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Paradise. [Priv. Pia]
Death City :: Shibusen :: Pasillos
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Paradise. [Priv. Pia]
Acababa de salir de una de sus clases, había sido una jornada medianamente tranquila hasta el momento, pero como no había probado bocado en lo que llevaba del día había sentido una urgencia mayor porque sólo terminara la hora de apuntes y estudios para poder comer algo, su mirada perdida en el amplio ventanal, más allá del cual el sol se alzaba en lo alto del cielo despejado. Sin embargo, una vez tocó salir del aula se encontró en un pequeño dilema con el que no había contado hasta ese momento. No recordaba exactamente el camino correcto a tomar. Y eso era un gran problema para alguien como Evan, ¿Por qué? Bueno...
Si había algo que podía caracterizar al joven de mirada carmesí, eso era su poco tacto al momento de tratar con otras personas, especialmente si era por primera vez. De pocas palabras, mirada evasiva y notable nerviosismo, el chico podría llegar a desquiciarte o simplemente cansarte si tenías poca paciencia. Pero a pesar de todo él lo intentaba, de verdad lo hacía y por ello ahora mismo se encontraba en medio de uno de los pasillos de la prestigiada escuela vocacional, hablando con estudiantes completamente desconocidos para él. -Discul-… Ehm… Perdona, tú, ¿tendrias-… ¡Eh, u-usted, señorita, podría-…- O bueno, como dije antes, lo intentaba. Lo cierto es que a pesar de sus tímidas expresiones lanzadas a algunos de los estudiantes que se cruzaban por su camino, la voz baja y la poca falta de costumbre a hablar con los demás le impedía lanzar frases completas y que terminaran por sonar tanto audibles como coherentes.
Por ello liberó un pesado suspiro, bajando los brazos y la cabeza, sus ojos enfocándose en el calzado negro que llevaba. Preguntar por simples direcciones para llegar hasta el enorme comedor -o cafetería, como le llamaban- se le estaba dificultando más de la cuenta. Porque sí, a pesar de llevar un par de años dentro de la famosa escuela lo cierto es que su torpeza no sólo se quedaba en falta de coordinación o tacto en sus movimientos, no no, se extendía hasta para el mínimo de orientación, memoria y lectura de direcciones que se necesitaba para poder llegar a ciertos destinos. Y de todas formas volvió a aclarar su garganta como por tercera vez en apenas diez minutos, como si la simple tarea de soltar unas cuantas palabras sueltas le trajera problemas a su voz, mientras su mirada se movía nerviosa en las personas que seguían caminando, muchos de ellos casi chocando con él.
“No pueden culparme, ¡esta escuela es prácticamente un laberinto! Además no es como si alguien estuviera haciendo el esfuerzo por escucharme… ¿Acaso no les da cosa ver a un compañero de clases perdido? ¡Pero si ahí va Cassandra!”
-He-hey, Cassa- ¿Cassy?- Sí, hasta intentó sonar más familiar de lo que en otros momentos se atrevería, pero aún así la joven con la cual compartía algunas clases siguió de largo como si ni siquiera le hubiera visto, ¿Falta de modales? ¿Odiosa personalidad? Tal vez, pero lo más probable es que simplemente no le notara y realmente no se le podía culpar por eso. Era difícil percibir la presencia del azabache, y mucho más si se trataba de un lugar tan transitado como lo era aquel pasillo, incluso cuando estuviera parado en medio de este. Una persona gris, apenas una mancha indistinguible en el ambiente que era pasada por alto por la marea de colores que eran los demás individuos.
