Un par de armas que hacen equipo

El choque de manos resonó por el pasillo. -Fue un golpe muy fuerte, pero yo no he notado dolor- decía Albert con tono de superioridad.-ya, a ti no te duele porque es MI cuerpo. Por lo tanto, ¡el golpe me duele a MI!- dije con un tono más elevado y sacudiendo mi mano de dolor. – sin ánimos de ofender, la gente tiene un poco de razón sobre tu fuerza bruta, Elvira-.

Antes de retorcerme de dolor, Elvira me hizo una pregunta, la cual solo Albert atendió correctamente, mientras yo seguía retorciéndome de dolor. –Pssst, Silver responde a su pregunta- me dijo desde mi cabeza, haciendo que solo yo me enterara de lo que me decía.-Oh, cierto. Por mi podemos practicar cuando quieras. Quizás podemos empezar mañana, o el fin de semana…-. Como algo normal y repetitivamente repetitivo, Albert volvió a poseerme, cortándome y hablando sin pensar.- ¿Por qué esperar a mañana? ¿Por qué no hoy? Quiero ver si realmente mereces la pena como compañera.- dijo mientras señalaba a Elvira. Tuve que volver a controlar a Albert. No quería que se pelearan.- ¿Es que ya no lo recuerdas? Estamos castigados y eso nos hace quedarnos después de clases. Después hay que hacer la compra y pasear a Lubi…- pero no pude terminar. Albert seguía sin pensar antes de hablar.- ¿La compra? Vale que pasear al lobo ya es más necesario, ¿pero la compra? ¿Para qué?-. Ya no aguantaba a Albert, pero tenía que hacerlo. No podía huir de él, literalmente.- Puede que tú seas un fantasma que se metió en mi cuerpo. No te culpo, pero yo sigo vivo. Necesito comer-.

Dejé de lado a Albert, ignorándolo por un rato y me dirigí a Elvira- Siento que tengas que presenciar nuestras peleas siempre. ¿Quedamos mañana después de clases? ¿Dónde nos encontramos?-.

"Lo tomo como un cumplido." Respondio Elvira,  buscando el balance perfecto entre orgullo e indiferencia, aunque no podia decir si lo logro o no.

"Pues mañana esta . . ." Ella apenas que iniciaba a responder cuando Albert metio la cucharra. Aunque Elvira le gustaba la idea de iniciar hoy, no le agradado mucho el comentario que hizo, pero Silver intervino casi de inmediato, como si supiera lo que hiba a pasar.

- Y ahi van otra vez.- penso Elvira alzando las cejas.

Aunque finalmente, Silver la dio una respuesta completa. "Creo que podriamos hacerlo en el bosque, tengo entendido que varios van a practicar ahi." Empezo a divagando sobre lo que se le ocurria. "A menos a que tengas una mejor idea."

Fue hasta entonces que empezó a cazarla la duda ¿la dejaran volver a entrar al salón?

-El bosque… genial. Así podremos aprovechar y pasear a Lubi, nuestro lobo-mascota… bien, entonces ya está decidido. Mañana después de clases nos vamos al bosque a entrenar-. Era el lugar y la hora perfecta para entrenar. Y paseando a Lubi matábamos dos pájaros de un tiro.

Mire el reloj de la pared y me sorprendí. – ¿cómo, que hemos estado hablando durante diez minutos? Oh, vaya. ¿Crees que te volverán a dejar entrar a clase?, lo siento, fue mi culpa… será mejor que cojas tus útiles rápido y vuelvas a clases. Nos veremos mañana-. Me aleje un poco de ella para que no la pudiese distraer más. Le dije un “hasta mañana” con un saludo de mano y me giré.

Cuando llegué a la puerta de mi clase, Albert me pregunto – oye, ¿crees que Elvira puede llegar a ser nuestra mejor opción como compañera?- decía con un tono un tanto burlon. – claro que sí, es una buena chica. Además, ¿No has sido tú el que ha aceptado el trato?- le dije mientras se me dibujaba una leve sonrisa en la cara. – espero que nos llevemos realmente bien. Ya tengo ganas de que sea mañana-. Dije, mientas oia las carcajadas de Albert. –Eres un estúpido, hermanito, pero creo que tengo que darte la razón-.tras eso, llame a la puerta y le pregunte al profesos si podía entrar.

Spoiler:

"Un lobo mascota . . ." -Ok, eso es raro, pero debo acostumbrarme a cosas como esa.- pensaba Elvira.  "De acuerdo, nos veremos allá." Afirmo el arma. Este o mas bien estos chicos eran extraños, dos almas dentro de una, ojala y hubiera huevos de kishin así, de preferencia que tuvieran unas 10 almas. Pero tal vez esto le haría bien, esta ciudad estaba loca, mas que loca, y un caso de estos le serviría como experiencia. Para tener una buena probada de lo raro e inusual que era este nuevo mundo en el que acababa de poner el pie, sabia bien que le esperaban un montón de eventos extraños en un futuro cercano, y ojala y no, la muerte, pero lo mejor era ignorar eso y enfocarse en otra cosa.

Como en el hecho de que oficialmente, era una técnico, y debía de conseguir 99 almas de kishin (seria difícil al principio pero lo lograría) y el alma de una bruja ¡Pongan la de mision imposible señores! Matar a una bruja,  esta había sido la razón por la que el arma de su madre había muerto, y ahora ella a tenia que hacerlo . . . dos veces . . . -Exelente- pensó Elvira con claro sarcasmo, aun así ella siguió su camino hacia su salón, solo para que la rechazara al intentar entrar.