui-Quizás si deba ir al psicólogo…. O-Oh mejor no… No quiero ir a ese lugar de paredes blancas y que te regalan una chaqueta blancas que no salen…» Mordió levemente su labio mientras esperaba la respuesta del contrario, rezando a todos los dioses existentes que fuese una afirmación, realmente no quería terminar en el manicomio aun ¡Tenia muchas cosas que hacer todavia! ¡Tenia que conocer a Aria y volver a ver a Mack! ¡No podían encerrarla aun! O quizás solo estaba exagerando como siempre… El tema era si el pequeño ser peludo entre las manos del contrario estaba vivo o no.

La chica no había prestado mayor atención al rubio frente a ella, pues toda esta se encontraba dirigida directamente a “La mota de pelo gigante”, pues había conseguido la curiosidad de la chica. Y es que era tan… tan… ¡Ni siquiera era capaz de darle una palabra que lograse definirlo! ¡Casi podía asegurar que no era de ese mundo! Y por lo mismo sus ojos brillaron con esa curiosidad tan ella. Si lo pensaba bien no tenía que realmente sorprenderse de nada, después de todo actualmente se entraba en Death City, las criaturas mágicas eran cosa de la vuelta de la esquina, pero siendo que no llevaba mucho tiempo en la ciudad no podía evitar sentirse maravillada con todo lo que la rodeaba. Entre más “exótico” más Anya sentía que ese era el mejor lugar a que la pudieron haber enviado. Claro que al saber que se encontraba viva no tardo ni dos segundos en levantarse para poder observarlo mejor, era tan… Curioso… Si, esa erala palabra, tan curioso que demandaba por completo su atención.

—E-es muy genial— Cuando aquello salió de sus labios sus manos se habían posicionado a la altura de su pecho, con ambas manos en forma de puños como si demostrase toda su emoción a través de su cuerpo ¡Y es que no podía evitarlo! ¡Azúcar sin duda era una de las criaturas más geniales que había visto en su vida! -Al menos a sus ojos-. Claro que al escuchar al contrario dio un paso atrás, debido a la emoción había quedado demasiado cerca del contrario, lo suficiente como para que no pudiese tomar su mano con comodidad —Soy Anya, un gusto conocerte, Rin, Azúcar— Su voz había salido más alta de lo que tenía planeado, la verdad es que estaba demasiado emocionada, más de lo recomendable para alguien como ella mientras tomaba su mano.

«¿Qué clase de criatura es? L-la verdad es que estando en su hombro tan quieto no pensaría que estuviese vivo de no ser porque hace cinco minutos lo vi correr… ¡ES DEMASIADO INCREÍBLE!» Hubiese expuesto todas sus dudas al contrario de no ser que lo escucho hablar, haciendo que su rostro se desviase hacia un lado sonriendo mientras soltaba una risita, pero no era la clásica de “felicidad” por así decirlo, sino más bien de esas que al escucharlas tenía claro que no era nada de lo que él había señalado.

—Bu-bueno la verdad es que…— Suspiró pesadamente antes de decidir responderle al contrario —Me quede dormida por jugar en el teléfono hasta tarde y llegué un minuto tarde a clases y el profesor no me dejó entrar así que ahora tengo que quedarme afuera hasta el siguiente período— Había hablado rápido, porque se avergonzaba bastante de sus acciones, claro que aquello aumentó al ver que había dejado completamente abandonado aquel cuaderno con el mal dibujo del profesor en él y claramente a la vista del contrario ¿Por qué era así? En ocasiones llegaba a pesar que a su subconsciente le gustaba avergonzarla la mayor parte del tiempo, sino… ¿Por qué le hacía esta clase de cosas? Volvió a observar al chico para intentar darle una explicación de lo que posiblemente había visto, pero al notar aquel brillo en sus ojos lo que salió de sus labios no era precisamente lo que había tenido pensado decir.

—¿Quieres hacer algo divertido ya que al parecer ninguno tiene clases?— Sonrío levemente, después de todo no había “investigado” el Shibusen y si lo pensaba bien la persona frente a ella no se veía como la más “correcta” de la institución ¿Por qué no entretenerse juntos? Estaba segura que lo lograrían sin mucho problema, como también que se meterían en problemas por lo mismo…