Así, el chico de lentes de marco negro gruñó por lo bajo, una de sus manos revolviendo descuidadamente su cabello mientras su cabeza se giraba levemente de un lado a otro, recurriendo ahora a intentar encontrar el camino por su propia cuenta. Por hoy tendría que dar por terminada su misión de entablar una conversación casual con alguien sólo para conseguir direcciones. Sí, una mancha gris, realmente el joven arma necesitaba un poco de color en su vida. -¡Ah! Perdona…- Se disculpó cuando al fin una de las personas que se hacía camino por el pasillo fue a dar contra él, desestabilizando su cuerpo en el proceso y casi haciéndole caer por la repentina fuerza del impacto. La disculpa salió de inmediato, casi como estudiada de antemano. Y aquel encuentro tal vez se habría terminado ahí de no ser porque algo logró hacer click en el cerebro del estudiante para recordarle que había intentado llamar la atención por más de veinte minutos y, de esa forma, detuvo el avance de la otra persona con un agitar de sus brazos bastante exagerado, casi ridículo. Una chica, por lo que pudo ver entre su nerviosismo y los miles de pensamientos que se le estaban asaltando en ese momento. -¡Espera! QueBonitoDía¿NoLoCrees?¿Cu-cuálEsTuNombre?¿PodríasLlevarmeALaCafetería?¡TePagaré!- Oh, mierda. Las palabras salieron de tropezón en una sola bocanada de aire, seguramente indescifrables por lo rápido y sin pausa con las que las había soltado, sus ojos sangre apenas dignándose a ver el suelo frente a ambos.
“Debí haberme comido alguna bolsa de frituras de las que venden en las máquinas expendedoras...”
Si había algo que podía caracterizar al joven de mirada carmesí, eso era su poco tacto al momento de tratar con otras personas, especialmente si era por primera vez. De pocas palabras, mirada evasiva y notable nerviosismo, el chico podría llegar a desquiciarte o simplemente cansarte si tenías poca paciencia. Pero a pesar de todo él lo intentaba, de verdad lo hacía y por ello ahora mismo se encontraba en medio de uno de los pasillos de la prestigiada escuela vocacional, hablando con estudiantes completamente desconocidos para él. -Discul-… Ehm… Perdona, tú, ¿tendrias-… ¡Eh, u-usted, señorita, podría-…- O bueno, como dije antes, lo intentaba. Lo cierto es que a pesar de sus tímidas expresiones lanzadas a algunos de los estudiantes que se cruzaban por su camino, la voz baja y la poca falta de costumbre a hablar con los demás le impedía lanzar frases completas y que terminaran por sonar tanto audibles como coherentes.
Por ello liberó un pesado suspiro, bajando los brazos y la cabeza, sus ojos enfocándose en el calzado negro que llevaba. Preguntar por simples direcciones para llegar hasta el enorme comedor -o cafetería, como le llamaban- se le estaba dificultando más de la cuenta. Porque sí, a pesar de llevar un par de años dentro de la famosa escuela lo cierto es que su torpeza no sólo se quedaba en falta de coordinación o tacto en sus movimientos, no no, se extendía hasta para el mínimo de orientación, memoria y lectura de direcciones que se necesitaba para poder llegar a ciertos destinos. Y de todas formas volvió a aclarar su garganta como por tercera vez en apenas diez minutos, como si la simple tarea de soltar unas cuantas palabras sueltas le trajera problemas a su voz, mientras su mirada se movía nerviosa en las personas que seguían caminando, muchos de ellos casi chocando con él.
“No pueden culparme, ¡esta escuela es prácticamente un laberinto! Además no es como si alguien estuviera haciendo el esfuerzo por escucharme… ¿Acaso no les da cosa ver a un compañero de clases perdido? ¡Pero si ahí va Cassandra!”
-He-hey, Cassa- ¿Cassy?- Sí, hasta intentó sonar más familiar de lo que en otros momentos se atrevería, pero aún así la joven con la cual compartía algunas clases siguió de largo como si ni siquiera le hubiera visto, ¿Falta de modales? ¿Odiosa personalidad? Tal vez, pero lo más probable es que simplemente no le notara y realmente no se le podía culpar por eso. Era difícil percibir la presencia del azabache, y mucho más si se trataba de un lugar tan transitado como lo era aquel pasillo, incluso cuando estuviera parado en medio de este. Una persona gris, apenas una mancha indistinguible en el ambiente que era pasada por alto por la marea de colores que eran los demás individuos.
