Problemas de direcciones [Priv. Harley Quinn]

Hacia buen tiempo hoy… era un día poco nublado, acompañado de una brisa refrescante y un sol no tan caluroso como los anteriores días. Ya eran, quizás, las cuatro y media de la tarde a pesar del sol que hacía, y las clases habían terminado, por hoy, a las tres. Después de comer en casa, tuve que venir a la zona residencial a darle los deberes a un compañero de clase, un viejo “conocido” de ya otros años que ya consideraba como un amigo, el cual estaba enfermo y no había asistido a las clases de hoy.

Los profesores del colegio me habían dado su dirección y sus tareas, así que, como buen compañero, fui a llevárselas.

“-Sabes perfectamente que no las hará… y que probablemente no esté enfermo, solo esté jugando a la consola o tirado en el sofá… -“
-Quizás… pero igualmente debo llevárselo. ¿Y quien sabe si está enfermo de verdad, o si incluso hará los deberes? Confiemos en él, al menos esta vez… además, tenemos toda la tarde libre, mejor esto que nada…-

Era cierto. Mi amigo era uno de esos estudiantes vagos, que asiste al colegio únicamente para saber controlar su forma de arma, volverse más fuerte… pero que cualquier cosa relacionada con el estudio es innecesaria, al menos eso dice él.

Logré encontrar su casa. Llamé un par o tres de veces, pero no hubo respuesta. “- ¿Que te apuestas a que está en algún lugar de paseo? como los recreativos o en la cafetería tomándose un helado -”. No respondí. Iba a dejar la tarea en el buzón de su casa cuando recordé que nunca miraba el buzón, gracias a la enorme cantidad de cartas que había en el al intentar meter los deberes, así que logré arreglármelas para meter la tarea por debajo de la puerta. – Al menos así lo verá… creo -.

De vuelta me encontré con una de esas cosas extrañas que en la ciudad ya eran completamente normales: una extraña arlequín iba paseándose por la zona residencial.

“- ¿Un payaso? -“
“- Es un arlequín, imbécil. Si fuera un payaso, seguramente llevaría la nariz esa roja… y una bocina… ¿cómo puedes confundirlo? -”.

Realmente mi hermano era bastante ignorante en algunos momentos, pero esa no era la cuestión en ese momento. Me acerqué al arlequín, a ver si podía ayudarla en algo… ¿quién sabía si estaba perdida o si buscaba algo? Albert me iba diciendo que no merecía la pena involucrarse en cosas innecesarias, pero yo le recalqué de nuevo que no teníamos nada que hacer durante la tarde.

Era una comienzo de tarde agradable, no muy nublado y no muy caluroso, una brisa refrescante hacia ondear las vorlas de mi gorro me quede contemplando el movimiento de estas un rato. Pero de golpe me acorde de que estva haciendo, tenia que encontrarle. Desde mi ultima aventurilla en el parque me encamine y bague por las calles hasta llegar a una zona llena de apartamentes y bloques de pisos, suponiendo que lo sean, no habia estado aun alli asi que seria buena idea explorar.

Me asalto el pensamiento de cuanto havia caminado desde que escapo del psiquiatrico debia de estar a millas y millas de distancia. Era divertido pero no era como para hecharlo de menos. Camine por aquellas calles sinuosas y estrechas cercadas por bloques de pisos con aspecto destartalado pero solo esteticamente ente, cosa que me gustaba.

Al cabo de un rato de caminar contemplando cada rincon con de las calles y alguna que otra parada para mirar dentro de alguna casa, delante de mi a algunos metros de distancia un chico de pelo plateado y se allaba delante de un portal, quiza el pueda ayudarme, pense con una sonrisa exagerada. El muchacho se giro y me vio y despues de contemplarme se dirigio a mi, aun que desconfiando un poco me acerque yo a el con paso exagerado y con una cara de de enfado y le dige:

-Oye por que venias a por mi, acosa querias aprovecharte de mi, eeeh-. cambie el rostro a otro amigable de golpe y continue. - bueno que se le va ha hacer, has visto a un tio con el pelo castaño, vestido de negro y que lleva cuchillas en los brazos.-despues de eso me quede mirandole con expresion positiva esperando la respuesta.

