Re: Encuentro de Armas [Aizack - Ruri]

**Aizack Pendragon** · por **Aizack Pendragon** Lun Mar 24, 2014 11:33 am

El joven Pendragon seguía comiendo su pedido de forma despreocupada y relajada, para el bastaban unos cuantos ataques de tenedor para terminar con los pedazos de pastel que le traían o los distintos postres que el local ofrecía. Era sorprendente, aunque no tanto como el hecho de que no hubiera caído ya en un coma diabético, el hecho de que pudiera comer tanto del dulce sin empalagarse, pero esa era otra de las tantas cualidades del rubio, podía comer dulce día y noche y jamás hastiarse del mismo, suponía que su paladar se había acostumbrado luego de tantos años, o tal vez sus papilas gustativas se habían echado a perder por tanto dulce, quien sabe, gustaba pensar más en la primera posibilidad.

-Sí, no, no, no, tal vez algún día~

El joven responde despreocupado a la rápida oleada de preguntas de la pequeña arma de shibusen. Tal vez era verdad que algunas personas se ofendieran de tal estereotipo, pero en realidad no era su caso. El mismo había viajado por casi todo el mundo y había tenido cientos de estereotipos de las ciudades que iba a conocer antes de conocerlas, para luego descubrir que no era nada como pensaba, los estereotipos eran comunes si desconocías, juzgar a alguien por tenerlos era inútil, mucho menos el enojarse con ellos.

-Uhm… No te ofendas, pero si esas fueron las palabras de tu padre, puedo decir que se trata de una persona orgullosa de su linaje~

El rubio sonríe con calma con el tenedor en la boca, el cual sostenía con calma entre los dientes removiéndolo con la lengua mientras miraba risueño a la pequeña delante de él. Se le hacía curioso el hecho de que, si tenía razón con la suposición de orgullo, la pequeña Togashi sería una total excepción a dicho linaje, ya que de orgullosa no tenía nada, podía ver de nuevo la tristeza y amargura de quien está decepcionado de unos mismo dentro de ella, nuevamente sus bendecidos orbes dorados le permitían ver más allá de lo que la gente permitía mostrar, las almas no mienten, no como las personas. Levanta nuevamente uno de sus dedos y pica, con gran suavidad esta vez, la frente de Ruri, sonriendo con suavidad

-Tal vez deberías pedirle un poco de orgullo prestado, así posiblemente tendrías mas confianza~

**Ruri Togashi** · por **Ruri Togashi** Lun Mar 24, 2014 6:48 pm

La joven chasqueo un poco la boca y se sobo rápidamente donde le había picado el rubio, inflo las mejillas, mirándolo con recelo-¡Para de hacer eso...pfff!-Puchereo antes de meterse otros trozito de pastel a la boca, sin desinflar del todo las mejillas, en cuanto paso su bocado continuo-No es así, yo...-Lo miro con la decisión clavada en la mirada-¡Yo estoy orgullosa de mi apellido!-Dio un leve bufido-Tal vez nunca vaya a hacerle honor... pero... aun así...-Bajo la mirada y tomo la fresa, roja, enorme y brillante que coronaba lo poco que quedaba de su pastel. La joven, sabia de por más que no podia pedir que las otras personas no la subestimasen, si ella se subestimaba a si misma, por ello cuando la gente le tachaba de "inútil", "patética", "arma defectuosa" entre otros nombres que llegaban a sonar en los pasillos de Shibusen no decía nada, no parecía importarle en lo más mínimo, como si la chica fuese una clase de esponja, se limitaba a absorber todo ello como si nada, a decir verdad, ella ya ni siquiera parecía notarlo del todo.

En todo caso, en un instante, ya había pasado de asunto, la rubia no se centraba en una sola cosa durante mucho tiempo-¿Y tú?-Le pregunto con una sonrisa más bien tranquila, comparada con las otras que había llegado a mostrar-¿Tú familia es toda de armas? ¿O solo uno de tus padres? ¿Ellos te enseñaron lo de "Pichiu"?-Hizo un ridito al decirlo, dando entender que se refería a la cosa del trueno, si algo sabia la distraída chica era que una condición meramente hereditaria, o nacías así o no lo eras, no había otra forma.

