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Nightmare [Priv. Lilith Carrol][+18]
Death City :: Resto del Mundo :: Europa
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Nightmare [Priv. Lilith Carrol][+18]
Londres, Inglaterra 02:07 a.m
Una persona caminando rápidamente mientras se cubría con su abrigo mirando de un lado a otro por la mal iluminada calle, esa pequeña paranoia que ataca a la gente lo ataco a el, miedo de que alguien pudiera aparecer en cualquier lugar de la calle y atacarle. Aunque la verdad es que cualquiera de los escenarios que el hombre pudiera imaginar, no seria el peor de todos.
-----------------------
Exhalo suavemente el humo del cigarrillo que en espirales se elevaba al cielo, inhalo suavemente y un fuerte aroma a putrefacción llego a su nariz, un aroma a picor pero que realmente no le molestaba, se estiro en su lugar mientras escuchaba los gritos ahogados del hombre sentado frente suyo. Aquel le miraba con terror en sus ojos mientras trataba de decir algo que no llegaba a sus oídos. Aquello era un poco molesto, pero realmente podía manejarlo sin problemas. Llevo el cigarrillo a su boca mientras se ponía de pie y tomaba un par de pinzas en sus manos acercándose al hombre.
Se agacho observando las manos atentamente, coloco la pinza en una de sus uñas jalando con fuerza y arrancándola de golpe, por lo cual el hombre soltó un alarido de dolor, unos tras otro mientras retiraba las uñas de sus manos con rapidez y una extraña habilidad. Cuando terminó coloco todas las uñas en un recipiente donde se encontraban otros cientos mas, el hombre al ver el recipiente abrió los ojos y como si por primera vez lo notara observo detrás del cuerpo de Astaroth aquel trono en el que habia estado sentado. Era una trono hecho a base de miembros humanos. Las patas del asiento consistía en piernas que eran desde la rodilla hasta el pie conservadas de alguna manera, mientras que la parte de la silla eran varios torsos unidos entre si, los brazos como ironía era brazos desde el codo hasta la mano y el respaldo hecho de rostros, pero solo eso, no eran las cabezas, eran los rostros que habían sido desprendidos de sus cuerpos y cosidos en el respaldo del asiento formando un tétrico trono.
El hombre tembló al observar dicho asiento, y después observo el rostro de su captor quien parecía aburrido, carente de cualquier expresión, sentía dolor en sus manos y las piernas las tenía ya entumecidas después de haber estado tanto tiempo atado. Sintió como Astaroth retiraba sus zapatos observando sus pies por lo que sintió aun mas terror que cuando le habían quitado las uñas de las manos.
—Los dedos no sirven.
Eran las primeras palabras que escuchaba de aquel hombre que le había secuestrado y solo eso basto para que sus ojos que ya lagrimeaban se inundaran en un extraño llanto. Sintió como todo su cuerpo se tenso por el esfuerzo que hizo al tratar de cerrar sus manos y contener el dolor, ya que sin pensarlo de un solo tajo y con un enorme cuchillo aquel hombre le había cortado los cinco dedos del pie lo que había salpicado sangre en su rostro y aquello parecía haberlo fascinado de alguna forma. Una extraña sonrisa se formo en sus rostro y de tajo corto los demás dedos del otro pie causando un verdadero dolor que le obligaba a morder la toalla o lo que fuese que tenía en la boca con fuerza mientras sus ojos se llenaban de agua incontrolable todo su cuerpo estaba ya rígido y sudaba de manera fría.
Observo como Astaroth se ponía de pie, pero su mirada comenzaba a nublarse, tal vez era la perdida de sangre o simplemente era el miedo que comenzaba a ganar, estaba a punto de desmayarse. Pero aquel no se lo permitió inyectándole algo que lo hizo despertar nuevamente mientras aquel mounstro colocaba cinta en sus ojos para mantenerlos bien abiertos. Jugo con una cuchara en su mano mientras le observaba fijamente pensativo observando ambos globos con fija atención.
—Solo uno.
Sentía todo su cuerpo temblar ante las posibilidades de lo que trataría de hacer. Rápidamente se coloco frente a él hundiendo la cuchara en su ojo como si de helado se tratara y finalmente sacando el mismo de su cuenco generando una nueva dosis de dolor en el hombre que inútilmente trataba de cerrar el ojo en busca de protección para evitar aquel dolor, pero no habia podido hacerlo, ya que el otro se habia hecho de su ojo metiéndolo en un frasco con un montón de ojos secos que parecía como si fueran pelotas. Estaba cansado, tenía miedo, la boca seca y hambre. Y como si se hubiera cansado lo dejo dormir por lo que le parecieron horas.
------------------------------
Despertó esperando que todo hubiera sido una pesadilla, pero lo único que sintió fue el metal frío en su cuerpo, rápidamente comenzó a sollozar al sentir sus manos y piernas atadas y su cuerpo desnudo, lo que l hizo temblar con mas miedo que antes. Y entonces lo observo, el también lo veía, pero nuevamente su rostro carecía de cualquier tipo de sentimiento. Se puso de pie y comenzó a caminar con cuidado y lentitud hacia el.