La extraña arlequín se percató de mis acciones, y se acercó a mí con pasos exagerados. Yo, un poco desconcertado y sin saber qué hacer ante esa situación, empecé a preguntarme por qué no le hacía caso a mi hermano de vez en cuando, mientras observa a la arlequín acercarse con cara de enfado, algo que aún no lograba entender.

Una vez la arlequín se puso delante de mí, esta empezó a acusarme como si yo fuera el que iba a hacer algún tipo de daño. Preocupado, intenté excusarme de la mejor manera que pude: – N-No, verá, pasaba por aquí y yo… - Pero, rápida y extrañamente, la mujer cambió su actitud en un instante. De repente estaba más animada, más contenta. Ahora parecía más amigable, incluso parecía que lo que le iba a decir no le importaba y lo que ella había dicho antes tampoco, como si me lo hubiera hecho en broma. Pero esta preguntó por cierta persona… persona cuya descripción podía englobar, perfectamente, a más del cuarenta por ciento de la población de la Ciudad de la Muerte. Era una pregunta un poco rara, pero ya empezaba a acostumbrarme a estas cosas. Aunque mi cara de sorprendido seguía siendo la misma, pues ¿quién no se queda atónito ante una pregunta como esa?

-Señora arlequín… si quiere que le de direcciones, tendrá que ser más concreta… en la Vocacional hay muchos chicos armas de pelo castaño que puedan convertirse en cuchillas… y que quizás lleven ropa negra… así que tendrá que decirme más sobre su… ¿amigo? Si es que quiere encontrarlo… aunque la ciudad es bastante grande… esto será complicado… -.

“- Bien hecho –“dijo la voz de mi hermano, un tanto mosqueado, en mi interior. “- Creo que me has vuelto a confundir con tus indecisiones y propias confusiones… y felicidades por meterte en otro lío, de nuevo -”. Ahora no tenía mucho tiempo ni ganas de discutir con Albert, y la arlequín parecía que quería más información.

Al final, Albert se cansó de tanta cordialidad que desprendía, y terminó por poseerme, algo que no siempre solía salir demasiado bien… al menos no para mí. – Mire, no sé dónde está su amigo, ni se quién es ni posiblemente lo haya visto. Si no me concreta más sus rasgos o me da su nombre, no podré ayudarla -. Podía notar como Albert había dicho esas palabras con un tono tajante y serio, igual que notaba que mi cara también había adoptado un posado más serio, incluso sentía que tenía el ceño fruncido. “- Dios… esto podría salir muy mal… - - O muy bien, de algún modo, ¿no? -“.

El muchacho aturdido al principio alego que sin una descripcion mas clara no podria ayudarme sin ambargo abia algo que no me gustaba en sus palabras....., puse cara de ofendida y le espete-disculpa como que "señora" señorita en todo caso y sin hacer referencia a mi estado civil por lo que tambien te equivocarias-de golpe le cambio el rostro al muchacho y de un modo mas brusco que antes volvio a repetir el mismo mensaje de antes haciendo asas con los brazos y con cara de enfada le solte-oye creo que yo no te he hablado mal, bueno creo que al empezar si- acabe con cara de sonrisa culpable-.

El muchacho hablo de una "Vocacional" refiriendose a ello como un lugar lleno de chicos, con lo que avia oido supongo que se referia a ese inmenso castillo siniestro y con aspecto abstracto que vi al entrar en lo alto de la ciudad, Shib...usen lo llamaban por las calles creo. Le mire con una sonria burlona y le dije-ah, con "Vocacional" te referiras a la academia esa de la que todo el mundo habla, no hombre a la persona que busco no creo que se deje ver por hay no creo que le dejen subir las escaleras ni hacercase a ellas si quiera, bueno supongo que me explicare mas-dije con cara de resignacion-veras a quien yo busco es a un peligroso elemento de la sociedad, vacio un pavellon de un psiquiatrico y despues de ver su actuacion y sobrevivir a su carniceria indirectamente me tome un descanso de mi celda acolchada para buscarle pero no lo encuentro, lo ultimo que se es que se metio en esta ciudad, bueno te lo volvere a describir, es un hombre de estatura media vestido de negro con el pelo a media melena corta castaña con una preciosa sonrisa perturvadora permanente, le has visto?-pregunte enseñando una sonrisa inocente.

