What's wrong? [Priv. Anya]

Suspiro pesadamente mientras caminaba por aquel gran lugar, y es que no estaba exagerando, se le había ocurrido la brillante idea de conocer todo Death City porque… Bueno, ese seria su hogar de ahora en adelante y realmente deseaba el poder conocerlo a fondo, era una persona verdaderamente curiosa, las cosas raras en aquella ciudad eran considerablemente notorias ¿Quién no querría recorrer todo ese lugar? Claro que mientras lo hacia una cosa llevo a la otra y de hecho no estaba del todo segura como había terminado completamente internada en el  bosque cercano, ¿Acaso era una nueva clase de idiota o algo así? No es que tuviese un mal sentido de orientación, pero el bosque sin duda era un lugar donde cualquier persona podía perderse… ¿Cierto? No es que ella fuese una completa despistada tampoco…

«Creo que es un poco de ambas» Nuevamente dejo escapar todo el aire de su cuerpo antes de desviar la mirada hacia el cielo, a decir verdad no era un lindo día del todo, estaba nublado y de hecho el escenario perfectamente podía darse para una película de terror, el bosque era claramente denso y por lo mismo la menor trago saliva nerviosa, no, no tenia porque pensar en eso, no tenia que asustarse a si misma, ¿Cuantas posibilidades habían de que algo así pasase justamente cuando se encontraba interna en mar de arboles? No muchas, de hecho sabia que su mente solo le estaba jugando una mala broma, aunque eso no evito que tragase un poco de saliva, nerviosa «Demonios…. Esto me pasa por pensar cosas innecesarias» Tomo aire para darse algo de valor, no tenia porque estar tan asustada, aun no era de noche, tenia varias horas para poder salir aun o eso creía, para su desgracia había dejado el teléfono en los cuartos del Shibusen por ello no tenia sentido ni de la hora ni tenia la posibilidad de poder llamar a alguien para que la sacase del aprieto.

«Esto es karma… Seguro fue porque me comí una caja de donas y no le dí a nadie...» Gruño por lo bajo mientras se detenía para poder buscar con la mirada la bendita salida, por haber pensado en donas ahora tenia un poco de hambre ¿Como podía tener tanta mala? No estaba del todo segura pero si lograba salir de allí en una sola pieza juraba que le daría donas a la próxima persona que se le presentase en frente…. O quizás no porque se vería demasiado extraño.

«Venga Anya, concentrate, solo encuentra la maldita salida» Apretó el puño para darse fuerza y seguir intentándolo, pero antes de que diese el primer paso algo comenzó a resonar entre los arbustos y por ello retrocedió un poco «¿Realmente estaba ocurriendo esto? ¿Había ocurrido una apocalipsis zombie mientras estaba perdida? ¿Una bruja? ¿Un monstruo? ¿Un fantasma? ¿Una bestia? ¡¿Edward Cullen?! Que dios me ampare de ser él ultimo, no quiero encontrarse con un hada en el bosque» Claro que dejo la ridiculez de lado mientras tomaba una rama caída para utilizarla de arma, no estaba segura pero era mejor prevenir que lamentar ¿No? Para su desgracia al estar retrocediendo sin ver el piso termino tropezando y quedando sentada en el suelo, o diablos, ahora estaba mucho más vulnerable que antes «Dios por favor apiadate de mi alma» Fue lo ultimo que pensó mientras apuntaba con la vara a quien había salido del arbusto… que no era más que un simple conejito.

«Oh Diablos, esto es patético… Me asuste de un conejito» Soltó un gruñido por culpa de esto y no dudo en levantarse sacudiéndose luego, aquello realmente había sido vergonzoso ¿Como podía enfrentarse a Huevos de Kishin si se asustaba de un simple y tierno conejito? Definitivamente era patética en ese punto «Pero no es mi maldita culpa, cuando lo hago debo tener un compañero… No estoy sola en un bosque perdida» Negó despacio con la cabeza ante lo pobre que era su intento de explicación, aunque mientras se sacudía noto que algo faltaba en su bolsillo y por lo mismo abrió los ojos asustada mientras revisaba cada parte de su cuerpo como si por arte de magia pudiese aparecer, aunque luego la desvió hacia el suelo intentando aun buscarla, más no era capaz de hallarla «Demonios… ¿Donde quedo mi maldita cartera?» Y fue entonces cuando fijo su vista en el tierno animal de antes observando como lo tenia a su boca, haciendo que una pequeña sonrisa se formase en su rostro ¡No lo había perdido en el camino al menos! Eso era una buena señal, pero para su desgracia al primer intento de paso que dio el animal salio corriendo con SU pertenencia a toda velocidad y de hecho la de cabellos claro no había dudado en perseguirlo lo más rápido posible.

