Encuentro de Armas [Aizack - Ruri]

Lo miraba maravillada ¡No sabía que había armas capaces de eso! Creo que había un chico en mi clase que podía lanzar rayos, pero solo en su forma de arma, que Aizack pudiese hacerlo a voluntad, sin tener que transformarse era más que genial. Le sonreí alegre, sin duda Death City estaba llena de gente única y extraordinaria-No está mal ¡Fue absolutamente increíble! Tienes todo el derecho de alardearlo-dije mientras tomaba un dulce de la bolsita y lo metía a mi boca, no era igual que el de hacia un rato, lo saboree con una sonrisa, a mi parecer este era un tanto más dulce que el anterior.

Suspire con una gran sonrisa, aun riendo un poco-¡Tendríamos que haber tomado una foto de la cara del anciano! No no, mejor aún ¡De todos esos que salieron a gritonear!-dije riendo un poco más para después calmarme, le guiñe el ojo sin dejar de sonreír-Te debo una ojitos dorados, a ese dinosaurio se le tenían que bajar tantos zumos de la cabeza-estaba satisfecha, no había jugado una broma tan genial en mucho tiempo.

-¿Qué tipo de arma eres Aizack?- Le mire mucho más tranquila, de forma amable y curiosa, a la vez que me sentaba en la orilla de la fuente de un pequeño saltito, moviendo las piernas alegremente. Le hubiese mencionado que era un arma también de no ser por mi “problema”, no era como si lo mantuviese en secreto ni nada por el estilo, por el contrario, últimamente había tenido que explicarlo infinidad de veces, pero… tener que explicárselo a un arma que podía hacer semejantes cosas y seguramente era enserio genial…seguro lo haría sonar aún más patético de lo que ya era.

-Vale vale, lo tendré-Asentía sonriendo tranquilamente, con una leve risa escapando de mi boca, sí, en definitiva tendría más cuidado la próxima, por que claro, esto había sido venganza, no significaba que no volviese a hacer algo así solo por mera diversión, y por supuesto tendría que ser mucho mucho muuuuucho más cuidadosa, después de todo yo no tenia habilidades geniales como las de mi compañero, tenia que apañarmelas con lo que tenia.

El joven tenia toda mi atención, la curiosidad no me permitía dejar de observarle emocionada cuando alzo su brazo, este en un par de segundos ya había cambiado por completo a un filo irregular que brillaba reflejando la luz del risueño sol, de tono un tanto azulado, como si fuera de cristal o algo así, Aizack confirmo lo obvio, una guadaña, por supuesto que lo era-Es es ¡genial!- dije con cierto brillo en la mirada. Como era de esperarse, no era una guadaña ordinaria, el filo irregular y el tono era bastante curioso y tenia por seguro que era aun más sorprendente en acción.

Supongo que la pregunta, era al fin y al cabo inevitable ¿no? en esta ciudad preguntar sobre eso era casi como preguntar tu nombre ¿no? Le sonreía aun con tranquilidad y alce la mano como si fuera a agitarla para saludarlo, entonces tal como su brazo había hecho hace poco, tras envolverse en un haz de luz se revelo la punta de la lanza que se suponía que era-Claro-dije mirando de reojo un momento mi mano- que no es tan impresionante-reí refiriéndome no solo al arma tan singular que parecía ser el rubio, también me refería al sencillo hecho de que él no seria un "arma defectuosa", me preguntaba a menudo si seria la única que no podía hacerlo, por supuesto que había oído y conocido a algunas que no lo controlaban o les costaba trabajo hacerlo cuando comenzaban, en un principio daba por hecho que me pasaba algo similar, pero conforme paso el tiempo era más que obvio que ese no era mi problema.