Así, el chico de lentes de marco negro gruñó por lo bajo, una de sus manos revolviendo descuidadamente su cabello mientras su cabeza se giraba levemente de un lado a otro, recurriendo ahora a intentar encontrar el camino por su propia cuenta. Por hoy tendría que dar por terminada su misión de entablar una conversación casual con alguien sólo para conseguir direcciones. Sí, una mancha gris, realmente el joven arma necesitaba un poco de color en su vida. -¡Ah! Perdona…- Se disculpó cuando al fin una de las personas que se hacía camino por el pasillo fue a dar contra él, desestabilizando su cuerpo en el proceso y casi haciéndole caer por la repentina fuerza del impacto. La disculpa salió de inmediato, casi como estudiada de antemano. Y aquel encuentro tal vez se habría terminado ahí de no ser porque algo logró hacer click en el cerebro del estudiante para recordarle que había intentado llamar la atención por más de veinte minutos y, de esa forma, detuvo el avance de la otra persona con un agitar de sus brazos bastante exagerado, casi ridículo. Una chica, por lo que pudo ver entre su nerviosismo y los miles de pensamientos que se le estaban asaltando en ese momento. -¡Espera! QueBonitoDía¿NoLoCrees?¿Cu-cuálEsTuNombre?¿PodríasLlevarmeALaCafetería?¡TePagaré!- Oh, mierda. Las palabras salieron de tropezón en una sola bocanada de aire, seguramente indescifrables por lo rápido y sin pausa con las que las había soltado, sus ojos sangre apenas dignándose a ver el suelo frente a ambos.
“Debí haberme comido alguna bolsa de frituras de las que venden en las máquinas expendedoras...”
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Fecha de inscripción : 16/06/2016
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Evan Knight
Re: Paradise. [Priv. Pia]
Caminaba por los pasillos saludando a todos muy sonriente, no conocía a nadie pero eso no le quitaba ser amable, algunos le devolvían el saludo otros le ignoraban, realmente no le importaba mucho. Ese día se sentía tranquila, no había hecho ningún trabajo y no había faltado a clases, además había descansado bastante bien en esa semana, aunque a veces se sentía un poco inquieta por no tener pequeños mandados que su abuelo la manda hacer, era un poco raro pero quizá no tenía negocios pendientes en Death City.
Se paró unos momentos y vio por el ventanal que estaba en los pasillos, suspiro quizá en la tarde haría algo, salir a alguna parte o hacer parkour un rato por la ciudad, no podía decir que salir con amigos cuando realmente no tenía mucho o casi ninguno, le incomodaba un poco el convivir, le era difícil por su personalidad tan efusiva, rio un poco, si quería amigos tendría que controlarse un poco será algo complicado pero lo intentaría. Retomo su camino por los pasillos aun pensado en aquello hasta que sintió como gruñía su estómago, recordó que no había desayunado en la mañana, así que apuro un poco el paso para ir a la cafetería, tarareando alguna canción al azar pero sin dejar de pensar en si misma.
Sin fijarse mucho sintió como chocaba con alguien, pudo mantener el equilibrio sin caer pero sintiéndose un poco aturdida por unos segundos viendo el joven frente a ella, le escucho hablar rápido pero había logrado entender sus palabras, mordió su labio mirándolo atenta sin poder evitarlo termino riendo, estiro su mano pasándola por el desarreglado cabello del joven.
-Eres adorable- soltó sonriendo olvidando todo lo que había dicho el chico y olvidando tambien que estaba algo hambrienta. Mentalmente se palmeo la frente.