La “señorita” arlequín empezó a enfadarse, de nuevo, para luego volver, de nuevo otra vez, a su estado normal. “Estúpida gente bipolar…” se quejaba Albert. “Mira quien fue a hablar…”. Al fin y al cabo, nosotros también éramos unos bipolares, si más no, dos mentes en un mismo cuerpo. “Sí, lo sé, nosotros también somos estúpidos, ¿sabes?”. “Me encanta tu autoestima, Albert…”. Con eso, Albert hizo un chasquido interno y dejó la conversación mental.

Volviendo al callejón, la señorita arlequín describió mejor al chico que buscaba… y no era precisamente una información poco detallada, la verdad. Al parecer, si lo había entendido todo, estaba siguiendo un psicópata, un perturbado de pelo castaño corto y capaz de transformar su brazo en arma, específicamente cuchillas o un arma blanca, que montó una carnicería en el psiquiatra del cual escapó y ella se escapó con él… más o menos. Ante la sonrisa inocente de la mujer, ambos, Albert y yo, nos quedamos atónitos de lo que acabábamos de presenciar… y del lío en el que me había metido de nuevo. Me pregunto qué habría pasado si le hubiera hecho caso a Albert… supongo que estaríamos en las mismas, teniendo en cuenta como había mostrado ser esa “señorita” arlequín, cada vez más perturbadora que antes.

“Bien hecho, Silver… nuevo lío, ahora con un psicópata que busca a otro psicópata mucho más peligroso. Claro, ayudémosla, como no, no tenemos nada mejor que hacer de todos modos…”.
“Bueno… lo mejor será contactar rápidamente con Shinigami-sama. Si dos psicópatas andan ahora por la ciudad, y uno de ellos es un arma loco y perturbado, la escuela debería encargarse de esto lo más rápido posible…”. Ante esa reacción, me dirigí a al arlequín, fingiendo que todo iba bien. – Muy bien, creo que podemos ayudarla… necesito hacer una llamada, ¿podría usted esperar aquí un momento, por favor? -. Y dicho eso me dirigí a la ventana más cercana y, con un soplo caliente, cree una zona entelada por mi aliento, donde marqué el número de la muerte: 42-42-562.

“Ten un ojo alerta, no me fio de esa mujer rara ni un pelo… si escapo de un psiquiátrico, también puede ser peligrosa. Sumado a que no sabemos nada de ella, no dejes que ataque primero…” me iba diciendo cautelosamente Albert. Y yo, claramente, seguí su consejo, esperando a que Shinigami-sama apareciera mientras vigilaba a la mujer arlequinada.

Despues de mis pregunta el mucahcho parecia absorto en sus pensamientos. A estas alturas esto empezaba a aprecer una gran perdida de tiempo el chico estaba literalmente a lo suyo.

Al cabo del rato el muchacho volvio a dirigirse a mi diciendo que podia ayudarme y que esperara que tenia que hacer una llamada para mi sopresa no saco un telefono, si no que hecho el aliento en una ventana y dibujo unos numero.

Esta ciudad era rara pero no me esperaba eso, lo del espejo era raro, cualquiera podia hacer eso? que guay yo tambien quiero, espera guay tiene cuatro letras G-U-A-Y, la G es de gato hecho de menos a "Seli" era muy divertida, Seli era una ladrona y aun que era divertida me engaño muchas veces, pero gracias a eso me pude.....-QUE ES ESO?- grite golpeando la ventana con el mazo por el susto, al ver que aparecia una especie de calavera rara infantilizada en una especi de tele que salia de la ventana-Que fue eso me he asusatado- dige señalando los fragmentos de la ventana- si no querias ayudarme solo tenias que decir que no hombre no hacia falta asusatarme- dige con cara de enfado y cruzando los brazos, de pronto una idea me asalto la cabeza, quiza el muchacho si que era un deprabado que trabajaba para otro deprabado mas peligroso que el, con intenciones de aprovecharse de mi pense mientras un gesto de horror me recorrio el cuerpo-con que esas tenemos es querias llamar a tu maestro abusador para que se aprovechara de mi, es muy malo y muy sucio- le conteste con un gesto de furia en la mirada- no sabes con quien te enfrentas verdad, si el pobre mister J levantara la cabeza te cortaria la tuya- apunte el mazo contra el y continue- pero no me hace falta para defenderme de aprovechados como tu, te dare una lecc...-algo, una voz me detuvo, detras de mi una voz que no conicia me hizo darme la vuelta y al girarme mi sorpresa me lleno de alegria era el, estaba aqui, por fin lo abia encontrado solte el mazo y me tire a sus pies a abrazarselos gritando con una sonrisa esajerada-eres tu te he encontrado por fin, quiero que vengas conmigo a aterrorizar y sembrar el caos si no ya no tengo motibos para existir-.

