'Cause being rational is so overrated [Priv. Hazuki]

Caminaba por los pasillos de su escuela, aquella que se había convertido en su segundo hogar hace algún tiempo, con una postura recta y firme acompañada de una expresión neutral, siempre mirando hacia el frente. Nada le podía distraer de su objetivo actual el cual consistía en llegar a la salida, debía realizar una tarea muy importante, pero ¿de verdad era necesario que ella la hiciera? Hace un rato, estaba sentada tranquilamente en su puesto del salón de clases mientras revisaba unos cuantos apuntes, hasta que su profesor le llamó para, lo que suponía, era un favor. Se acercó tranquilamente y sin tardar, obediente como era su naturaleza, para escuchar atentamente lo que tenía que decirle. Al escucharlo se enteró de que debía ir a comprar unos materiales necesarios para la clase y, por alguna razón, él mismo no podía ir a obtenerlos.

Hazuki no demostró ninguna queja en el momento, le dijeron que se encontraría con uno de sus compañeros afuera para que ambos cumplieran con su nueva "misión", realmente no tenía problemas con tener que ir con alguien más, incluso si no lo conocía. Sin embargo, al salir del salón, su rostro expresó algo de desagrado por el hecho de que el profesor no se encargara de sus cosas por sí solo, aunque claro, no a todo el mundo le gustaba movilizarse por esas infinitas escaleras a diario y lo entendía. No tenía más opción que obedecer, quién sabe qué podría pasar, intentaba pensar de forma positiva, no quería dar una mala impresión a su compañero cuando llegara al punto de encuentro. Abrió la puerta que la llevó al exterior, sin detenerse en el camino, muy segura con cada paso que daba, hasta que pudo ver al chico sentado en el primer escalón. Apenas le escuchó, se levantó para saludar y presentarse, la joven no tardó en corresponder.

- Hazuki Sakurai, mucho gusto. - Fue su respuesta seguida de una leve sonrisa, lo había visto antes ¿no? después de todo estaban en la misma clase. Y, aún así, hasta ahora no había notado algo que le comenzó a llamar mucho la atención, tanto así que se quedó con la vista fija en eso durante un momento. Cubría el mismo ojo que ella con su flequillo, lo que le parecía una interesante coincidencia, comenzó a preguntarse interiormente cuál sería el motivo de peinarse así, pero al darse cuenta de lo que estaba haciendo y antes de que le preguntaran si algo le sucedía, volvió a lo que estaba. - Parece que estamos juntos en esto. ¿El profesor te dijo lo que había que traer? - Preguntó tratando de recordar lo que el docente le había dicho, sabía que habría sido mejor anotarlo en un papel, solo que esta vez intentó confiar en su memoria.

- Si no me equivoco, necesitaba tizas para el pizarrón, entre otros materia... - No pudo terminar su frase al darse cuenta de otra cosa, ¿cómo fue que no lo notó antes de lo el flequillo si se veía a distancia? Tenía una especie de criatura en el hombro, definitivamente era un ser vivo, mas no lograba comprender de qué se trataba. - Esto... - Señaló al hombro del chico con un rostro evidente de sorpresa y curiosidad. - ¿Qué es eso? - Soltó sin más, no quería hacer algún comentario fuera de lugar o equivocarse al primer intento de querer decirle algo. Parece un león fue lo que pensó al observarlo con más detenimiento, de alguna forma no se veía como un ser agresivo, así que no le tenía miedo.

El hecho de que el profesor no le informara de nada a su compañero acerca de los materiales que debían buscar le parecía muy extraño, no conocía al chico lo suficiente como para saber por qué no le confiarían una tarea tan pequeña. No le dio mucha importancia a ese detalle, después de todo, teniendo ella todo en mente no debería ocurrir nada malo y podrían terminar el trabajo lo antes posible. Se dedicó a recordar en orden lo que el docente necesitaba, buscó rápidamente un papel en su mochila para escribirlos ya rindiéndose de la idea de que su mente sería el mejor lugar para guardar la lista. Luego devolvió el papel a donde estaba para mantenerlo en un lugar seguro, sonriéndole nuevamente a Rin para responderle.

- Sí, tengo todo aquí. - Después de hablar de los materiales, esperó a que su duda más grande del momento fuera resuelta, no podía entender aún qué era esa criatura en su hombro. Pudo notar que su expresión era alegre, sí, parecía ser un chico bastante alegre, irradiaba alegría. Azúcar fue lo que dijo, obviamente la criatura no estaba hecha de azúcar, lo más lógico era pensar que su nombre era Azúcar, un apodo muy tierno según su pensamiento. La verdad es que, al mencionarlo él, sí le pareció adorable, se le asimilaba a un león aunque su rostro no fuera del todo lo más lindo del mundo. Aún así, la mascota del chico logró hacer que Hazuki le dedicara una sonrisa.