"Yo no" Fue lo primero que paso por mi mente cuando menciono que había muchas personas que no poseían sangre "especial" que les permitiese tener la característica de un arma, muchas personas a las cuales les gustaría tener mi sangre, no... nadie deseaba mi sangre, la sangre de mis padres, de mi hermano, de cualquiera con el apellido Togashi siempre y cuando no fuese yo. Miles de veces la misma cuestión se había paseado por mi mente ¿Por qué no había podido nacer simplemente como una humana común y corriente? Salí de mis pensamientos al notar que pasaba su mano por la mía que se encontraba aun transformada, haciéndose un pequeño corte apropósito, aunque lo hubiese hecho intencionalmente regrese mi mano a la normalidad inmediatamente, aunque este tipo de temas siempre me causaba un nudo desagradable en el estomago, aun más grande esta vez por sus palabras, me limite a sonreír con naturalidad, soltando una leve risita mientras negaba con la cabeza-No llegare a ningún lado-dije con tranquilidad, columpiando las piernas de forma juguetona mientras permanecía sentada-Por que... no tomo la forma de una lanza... no tomo ninguna en realidad-solté entonces una carcajada corta mucho más animada, como si enserio me hiciese gracia aquel tema, lo mire con decisión y lleve una de mis manos a mi pecho, señalándome a mi misma con aquel gesto-Estas hablando con un arma defectuosa, ¡completamente inservible!-dije sonriendole, admitiéndolo en voz alta como si estuviera orgullosa de ello.

Me estire dando un gran respiro-Supongo que no es mucho viniendo de un arma como yo, pero aunque lo niegues ¡Eres genial!-dije mostrando una enorme sonrisa, ladeando la cabeza levemente-Y créeme que se de armas geniales... en la escuela conozco a muchas ¡Mi propio hermano es una! realmente impresionante... toda mi familia en realidad lo es... así que ten por seguro que lo digo enserio-Mire al cielo y luego le devolví la mirada-En todo caso ¿Quieres ir por un refresco? o un postre... yo lo invito-le guiñe el ojo, era mi forma de querer agradecerle la ayuda con el vejete... enserio que le debia una.

¡Oye!-Solté un leve chillido cuando golpeo mi frente, sosteniéndola con ambas manos, justo donde había recibido el impacto ¡Tenia bastante fuerza! Chasquee los dientes, mirándolo mientras hacia un pequeño puchero-No soy insegura-Solté entre dientes, bueno estaba completamente consiente de mi condición, estaba también segura de que era algo sin remedio, una causa perdida, pero también era una estudiante de Shibusen así como una Togashi, podia hacer las cosas por mi cuenta, tal vez no podia cuidar a los demás... pero podia cuidarme a mi misma, no necesitaba a nadie cuidándome las espaldas.

-Diez terrones...-Repetí en tono bajo para mi misma, seguro era una broma ¿no?, quiero decir... diez terrones es mucho...-Bueno, hay muchas cafeterías...Pero esta el café, el que corre a cargo de Shibusen-Le explique sonriendo, olvidándome del asunto de las armas y transformaciones, así como la leve marca rojiza del golpe en mi frente, levantándome de la orilla de la fuente para poder ir al lugar-Deathbucks, es buena, aunque una estudiante de allí lo diga, lo prometo-Sonreí de forma amplia-También venden un montón de postres geniales-Y era cierto, los postres y pasteles del lugar siempre estaban frescos, eran de los mejores que se podían conseguir en esta ciudad, se te podia hacer agua la boca de solo pensarlos.

De inmediato negué con la cabeza, mirándolo aun con la sonrisa en mi rostro más con determinación en mis ojos-Para nada, te lo debo-Era verdad que estaba en deuda con el chico de ojos dorados y quería al menos poder agradecerle todo el asunto de aquella manera-No tienes idea de la que me salvaste-Le dije mientras le hacia una leve seña con la mano para que me siguiera, mientras comenzaba a encaminarme al lugar que le había mencionado-No solo me ayudaste a vengarme del vejete...-Admití mirándolo de reojo mientras mantenía el paso-Lograste que no nos descubrieran al hacerlo, no se tú, pero estoy segura de que yo me hubiera metido en un lió-Me gire, comenzando a caminar de reversa, sujetando mis manos en la espalda mientras le sonreía-Tal vez mi padre no llegara a enterarse... pero estoy segura de que mi hermano terminaría sabiendo todo-Hice una leve mueca, inflando las mejillas, recordando algunos de los sermones que solía darme cada vez que hacia algo así,  me los daba siempre que me metía en problemas-Y él es un amargado cuando quiere, me hubiera dado un sermón larguísimo y tal vez me hubiera hecho disculparme con el fósil-Refunfuñe de mala gana, sin girarme para caminar con normalidad.