-¡Maldición devuélveme mi maldita billetera!- Grito aun con el palo en mano, no quería hacerle daño, era de cierta forma una persona animalista ¡Pero ese ser era un ladrón! ¡Un vil ladrón y ella lo iba a atrapar costase lo que le costase! -¡Vuelve aquí pequeño cobarde!- Si, bueno, era claro por su tono y volumen de voz que estaba molesta, pero tampoco es como si tuviese que preocuparse de eso, después de todo ¿A quien se supone que podía molestar en el bosque? O al menos eso creyó hasta llegar donde había visto al conejo salir y no pudo quedar más sorprendida al ver a alguien allí, parpadeo confundida ¿Que diablos hacia alguien viviendo en medio del bosque? Quiso cuestionarlo hasta que vio en sus manos lo que le pertenecía y por ello lo apunto con la rama inconscientemente.

-¡Mi cartera!- Se acerco rápidamente hacia él para intentar tomarla aunque se freno a unos pasos de lograr su objetivo… ¿Que diablos se suponía que estaba haciendo acercándose a un completo extraño que vivía en el bosque como si nada? -Disculpa…. Pero… ¿Eres un brujo o una clase de asesino en serie que vive en medio de la nada? De ser así… ¿Podrías devolverme mi billetera para poder irme? Juro que no haré nada malo, solo quiero salir del bosque pero no puedo hacerlo sin eso- Sonrió lo más amable posible, no quería problemas y quería dejarlo en claro, pero tampoco podía dejar atrás su billetera, allí se encontraba la única foto que poseía con su hermana mayor, era un preciado tesoro y haría lo necesario para conseguirlo de vuelta, aunque eso implicase tener que meterse contra un brujo o asesino serial.

Bufó despacio ante las palabras del chico aunque sabia que realmente tenia razón ¿Quien diablos le confesaba a una chica que era un brujo o un asesino? No era lógico pero la verdad ni siquiera había meditado lo que había soltado porque solo quería la bendita cartera para irse de allí y no podía irse sin ella ¡No podía dejar a Aria allí!… Bueno, “la foto de Aria” ¡Pero era importante! ¡Maldito extraño! ¡Que le devolviese su pertenencia! ¡Era suya! «Maldito conejo  ladrón, prefería enfrentarme al hada que a ti» Soltó un suspiro aunque al volver a escuchar al castaño gruño con fuerza ¿Era en serio? ¿Tenia que probar que era suya? ¡¿De que otro lado la podía haber sacado el maldito conejo que no fuese de su persona?! ¿Creía que había ido a la ciudad solo para buscarla o que diablos? Posiblemente solo quería molestarla, era algo obvio, porque ¿Qué mejor que burlarse de la idiota perdida en el bosque que un conejo robo su cartera? ¡No había nada más divertido que eso!.

-Hijo de…. - Susurró despacio antes de gruñir, diablos ¿Cómo podía probar que era suyo? Mordió levemente su labio aunque al recordarlo quiso darse contra una muralla por idiota ¿Como diablos no se le había ocurrido antes? «Eres una idiota Anya, ese es el principal problema y porque piensas cosas innecesarias en lugar de lo que debes» Aquello ultimo realmente no era mentira, era claro, de hecho posiblemente de no pensar tantas cosas que no necesitaba podría pensar de manera fría y realista las cosas, lastima que las cosas no era así y que en su cabeza el 99% de las cosas que transitaban eran idioteces de su graaan imaginación -Mira, si abres MI cartera encontraras al inicio una foto de dos niñas pequeñas ¿Si? Soy yo y mi hermana, por ello es MI maldita cartera como ya dije- Volvió a bufar antes de cruzarse de brazos intentando parecer indignada, mas no llegaba a soltar su dichosa arma, mejor prevenir que lamentar, el castaño no había llegado a responderle y de ser un asesino o un brujo… Pues lo mejor era tener “algo” con lo que pudiese al menos poder distraerlo ¿No? Porque claramente una rama era un arma de temer…. También tenia zapatos por si le faltaba algo con que defenderse, a la porquería con las cosas materiales, si no sobrevivía no le servirían de nada, claro que también podía estar equivocada y solo se trataba de un simple ciudadano… Aunque uno bastante extraño si vivía en medio de la nada.