**Aizack Pendragon** · por **Aizack Pendragon** Lun Mar 24, 2014 9:15 pm

Una suave y divertida sonrisa adornan los labios del rubio mientras la escuchaba. A pesar de la seguridad que trataba de imponer en sus palabras, estas iban perdiendo fuerza poco a poco, hasta sencillamente desaparecer. Sin duda le habia gustado la honestidad y personalidad de la pequeña, pero sencillamente parecia negarse a si misma, un alma rendida y que habia perdido la esperanza de cambiar... Un espectaculo triste de ver.

Por sus manos pasan rebanadas de pastel, un par de flans, una gelatina mosaico. Sin decir una palabra, mientras dejaba que la pequeña rubia pensara y reflexionara. Todas pasan por sus manos para terminar en su boca, siendo devorados con cierta calma por el chico. Finalmente cuando en sus manos aterriza un patel cubierto de fondant escucha las preguntas de la pequeña arma, ante lo cual sonrie con calma.

-No tengo idea... Mi mama jamas mostro alguna capacidad para transformarse... Y mi padre biologico jamas lo conoci...

El chico empieza a comer el pastel de fondant con calma, tomandose, por primera vez en toda la comida, su tiempo, cortando trozo a otro y degustandolo con calma mientras dejaba que por su mente pasaran los recuerdos. No, ciertamente su madre jamas habia mostrado la capacidad de volverse arma, asi que no creia que ella fuera el producto de su poder, asi que solo quedaba su padre biologico... Pero se negaba a pensar que le debia algo, si alguien le habia dado el don de la transformacion y de manejar la electricidad habia sido el que consideraba su unico padre, su maestro.

-Y fue mi papa adoptivo el que me enseño a como controlar la electricidad... El igual es un arma... Y muy poderosa la verdad

El rubio sonrie con orgullo y felicidad al pensar en su maestro. El habia sido quien lo habia rescatado de caer en la mas absoluta de las soledades, en quien habia vertido su cariño y confianza y en el unico que de verdad podia confiar, en nadie mas. Termina de comer el ultimo bocado del postre para mirar a Ruri con una mas alegre y risueña sonrisa, ya habiendo olvidado los recuerdos de sus padres biologicos.

**Ruri Togashi** · por **Ruri Togashi** Dom Mar 30, 2014 5:08 am

La joven lo escuchaba con atención, mirándolo con ilusión presente en sus brillantes ojos ambarinos, el poder para dominar el elemento que había demostrado hacia un rato en verdad le había fascinado, claro, no era la primera vez que veía a alguien hacer uso de algún elemento, pero siendo sincera, la había dejado realmente impresionada, claro, nadie negaría que tal vez, era un chica algo fácil de sorprender, más la emoción seguía siendo genuina en la muchacha-¿Enserio? ¿Genial, cómo las Death Scythe?-Pregunto emocionada, las armas de ese nivel siempre le impresionaban, armas dignas de ser usadas por dioses de la muerte... el sueño de casi todos los jóvenes armas de Shibusen, tal vez incluso para esa pequeña lanza, más lo consideraba completamente inalcanzable, por lo que limitaba a idolatrar a aquellos con la habilidad para hacerlo.

-Te gusta mucho ese-Observo antes de meterse el ultimo trozo de su pastel a la boca y sonreír, era más que obvio notar la lentitud con la que comía aquel postre tras que hubiese devorado los demás de forma tan vertiginosa, al pasarlo continuo-¿O tal vez te empalagaste? ¡Comiste demasiados!-Dijo con un suspiro y una sonrisa divertida-Con todo eso acabas de mantener a la cafetería por prácticamente un mes, te lo aseguro-Rió de nuevo, más se sereno con rapidez.

-¿Visitas a tu padre a menudo?-Pregunto curioseando, por la forma en que se había expresado de él, parecía tenerle bastante aprecio, las visitas familiares cuando querías tanto a alguien, resultaban realmente nostálgicas y agradables-¿O solo en las fiestas? Ya sabes, navidad y esas cosas...-Asintió levemente con la cabeza tras decir esto, pues la mesera había acudido a retirar su vació plato.

**Aizack Pendragon** · por **Aizack Pendragon** Lun Mar 31, 2014 11:10 pm

La escucha y no puede evitar sonreir. El recodarlo a él, el hombre que lo habia sacado de tu miseria y de su muy segura muerte, siempre le alegraba, le recordaba el instante en que habia abandonado la pobreza, el dolor, la hambruna, la marginacion. Habia tenido una niñez dificil, lo sabia, pero el le habia dado otra oportunidad de vivir, le habia enseñado un mundo diferente, en donde no tendria miedo.