“Dios, soy un caso”
Había hecho algo tan repentino que no pensó en que si molestaría al chico, alejo su mano dudando y tratando de contenerse de acercarla de nuevo al cabello de él.
-Lo siento por eso...- murmuro mirándolo un poco avergonzada.
Se paró unos momentos y vio por el ventanal que estaba en los pasillos, suspiro quizá en la tarde haría algo, salir a alguna parte o hacer parkour un rato por la ciudad, no podía decir que salir con amigos cuando realmente no tenía mucho o casi ninguno, le incomodaba un poco el convivir, le era difícil por su personalidad tan efusiva, rio un poco, si quería amigos tendría que controlarse un poco será algo complicado pero lo intentaría. Retomo su camino por los pasillos aun pensado en aquello hasta que sintió como gruñía su estómago, recordó que no había desayunado en la mañana, así que apuro un poco el paso para ir a la cafetería, tarareando alguna canción al azar pero sin dejar de pensar en si misma.
Sin fijarse mucho sintió como chocaba con alguien, pudo mantener el equilibrio sin caer pero sintiéndose un poco aturdida por unos segundos viendo el joven frente a ella, le escucho hablar rápido pero había logrado entender sus palabras, mordió su labio mirándolo atenta sin poder evitarlo termino riendo, estiro su mano pasándola por el desarreglado cabello del joven.
-Eres adorable- soltó sonriendo olvidando todo lo que había dicho el chico y olvidando tambien que estaba algo hambrienta. Mentalmente se palmeo la frente.
“Dios, soy un caso”
Había hecho algo tan repentino que no pensó en que si molestaría al chico, alejo su mano dudando y tratando de contenerse de acercarla de nuevo al cabello de él.
-Lo siento por eso...- murmuro mirándolo un poco avergonzada.
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Pia A. Génova
Re: Paradise. [Priv. Pia]
-¿E-eh?- Sí, por lo visto hasta ahora cualquiera podría pensar que el chico tenía alguna clase de problema en sus cuerdas vocales que le impedían expresarse correctamente, pues apenas pudo decir eso entrecortadamente una vez la mano de la rubia terminó dándole una delicada caricia en la cabeza. Se podía decir que aquella sensación era nueva para él, o bien no la había sentido hace demasiado tiempo, pues el casual toque a su cabello le trajo cierto regocijo. Siempre se hablaba de la importancia de los abrazos y demás gestos más íntimos, pues bien, algo tan simple como dedicarle un revolver de cabellos podría ser el equivalente para la despistada arma. De todas formas, eso no quitó que sus mejillas se tiñeran de un casi imperceptible tono rosado, que duró hasta que la contraria volvió a hablar para disculparse.
Realmente no estaba acostumbrado a aquella clase de gestos, incluso el que le dijeran algo como adorable, por lo que por un momento había pensado que todo aquello fuera alguna clase de saludo, después de todo él todavía no terminaba de aprender las costumbres y modales de la sociedad moderna, así que descartó que la disculpa fuera realmente por aquel “atrevimiento”. -Ah, n-no te disculpes, ¡Yo fui quien estaba parado como poste en medio del pasillo!- Se habría dado un golpe así mismo por lo despistado y poco caballeroso que sería el que la chica se disculpara antes que él por el choque, por lo que rápidamente se inclinó ante ella como si de una alabanza se tratara. -Lo siento.- Un pequeño suspiro se escapó de sus labios a la vez que volvía a adoptar una postura recta, sus ojos fijos en el suelo. No se atrevía a ver a la contraria a los ojos todavía. -De todas formas…- Apenas un murmullo antes apretar sus manos y su mirada se encendiera llena de decisión y coraje. No podía fallar esta vez. -¿Podría pedirte un favor?- Su mirada finalmente se fijó en los ojos amatistas de la joven frente a él. Alzó una de sus manos para acomodar sus lentes mientras esperaba una respuesta.
