Conectarse
Últimos temas
El skin y tablas del foro han sido tomados de The Captain Knows Best y modificados para su uso en este foro. Las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos creadores. La ambientación, grupos, sistemas y descripciones narrativas son propiedad del staff de este foro. Soul Eater pertenece a Atsushi Ohkubo, SQUARE ENIX, TV TOKYO, MEDIA FACTORY, BONES, DENTSU.
Familiar Taste [Priv.]
Death City :: Shibusen :: Cafetería
Página 1 de 1. • Comparte
Familiar Taste [Priv.]
Tomo un respiró hondo mientras una sonrisa leve y natural se dibujaba en su rostro, su primer día hasta el momento y dentro de lo que cabía, iba bastante bien. Aunque aún tenía que acostumbrarse a varias cosas con su regreso a la ciudad, lo cierto era que haber estudiado allí de niño le hacía sentir considerablemente más cómodo. Sensaciones tan familiares le causaban una nostalgia natural a la que estaba seguro, se terminaría acostumbrando, había pasado por algo similar al volver a Inglaterra tras estudiar en la Ciudad de los Muertos, la nostalgia y los recuerdos se convertirían en rutina antes de que lo notase, quería convencerse de ello.
La hora del almuerzo llegó antes de que lo sintiese y si bien como alumno nunca lo había pensado demasiado, los profesores también debían aprovechar ese descanso para comer un poco. Aun cuando todo el viaje de viejas memorias le había resultado encantador hasta ahora, había algo que no recordaba con especial cariño y eso era la comida de la cafetería; nunca había sido demasiado adepto a ella, regularmente se tomaba el tiempo de prepararse algo por su cuenta en la cocina del dormitorio, pero esta vez se había mudado de forma un tanto atropellada y aun necesitaba comprar muchas cosas, así que en la mañana, le fue simplemente imposible preparar algo por su cuenta, por lo que solo quedaba esa opción; comida de cafetería. Se animó a si mismo repitiéndose un par de veces que, claro, no podía ser la misma comida de cuando él era estudiante, probablemente hubiese mejorado, por ello se llevó una genuina sorpresa cuando, al asomarse por la vitrina donde estaban los alimentos, un violento déjà vu le abordo. Frente a sus ojos estaba exactamente la misma masa de aspecto sospechoso a la que llamaban “carne sorpresa”, aquella que había aterrorizado al técnico y sus compañeros en el pasado, cuya única sorpresa era que a veces se movía un poco por su cuenta. Tragó en seco y agito la cabeza tratando de sacar el recuerdo de su cabeza, antes de que el sabor comenzara a volver también.
-Ni soñarlo-Musitó para sí mismo mientras se alejaba, compraría cualquier cosa de una de las máquinas, cualquiera de los dulces o alimentos empacados que ofrecían tenía que ser mejor que aquello y vivir un día de cosas de maquina tampoco iba a matarlo. Terminó comprando un sándwich empaquetado y un par de botellas de agua.
Con las cosas recién compradas en la mano comenzó a buscar algún lugar para sentarse, como era lógico, la mayor parte de las mesas estaban ocupadas por estudiantes, y descartaba por completo la idea de sentarse con ellos, no porque no le agradasen o los evitara, simplemente… los profesores no se sentaban con los alumnos ¿cierto? No, se fue a uno de los extremos de la cafetería, menos concurrido, con mesas más despejadas y donde algunos profesores conversaban levantados, medio vigilando a los alumnos que probablemente ocasionaban problemas a menudo, y medio disfrutando de su descanso. Saludó con una sonrisa a sus compañeros antes de sentarse en una mesa libre.
Siendo que de momento tenía la mesa totalmente libre, y cada persona en el lugar parecía centrarse en sus propios asuntos, dio un leve suspiro relajado antes de meter la mano en su bolsillo y sacar 9 sobres de azúcar, de esos que puedes tomar gratis en cualquier cafetería; abrió entonces una de las botellas que había comprado y comenzó, con sumo cuidado, a vaciar sobre por sobre dentro del agua.
