Semillas (Priv.)

Parecía una tarea sencilla "Ir una buscar unas semillas" me decía a mi mismo mientras recorría el sendero que salia del pueblo de Kraste hacia el bosque que los lugareños llamaban "El Bosque de los Colmillos Sombríos", mis pensamientos no paraban de interrumpirse por el sonido del motor de mi moto, así que lo olvide y simplemente me dedique a pensar en la misión.

Llegue a la entrada del bosque la cual la cerraba una cadena atada a dos arboles que cercaban el camina, era un bosque muy denso y las copas de los arboles apenas dejaban pasar los rayos del sol aun que algunos pequeños hilo de luz conseguían traspasar aquella maraña de hojas y ramas espesa. Apague el motor y poniendo el estribo me baje de la moto.

Me quede mirando la entrada se podía ver clara mente el comienzo de un camino que lo atravesaba y se perdía dentro del bosque me acerque a la cadena esta tenia un cartel que ponía "Precaución no entrar peligro", por supuesto esto me importo bien poco y salte la cadena y me adentre en el bosque por el camino.

Después de caminar unos pocos metros mire atrás y ya no se veía la entrada encogiéndome de hombres seguí adelante, era difícil ver pero se podían ver algunas cosas, un crujido me hizo girarme hacia el lado izquierdo del camino y una sombra gigante como una estrella fugaz desapareció entre los arboles, convertí mi mano derecha en la forma de arma y mire hacia la dirección donde vi "eso" pero no vi nada mas. Mire de nuevo de frente y seguí hacia delante devolviendo mi brazo a la normalidad. Continué hacia delante pensando "No existen los trabajos fáciles". El camino a través del bosque era eterno no acababa nunca un par de veces un par de veces mas me pareció ver sombras que pasaban veloces por los laterales del camino entre los arboles sin darle mas importancia de que eran imaginaciones mías seguí como si nada aun que con la intranquilidad de la sensación de que alguien o algo me observaba.

Al cabo de mucho andar un claro del bosque se extendía delante mio y un árbol enorme en medio como si fuera una bandera señalando el territorio de alguien. Me acerque al enorme árbol y toque la corteza, de golpe algo enorme y pesado salto encima de mi yo me revolví debajo suyo y conseguí zafarme del feroz ataque sin pestañear convertí los brazos en cuchillas y arremetí contra aquello con las cuchillas que se estiraron profiriendo un corte en lo que parecía un enorme lobo negro. La cabeza del animal callo al suelo dejando un enorme charco de sangre convertí los brazos a su forma original y me leve la mano al pecho en este se apreciaban tres enormes garras de las cuales me brotaba sangre. De entre los arboles dos docenas mas de esas bestias salieron de entre los arboles gruñendo y con postura amenazante.

-Que queréis un trozo de mi-dije con tono amenazador-la tintorería y el sastre me lo cobrare con vosotros bestias malnacidas-agite la mano ensangrentada y un chorro de sangre negra hizo un charco en el suelo-venid a por mi-grite con una sonrisa perturbadora en la cara.

Cuatro de esas bestias se abalanzaron sobre mi desde la derecha, saltando hacia atrás levante la mano y del charco de mi sangre salieron cuatro enormes púas negras que clavaron a las bestias y las dejaron suspendidas en el aire. De otro extremo seis mas corrían hacia mi transforme los brazos y corrí a su encuentro, di alcance a cuatro y dos hicieron una finta y atacaron desde atrás atravesé el cráneo de uno y el otro se lanzo sobre mi quede debajo de la bestia que conseguí vencer poniendo las cuchillas hacia arriba.

Todos los demás corrían en círculos al rededor del claro del bosque cercándome las salidas, del circulo tres mas salieron a por mi, de frete y desde los lados salte y chocaron entre ellos, di una voltereta y me lance en picado contra ellos creando una espiral con las cuchillas. Al levantarme varias extremidades estaban esparcidas y las tres criaturas se allanan en el suelo.

La pelea duro una media hora al acabar los cuerpos de las bestias cubrían gran parte del claro y varios charcos de sangre se extendían por su superficie. Ya con la calma del combate volví mis brazos a su forma normal. Presentaba heridas en mi brazo derecho y una profunda en la pierna izquierda a parte de la grande de mi pecho.

Me acerque al árbol y saque un frasco del bolsillo por suerte era de plástico así que no estaba mas que doblado por el combate sin embargo aun podía servir para su cometido, de las ramas mas bajas unas vainas secas colgaban de ellas, recogí una y dentro estaban las semillas de las que hablo la bruja. Metí todas las que pude en el frasco y lo guardo.

Encamine de nuevo el sendero cojeando y pensé-Bueno supongo que son gajes del oficio-y me aleje de allí con una sonrisa en los labio.