La cara de Shinigami-sama apareció finalmente ante mí. Como de costumbre, saludó con un gracioso movimiento con su mano gigante y con su voz cómica: - Froste-kun, me alegro de verle por aquí… ¡¿necesita alguna cosa…aaaAAAAGH?! -. No tuve tiempo a girarme para ver que un mazo golpeó el cristal e interrumpió la conexión.

En un acto involuntario de susto y autodefensa, retrocedí unos cuantos metros. La arlequín empezó a montarse paranoias y a agitar su mazo hacia mí. – ¡Hey, no saques conclusiones precipitadas, loca! – saltó Albert. Un extraño sonido hizo que me girara un momento. Un trozo de cristal aún mantenía, inexplicablemente, la conexión con la Cámara de la Muerte, y el director estaba intentando llamarme la atención disimuladamente. Con el mínimo de gestos posibles, me agaché a recoger el trozo. – ¿Froste-k.., que es..á pas...o? ¿Qu... era ese ...yaso loco co.. u... ..zo? -. Mirando a la mujer de reojo, suspiré e intenté explicarlo con pocos detalles. – Es una mujer, vestida de arlequín. Según parece, se ha escapado de un psiquiátrico junto a un arma… ambos andan sueltos por la ciudad pero solo sabemos de la muje… - decía mientras alzaba la mirada de nuevo. “Joder…” decía Albert al ver el panorama: el muchacho psicópata de ropajes negros, pelo corto y castaño y una sonrisa perturbadora había aparecido de la nada, y la arlequín estaba ahora a sus pies. – Corrijo, estamos delante de los dos psicópatas… -. Shinigami-sama se rascó un rato la cabeza y miró en una lista que sacó junto a su mano. – Al parec..r no hay m.. alumnos cer…, ..s están de misi..nes. Deberéis ocup…ros del as…nto vosotros solos… camb… y ….ra -. Y la comunicación se fue.

“Bien, tenemos a dos psicópatas peligrosos, uno de ellos es un arma, y no tenemos refuerzos… ¿empezamos a zurrarnos ya?”. Albert siempre fue un imprudente, pero habían batallas que no se podían ganar, y uno debía saber cuándo retirarse… pero éramos los únicos que podíamos detener a esos dos psicópatas antes de que desaparecieran de nuevo. Así que… “¿Que perdemos en intentarlo?”.

Poniéndome en guardia ante los dos psicópatas, no podía dejar que se escaparan tan fácilmente. – Mi nombre es Silver Froste, alumno de la Escuela Vocacional para Técnicos y Armas de Shinigami. Como miembro de la escuela, es mi misión llevaros ante Shinigami-sama antes de que montéis un estropicio por la ciudad… -. Y así, me preparé para lo peor…

Bueno era un dia como otro, perfecto para continuar con mis planes, el objetivo era la "payasa" del psiquiatrico, la deje vivir durante mi ultima fuga de este, despues de ver algunos accidentes provocados por ella y al escuchar las historias que cuentan sobre ella era mas que logico de que entrara. el plan era, conducirla hasta Death City y familiarizarla con el ambiente. Estubo un dia por hay armandola la estube siguiendo desde arriba.

Aquel dia era el dia de ir a buscarla, me encamine por los tejados hasta la ultima zona donde la vi. Al cabo de un rato desaparecio por una calle encaminandola a la zona residencial. Era logico que me buscaba miraba a todas partes y observaba a todo el mundo.

A lo largo de una calle un muchacho la alcanzo, mis temores se disiparon al ver que mantubieron una discusion disternida, no sabia si ese muchacho era uno cualquiera o uno en concreto.