La hora del almuerzo llegó antes de que lo sintiese y si bien como alumno nunca lo había pensado demasiado, los profesores también debían aprovechar ese descanso para comer un poco. Aun cuando todo el viaje de viejas memorias le había resultado encantador hasta ahora, había algo que no recordaba con especial cariño y eso era la comida de la cafetería; nunca había sido demasiado adepto a ella, regularmente se tomaba el tiempo de prepararse algo por su cuenta en la cocina del dormitorio, pero esta vez se había mudado de forma un tanto atropellada y aun necesitaba comprar muchas cosas, así que en la mañana, le fue simplemente imposible preparar algo por su cuenta, por lo que solo quedaba esa opción; comida de cafetería. Se animó a si mismo repitiéndose un par de veces que, claro, no podía ser la misma comida de cuando él era estudiante, probablemente hubiese mejorado, por ello se llevó una genuina sorpresa cuando, al asomarse por la vitrina donde estaban los alimentos, un violento déjà vu le abordo. Frente a sus ojos estaba exactamente la misma masa de aspecto sospechoso a la que llamaban “carne sorpresa”, aquella que había aterrorizado al técnico y sus compañeros en el pasado, cuya única sorpresa era que a veces se movía un poco por su cuenta. Tragó en seco y agito la cabeza tratando de sacar el recuerdo de su cabeza, antes de que el sabor comenzara a volver también.
-Ni soñarlo-Musitó para sí mismo mientras se alejaba, compraría cualquier cosa de una de las máquinas, cualquiera de los dulces o alimentos empacados que ofrecían tenía que ser mejor que aquello y vivir un día de cosas de maquina tampoco iba a matarlo. Terminó comprando un sándwich empaquetado y un par de botellas de agua.
Con las cosas recién compradas en la mano comenzó a buscar algún lugar para sentarse, como era lógico, la mayor parte de las mesas estaban ocupadas por estudiantes, y descartaba por completo la idea de sentarse con ellos, no porque no le agradasen o los evitara, simplemente… los profesores no se sentaban con los alumnos ¿cierto? No, se fue a uno de los extremos de la cafetería, menos concurrido, con mesas más despejadas y donde algunos profesores conversaban levantados, medio vigilando a los alumnos que probablemente ocasionaban problemas a menudo, y medio disfrutando de su descanso. Saludó con una sonrisa a sus compañeros antes de sentarse en una mesa libre.
Siendo que de momento tenía la mesa totalmente libre, y cada persona en el lugar parecía centrarse en sus propios asuntos, dio un leve suspiro relajado antes de meter la mano en su bolsillo y sacar 9 sobres de azúcar, de esos que puedes tomar gratis en cualquier cafetería; abrió entonces una de las botellas que había comprado y comenzó, con sumo cuidado, a vaciar sobre por sobre dentro del agua.
Mensajes : 8
Fecha de inscripción : 25/02/2017
Puntos : 70
Fecha de inscripción : 25/02/2017
Puntos : 70
Arthur Bellamy
Re: Familiar Taste [Priv.]
El silencio incómodo que surgió entre él y un rostro muy familiar esa mañana nunca se le iba a olvidar. Todo había ido bien en su primera semana, o al menos relativamente normal y tolerable como para que no fuese un suplicio trabajar ahí. ‘Bien’ siguió yendo bien, pero no normal, no al menos esa mañana. Había estado corrigiendo unos trabajos cortos que le había dejado a sus alumnos hace unos días, mordiendo distraídamente la punta de su bolígrafo mientras leía uno de los papeles. Cuando oyó el sonido de la puerta, levantó la vista, y abrió la boca lo suficiente para que el bolígrafo cayera al suelo, mientras trataba de analizar lo que veía. En primer lugar, siempre había sabido que era un niño lindo, pero jamás había prestado mucha atención a ello hasta ahora, parecía como si sus ojos dorados brillaran con más intensidad que el recuerdo que tenía de ellos antes, a pesar de que él de hecho sabía por sentido común que era un chico aún joven, se encontró a si mismo sorprendido por lo suave que se veía su piel. Ni hablar de su sonrisa, tan natural y sincera, aunque no supiera cómo o por qué, pero verlo sonreírle al resto le hacía llegar una sensación extraña en el pecho y estómago que no recordaba de antes. En segundo lugar, era, por alguna razón, el último lugar donde esperaba volver a encontrarlo. El silencio duró unos cuantos segundos, el resto de los presentes algo confusos, antes de que estos dos viejos conocidos estrecharan las manos con mucha más frialdad de la que quizás era necesaria, manteniendo un contacto visual algo tenso.