-Si... El es la Death Schyte mas poderosa que existe...

La seguridad y certeza se muestra en su expresion mientras decia esas palabras. Sin duda alguna, aquellas palabras estaban influenciadas por el ciego orgullo que un hijo siente por su padre, por aquel alto estandarte en el cual los poniamos, como si Aizack en ese momento fuera un niño de seis años que estaba seguro que su padre podria quebrar montañas y apagar el sol. Pero sin duda algo de verdad habia en sus palabras.

El era un heroe, un arma especialmente poderosa. Nunca lo habia visto perder los estribos, jamas lo habia visto dudar o ser superado. Sin un tecnico, sin ningun tipo de ayuda, habia hecho que Aizack se volviera una Death Schyte, el habia sido su mentos, lo habia conducido por un camino tal que le habia hecho todo lo que era ahora... Para luego sencillamente irse.

-Jajajaj, seguramente solo por una semana, tampoco comi tanto

El rubio rie animado, divertido ante la ocurrencia de su compañera. Rasca de forma distraida su nuca para dejar de lado los platos usados, solo quedaba un pastel sobre la mesa y con calma lo extiende hacia Ruri, el apetito que antes sintiera ya no estaba, sencillamente se habia ido. Sonrie de lado mientras se lo cede, total, el se habia comido decenas, ella, solo uno.

-Y la verdad no... Llevo mucho tiempo sin verlo...

**Ruri Togashi** · por **Ruri Togashi** Lun Abr 21, 2014 6:44 pm

Agradeció asintiendo levemente cuando le paso el pastel, era uno adornado con un lindo y brillante trozo de manzana, probablemente estuviese en almíbar y por eso tuviese esa apariencia brillosa y pegajosa, pero a la vez uno sabía de antemano que seguramente fuese dulce, si le había enseñado todo eso a Aizack, en verdad que debía ser una Death Scythe impresionante, la chica sonrió, de forma amplia y un tanto retadora-Solo lo será hasta que mi hermano se convierta en una-Dijo alzando la barbilla con claro orgullo y sin duda en sus palabras, enserio lo creía y estaba dispuesta a jugar a “Mi casa es más grande que la tuya” con aquel argumento.

Tomo un trocito de pastel y se lo metió a la boca, procurando dejar el trocito de manzana para el final-No creas que pagan mucho-Le señalo riendo-Es uno de los empleos de “emergencia” que ofrece Shibusen… no todos podemos ir a matar brujas y demonios por ahí, así que trabajos como estos ayudan a poder ganar dinero-Jugueteo haciendo círculos con el tenedor en el aire, moviendo la cabeza da un lado a otro-Eso, si no tienes un hermano al cual extorsionar si gastas todo en golosinas-Dijo en tono algo más bajo y distante, con una sonrisa maliciosa.

Tras meterse otro pequeño pedazo de pastel lo miro con curiosidad-¿Y por qué no vas?-Ladeo un poco la cabeza-Aunque tu tengas un compañero… Estoy segura de que le alegraría mucho que fueras a verlo-Afirmo sonriendo, como si fuese obvio que las personas se alegraban al ver a otras personas, aunque en su propia familia, no fuese así, su padre nunca se veía especialmente feliz de verla, más prefería ignorar eso por completo, tampoco era como si ella fuese mucho a casa a partir de que estudiaba en Shibusen.

**Aizack Pendragon** · por **Aizack Pendragon** Mar Abr 22, 2014 1:22 pm

Escucha la mención del hermano de la pequeña y el joven de dorados cabellos ríe divertido. La joven parecía segura de sus palabras, posiblemente su hermano fuera un arma talentosa o alguna estrella de shibusen, ¿Quién sabe? Pero si de algo estaba seguro era que su padre no perdería ni contra las mejores armas del mundo. Sencillamente no lo veía perdiendo. Él era hábil, experimentado, poderoso. Sencillamente era el más poderoso hombre que había visto alguna vez. Aizack sabía que tal vez hubiera alguno que otra persona que pudiera superar en poder a su padre, aunque lo tenía en alta estima era realista, Dino no era invencible, tampoco indestructible.