Despues de un rato el muchacho se acerco a una ventanta y al verle hechar bao sobre ella un pensamiento me taladro la cabeza- Mierda, no llames por lo que mas quieras-habia visto a muchos otros hacer eso y siempre era para lo mismo, para mi sorpresa la encantadora arlequin rompio la ventana a trozos y impidio un contacto continuado, sin embargo el muchaco consiguio explicar algo a ese pelmazo-Bueno pues vamos a divertirnos-dije con una sorisa perturabadora.

Salte del tejado y cai justo detras de la arlequin ambos miraron hacia mi y la arlequina se tiro a mis pies, con un jesto de los pies y moviendo los brazos exageradamente grite-quitate de hay bicho-despues mire al muchacho el cual miraba hacia mi y desoues de ponerse en guardia se presento como un alumno del Shibusen. le mire con un geston burlon y perturbador-GUA de la escuela "Bocatacional" que rico, que haces tan lejos de tu casa chico-encogiendo los hombros continue-da igual bueno supongo que no hace falta presentarme y tampoco quiero asi que vamos a lo que nos ocupa, de momento no he venido a liarla he venido a por ella-dije señalando a la arlequin-luego me ire por donde he venido, pero si intentas oponer resistencia bueno tendras que jugar con los mayores-dije poniendo una sonrisa esgrimiendo los dientes mientras transformaba los brazos en cuchillas-tu eliges hazte a un lado o tendre que hacer mi arte-.

El me aparto llamandome bicho, como me recuerda al anterior, me encanta.

El muchacho se presento como el alumno de no se que escula , supongo que sera esa de la que he oido rumores por la ciudad, asi que era alguien interesante como El, El tendria que haberle preguntado su nombre cuando llego, ignorando completamente al muchacho me dirigi a El con una sonrisa juguetona. -Porfin te he encontrado, te he estado buscando por todas partes, por cierto como te llamas-. El continuo hablando con el muchacho sin reparar en mi supongo que tendria prisa por librarse de el o algo asi.

En un momento de la conversacion oi de El que decia las palabras "he venido a por ella" señalandome a mi, mi corazon se desboco y comence a saltar de alegria. -SI POR FAVOR LLEVAME CONTIGO-era lo que queria y estaba pasando siempre me he creido con suerte pero no con tanta supongo.

El amenazo al muchacho transformando sus brazos en cuhcillas, era asombroso, me puse al lado de El volviendo a sacar el mazo y me dirigi al muchacho con voz burlona y descarada. -Si eso ya te puedes ir largando o te daremos hasta en las encias chiquitin-.

Albert y yo observamos la situación detenidamente: un psicópata sonriente con los brazos transformados en cuchilla y una arlequín loca de remate se encontraban delante nuestro. No teníamos órdenes claras por parte del director de la escuela, Shinigami-sama, pero lo más probable era que intentásemos capturar a esos dos lunáticos cuanto antes mejor y llevarlos a la escuela, donde posiblemente los encierren en el subterráneo laberintico…

“Bien… habrá que idear un buen plan… si no, estamos jodidos”. Por supuesto que nosotros teníamos experiencia en combate y formación, pero teniendo en cuenta que ellos eran dos, y ambos eran mayores que yo… “A ver, propongo que los congelemos antes que intentar herirlos. Si se trata de una captura, no veo motivos para pelear a chorro de sangre…”.

El hombre cuchilla parecía el más peligroso, por supuesto, pero no parecía tener ganas de pelear… o al menos eso decía al principio, antes de esgrimir una perturbadora sonrisa y transformarse parcialmente en arma. Podía deducir que él me traería problemas, pues no parecía un sujeto lento o previsible. Por el otro lado estaba la arlequín loca, la cual llevaba consigo un  gigante martillo, un peso que, al menos, me daría la ventaja en velocidad.