Por suerte eso fue todo al respecto, ambos dieron sus respectivas clases(O eso supuso) y finalmente llegó la hora del almuerzo. El primer día no estaba seguro de si la comida sería la misma porquería de cuando él estudiaba en ese lugar, pero decidió que averiguarlo no era una opción, y de todos modos, algo con la palabra “carne” ya dejaba de ser algo comestible para él. Cualquiera fuera el caso, prefería no tener cosas posiblemente vivas en su estómago. Su idea principal había sido una ensalada común y corriente, nada terriblemente elaborado pero que iba a ayudar a que resista las horas restantes, algo especialmente importante si sus clases se basaban en gran parte en estar en forma para que los mocosos aprendar cómo evitar morir en los primeros 5 minutos de una batalla, pero al final sus hermanitos insistieron en que hagan sándwiches, que iban a estar más buenos y llenarle más. Vladimir accedió, al fin y al cabo esos niños eran su punto débil, le daba un poco igual lo que almorzar ese día así que decidió ayudarlos a hacer los sándwiches, no perdía nada con eso.
Llegó un poco tarde al comedor de modo que casi todas las mesas estaban ocupadas por alumnos con los cuáles por supuesto no iba a sentarse, u otros profesores que habían ocupado la mesa entera de modo que no podía entrar él. Suspiró, usando la mano derecha para acomodarse los lentes ya que en la izquierda llevaba el tupper con unos 4 sándwiches. Quizás eran demasiados, pensó, pero en su momento estaba ocupado viendo lo emocionados que estaban sus hermanos ayudando, así que no tomó demasiado en cuenta la cantidad. Finalmente avistó una mesa vacía… o casi. Arthur estaba ahí. Suspiró otra vez, se acercó un poco a la mesa y comprobó que había comprado uno de esos sándwiches empaquetados de las máquinas expendedoras, hizo una mueca al recordar la vez que los probó.
— No son muy buenos.
Mencionó a la vez que señalaba con un movimiento de cabeza los sándwiches aún en su empaque mientras tomaba asiento en frente de él, el único lugar aparentemente disponible en todo el maldito comedor. Abrió el tupper con los sándwiches vegetarianos, lechuga, huevo, tomate, con pan integral ya que no había otro, tomó uno de los cuatro que estaban pulcramente acomodados ahí y lo extendió hacia él, con expresión aburrida. Su expresión de siempre, en definitiva. Movió la mano un poco para insistir en que tome su ofrecimiento.
— Traje demasiados para comermelos todos.
Por suerte eso fue todo al respecto, ambos dieron sus respectivas clases(O eso supuso) y finalmente llegó la hora del almuerzo. El primer día no estaba seguro de si la comida sería la misma porquería de cuando él estudiaba en ese lugar, pero decidió que averiguarlo no era una opción, y de todos modos, algo con la palabra “carne” ya dejaba de ser algo comestible para él. Cualquiera fuera el caso, prefería no tener cosas posiblemente vivas en su estómago. Su idea principal había sido una ensalada común y corriente, nada terriblemente elaborado pero que iba a ayudar a que resista las horas restantes, algo especialmente importante si sus clases se basaban en gran parte en estar en forma para que los mocosos aprendar cómo evitar morir en los primeros 5 minutos de una batalla, pero al final sus hermanitos insistieron en que hagan sándwiches, que iban a estar más buenos y llenarle más. Vladimir accedió, al fin y al cabo esos niños eran su punto débil, le daba un poco igual lo que almorzar ese día así que decidió ayudarlos a hacer los sándwiches, no perdía nada con eso.