Hasta que, claro, se dio cuenta de que había fallado de nuevo. Y nuevamente era por la falta de modales que le había traicionado, ¡¿Acaso no había aprendido?! Tratar con otras personas realmente era un desafío, y era un sentimiento malo, seguramente, pero a veces envidiaba a aquellos que podían expresarse con tanta facilidad. -¡Lo lamento de nuevo! No me he presentado aún… Mi nombre es Evan Knight. Pu-puedes decirme Evan simplemente, n-no creo tener ningún apodo…- Aclaró al final, como si aquello fuera también información de importancia, tal vez sólo para agregar algo más y parecer que no tenía problemas a la hora de hablar. -Hm…- La siguiente acción se la debatió entre hacerla o no, pues realmente no estaba seguro de si aquello fuera algo común entre personas que recién se conocían, pero aún así dejó de lado sus dudas al final pues realmente no quería volver a fallar, pues debía aprender a presentarse correctamente, ¿no? -Adorable…- Murmuró con cierta incomodidad mientras alzaba una de sus manos y, llevándola a la cabeza de la contraria, le dedicaba la misma y pequeña caricia que ella le había hecho antes. Todo el tiempo con su ceño fruncido mientras miraba fijamente a lo que estaba haciendo, como si aquel gesto el estuviera tomando hasta el último ápice de su fuerza de voluntad.
Sólo esperaba que lo estuviera haciendo bien, nada fuera de lo común. Pero si ella lo había hecho antes, esa debía ser la forma correcta de presentarse. O eso quería creer.
Realmente no estaba acostumbrado a aquella clase de gestos, incluso el que le dijeran algo como adorable, por lo que por un momento había pensado que todo aquello fuera alguna clase de saludo, después de todo él todavía no terminaba de aprender las costumbres y modales de la sociedad moderna, así que descartó que la disculpa fuera realmente por aquel “atrevimiento”. -Ah, n-no te disculpes, ¡Yo fui quien estaba parado como poste en medio del pasillo!- Se habría dado un golpe así mismo por lo despistado y poco caballeroso que sería el que la chica se disculpara antes que él por el choque, por lo que rápidamente se inclinó ante ella como si de una alabanza se tratara. -Lo siento.- Un pequeño suspiro se escapó de sus labios a la vez que volvía a adoptar una postura recta, sus ojos fijos en el suelo. No se atrevía a ver a la contraria a los ojos todavía. -De todas formas…- Apenas un murmullo antes apretar sus manos y su mirada se encendiera llena de decisión y coraje. No podía fallar esta vez. -¿Podría pedirte un favor?- Su mirada finalmente se fijó en los ojos amatistas de la joven frente a él. Alzó una de sus manos para acomodar sus lentes mientras esperaba una respuesta.
Hasta que, claro, se dio cuenta de que había fallado de nuevo. Y nuevamente era por la falta de modales que le había traicionado, ¡¿Acaso no había aprendido?! Tratar con otras personas realmente era un desafío, y era un sentimiento malo, seguramente, pero a veces envidiaba a aquellos que podían expresarse con tanta facilidad. -¡Lo lamento de nuevo! No me he presentado aún… Mi nombre es Evan Knight. Pu-puedes decirme Evan simplemente, n-no creo tener ningún apodo…- Aclaró al final, como si aquello fuera también información de importancia, tal vez sólo para agregar algo más y parecer que no tenía problemas a la hora de hablar. -Hm…- La siguiente acción se la debatió entre hacerla o no, pues realmente no estaba seguro de si aquello fuera algo común entre personas que recién se conocían, pero aún así dejó de lado sus dudas al final pues realmente no quería volver a fallar, pues debía aprender a presentarse correctamente, ¿no? -Adorable…- Murmuró con cierta incomodidad mientras alzaba una de sus manos y, llevándola a la cabeza de la contraria, le dedicaba la misma y pequeña caricia que ella le había hecho antes. Todo el tiempo con su ceño fruncido mientras miraba fijamente a lo que estaba haciendo, como si aquel gesto el estuviera tomando hasta el último ápice de su fuerza de voluntad.