-¿Perdida? ¿Por qué crees eso? Sé perfectamente donde estoy- Mintió tan descaradamente que debería sentir vergüenza, pero en esta ocasión era por una cosa de orgullo, el castaño por algún extraño motivo le molestaba quizás principalmente porque sentía que solo quería picarla, era realmente de su desagrado ¡Ella no seria el medio de entretenimiento de nadie! ¡Tenia orgullo maldición! «No dejare que un idiota se burle de mi» Con ese pensamiento en mente estuvo lista para replicarle, incluso burlarse ¡Ella era perfectamente capaz de salir de allí sin ningún maldito problema! Pero sus palabras no fueron capaces de salir por culpa de lo ultimo dicho por el contrario, incluso sintió como la sangre abandonaba su rostro para dejarla aun más pálida de lo que ya era de por si ¿Había escuchado bien? ¿Había dicho Fantasmas? Ante la sola idea la chica desvió la mirada para observar el bosque de reojo, posiblemente el chico tuviese razón y de hecho los fantasmas eran lo menor de sus problemas, había escuchado que los huevos de Kishines eran comunes por esos lares.

«Tra-tranquilizate, Anya, se-seguro esta bromeando contigo, lo-los fantasmas n-no existen, so-son pu-pura imaginación, so-solo lo esta diciendo para asustarte, n-no le des en el gusto» Trago un poco de saliva antes de volver la vista hacia el chico con heterocromia, intentando parecer más segura y tranquila -N-No sé porque lo comentas, asustarse con fantasmas es de niños pequeños, a-así que devuélveme mi cartera para poder volver a la ci-ciudad- Estaba intentando hacer parecer que sus palabras no funcionaban con ella, y quizás hubiese servido de no ser porque su voz temblaba despacio al igual que su cuerpo y que, bueno, estaba realmente pálida .

Lo juraba, de no ser porque…. Bueno, no debía hacerlo y porque obviamente podía notar una clara diferencia de nivel entre ellos ¡Le rompería la cara! ¡Lo dejaría irreconocible! Tanto así que estaba seguro que tendría que hacerse una cirugía luego ¡Tenia que estarla jodiendo! ¡Que le devolviese su maldita cartera de una maldita vez! ¿Acaso quería sacarla de quicio lo suficiente como para que realmente actuara con agresividad? Lo dudaba, a menos que fuese medio masoquista. Entonces…. ¡¿Por qué no quería devolvérsela?! ¿Cómo diablos iba a saber a quien le pertenencia si no se atrevía siquiera a abrirla?  «Si esto sigue así juro que terminare cometiendo asesinato…. O bueno…. Al menos podría demandarme por agresión, porque mínimo un golpe le voy a dar» Luego de aquella idea tomo un poco de aire buscando verdaderamente calmarse, no tenia que haces estupideces si quería su billetera devuelta pero definitivamente la actitud del castaño no sé lo estaba dejando para nada fácil. Porque realmente ganas de golpearlo no le faltaban, por el contrario, si alguien le dijese que tenia permitido hacerlo lo primero que haría seria romper su nariz.

Claro que dejo todo eso de lado debido a la pregunta por parte del otro y de hecho una mueca se formo en el rostro de la chica antes de desviarla hacia el suelo como si se tratase de algo importante, solo porque quería que no fuese capaz de notar aquel leve dolor que sentía por no haber sido capaz aun de verla. porque irónicamente le aterraba enfrentarse a ella y darse cuenta que había sido olvidada -Eso no te importa, bastardo- Su voz había salido prácticamente como un gruñido pero al mismo tiempo levemente temblorosa, pues realmente no quería compartir esa información con un idiota como el que tenia allí adelante. ¿Qué le importaba a él hace cuanto no venia a su hermana? Nada, absolutamente nada, solo quería molestarla, de eso estaba completamente segura «Es un estúpido. Idiota. Imbécil. Bastardo. Devuélveme mi maldita cartera de una vez por todas.» A pesar de que todo eso pasaba por su cabeza desvió la mirada hacia el chico, pues aparentemente había descubierto su “inocente” mentira, aunque lo dicho por él no era nada para alegrarse ¿Volando? Que ella supiese no podía volar…. Quizás si debió haber practicado la teletransportación con Goku cuando pequeña…. «Venga, además de ser un gran Hijo de puta es antisocial…. Seguro es un asesino en serie… Me quiere matar, seguro detrás de la casa hay un cementerio con los cuerpos de todas las personas que se han perdido en este bosque… ¿Que huevos de kishines señores? ¡El imbécil frente mío es el culpable de todo!» Antes de que la chica pudiese quejarse el susodicho entro a la casa dejándola allí sola ¿Que se suponía que debía hacer? ¿Irse? Era una opción sin duda alguna, pero no podía dejar la única foto que tenia con Aria a manos de ese sujeto…. ¿Y si entraba? Aun estaba la posibilidad de que fuese un brujo o asesino y que aquello fuese una trampa para que se adentrara y matarla en ese mismo momento.