Llegó un poco tarde al comedor de modo que casi todas las mesas estaban ocupadas por alumnos con los cuáles por supuesto no iba a sentarse, u otros profesores que habían ocupado la mesa entera de modo que no podía entrar él. Suspiró, usando la mano derecha para acomodarse los lentes ya que en la izquierda llevaba el tupper con unos 4 sándwiches. Quizás eran demasiados, pensó, pero en su momento estaba ocupado viendo lo emocionados que estaban sus hermanos ayudando, así que no tomó demasiado en cuenta la cantidad. Finalmente avistó una mesa vacía… o casi. Arthur estaba ahí. Suspiró otra vez, se acercó un poco a la mesa y comprobó que había comprado uno de esos sándwiches empaquetados de las máquinas expendedoras, hizo una mueca al recordar la vez que los probó.
— No son muy buenos.
Mencionó a la vez que señalaba con un movimiento de cabeza los sándwiches aún en su empaque mientras tomaba asiento en frente de él, el único lugar aparentemente disponible en todo el maldito comedor. Abrió el tupper con los sándwiches vegetarianos, lechuga, huevo, tomate, con pan integral ya que no había otro, tomó uno de los cuatro que estaban pulcramente acomodados ahí y lo extendió hacia él, con expresión aburrida. Su expresión de siempre, en definitiva. Movió la mano un poco para insistir en que tome su ofrecimiento.
— Traje demasiados para comermelos todos.
Mensajes : 3
Fecha de inscripción : 25/02/2017
Puntos : 10
Fecha de inscripción : 25/02/2017
Puntos : 10
Vladimir S. Krajkowski
Re: Familiar Taste [Priv.]
Siendo su primera hora libre, se permitió el lujo de divagar un poco al respecto del día en general, cosa que había tratado de evitar toda la mañana, en específico gracias su primera visita al salón de profesores. Al entrar no lo había visto, dos de los otros maestros estaban primero y ambos respondieron a su saludo de forma efusiva como para poder dar un vistazo al resto del salón, esto tardo unos cuantos segundos hasta que las presentaciones rápidas terminaron, fue entonces que cruzo miradas con un rostro familiar. Estaba totalmente consiente que, probablemente fue bastante mal educado reaccionar como lo hizo, como si estuviera viendo una aparición o algo por el estilo, pero que el de lentes hubiese reaccionado casi igual aminoraba el cargo de conciencia. Vladimir Krajkowski era, en definitiva, la última persona que esperaba volver a ver dentro de la Vocacional. Un estudiante un par de años mayor que él, al que incluso, al menos en un principio, mantenía con una imagen de respeto y algo de admiración, sentimiento que se mermó considerablemente cuando por asignación oficial, tuvieron que trabajar juntos en misiones de campo. Sus personalidades chocaban demasiado en ese entonces, haciendo que fuese imposible llegar a establecer algún tipo de relación cordial o agradable, desembocando a menudo en malentendidos, desacuerdos y unas cuantas discusiones a lo largo de toda su vida escolar juntos. Ahora bien, la sorpresa que se llevaba el técnico al ver a su antigua arma ahí se debía a que, al menos en aquellos días pasados, el contrario jamás había estado especialmente entusiasmado por asistir al Shibusen.
Logro reaccionar para tenderle la mano de forma algo incomoda y forzada, no porque no quisiera hacer algo así, si no porque no tenía idea de cómo portarse con el mayor en ese momento, el silencio tan incómodo que mantenían lo hacía aun peor. Abrió la boca, dispuesto a saludar, pero se trabó antes de proferir sonido alguno, no podía llamarlo por su nombre ¿cierto? No tenían ese tipo de confianza, ¿sería raro que lo hiciera? No se encontró capaz de hacerlo, por lo que su segunda opción era su apellido… el cual nunca había aprendido a pronunciar correctamente-S-Senpai… Buenos días-Sin tener más tiempo para pensar y casi escupiéndolo en desesperación le llamo como solía hacer cuando eran estudiantes, apretando su mano de forma torpe, sintiendo un poco de calor en las orejas a causa del bochorno.
El asunto no fue más allá, y no tuvo mayor relevancia durante el día, pero el recuerdo logro avergonzarlo un poco aun ahí en la cafetería. Sacudió levemente la cabeza para despejarse de la idea, ya no eran niños, no tenía por qué ser relevante si se llevaban bien o mal en las misiones, aquello quedaba atrás, no eran más que compañeros de trabajo ¿Cierto? Se repitió aquello un par de veces mientras vertía otro sobrecito de azúcar en la botella.