Sólo esperaba que lo estuviera haciendo bien, nada fuera de lo común. Pero si ella lo había hecho antes, esa debía ser la forma correcta de presentarse. O eso quería creer.
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Evan Knight
Re: Paradise. [Priv. Pia]
Miraba al joven y no podía evitar que era adorable, pero no lo dijo para no intentar incomodarlo mas, sonreía calmada observándolo, quería preguntarle que tenia pero era mejor no presionarle, tomo su celular con la funda de conejito y jugo con ella en sus manos esperando paciente al de cabello oscuro. Cuando le escucho disculparse abrió un poco los ojos, soltó una leve risita, dejando le seguir hablando, asintió ante la pregunta curiosa.Le parecía alguien peculiar aquel joven, no lo había visto o topado con el en otras partes de la escuela, quizá era por que no había pasado tanto tiempo en el instituto o quizá era nuevo, simplemente no lo sabia. Debía admitir que tenia unos ojos curiosos le gustaban, no había visto muchos de ese color, eran lindos.
-Claro dime-contesto de manera amable mirándole aun con curiosidad esperando la respuesta, pero al escuchar la repentina presentación no pudo evitar soltar una pequeña carcajada, no se había dado cuenta que realmente no se habían presentado, cuando estaba apunto de presentarse, sintió una mano en su cabeza,la acción la tomo por sorpresa mas las palabras del chico que la hizo abrir los ojos, soltó una risa nerviosa y se sonrojo, mirando a otra parte.Realmente no esperaba algo así, no estaba acostumbrada a esos toques de desconocidos por lo que se tenso levemente, no sabia que hacer mas que ponerse nerviosa, pero tampoco quería ser grosera y apartarse. Asi que espero a que terminara aquel tacto para estar tranquila.
-U-un gusto, Evan-se puso notar su aceto italiano en esas palabras tratando de no mostrar sus nervios-Mi nombre es Pia Aneley Génova...puedes decirme Pia-le sonrió levemente, pero pronto recordó la pregunta del joven- Y dime ¿cual es era ese favor que necesitabas?-le miro curiosa volviendo a esperar la respuesta, ladeando un poco la cabeza.
-Claro dime-contesto de manera amable mirándole aun con curiosidad esperando la respuesta, pero al escuchar la repentina presentación no pudo evitar soltar una pequeña carcajada, no se había dado cuenta que realmente no se habían presentado, cuando estaba apunto de presentarse, sintió una mano en su cabeza,la acción la tomo por sorpresa mas las palabras del chico que la hizo abrir los ojos, soltó una risa nerviosa y se sonrojo, mirando a otra parte.Realmente no esperaba algo así, no estaba acostumbrada a esos toques de desconocidos por lo que se tenso levemente, no sabia que hacer mas que ponerse nerviosa, pero tampoco quería ser grosera y apartarse. Asi que espero a que terminara aquel tacto para estar tranquila.
-U-un gusto, Evan-se puso notar su aceto italiano en esas palabras tratando de no mostrar sus nervios-Mi nombre es Pia Aneley Génova...puedes decirme Pia-le sonrió levemente, pero pronto recordó la pregunta del joven- Y dime ¿cual es era ese favor que necesitabas?-le miro curiosa volviendo a esperar la respuesta, ladeando un poco la cabeza.
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Pia A. Génova
Re: Paradise. [Priv. Pia]
Su mirada nerviosa siguió atentamente el movimiento de su propia mano mientras acariciaba la cabeza de la rubia, y antes de que se diera cuenta, ya había tragado saliva y retirado rápidamente la misma, sintiendo internamente que sólo estaba invadiendo el espacio de la contraria. Y sí, lo pudo notar con un sólo vistazo al rostro de la contraria, se notaba que la había incomodado de alguna forma. Oh no, la había jodido de nuevo. Esperó por lo que pareció una eternidad a que ella volviera a hablar, internamente temiendo el rechazo que bien podría venir luego de tal atrevimiento. Pero no. Nada de eso vino.