En la mano llevaba una bandeja que dejo a un lado de su rostro donde pudo observar algunas herramientas, pero su vista periférica era mala. Recordaba que no tenía mas un ojo, sintió miedo, sintió mucho miedo, pero todo eso se esfumo cuando comenzó el dolor. Aquel hombre paso el bisturí por su estómago abriéndolo con un corte limpio y después le observo directamente mientras esa sonrisa volvía a aparecer en su rostro, metió una mano en su estomago y observo como sacaba algo del mismo, sus órganos. Con terror tuvo que presenciar aquella escena de como colocaban los órganos en su rostro y los olisqueaba para después dejarlos caer mientras el terror se apoderaba de su mente volviéndolo un poco loco, dejando que esa locura se apoderara de su mente llegando a la conclusión de que aquello no estaba pasando. Pero con cada nuevo sentimiento de locura y miedo, mas dolor llegaba. Sintió como el dolor se hacia presente en su brazo cuando este fue cortado, la perdida de sangre le estaba destrozando. Quería gritar, sus ojos se fueron cerrando lentamente y el miedo fue desapareciendo, después de unos minutos aquel hombre estaba muerto.
Pero ahí no paro Astaroth quien continuo sacando cada órgano del cuerpo dejándolos caer al suelo sin cuidado hasta dejar un cuenco vacío en el interior y comenzar a unirlo a su trono. Se sentía mucho mejor cuando se sentaba en el mismo.
Al rededor del cuarto podían apreciarse bien las cabezas de sus víctimas colgadas en el techo con velas dentro de las mismas generando un poco de luz a través de las cuencas vacías de sus ojos. Los torsos de hombres y mujeres adornando aquel enorme trono donde bien podrían sentarse mas de dos personas y los ojos como pelotas dentro de los frascos presenciando el terror. Se acercó nuevamente a su asiento observando los restos de los cuerpos que no eran integrados a su asiento en una mesa metálica escurriéndose hasta quedar vacíos y la sangre seca cubriendo todo el lugar, mientras el estaba sentado en aquel trono con las piernas cruzadas y un cigarrillo en manos contemplando el lugar donde un montón de almas atormentabas de color rojo y azul flotaban en el aire causándole cierta curiosidad. Mientras recargaba el rostro en el respaldo donde los senos de una mujer hacían de almohada para su rostro y pareciera que las manos lo abrazaban. Porque desde que había despertado eso era todo lo que hacia... lo único que le calmaba.
Una persona caminando rápidamente mientras se cubría con su abrigo mirando de un lado a otro por la mal iluminada calle, esa pequeña paranoia que ataca a la gente lo ataco a el, miedo de que alguien pudiera aparecer en cualquier lugar de la calle y atacarle. Aunque la verdad es que cualquiera de los escenarios que el hombre pudiera imaginar, no seria el peor de todos.
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Exhalo suavemente el humo del cigarrillo que en espirales se elevaba al cielo, inhalo suavemente y un fuerte aroma a putrefacción llego a su nariz, un aroma a picor pero que realmente no le molestaba, se estiro en su lugar mientras escuchaba los gritos ahogados del hombre sentado frente suyo. Aquel le miraba con terror en sus ojos mientras trataba de decir algo que no llegaba a sus oídos. Aquello era un poco molesto, pero realmente podía manejarlo sin problemas. Llevo el cigarrillo a su boca mientras se ponía de pie y tomaba un par de pinzas en sus manos acercándose al hombre.
Se agacho observando las manos atentamente, coloco la pinza en una de sus uñas jalando con fuerza y arrancándola de golpe, por lo cual el hombre soltó un alarido de dolor, unos tras otro mientras retiraba las uñas de sus manos con rapidez y una extraña habilidad. Cuando terminó coloco todas las uñas en un recipiente donde se encontraban otros cientos mas, el hombre al ver el recipiente abrió los ojos y como si por primera vez lo notara observo detrás del cuerpo de Astaroth aquel trono en el que habia estado sentado. Era una trono hecho a base de miembros humanos. Las patas del asiento consistía en piernas que eran desde la rodilla hasta el pie conservadas de alguna manera, mientras que la parte de la silla eran varios torsos unidos entre si, los brazos como ironía era brazos desde el codo hasta la mano y el respaldo hecho de rostros, pero solo eso, no eran las cabezas, eran los rostros que habían sido desprendidos de sus cuerpos y cosidos en el respaldo del asiento formando un tétrico trono.
El hombre tembló al observar dicho asiento, y después observo el rostro de su captor quien parecía aburrido, carente de cualquier expresión, sentía dolor en sus manos y las piernas las tenía ya entumecidas después de haber estado tanto tiempo atado. Sintió como Astaroth retiraba sus zapatos observando sus pies por lo que sintió aun mas terror que cuando le habían quitado las uñas de las manos.
—Los dedos no sirven.