«Venga Anya, ten valor. Es por Aria.» Estuvo a punto de dar el primer paso para adentrarse cuando el castaño volvió a salir de la casa, haciendo que en lugar de avanzar diese un paso hacia atrás por precaución. Su madre siempre le había enseñado a no confiar en extraños y seguramente en ese minuto estaría orgullosa de ella ¿No? Bueno, omitiendo completamente que ahora era ella quien no tenia una excelente relación con ellos por culpa del resentimiento, tenia de cierta forma dos motivos. Primero, le habían ocultado toda su vida la existencia de su hermana mayor y segundo…. Pues la habían alejado de la persona que la estaba ayudando a superar todo.

A pesar de no estar del todo concentrada en el contrario, atrapó lo que le lanzo antes de alzar una ceja y levantarlo para verlo, aparentemente se trataba de una chaqueta ¿Por que se la estaba dando? No fue necesario preguntar pues justamente una pequeña brisa hizo acto de presencia, haciendo que la chica notase que la temperatura de cierta forma estaba bajando por culpa de que ya se hacia tarde. Mordió levemente su labio, lo lógico era que se lo pudiese para evitar enfermarse en un futuro, pero al mismo tiempo su orgullo gritaba que le lanzase la chaqueta en la cara al chico «Una muy difícil decisión» Suspiro pesadamente antes de volver su vista hacia él, asombrándose un poco de verlo convertir su brazo en una hacha, algo estúpido tomando en cuenta que ella podía hacer algo similar, pero bueno, en realidad aun no se acostumbraba a ese hecho «Que sea un ex graduado del Shibusen no significa que no sea un asesino en serie» Negó despacio con la cabeza antes de trasformar su brazo en el filo de un sable -Actual alumna del Shibusen- Musito despacio antes de colocarse finalmente la chaqueta y bueno, atreverse a acercarse y sentarse al lado del chico, apoyando sus codos en sus piernas para así poder usar su manos de soporte para su cabeza, observando donde ella se había encontrado parada hacia prácticamente nada -Mira, yo sé que tu no me quieres aquí, eso es obvio, por algo vives aislado y créeme que yo tampoco quiero estar aquí, así que… Devuélveme mi maldita cartera, luego hazme un mapa y yo saldré de aquí sin hacer más escándalo- Inclino el rostro para así poder verlo con una sonrisa ladeada, completamente distinta a la que antes había llevado, más bien era una un tanto satisfactoria -Es un buen trato ¿No crees? Así puedes volver a tu soledad y tranquilidad y yo podre salir de este lugar- Musito antes de ampliar más su sonrisa, lo mejor era llegar a un común acuerdo con el imbécil para así poder irse pronto ¿No?.

Era claro que el castaño quería que la chica lo golpease, no podía haber otra explicación para que soltase comentarios como esos ¿Palabras altisonantes? ¿linda cara? Por cosas como esas estaba segura que el contrario era un completo idiota con el ego inflado además de un intento de chico gigolo «No estoy segura de qué mierda es “altisonante” pero de lo que si estoy completamente segura que, primero, a él no tiene que importarle si las digo o no, segundo, ¡Yo digo lo que quiero! ¡Podría ser la persona con la cara más Kawaii del mundo y decir cuanta palabra altisonante se me ocurra!». Si bien esa clase de cosas pasaban por su cabeza había preferido mantenerse firme en su plan original, tenía que sacarle la información al contrario y conseguir su cartera de vuelta para poder irse lo más rápido posible de allí, porque no tenía ni la más mínima intención de resfriarse por andar bajo la lluvia, aun cuando le gustaba esa clase de clima no estaba en sus planes enfermarse porque… Bueno… Simplemente odiaba estarlo, le encantaba ser capaz de correr y gritar cuanto pudiese y no tener que preocuparse por tener mucosidad en exceso o no tener la voz suficiente como para que alguien la escuchase ¿Había algo más desesperante que eso para una persona como ella? Lo dudaba verdaderamente.

—¿Eh?— Observó al contrario completamente confundida mientras se aferraba a su billetera ¿Realmente se la estaba devolviendo? ¿Así de fácil había sido? Rápidamente su expresión cambio a una de felicidad completa, sus ojos brillaban mientras una amplia sonrisa se dibujaba en su rostro debido a tener nuevamente eso con ella, Aria había vuelto a estar entre sus pertenencias y no podía estar más alegre por ello —Gra-…— Antes de que terminara de agradecerle el contrario volvió a hablar, haciendo que aquel rostro se trasformase de una manera impresionante y es que no cualquiera podía presenciar como un rostro lleno de felicidad cambiaba a uno de completo terror en cosa de segundos, llegando al punto de comenzar a temblar despacio, después de todo no era mentira el hecho de que la chica de ojos cianes creyese que la arma frente a ella se trataba de un asesino en serie o mejor dicho el asesino de las personas que desaparecían en el bosque “por culpa de los huevos de kishines”. «Ca-Cálmate, Anya, se-seguramente estaba bromeando… A-además ¡t-tú no tienes miedo! Pe-perfectamente puedes escapar de un sujeto como ese».