-Pia Aneley…- Repitió en voz baja, asintiendo despacio y ya mucho más tranquilo, sabiendo que no había arruinado el encuentro con su acción anterior. -¡Un gusto también! Es un bonito nombre, Pia.- Habló con la pura sinceridad de un niño, sonriendo esta vez de manera amplia, feliz. Era increíble pero sí, así era, tan sólo haber conocido al fin a otra persona de esa manera era motivo suficiente para hacerle sonreír con sinceridad. -¡Ah sí, el favor!- Soltó una carcajada ahora nerviosa, borrando la sonrisa boba de felicidad para volver al gesto nervioso y un tanto cohibido de antes. -Verás, todavía me cuesta moverme por la escuela y- Pues, quiero ir a la cafetería pero no sé el camino.- Bueno, más bien no lo recordaba. Ya había estado ahí un par de veces, sólo que su torpeza y memoria no le ayudaban a aprender las direcciones. -Unas instrucciones estarían bien, pero…- “Pero lo más probablemente es que me pierda de todas formas.” Sí, se conocía bien, y lo más probable es que terminara perdido incluso con unas anotaciones. Realmente era insoportable a veces.
-Ahm, bueno, ¿no tienes hambre? Si me llevaras yo… ¡Prometo pagar por tu comida! ¿Eso estaría bien?- Sus grandes ojos carmesí ahora se fijaron en ella con gran curiosidad y emoción, su rostro todavía demostrando aquel nerviosismo por estar tratando con otra persona tan amigablemente. Pero había cierta ilusión en su interior, porque la rubia de alegre y risueña mirada se le había hecho muy diferente a las demás personas con las que había cruzado si quiera dos palabras. Tal vez finalmente la suerte estaba de su lado. Tal vez… al fin había conocido a alguien con quien poder hablar.
-Pia Aneley…- Repitió en voz baja, asintiendo despacio y ya mucho más tranquilo, sabiendo que no había arruinado el encuentro con su acción anterior. -¡Un gusto también! Es un bonito nombre, Pia.- Habló con la pura sinceridad de un niño, sonriendo esta vez de manera amplia, feliz. Era increíble pero sí, así era, tan sólo haber conocido al fin a otra persona de esa manera era motivo suficiente para hacerle sonreír con sinceridad. -¡Ah sí, el favor!- Soltó una carcajada ahora nerviosa, borrando la sonrisa boba de felicidad para volver al gesto nervioso y un tanto cohibido de antes. -Verás, todavía me cuesta moverme por la escuela y- Pues, quiero ir a la cafetería pero no sé el camino.- Bueno, más bien no lo recordaba. Ya había estado ahí un par de veces, sólo que su torpeza y memoria no le ayudaban a aprender las direcciones. -Unas instrucciones estarían bien, pero…- “Pero lo más probablemente es que me pierda de todas formas.” Sí, se conocía bien, y lo más probable es que terminara perdido incluso con unas anotaciones. Realmente era insoportable a veces.
-Ahm, bueno, ¿no tienes hambre? Si me llevaras yo… ¡Prometo pagar por tu comida! ¿Eso estaría bien?- Sus grandes ojos carmesí ahora se fijaron en ella con gran curiosidad y emoción, su rostro todavía demostrando aquel nerviosismo por estar tratando con otra persona tan amigablemente. Pero había cierta ilusión en su interior, porque la rubia de alegre y risueña mirada se le había hecho muy diferente a las demás personas con las que había cruzado si quiera dos palabras. Tal vez finalmente la suerte estaba de su lado. Tal vez… al fin había conocido a alguien con quien poder hablar.
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Evan Knight
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