- Es muy adorable. - Comentó casi en un susurro, respondiendo inconscientemente a la pregunta que Rin había hecho hace poco. - Sin embargo, aún no entiendo qué es. Pero parece ser buena compañía. - No le tenía miedo a lo desconocido, hasta el momento Azúcar no había hecho nada malo por lo que no tardó en aceptarlo sin problemas. Al ver que el chico comenzaba a avanzar por las escaleras, ella lo siguió descendiendo con cuidado por cada escalón, pero incluyendo algo de velocidad pues sorpresivamente el contrario parecía saltar cada varios escalones. La arma se detuvo en cuanto vio que Rin hacía lo mismo para voltearse hacia ella, señalando su flequillo y el propio, al parecer él también lo había notado, era una coincidencia muy obvia.

- Sí, no se ve... - Fue lo que mencionó antes de que él comenzara a bajar nuevamente para continuar el camino, sus pasos comenzaron a hacerse escuchar nuevamente mientras Hazuki reflexionaba sobre ese detalle. - Estoy obligada a tenerlo así. - Mencionó en voz alta sin querer mientras continuaba bajando, mirando hacia el suelo a la vez que caminaba, rememorando cosas que en las que en realidad no quería volver a pensar. Sentía algo de curiosidad por su compañero, ya que le había recordado esa coincidencia, ahora no podía dejar de pensar en eso. Sin embargo, su buena educación no le permitía meterse en la privacidad de los demás, solo preguntaría si este le daba la oportunidad.

- Por cierto... Rin. - Solo ese indicio le había dado de su nombre, incluso si quisiera llamarlo por el apellido al no tener tanta confianza, no podía hacerlo ya que no tenía más información de él. - ¿De casualidad eres un técnico? - Fue lo único que se le ocurrió para cambiar el tema de conversación y tratar de olvidarse de la cicatriz que cubría su ojo izquierdo. Pensó que el conocerse un poco más definitivamente haría más ameno el viaje hasta la librería, considerando todo lo que aún debían recorrer.

Su mirada cambiaba constantemente de las escaleras al chico y del chico a las escaleras, trataba de caminar sin tropezar y prestarle la suficiente atención mientras hablaban; hablar con una persona sin mirarle a los ojos era descortés al menos para ella y muchas personas, incluso si él chico no se volteaba al responderle, por lo que, aunque tuviera que desviar su vista del camino arriesgándose a dar un mal paso, Hazuki observaba a su acompañante constantemente. La respuesta que dio ante su última pregunta le llamó bastante la atención, más que por el contenido, fue por la forma en que la expresó. De seguro la mayoría no podría decir que no encontraba un compañero con una actitud tan alegre como lo había hecho él, supuso simplemente que no le importaba estar solo.

- En mi caso soy una arma sin técnico, más que nada porque no he encontrado al indicado. - Comentó su lado de la historia, manteniendo una leve sonrisa dibujada en su rostro, esta vez observando los escalones que recorría mientras reflexionaba su propia situación. No era la mejor alumna de la academia y sabía que le faltaba mucho por aprender, pero si alguna vez intentó sincronizar con alguien, o eran más novatos que ella o simplemente sus almas no eran compatibles, consideraba que había tenido mala suerte al tratar de encontrar a su compañero. Lo que le sacó de sus pensamientos fue el darse cuenta de que Rin le había adelantado un poco, al notar esto trató de bajar las escaleras más rápido, cuidando de no accidentarse, hasta que se encontró nuevamente con el técnico quien le estaba esperando.

Caminó tranquilamente hasta llegar a la zona comercial, se sentía sinceramente bien a pesar de que hubiera mucha gente al rededor. En un principio tenía una pequeña preocupación dentro de ella sobre el compañero con quien tuviera que realizar esa insignificante tarea; podría haber tenido que lidiar con alguien problemático o ruidoso, infantil e insoportable, donde habría mostrado su lado más estricto, pero no. El chico rubio, a pesar de ser algo "distinto" a los demás, demostraba ser, hasta el momento, una buena persona con la que no debía perder la paciencia. Sin embargo, no podía tener la certeza de que eso siguiera así con el paso del tiempo. Escuchó la voz de Rin hablándole, la cual no esperó respuesta por parte de ella, solo se limitó a asentir y esperar en ese lugar.

No se había ido muy lejos, por lo que se les quedó observando a él y a la criatura que tenía en su hombro, mientras seguía imaginando que tipo de ser viviente era ese. Le agradaba mucho el hecho de ver como el chico era tan amable con Azúcar, tanto como lo podía ser ella con los animales en general, lo que le hizo sonreír sin darse cuenta. Cambió totalmente de expresión al escuchar un grito, de una mujer específicamente, a lo cual volteó inmediatamente hacia donde creía que había venido aquel sonido. Entendió de inmediato lo que estaba sucediendo tan solo con ver a la mujer que gritó y a un hombre quien se alejaba corriendo con un bolso. No lo dudó demasiado, considerando que no quería poner a su compañero en peligro, corrió tras el ladrón sin avisarle antes transformando parte de su brazo en una hoja afilada mientras avanzaba.