—Y-ya quisieras poder matarme, idiota— Musito luego de escucharle decir que efectivamente se trataba de una broma para después levantarse y comenzar a caminar detrás de él siempre en guardia, no podía fiarse de un tipo que bromeaba con esa clase de cosas… Aunque fuese realmente ella quien había sacado el tema —No es como si tuviese alguna intención de volver aquí o de decirle a alguien ¿Sabes? A nadie le desearía tanto mal para enviarla contigo— Luego de decir aquello sonrió burlonamente antes de sacarle la lengua, claro que al escuchar aquello de “volver” palideció un poco antes de hacer una pequeña mueca —¡Hey! ¿Volver? ¡Tiene que ser una broma! ¡Seria como hacer un viaje para nada! ¿Por qué no llevas un paraguas o algo para que no quedes todo mojado y de ocurrir simplemente sigues hacia delante? No es por nada, pero realmente dudo que quieras tenerme en tu casa ¡Por qué créeme cuando te digo que no dejare que me dejes afuera mojándome mientras tu estas caliente dentro! — Si, la chica incluso se atrevía a quejarse cuando el contrario le estaba haciendo un favor, porque sinceramente le veía capaz de dejarla afuera mientras él estaba dentro. «¡Soy capaz de entrar por la ventana de ser necesario!» Era irónico que pensase eso cuando hacía cinco segundos atrás lo creía un asesino en serie, pero tomando en cuenta como era ella… No era raro aquel “olvido” porque la Clownlay solía confiarse demasiado de las personas, no por nada dejo que un completo extraño que la conoció en un parque la entrenara y prácticamente fuese su “amigo”.

—Anya— Dijo en respuesta a la presentación del chico, observándolo fijamente antes de seguir su andar, ni siquiera soportando un par de segundos en silencio para volver a abrir la boca —Dime, si no eres un asesino en serie… ¿Por qué vives en las profundidades de un bosque que se supone que es peligroso?— La curiosidad era una de las grandes cualidades de la chica y en ese mismo momento la estaba haciéndola ver, además de que no deseaba tener que soportar un silencio incomodo con semejante hombre en aquel lugar, no quería que la viese asustada como había estado en un inicio por culpa de un conejito que justamente la había conducido a todo lo recientemente ocurrido.

La menor no pudo evitar fulminarlo con la mirada cuando lo escucho tratarla casi como un animalito al que podía darle alojo una noche «¿Me está tratando como a un perro? ¡Yo no soy ninguna perra! Bueno… En el sentido literal de la palabra, no al sinónimo de puta… ¡Aunque también! ¡Yo no soy una mujer de vagina sociable! … Cre-Creo que me estoy desviando demasiado del tema» Se regañó mentalmente por sus drásticos cambios de tema mentales y de hecho por lo mismo prefirió dejar el tema de lado para seguir caminando. Claro que se sorprendió cuando lo escucho responderle aparentemente de forma seria, haciendo que la menor asintiese despacio, después de todo aquello tenía un poco más de sentido que su teoría de que era un asesino en serie que buscaba acabar con las personas que se perdían en el bosque, puesto a que… Bueno, actualmente a ella misma le estaba ayudando a volver a Death city.

«Quizás es una buena persona…» Si, quizás se había hecho una idea errada del pobre castaño, quizás si fuese un poco hijo de puta, pero quizás no lo era tanto ¡Había que darle créditos de ser así! ¿No? Sonrió levemente, pero antes de que pudiese abrir la boca para agradecerle por todo escucho el “Al parecer si tendrás que dormir en la alfombra” que hicieron que la pequeña chica inclinase la cabeza hacia un lado sonriendo aun —¿Eh?— Musitó antes de ser arrastrada, por el contrario, aún bastante atontada ¿Hablaba en serio? ¡¿Realmente se iban a devolver hasta la casa del chico?! Tenía que ser una broma ¡Una jodida broma! ¿Por qué no había llevado un paraguas como ella le había dicho que hiciera? Así habría podido devolverse sin problemas y sin tener que mojarse —¡E-Espera!— Gritó justamente cuando el chico se detuvo ¿Realmente iba a escucharla? Sonrió ampliamente antes de abrir la boca para pedirle que siguiesen su camino hacia Death city cuando se la echaron al hombro como si se tratase de un saco de papas y el chico comenzó a correr, haciendo que la pobre chica gritase de terror, odiaba ser cargada y al susodicho no se le ocurría nada mejor que ponerse a correr como si nada.