“Vale, idea: los distraemos un poco con palabrería mientras te acercas. Cuando entren dentro de nuestro rango, usamos el “Paisaje Helado” y cubrimos el suelo lleno de escarcha. Con un poco de suerte, lograremos congelar alguno de ellos… si lo esquivaran, lo mejor sería golpear a la arlequín y retroceder de nuevo… tampoco creo que le hagamos mucho daño teniendo en cuenta que nuestra forma arma tampoco es que corte mucho…”. La idea no parecía desagradarle a Albert, pues en cierto modo no era un mal plan. El asintió al plan, de modo que rompí mi guardia y empecé a acercarme un poco. No estaban tan lejos de mi alcance como creía, pero, desgraciadamente, el “Paisaje Helado” no los alcanzaba.

Dejé las riendas a Albert, pues en combates yo solía ser el celebro y él, el cuerpo. – Bien, para empezar, señor psicópata de negro, no hay motivos para empezar una pelea inútil… me iré hacia mi casa, que queda por allí, así que los que se tendrán que apartar seréis vosotros… en cuanto a ti, payasa loca, deberías al menos decir un simple “gracias”, ni que sea sin afecto, por intentar ayudarte, ¿no crees? -. Al ir respondiendo las amenazas de los dos individuos, Albert logró acercarse bastante. De ese modo… - “Paisaje Helado” -. Y con esa simple palabra en boca, de mis pies se empezó a extender una capa de hielo por la superficie de la calle. No solo tenía un pequeño espacio donde moverme mejor, pues el patinaje era uno de mis puntos fuertes, sino que también podía llegar a complicar el movimiento de los contrarios, a los cuales también envié una creciente trampa de escarcha. Al estar ambos delante de mí, la dirección fue fácil de decidir, aunque impredecible de saber hacia dónde iban a esquivar mi ataque… si es que lo lograban, claro. “y en caso de que lo esquiven…” “Si si, atacar al payaso. ¡Entendido y preparado!” decía Albert, cortando mi frase y transformando mi brazo derecho en parte del filo de mi forma arma.

La tensiono podia cortarse con un cuchillo, el muchacho se quedo en frente de nosotros, como iba a salir de esta ese era el momento interesante de un combate o no, de momento el mucahcho no dio signos de querer combatir, por su parte la arlequin tal y como estaba previsto se alineo conmigo en combate su debocion era obvia dado que despues de decirle que me la iba a llevar me suplico que lo hiciera.

Bueno en cualquir caso algo debia hacer el objetivo era ella asi que de momento me centraria en sacarla de alli.

El muchacho empezo a caminar con precacion hacia nosotros diciendo que no iba a pelear y que su casa estaba detras nuestro.

-Mira chaval que te fueras es lo que te he dicho has hacertado con tu decision.-de golpe mi expresion cambio a sorpresa, despues de unas palabras del muchacho empezo a brotar hielo de sus pies cubriendo la mayoria de la calle hacia donde estabamos nosotras-MIERDA!!.-dije gritando, trasnforme el brazo derecho a su estado normal y agarrando de la cintura a la arlequin salte hacia la pared, antes de rebotar contra ella lance a la arlequin al tejado, al rebotar volvi a transformar los brazos y me lance contra el muchacho y golpee hacia donde el estaba con las hojas-Te lo adverti mocoso.- dije entre carcajadas y con expresion demente.

Era como cuando estaba en mi antigua ciudad y yo y mi cariñin nos enfrentábamos a ese maldito que se lo llevo de este mundo. Era una situación de combate maravillosa no se oían ya los ruidos del ambiente.

El chico y mi nuevo cariñinin estaban mirándose fijamente como estudiándose el uno al otro.

El ambiente podía cortarse con un cuchillo y yo empezaba a aburrirme mucho pensé que las peleas aquí después de lo que había visto y oído serian mas divertidas.

Me cruce de brazos y cerrando los ojos puse una expresión de enfado.

De golpe y sin aviso alguien me agarro de la cintura y me sentí volando cuando me di volví a la situación mi cariñin me había lanzado por los aires, volé unos metros hacia arriba y caí de culo en el tejado.-AAAuuuu me has hecho daño!!!!!!!,todo es por tu culpa maldito niñato-.dije mientras me asomaba a la cornisa y me quedaba de golpe estupefacta.-Dios mio a convertido el suelo en hielo-.dije mientras miraba desde arriba a la calle y contemple como una gran capa de escarcha cubría gran parte de esta.

Mi cariñinin por su parte volvió al combate cargando ya contra el muchacho.-Vamos cariño acaba con el!!!!-grite mientras observaba