Me gire un poco después, para mirar al frente, buscando rápidamente el local con la mirada, sonriendo ampliamente para después mirar a Aizack-¡Esa es!-Dije con entusiasmo mientras la señalaba, para segundos después, apresurar un poco el paso hacia el lugar, medio corriendo a la puerta de la cafetería. Desde la vitrina se podían ver algunos de los postres a la venta, todos, por supuesto, tan esplendidos de vista como siempre. Me pegue al cristal mirando con ilusión algunos de ellos, todos se veían geniales, y estaba segura que tendría un dilema entre la tarta de frutas, el pastel de fresas y el de chocolate... ¡ah! ¡también el flan se veía estupendo! Sin mencionar los otros pastelitos... y aquel panque con la frambuesa...

Apenas sentí que me tomaba de la mano y en un abrir y cerrar de ojos ya estábamos sentados en una de las mesas, la cabezas me dio vueltas un poco, hubiese tropezado por ir tan rápido de no haber ido guiada por el rubio. Una de las chicas que atendían se acerco de inmediato a la mesa, me desanime un poco pues no era nadie que conociera realmente, a veces se podían tener platicas geniales cuando encontrabas amigos trabajando en ese lugar, la mesera sonrió preguntando amablemente que pediríamos, antes de que siquiera pudiera decir algo Aizack empezó a pedir un montón de cosas, durante los dos primeros segundos, por la sonrisa que intercambiamos la mesera y yo, pude saber que ambas suponíamos que bromeaba, basto otra fracción de segundo para notar que no lo hacia en lo absoluto, la chica empezó a anotar todo en su pequeña libreta con apuro, pasando las paginas una tras otra cada vez que llenaba una.

Trague saliva y sonreí de forma forzada, me acababa de meter en un lió, en definitiva, no tenia dinero para pagar tal cantidad de postres, cuando el chico de mirada dorada paro de ordenar, la chica, algo agitada por anotar tanto me miro-E-estoy bien así...gracias...-No me atrevería a pedir algo más, iba a tenerle que vender mi alma al Shinigami si quería pagar todo eso... Pero tampoco quería ser grosera y pedirle que se moderara... en parte tambien me preocupaba que fuera a darle un ataque diabetico ahí mismo-T-te gustan mucho los dulces-dije aun con la sonrisa un tanto forzada, la mesera mostraba una parecida, no era de extrañar, ver a alguien que pedía tal cantidad de dulces no era de ver todos los días, pero aun faltaba lo que de verdad podría dejar a toda la cafetería boquiabierta ¿Se lo iba a comer todo?

Se hubiera quejado respecto al golpe que le acababa de acomodar de no ser por el alivio tan grande que sentía, ¡El pagaría! No tendría que venderle su alma al Shinigami y gastar lo poco que tenia ahorrado para poder pagar tal cantidad de azúcar, puso las manos sobre su frente, le dolía, claro, aun no se recuperaba del todo del ultimo golpe pero no le importaba en lo absoluto, miraba al rubio como si fuese un cachorro al que acababa de dar comida después de encontrarlo famélico en la calle, como un punto entre la felicidad extrema y estar a punto de llorar por la conmoción y la alegría.