Era lo único en lo que pensaba mientras se aferraba un poco a la ropa del chico mientras gritaba casi como si se encontrara en una montaña rusa ¡¿Qué rayos tenía ese sujeto en la cabeza?! En cuanto la bajo no dudo en acercarse al susodicho mientras le abría la puerta de su casa para picarlo en el pecho con su dedo índice —Jodida diva— Gruño antes de dar el primer paso dentro, refunfuñando aun por uno que otro “maldita diva que no se puede mojar” o “joder con mi suerte”, pero todo ese enojo se fue dispersando cuando comenzó a observar curiosa la casa del contrario, pero solo había una cosa en su cabeza ahora que había aceptado su destino de tener que pasar toda la noche en la casa del chico con heterocromia que apenas conocía hacia un par de minutos.


Trago un poco de saliva pensando fríamente, Dan no se veía de las clases de personas con las que podías divertirte por horas, de hecho, a simple vista podría pensar que realmente la mandaría dormir a la alfombra… Pero aún era demasiado temprano como para permitirse el ir a dormir a esa hora ¿Con que podía matar el tiempo? Sabía que una idea mala podía llevarla a mojarse bajo la lluvia, tenía que pensar bien lo que iba a decir no podía soltar la primera idea que se le viniese a la cabeza, eso significaría ella bajo la lluvia segura.

—Hey... ¿Y si jugamos cartas?— No pudo evitar comenzar a maldecirse mentalmente por lo que había dicho, ¡Demonios! ¡Había hecho justamente lo que se había dicho mentalmente que no tenía que hacer! ¿En qué rayos estaba pensando? ¿Por qué no pensaba antes de hablar? Oh, claro, ese era su mayor problema, por lo mismo solo pudo morder su labio desviando su rostro hacia el suelo arrepentida, rezando a Shinigami-sama que el chico no la tirase literalmente fuera de la casa.

¿Realmente había dicho que no era una diva? ¿Se estaba escuchando a sí mismo? Al parecer no, porque podía asegurar que de hacerlo no habría negado aquel hecho ¡Era una jodida diva! “Odio esperar a que el agua se caliente para darme una ducha” ¡Patrañas! ¡A ella no la engañaba, solo no quería mojarse! Gruño nuevamente por lo mismo para luego simplemente dejar el tema, algo le decía que no sacaría nada discutiendo con un tipo como él, de hecho, hasta en su cabeza aquello no terminaría bien pues aparentemente él se negaba a aceptar algo como eso y ella lo suficientemente obstinada como para no dejar de repetirlo una y otra vez. Además, no podía olvidar el hecho que ahora estaba en la casa del contrario y como una vez había dicho su padre… “Mi techo, mis reglas” tendría que acatar en lo que más pudiese de lo que dijera chico, aunque no quisiese hacerlo realmente, tendría que dejar su “brazo a torcer” solamente porque le estaba permitiendo quedarse allí la noche.

«¡Ah! Pero no puedo olvidar que no ser por él yo NO estaría aquí, joder ¿Qué le costaba hacer el maldito mapa? ¡Puedo jurar que no volvería a este maldito lugar ni, aunque me pagaran!» Suspiró despacio sabiendo que ya no tenía salvación, tendría que intentar sobrevivir en aquella casa con honores para que el contrario no la echara a patadas de allí, sería difícil, sí. Una misión casi imposible tomando en cuenta que en más de una ocasión había deseado romperle la nariz, pero lo lograría, como que se llamaba Anya Clownlay lograría pasar la noche allí sin que la sacaran de la casa «Solo debes ser fuerte» Se dijo a si misma, asintiendo levemente ante las indicaciones a pesar de su pésimo inicio ¿Cómo se le había ocurrido ofrecer jugar cartas? Seguramente él la mandaría a volar alto argumentando algo como que estaba muy cansado o algo así. O eso creía ella hasta que lo escucho y de hecho no pudo evitar alzar el rostro, observándolo incrédula ante aquella respuesta que le había dado ¿Realmente había accedido a jugar con ella? Asintió despacio sin salir de su sorpresa por la respuesta y sonrisa del mismo, claro que en cuanto lo observó subir las escaleras logró volver en sí.... ¿Había aceptado jugar con ella?

«Debe estar planeando algo» Pensó prácticamente convencida, algo oculto debía haber porque si no jamás habría aceptado, no tenía sentido ¿O sí? Su cabeza estaba hecha un caos debido a que definitivamente esa respuesta no había sido la esperada ¿Quizás se había equivocado con la personalidad de él? No, imposible, a kilómetros de distancia se podía notar lo hijo de puta que era el contrario, tanto así que estaba segura que era capaz de besar a una mujer en la calle sin su consentimiento. ¿Entonces si tenía planeado algo? Lo más probable y por lo mismo cuanto lo vio bajar lo observo con clara desconfianza, no podía confiarse de un tipo como él ¿Cierto? Su naturaleza despreocupaba y animada le decía que si podía hacerlo. Pero su lado racional y la voz de su madre le repetía millones de veces que no debía hacerlo ¿A quién se suponía que debía hacerle caso? Antes de siquiera darse cuenta ya se encontraba caminando hacia el chico para comenzar a jugar cartas.