- ¿Qué acto tan inmoral crees que haces? - Fue la frase que le dijo una vez lo acorraló en un callejón no muy lejano a donde se encontraba hace unos minutos, apuntándole con su brazo transformado. A pesar de ser una chica prudente, que sabía medir los peligros, no podía, es más, no debía dejar que tal injusticia quedara sin castigarse ni resolverse. Daba casi por hecho que siendo un arma más o menos entrenada frente a un aparente ladrón sin muchos recursos para defenderse, podría hacer lo suyo. Lamentablemente se había equivocado, al verse sin escape, el ladrón transformó parte de su brazo también, en este caso era una espada común. Hazuki se sorprendió, no se esperaba para nada encontrarse con otra arma en esa circunstancia. Su rostro demostró su nerviosismo por un momento, lo cual cambió rápidamente a una mirada seria, realmente preocupada por dentro.

Justo en el momento de tensión, sin tener miedo exactamente pero sí estando muy preocupada, apareció algo que le dio un pequeño alivio. Pudo ver como la mascota de su compañero hacía acto de presencia de la nada, la había encontrado y no sabe cómo. Inmediatamente después apareció Rin, a lo que la joven le miró rápidamente, sintiéndose un poco más contenta. Sin embargo, luego de pensárselo un poco, tenerlo ahí sin poder defenderse sería un grave problema. No le quedaba otra opción, tendría que pelear haciendo uso de sus buenos reflejos, debería esforzarse porque nada malo les pasara, no se perdonaría el dejar que lastimaran a alguien más por su culpa, ella sola se había metido en el lío.

- ¿Por qué no se van y nos evitamos todos los problemas? - Parecía buena oferta, para alguien que supiera que no puede hacer nada contra el ladrón que se veía bastante enfadado por la situación. Sí, es verdad, podían dejarle ir, evitarse todo el conflicto, después de todo Hazuki ni siquiera conocía a la señora dueña del bolso. Pero no, esa no era la auténtica chica de ojos azules, la verdadera luchaba por la justicia, con prudencia, a pesar de que no demostrara eso último en esa situación. - ¿En serio crees que te dejaré ir? - Con su brazo transformado aún en guardia, dibujó una sonrisa burlona al pronunciar tales palabras.

Escuchó de repente la voz a bajo volumen del rubio, no le miró directamente ya que quería mantener la vista fija en el tipo en caso de que quisiera escabullirse o atacar de alguna forma. A pesar de no estar observándole, le prestó toda la atención, sorprendiéndose de su propuesta; ¿transformarse y pelear? no estaba para nada segura de lo que estaba sugiriendo. Nunca se había atrevido a dejar que otro técnico la manejara sin que ella lo conociera bien, además todo saldría mal para ambos si es que no lograban sincronizar. Era una decisión muy precipitada, ahora más que nunca en mucho tiempo se sentía muy insegura, el tiempo pasaba y el ladrón se impacientaba, no sabía ni cómo responder.

- ¡¿Se moverán o qué?! - El grito le hizo aterrizar por un momento, sin embargo, seguía sin reaccionar del todo. Incluso si no tenía mucho que ver con lo que estaba sucediendo, todos los recuerdos malos para ella se cruzaron por su mente poniéndola aún más nerviosa, la expresión en su rostro era de sorpresa y medio seriedad, aparentando tener el control. - P-Pero... - Fue lo único que pudo emitir, miedo a pelear no tenía, solo a que no funcionara. De repente, con la paciencia colmada, el sujeto comenzó a moverse con el brazo hacia adelante, dispuesto a atacar. No había nada más que pensar, no podía perder más el tiempo, debía tomar la decisión rápidamente.

- ¡Rin! - Los nervios se fueron de un momento a otro, su rostro se tornó completamente serio y la mención a su compañero fue la señal que le indicaba su afirmación. Un brillo comenzó a rodear a Hazuki, transformándola en pocos segundos en un arma completa, una espada tachi que apareció en la mano del chico, lista para ser usada. El reflejo de la peliazul podía verse por la hoja, observando fijamente a quien ejercía como su técnico en ese momento. - ¿Funcionó?... - Más que nada se lo preguntaba a sí misma, ya que se sorprendía al no sentir ninguna molestia, estaba cómoda y perfectamente en las manos de Rin. Supo precisamente en ese instante que había logrado sincronizar con él, sino ¿qué otra explicación habría para la sensación que tenía?