-¡G-gracias!-Exclamó realmente alegre, tartamudeando por la emoción, no solo iba a pagar él, si no que podia tomar uno de los postres que había ordenado y dado a que el joven acababa de ordenar prácticamente todo el menú, no tenia que preocuparse por que no pudiese comer lo que ella quería. Sin pensárselo demasiado y sin deje alguno de pena, tomo el trozo de pastel de fresas, de crema blanca como la nieve y fresas que de solo verles podías sentir el dulce y fresco sabor de la roja frutilla en la boca-¡Itadakimasu!-Gritó feliz después de que el de ojos dorados dijese esa misma frase, juntando las manos efusivamente por lo que sonó como un veloz aplauso, hizo una rápida reverencia también y tomo el pequeño tenedor para meterse rápidamente un pedazo a la boca.

No era la primera vez que comía aquel postre en esa cafetería, conocía el lugar desde antes de estudiar allí gracias a las visitas que le hacia a su hermano, pero aquel pastel, entre varios otros postres del lugar eran realmente deliciosos, no podia cansarse de ellos por lo que solía repetir entre una pequeña lista suya, de vez en vez se aventuraba a probar un dulce nuevo más prefería mantenerse en el área conocida en situaciones como esta. La sonrisa en su rostro se formo ante el familiar y agradable sabor, puso la palma de su mano libre, con la que no sostenía el tenedor en su mejilla y cerro los ojos plácidamente-Ensherio amo eshte pashtel-habló con la mano en el rostro y la boca llena, paso el bocado dedicando una sonrisa agradecida y entusiasta al chico frente a ella.

La mesera no paraba de traer más postres, una y otra vez parecía incluso un poco carrereada, la rubia le dedico una leve sonrisa de animo para luego centrarse en su acompañante-Entonces...-Le dedicó una mirada curiosa-No estudias en Shibusen ¿cierto? ¿Qué haces? ¿Eres de aquí?-Hizo una pregunta tras otra, sin reparo alguno de vergüenza, no conocía prácticamente nada del joven, y aquellas preguntas eran perfectas para hacer conversación-Yo no nací aquí, pero conozco bien la ciudad-Metió otro pequeño trozo de pastel a su boca y tras pasarlo continuo-Mi familia es de japón, pero todos son armas que estudiaron en Death City-Soltó con confianza, era un completo extraño el que tenia enfrente, no sabia prácticamente nada de él pero aun así le soltaba toda esa información como si nada, claro, la pequeña de ojos ámbar no desconfiaba ni un poco del chico frente a ella, ya lo trataba como si tuvieran meses de haber forjado una amistad, para ella no había tanta diferencia.

La joven no comía tan rápido como el rubio frente a ella, en parte, por que en parte, probablemente le fuese imposible comer a esa velocidad y por otro lado tampoco era como si estuviera apurada realmente o quisiera terminar su postre de forma vertiginosa-¡¿De Inglaterra?!-Pregunto con un brillo de curiosidad entusiasta en la mirada-¿Entonces diario tomabas el té a las 5 de la tarde con una mesita llena de postres? ¿con un traje elegante? ¿En un jardín con rosales? ¿Lo haces todavía?-El estereotipo que tenia de aquel país era más que obvio, pero la pequeña ni siquiera se había parado a pensar que en efecto, era un estereotipo y que podría ofender a algunas personas, más la imagen en la mente de Ruriko se había formado de aquella forma gracias a películas, libros y demás, así  mismo si alguien mencionaba ser francés, fácilmente podrida imaginarlos comiendo una baget mientras usaban camisas a rayas negras y una boina del mismo color.

Asintió con la cabeza cuando menciono el detalle de su familiaAja... pero todos somos armas... Nuestro apellido tiene renombre en Shibusen por ser armas de sangre completamente pura... o eso es lo que dice papá, en la familia no hay nadie que no sea un arma...-Se detuvo un momento y sonrió ocultando una amarga mirada-Excepto... excepto yo supongo-Puso una mano en su nuca riendo, para luego tomar otro trozo de pastel y continuar comiendo-No creo que el titulo de "arma" me quede del todo ¿verdad?-rió de nuevo, siempre le parecía incorrecto llamarse a si misma de aquella forma.