—¿Oh? ¿Enserio? Yo creo que podría ser un buen juego— Sonrió levemente de lado bastante segura de sus habilidades jugando, años contra su padre que era un tramposo excepcional no habían sido en vanos. Se sentó frente a la mesa donde el contrario se había colocado aun con aquel gesto en el rostro... hasta que escuchó la “sugerencia” y observar sonrisa del contrario, haciendo que de inmediato la escena de “el resplandor” apareciera en su cabeza, esa en la cual el sujeto asomaba su cabeza por el hueco que había hecho a la puerta con su hacha con una tremenda cara de psicópata pero siendo protagonizada por el chico frente a ella, haciendo que la menor temblase despacio —N-No, gracias, no quiero estar en una película de terror en vida real— Musitó antes de lanzarle un cojín, algo avergonzada por demostrar tener miedo frente a alguien como él, no se había equivocado y lo sabía, era un gran hijo de su.... Mejor no iba a seguir a la pobre mujer que había dado luz a semejante hombre, ella no tenía la culpa o eso esperaba —No soy un gatito y y-yo no me asusto…— Murmuró por lo bajo antes de tomar las cartas y comenzar a revolverlas tranquilamente, claro que ¿Qué rayos se suponía que iban a jugar? Conocía algunos juegos, pero en realidad era completamente ignorante de lo que él contrario si sabía jugar —¿Qué quieres jugar? Conozco el carioca, speed y algo de póker, pero no mucho realmente— Alzó levemente una ceja mientras seguía mezclando las cartas, esperando expectante la respuesta del chico para saber que rayos harían hasta que le ganara el sueño a uno de los dos.

La mayoría de las veces Dan admitía sentirse cómodo con alguien podrían contarse con los dedos de una sola mano, estaba totalmente aterrado cuando alguien le agradaba al momento, porque eso significaba solo dos cosas. Primera que estaría constantemente tratando de conocer a esa persona y segunda, que su paz se vería interferida si esa persona también se sentía cómoda con Dan o al menos le agradaba un poco. Y aquello era algo que él no admitiría por ello, Anya le resultaba divertida, era tan divertido molestarla que comenzaba a sentirse inclusive cómodo con su presencia, aunque claro estaba el hecho de que la chica se lo pasaba gritando, moviéndose demasiado y hablando tonterías todo el tiempo, y probablemente por ello le agradaba. Porque la chica era demasiado sincera, todo lo contrario a Dan que nunca sabias que estaba pensando, quien se escondía todo el tiempo detrás de una máscara de sarcasmo y frialdad, tratando de ser lo más razonable posible para no dejar llevarse por sus emociones.

Los buenos juegos son buenos y ya. –comenta mirando a la chica y acercando uno de los sofás mientras observa como revuelve las cartas. –Las películas de terror… suelen ser buenas, pero creo que esta sería más una de suspenso… dudo que aparezca un monstruo o un fantasma. –comenta sonriendo amigablemente, esquiva el cojín y sonríe divertido alejándose un par de centímetros de la mesa. -¿A caso me acabas de atacar? –pregunta mirándola y levantando una mano mientras señala la puerta. –Te vas, tú te vas. –indica con un tono de clara molestia para después dejarse caer en el suelo y mirarla a sonriendo. –Era una broma. –comenta sonriendo y tomando asiento de nuevo mientras observa las muecas de la chica. –Creo que comienzas a caerme bien, eres fácilmente molestarle. –se pone de pie y se acerca a la cocina. –prefiero jugar al veintiuno. Y me gusta bastante el póker… pero siento que será aburrido jugarlo contigo –señala su rostro. –Eres demasiado obvia con tu rostro, podría saber todo por tu cara.

Entra en la cocina y saca dos sodas y regresa colocando una delante de ella. – ¿Has comido algo? –pregunta observándola al rostro. –Soy un maldito, pero sinceramente no quiero que te levantes a las tres de la mañana a asaltar mi frigorífico… aunque pensándolo bien, dudo que puedas dormir. –admite llevando una mano a su mentón y mirándola de reojo. –Seguro te la pasaras pensado toda la noche que tratare de asesinarte mientras duermes para comerme tu alma, y despedazarte parte por parte. Aunque aclarare de una vez este punto; no lo hare. –se sienta frente a ella quitándole las cartas y comenzando ahora a barajarlas el. – ¿Entonces que vamos a jugar?