Alza la mirada y la posa en la chica de naranjos ojos. Era un bonito color de ojos, no conocía a muchas personas con los ojos de ese color. Le recordaba levemente a los suyos en cierta manera por el peculiar tono. Además, le gustaba su mirada, inocente y sincera, tal vez algo distraída e infantil. Esa clase de ojos de verdad le gustaban, que mostraran con sinceridad su interior. Aun sin recurrir a su percepción de almas él podía verlo, como un libro abierto. Aquel dicho de que los ojos eran ventanas al alma, parecía ser una realidad en la pequeña e incompleta arma.

-Eso habrá que verlo… Jajaja

El joven de los Pendragon ríe con calmada diversión, tampoco es que se fuera a pelear por ver quien tenía al familiar más fuerte cuando por el momento era imposible de comprar. Según decía la chica su hermano no era una Death Scythe todavía, así que tratar de compararlos en ese preciso instante era una pérdida de tiempo ya que lo más seguro era la victoria de su padre adoptivo, sencillamente una Death Scythe era más fuerte que un arma normal, inclusive que un equipo de arma con técnico, no era alarde o por ser arrogante, era sencillamente una realidad.

Con suavidad vuelve a agarrar su taza de café con un ademan relajado, alzándola hasta llevarla a sus labios mientras escuchaba la naturaleza laboral del local. Un lugar donde la población de Shibusen podía ir y ganar dinero extra si eran incapaces de realizar misiones… Ese sería el caso de la pequeña, según se podía imaginar. Al ser incapaz de transformarse era obvio que no podía completar misiones, después de todo eran de índole conflictiva y de caza de Kishin, cosa que debía estar fuera de las probabilidades de la pequeña de claros ojos. Pero igual no creía que la pequeña tuviera la necesidad de laborar en establecimientos como aquel, ya que ella poseía una familia y, aunque según parecía no tenían la mejor de las relaciones entre ellos, sus padres y/o su hermano debían de mantenerla. Su impresión se ve rápidamente afirmada ante las palabras de la pequeña, la cual parecía gustar de sacarle todo el dinero posible a su hermano.

-Jajaja, seguramente tu hermano debe de gastar más en ti que en él.

El chico ríe de nuevo, teniendo cuidado de no derramar su café sobre la mesa o sobre sí mismo. Aquel día estaba resultando de lo más agradable, primeramente ir y molestar a un anciano amargado, después causar alarma entre todos los vecinos, platicar con Ruri en el parque y luego ir a comer en un buen local de dulces. Sin duda era un día que valía la pena en el normalmente aburrido, desobligado y monótono estilo de vida del joven, después de todo pocos eran los días en que se movilizaba o hacia algo que no fuera vagar o comprar y consumir dulces.

Vuelve a llevarse la taza a los labios dispuesto a apresurar los últimos tragos, pero dicha intención se ve totalmente interrumpida ante las palabras de Ruri. Por poco y no logra reprimir la necesidad de escupir todo el café en la cara de Ruri ante sus palabras. Primero ante la perspectiva de ir a ver a su padre, después ante la idea de poseer o contar con algún compañero técnico, finalmente ante la posibilidad de que Dino estuviera feliz de verle… ¿Por qué estaría feliz? Él había sido el que se había ido… Lo había dejado, como todos los demás, aunque tan siquiera él lo había instruido, lo había preparado, le había ayudado a forjarse y le había proporcionado armas con las cuales sobrevivir y avanzar…

-No sé dónde se encuentra… Tiempo después de volverme Death Scythe se fue… No lo eh vuelto a ver… Y tampoco creo que este interesado en verme… Y… Tampoco tengo un técnico, no tengo compañero Ruri… Estoy solo…

Las últimas palabras salen como un susurro mientras los ojos normalmente animados y luminosos del rubio amante de los dulces se tornaban más opacos y apagados ante los recuerdos que traían sus propias palabras. Solo, era una palabra que lo podía describir muy bien, la soledad era lo único que jamás le había abandonado, la única que jamás le había traicionado. Ya había aprendido a vivir de esa manera, aun junto a su padre adoptivo siempre había sentido la soledad rodearle y rozarle como si fuera algún traje el cual usara en todo momento. Un suave suspiro escapa de sus labios mientras toma lo último del café. Baja la taza y la misma sonrisa alegre y animada, junto a los mismos brillantes y vivaces ojos dorados que parecían liberar su propio brillo, se posaban en Ruri con diversión e interés.

-¿Esta bueno el pastel?

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