Escuchar su voz justo tras haber estado divagando sobre su encuentro anterior y sus días como estudiantes le pareció una coincidencia algo alarmante, más fue capaz de levantar la vista con naturalidad, encontrándose con la mirada dorada del arma tan solo unos segundos, pues volvió a bajarla, esta vez hacía los sándwiches que el profesor acababa de señalar-Son mejores que la “carne” de hoy-Respondió con una leve mueca hacía su compra de recién, algo desanimado al respecto, tal vez se terminaría saltando el almuerzo. Su antiguo compañero se sentó sin más anunció que su advertencia sobre la calidad de la comida, a lo que el chico lo observo en todo momento, como si estuviera confundido con tal acción. No le molestaba en lo absoluto almorzar con él, no de momento, al menos, pero la sensación seguía siendo curiosa.
El ofrecimiento de compartir almuerzo le tomo aún más por sorpresa, parpadeando un par de veces mientras alternaba la mirada entre los sándwiches que le ofrecía y Vladimir-¿Eh?-Ladeó un poco la cabeza, con los ojos bien abiertos y atentos, era cierto, demasiados sándwiches para una sola persona, por lo que no parecía una excusa rara y condescendiente. ¿Entonces eso iban a hacer? ¿Empezar desde cero? ¿Hablarse como viejos conocidos casuales? El inglés mismo respondió a dicha pregunta, claro que aquello sería lo más adecuado, era lo mejor para hacer en aquel momento, pero aun así… seguía siendo raro, almorzar con esta persona en especial.
-Si en verdad está bien entonces tomare uno… lo cierto es que se ven mejores que los del paquete para empezar-Dijo, tomando la servilleta que había traído para los primeros sándwiches y extendiéndola con cuidado, solo para tomar uno de los recién ofrecidos y colocarlo con cuidado sobre el trozo de papel-Gracias Senpai-Asintió levemente en dirección al joven de los anteojos, sonriendo ampliamente de forma natural y sincera, con un tenue tono rosado en las mejillas, siendo visible también en la punta de sus orejas, llamarle "senpai" una vez más era algo a lo que se tenía que acostumbrar de nuevo poco a poco.
-¿Puedo serle sincero?-Comenzó, mientras tomaba el último sobre de azúcar y lo abría con cuidado-Jamás pensé que usted terminaría como profesor… y aquí mucho menos…-Vertió la mitad del noveno sobre en el agua, antes de cerrarla, dando un total de ocho sobres y medio de azúcar-¿Empezó hace mucho?-Su curiosidad era genuina, después de todo, lo que acababa de decir no tenía pizca de mentira, en verdad se hacía esas preguntas desde que lo había visto dentro de Shibusen de nuevo.
Logro reaccionar para tenderle la mano de forma algo incomoda y forzada, no porque no quisiera hacer algo así, si no porque no tenía idea de cómo portarse con el mayor en ese momento, el silencio tan incómodo que mantenían lo hacía aun peor. Abrió la boca, dispuesto a saludar, pero se trabó antes de proferir sonido alguno, no podía llamarlo por su nombre ¿cierto? No tenían ese tipo de confianza, ¿sería raro que lo hiciera? No se encontró capaz de hacerlo, por lo que su segunda opción era su apellido… el cual nunca había aprendido a pronunciar correctamente-S-Senpai… Buenos días-Sin tener más tiempo para pensar y casi escupiéndolo en desesperación le llamo como solía hacer cuando eran estudiantes, apretando su mano de forma torpe, sintiendo un poco de calor en las orejas a causa del bochorno.
El asunto no fue más allá, y no tuvo mayor relevancia durante el día, pero el recuerdo logro avergonzarlo un poco aun ahí en la cafetería. Sacudió levemente la cabeza para despejarse de la idea, ya no eran niños, no tenía por qué ser relevante si se llevaban bien o mal en las misiones, aquello quedaba atrás, no eran más que compañeros de trabajo ¿Cierto? Se repitió aquello un par de veces mientras vertía otro sobrecito de azúcar en la botella.