—Yo creo que con tu cara basta para que haya un monstruo— Susurró por lo bajo ante sus palabras, a decir verdad, si bien podía mostrarse mordaz con el chico frente a ella… No es como si verdaderamente lo odiase, de ser así se hubiese negado rotundamente el hecho de quedarse en la misma casa que él, preferiría mojarse a ello. Era más bien… ¿Cómo decirlo? Era algo así como aquellas personas que se molestaban mutuamente pero que al fin y al cabo entre ellas estaba bien pero si alguien más lo intentaba le iba a ir muy mal, esa era la clase de relación que más se asemejaba a la de ellos en ese preciso momento, claro que de preguntárselo directamente a la chica posiblemente lo negaría rotundamente argumentando la pésima personalidad del chico o su “complejo de diva” pero la verdad es que de cierta forma era bastante “divertido” tratar con él, por muy masoquista que aquello sonase para, incluso, su propio gusto.

—¿Qu-Qué?— Susurró despacio en cuanto escucho que “debía irse”. Era una clase de broma ¿Cierto? No podía estarla echando cuando era SU culpa que estuviese allí, después de todo había sido él quien no había querido hacerle un mapa para que saliese de aquel lugar lo antes posible y que tampoco era capaz de mojarse puesto a que “odia esperar a que el agua se caliente para darme una ducha”… En serio aun no podía creer que le hubiese dado una excusa tan vaga y mala, era hasta indignante, claro que ese no era el tema en ese minuto, sino el hecho de que estaba a punto de expulsarla de allí, aunque antes de que siquiera pudiese abrir la boca para argumentar cosas a “su favor” el contrario simplemente se sonrió diciendo que era una broma y que ella era “bastante molestable”. En cosa de segundos la chica había aventado un segundo cojín en dirección a la cabeza del castaño con el ceño bastante fruncido por sus palabras.

—No estoy para que “me molestes” te recuerdo que no estoy aquí por voluntad propia— No tardó en seguir revolviendo las cartas mientras refunfuñaba, aunque a pesar de todo escuchaba las palabras del chico, inflando las mejillas pues aun cuando quisiese desmentirlo sabía que su rostro no le ayudaba a aparentar mucho. Claro que dejo de hacerlo en cuanto escuchó la pregunta ¿Tenía hambre? Un poco, quizás, pero realmente no era para molestarlo y tampoco es que se confiase de algo que el pudiese darle y es que… ¿Y si le daba carne humana? Dios, no podría vivir sabiendo que probó algo como eso, y de hecho se puso bastante pálida ante la sola idea de ella comiendo lo que antes había sido una persona «No, definitivamente no podría comer algo como eso, aun cuando eh escuchado que el omóplato es delicioso» Con aquello en la cabeza negó varias veces con la cabeza, desviando su mirada a las cartas mientras las seguía revolviendo —No, gracias. No tengo hambre— Murmuró por lo bajo, lástima que con la dirección que había tomado la plática la chica palideció aun más que antes, ¿Realmente podía confiar en un sujeto como él? Su lado racional seguía gritando que no, lástima que este no tuviese mucho peso dentro de la cabeza de la chica de ojos cianes, claro que también todo eso de los asesinatos de cierta forma le podían, pero jamás lo admitiria y menos frente al chico frente a ella —Te-Tengo el sueño ligero, n-no habrá problemas con dormir, se-sentiré de inmediato cuando intentes matarme. A-además y-yo no te tengo miedo— Una mentira, bastante descarada a decir verdad puesto a que su sueño era bastante pesado y ni hablar de su gran habilidad para quedarse dormida al minuto que su cabeza se apoyaba en la almohada.

—El veintiuno está bien para mí— Luego de decir aquello tendió dos cartas a cada uno, tenía una leve noción de que constaba el juego, lo suficiente como para no tener que pedirle una explicación al chico —¿No tienes algo caliente para tomar? Eso siempre viene bien con la lluvia— Nuevamente su boca floja le había jugado una mala pasada y por lo mismo mordió su labio antes de desviar la mirada hacia la ventana para ver la lluvia, haciéndola caer finalmente en aquel detalle. Si bien teniendo “miedo” podía quedarse toda la noche despierta para estar prevenida, el sonido de la lluvia tenia cierto efecto en ella a tal punto que en ocasiones la atontaba y relajaba de sobre manera, claro que si no se concentraba en eso no tenía por qué ocurrirle —Y… ¿De casualidad no tienes música o algo así? No me gusta mucho el silencio— Sonrió algo nerviosa esperando que nuevamente se apiadase de su alma y no la echara y que… Bueno, de paso -si quería- cumpliese lo que había pedido en voz alta.