Eran las primeras palabras que escuchaba de aquel hombre que le había secuestrado y solo eso basto para que sus ojos que ya lagrimeaban se inundaran en un extraño llanto. Sintió como todo su cuerpo se tenso por el esfuerzo que hizo al tratar de cerrar sus manos y contener el dolor, ya que sin pensarlo de un solo tajo y con un enorme cuchillo aquel hombre le había cortado los cinco dedos del pie lo que había salpicado sangre en su rostro y aquello parecía haberlo fascinado de alguna forma. Una extraña sonrisa se formo en sus rostro y de tajo corto los demás dedos del otro pie causando un verdadero dolor que le obligaba a morder la toalla o lo que fuese que tenía en la boca con fuerza mientras sus ojos se llenaban de agua incontrolable todo su cuerpo estaba ya rígido y sudaba de manera fría.
Observo como Astaroth se ponía de pie, pero su mirada comenzaba a nublarse, tal vez era la perdida de sangre o simplemente era el miedo que comenzaba a ganar, estaba a punto de desmayarse. Pero aquel no se lo permitió inyectándole algo que lo hizo despertar nuevamente mientras aquel mounstro colocaba cinta en sus ojos para mantenerlos bien abiertos. Jugo con una cuchara en su mano mientras le observaba fijamente pensativo observando ambos globos con fija atención.
—Solo uno.
Sentía todo su cuerpo temblar ante las posibilidades de lo que trataría de hacer. Rápidamente se coloco frente a él hundiendo la cuchara en su ojo como si de helado se tratara y finalmente sacando el mismo de su cuenco generando una nueva dosis de dolor en el hombre que inútilmente trataba de cerrar el ojo en busca de protección para evitar aquel dolor, pero no habia podido hacerlo, ya que el otro se habia hecho de su ojo metiéndolo en un frasco con un montón de ojos secos que parecía como si fueran pelotas. Estaba cansado, tenía miedo, la boca seca y hambre. Y como si se hubiera cansado lo dejo dormir por lo que le parecieron horas.
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Despertó esperando que todo hubiera sido una pesadilla, pero lo único que sintió fue el metal frío en su cuerpo, rápidamente comenzó a sollozar al sentir sus manos y piernas atadas y su cuerpo desnudo, lo que l hizo temblar con mas miedo que antes. Y entonces lo observo, el también lo veía, pero nuevamente su rostro carecía de cualquier tipo de sentimiento. Se puso de pie y comenzó a caminar con cuidado y lentitud hacia el.
En la mano llevaba una bandeja que dejo a un lado de su rostro donde pudo observar algunas herramientas, pero su vista periférica era mala. Recordaba que no tenía mas un ojo, sintió miedo, sintió mucho miedo, pero todo eso se esfumo cuando comenzó el dolor. Aquel hombre paso el bisturí por su estómago abriéndolo con un corte limpio y después le observo directamente mientras esa sonrisa volvía a aparecer en su rostro, metió una mano en su estomago y observo como sacaba algo del mismo, sus órganos. Con terror tuvo que presenciar aquella escena de como colocaban los órganos en su rostro y los olisqueaba para después dejarlos caer mientras el terror se apoderaba de su mente volviéndolo un poco loco, dejando que esa locura se apoderara de su mente llegando a la conclusión de que aquello no estaba pasando. Pero con cada nuevo sentimiento de locura y miedo, mas dolor llegaba. Sintió como el dolor se hacia presente en su brazo cuando este fue cortado, la perdida de sangre le estaba destrozando. Quería gritar, sus ojos se fueron cerrando lentamente y el miedo fue desapareciendo, después de unos minutos aquel hombre estaba muerto.
Pero ahí no paro Astaroth quien continuo sacando cada órgano del cuerpo dejándolos caer al suelo sin cuidado hasta dejar un cuenco vacío en el interior y comenzar a unirlo a su trono. Se sentía mucho mejor cuando se sentaba en el mismo.
Al rededor del cuarto podían apreciarse bien las cabezas de sus víctimas colgadas en el techo con velas dentro de las mismas generando un poco de luz a través de las cuencas vacías de sus ojos. Los torsos de hombres y mujeres adornando aquel enorme trono donde bien podrían sentarse mas de dos personas y los ojos como pelotas dentro de los frascos presenciando el terror. Se acercó nuevamente a su asiento observando los restos de los cuerpos que no eran integrados a su asiento en una mesa metálica escurriéndose hasta quedar vacíos y la sangre seca cubriendo todo el lugar, mientras el estaba sentado en aquel trono con las piernas cruzadas y un cigarrillo en manos contemplando el lugar donde un montón de almas atormentabas de color rojo y azul flotaban en el aire causándole cierta curiosidad. Mientras recargaba el rostro en el respaldo donde los senos de una mujer hacían de almohada para su rostro y pareciera que las manos lo abrazaban. Porque desde que había despertado eso era todo lo que hacia... lo único que le calmaba.
Mensajes : 2
Fecha de inscripción : 03/12/2015
Puntos : 20
Fecha de inscripción : 03/12/2015
Puntos : 20
Astaroth Seirim
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