Escuchar su voz justo tras haber estado divagando sobre su encuentro anterior y sus días como estudiantes le pareció una coincidencia algo alarmante, más fue capaz de levantar la vista con naturalidad, encontrándose con la mirada dorada del arma tan solo unos segundos, pues volvió a bajarla, esta vez hacía los sándwiches que el profesor acababa de señalar-Son mejores que la “carne” de hoy-Respondió con una leve mueca hacía su compra de recién, algo desanimado al respecto, tal vez se terminaría saltando el almuerzo. Su antiguo compañero se sentó sin más anunció que su advertencia sobre la calidad de la comida, a lo que el chico lo observo en todo momento, como si estuviera confundido con tal acción. No le molestaba en lo absoluto almorzar con él, no de momento, al menos, pero la sensación seguía siendo curiosa.
El ofrecimiento de compartir almuerzo le tomo aún más por sorpresa, parpadeando un par de veces mientras alternaba la mirada entre los sándwiches que le ofrecía y Vladimir-¿Eh?-Ladeó un poco la cabeza, con los ojos bien abiertos y atentos, era cierto, demasiados sándwiches para una sola persona, por lo que no parecía una excusa rara y condescendiente. ¿Entonces eso iban a hacer? ¿Empezar desde cero? ¿Hablarse como viejos conocidos casuales? El inglés mismo respondió a dicha pregunta, claro que aquello sería lo más adecuado, era lo mejor para hacer en aquel momento, pero aun así… seguía siendo raro, almorzar con esta persona en especial.
-Si en verdad está bien entonces tomare uno… lo cierto es que se ven mejores que los del paquete para empezar-Dijo, tomando la servilleta que había traído para los primeros sándwiches y extendiéndola con cuidado, solo para tomar uno de los recién ofrecidos y colocarlo con cuidado sobre el trozo de papel-Gracias Senpai-Asintió levemente en dirección al joven de los anteojos, sonriendo ampliamente de forma natural y sincera, con un tenue tono rosado en las mejillas, siendo visible también en la punta de sus orejas, llamarle "senpai" una vez más era algo a lo que se tenía que acostumbrar de nuevo poco a poco.
-¿Puedo serle sincero?-Comenzó, mientras tomaba el último sobre de azúcar y lo abría con cuidado-Jamás pensé que usted terminaría como profesor… y aquí mucho menos…-Vertió la mitad del noveno sobre en el agua, antes de cerrarla, dando un total de ocho sobres y medio de azúcar-¿Empezó hace mucho?-Su curiosidad era genuina, después de todo, lo que acababa de decir no tenía pizca de mentira, en verdad se hacía esas preguntas desde que lo había visto dentro de Shibusen de nuevo.
Mensajes : 8
Fecha de inscripción : 25/02/2017
Puntos : 70
Fecha de inscripción : 25/02/2017
Puntos : 70
Arthur Bellamy
Temas similares
» I would like to be anywhere except here {Priv. Rin}
» Paradise. [Priv. Pia]
» Definitely not my cat [Priv. Corvo]
» For a while. {Priv. Grim Jr.}
» Right here, right now—Priv. Raylai.
» Paradise. [Priv. Pia]
» Definitely not my cat [Priv. Corvo]
» For a while. {Priv. Grim Jr.}
» Right here, right now—Priv. Raylai.
Death City :: Shibusen :: Cafetería
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Jul 04, 2018 10:35 am por Harley Quinn
» Very Good Night... [Priv. Girm Jr.]
Miér Jul 04, 2018 10:08 am por Grim Jr
» Sunflower [CAMBIO DE BOTÓN - hermanos]
Lun Jul 24, 2017 12:09 pm por Invitado
» Oliver RobertS
Miér Jul 19, 2017 7:15 pm por Oliver Roberts
» Kaihy Netsuke(W.I.P)
Lun Jul 10, 2017 8:44 am por Kaihy Netsuke
» ASTER 「Afiliación Élite」
Jue Jul 06, 2017 7:42 am por Invitado
» Cierre de Temas
Sáb Jul 01, 2017 8:33 am por Rugi
» Ichizoku Kurashu (Afiliación Normal)
Vie Jun 30, 2017 4:51 pm por Invitado
» Stray Dogs {Normal - Cambio de botón}
Jue Jun 22, 2017 11:10 pm por Invitado